martes, 3 de abril de 2018

Almonte, torre de San Jacinto

Llego a la última torre de la costa de la Luz que me restaba por pasear. De la anterior, la de Zalabar, dista 8’30 kilómetros y para acceder a ella, como a las anteriores, se hace obligatorio el paseo por la playa cuando la bajamar lo permita. Razón que me impide llegar hasta ella; vuelvo por tanto a fingir el paseo y tirar de documentación escrita, y sobre todo gráfica, ajena.
A estas alturas de mi blog no tengo por qué repetir que el origen de esta construcción está en el proyecto diseñado por Luis Bravo de Lagunas y Cisneros en 1576, para dotar de recursos defensivos la costa desde Ayamonte hasta Gibraltar, y así protegerse de los ataques de piratas berberiscos que dominaban las costas del norte de África —e incluso en previsión de invasiones de turcos y otomanos—. Esa protección se llevaría a cabo mediante una serie de torres vigías a todo lo largo de la costa que avisarían a las poblaciones del interior para que, llegado el caso, se preparasen para defender las poblaciones.
La ejecución de ese proyecto fue ordenada un año después por Felipe II, aunque dificultades económicas hicieron que su construcción se demorara en el tiempo, terminándose durante el reinado de Felipe IV (1621-1665), concretamente en 1638, siendo el último brazo ejecutor de este plan el capitán de Artillería Francés de Álava.

Decía que no iba a repetir la génesis de estas torres y, ya ves amigo, lo he hecho. Así y todo dejo el enlace de la entrada sobre la Costa de la Luz:

http://lacasadelatercia.blogspot.com/2015/07/la-costa-de-la-luz.html

Hoy, estas construcciones son el único exponente de edificaciones militares en la costa de la provincia de Huelva, no existiendo ninguna otra de época anterior a estas.

de esbuenasnoticias.com



LA TORRE:

La torre de San Jacinto se encuentra situada entre las dunas vivas de la llamada Punta de Malandar y una masa arbórea de pinos; se halla algo alejada de la costa debido a la acumulación de arena que ha modificado la ordenación de todo este litoral. En su origen estuvo, evidentemente, cerca de la orilla; en 1956 aún era así, habiéndose producido en el último medio siglo esa nueva configuración costera. Desde ella no sólo se alcanzaba visualmente a la de Zalabar, sino también al castillo de Santiago en Sanlúcar de Barrameda, al otro lado de la desembocadura del río Guadalquivir, que dista 4’5 kilómetros.
Esta torre resiste estoicamente el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas; algunos de sus elementos han desaparecido y otros están afectados por la humedad, la erosión o la vegetación parásita, pero se resiste a morir.

Poco más que añadir a su historia que, ya sabemos, corre paralela a las demás. En el siglo XVIII ya se le apreciaban algunas ruinas, por lo que hubo interés en la recomposición y conservación de la fábrica. Sin embargo, las cuatro piezas de hierro, calibre del 16 y del 10, estaban ya desmontadas, careciendo por tanto de artillería. Para la dotación de esa artillería, contó con un almacén anexo de madera sobre pilotes, también de madera, para 30 quintales de pólvora, construido en 1742.

de mapio.net


LOS DETALLES:

Leo los datos que aparecen en guiadigital.iaph.es correspondiente a esta torre que, como las demás de esta costa, presenta una estructura e en forma de un tronco de cono; tiene 15 metros de altura, desde su base hasta el baquetón de medio bocel desde el que se inicia el terrado, y sus muros llegan a medir 3’15 metros de espesor.

La puerta de acceso, de 1’70 por 0’80 metros, se orienta a tierra adentro, y está formada por un grueso dintel de piedra apoyado en otros que actúan como jambas. Debajo de la puerta se puede apreciar un par de mechinales, de poca profundidad que, posiblemente, sirvieron de apoyo a sendas vigas de madera que soportaran un patín provisional, para así facilitar la subida a la torre.
A continuación de la puerta, un zaguán encastrado en el muro de 1’25 metros de ancho y 2’10 de altura, da paso a una cámara cubierta por una cúpula elíptica, de 7’00 metros de diámetro. En el centro de la cámara existe un aljibe, o tal vez pozo, de 0’80 metros de diámetro, que facilitaba el suministro de agua.
A la derecha del zaguán se dispone la escalera de caracol, encastrada en el muro, por la que se accede a la terraza.

La terraza tiene un diámetro de 11’70 metros y conserva algunos trozos de la solería que la cubría, formada por ladrillos en tabla colocados en espiga, de una medida muy parecida a la que actualmente sigue utilizándose: 0’14m de tizón, 0’30m de soga y 0’02m de espesor. El parapeto de la terraza, de 0’95 metros de altura en las almenas y 0’75 en los huecos para artillería, presenta un pronunciado derrame hacia el exterior; su espesor es de 0’80 metros.
Repartidas equidistantemente en el terrado tuvo cuatro matacanes, hoy desaparecidos, de los que sólo perduran los canecillos en doble bocel escalonado de tres de ellos.

En general se encuentra en buen estado, sobre todo su estructura, pero algunos elementos, como peldaños, almenas y matacanes, están muy deteriorados e incluso desaparecidos, por culpa de la erosión, la humedad —factores climatológicos— y también por los efectos de la vegetación circundante.




RESUMIENDO:

Nombre: Torre de San Jacinto
Municipio: Almonte
Provincia: Huelva
Tipología: Torre almenara.

Época de construcción: siglo XVII.
Estado: En aceptable estado, aunque podríamos hablar de ruina consolidada. Su estado guarda gran similitud con la de Carbonero.
Propiedad: como ocurre con la del Asperillo y la de la Higuera en Matalascañas, Carbonero y Zalabar, lo desconozco.
Uso: está allí, para mirarla, y como elemento turístico.
Visitas: Totalmente libre, si se consigue llegar hasta allí andando, aprovechando la marea baja.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio, sobre el Patrimonio Histórico Español.
En 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza.
Está declarado Bien de Interés Cultural.

de almonte.es


Clasificación subjetiva: 1, es decir, Si se puede evitar se evita, o lo que es lo mismo, sólo si el camino que recorro me lleva o me hace pasar por allí.
Pero como las torres anteriores, ésta no forma parte de un camino, sino de de un paseo que siempre será intencionado.
Su situación, en uno de los paraísos peninsulares, hace que esta puntuación deba aumentar.
Otras cuestiones de interés: El Parque nacional de Doñana, entre cuyas dunas se encuentra, y por supuesto el resto de torres.
Cómo llegar: desde Matalascañas, o lo que es lo mismo, desde la torre de la Higuera, caminar por la playa hacia levante y, como ya sabemos, a unos doce kilómetros está la torre de Carbonero; de esta a la de Zalabar hay una distancia de 7’60 kilómetros, y hasta la de San Jacinto 8’30 kilómetros.
También es factible, e incluso más rápido y cómodo, acceder a ella desde Sanlúcar de Barrameda: salvar el río Guadalquivir mediante el servicio de barcaje existente y caminar hacia poniente durante unos 4’5 kilómetros. Después volver por el mismo camino o continuar hacia adelante si es por esta torre por la que se ha iniciado el paseo.






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