martes, 31 de octubre de 2023

Vélez-Málaga, Almayate, Castillo del Marqués

Sigo en la costa malagueña, en la provincia que decía tiene el mayor número de defensas de todo el litoral andaluz. Ando hoy por Vélez-Málaga, y más concretamente en su pedanía de Almayate, donde se encuentra, a pie de la carretera N-340 y de la playa de El Hornillo, el llamado Castillo del Marqués. Una parada en el camino y me dispondré a pasearlo.
Almayate, como tantos, es lugar antiguo, desde los fenicios hay restos. En las cercanías se encuentra en yacimiento de Los Toscanos, en donde también se levanta una torre almenara, la de Manganeta. Por aquí además están las canteras de las que se extrajeron, por ejemplo, las piedras necesarias para levantar la Catedral de Málaga.
Durante el dominio musulmán fue una alquería, la principal de la Axarquía durante la época nazarí. Tras la Reconquista se permitió a la población establecerse cerca de la costa, a menos de una legua —lo que se ha conocido como el Seguro de Almayate—.
El fuerte desde la carretera N-340.


EL CASTILLO:

El origen de este castillo —realmente es un fuerte abaluartado— se remonta a principios del siglo XVI, cuando los moriscos que aún permanecían en Almayate decidieron marchar a Berbería. Esta circunstancia fue aprovechada por el Iº Marqués de Mondéjar, Íñigo López de Mendoza, a la sazón Capitán General del Reino de Granada, para solicitar al rey la cesión de esas tierras; cosa a la que accedió la corona, pero no como señorío sino como usufructo, en la fecha de 28/octubre/1508. El marqués de Mondéjar repobló las tierras y se dispuso a su explotación. Curiosamente, los repobladores fueron también moriscos.
Para la protección del lugar, se levantó en la playa una torre que fue llamada del Marqués, que se vino a unir a las ya existentes del Jaral y Torre Nueva, además del castillo de Almayate —del que quedan unos pocos restos—, que se encontraba algo alejado de las tierras a explotar, y en pésimo estado, por lo que fue destinado, a partir de entonces, a almacén de los productos de las huertas.
En el siglo XVI fue ampliada la torre y sus defensas, por lo que pasó a denominarse el Castillo del Marqués.
Dos siglos después, el castillo se encontraba arruinado, no reuniendo las condiciones necesarias para responder a las necesidades para las que se construyó, ni para hacer frente a las acciones de hostigamiento por parte de corsarios de todo pelaje.
En esto que llegó el 18/agosto/1764, y con él la publicación del “Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”, o sea, el proyecto de Carlos III para reforzar toda la costa sur de la Península Ibérica.
En dicho Reglamento se opta por construir en la costa de Almayate una nueva fortificación, que se llamaría el fuerte del Marqués y que se levantaría en terrenos donados por los sucesores de López de Mendoza, junto a la playa y alejado del castillo original unos centenares de metros hacia el oeste.
El castillo tendría una dotación mixta de Caballería, Artillería e Infantería, formada por un oficial, un sargento, dos cabos y dieciséis soldados de Milicia Urbana; un cabo y ocho soldados de Caballería; y un cabo, cuatro soldados y un guarda almacén de Inválidos de Artillería, desapareciendo la figura del alcaide del castillo, y quedando todo el personal al mando del oficial de Milicia Urbana. Además, disponían de una gran extensión de huerta para su aprovisionamiento.
Siguiendo los criterios que marcaba el reglamento, tuvo financiación privada, concretamente del capitán Gaspar Álvarez de Sotomayor —su coste fue de 242.168 reales de vellón y 26 maravedíes, algo más de los 200.000 reales previstos por la corona—, que obtuvo por ello una recompensa consistente en la obtención del grado de capitán par sus hijos Miguel y Gaspar Álvarez.
La construcción del fuerte —batería para cuatro cañones de a 24 libras— siguió el proyecto de José Crame, brigadier, ingeniero y director de las obras de aquel ambicioso plan de defensa de la costa del Reino de Granada. Las obras duraron desde el otoño de 1766 a diciembre de 1767 y fueron ejecutadas por Antonio Ramos, Maestro Mayor de la Catedral de Málaga.
D. José Herrera García (1798-1865), Ingeniero y Mariscal de Campo, dijo de este fuerte que “tiene por objeto este castillo impedir la aprocsimacion de embarcaciones enemigas a la playa, que es espaciosa y propia para desembarcos, defenderla, proteger nuestros buques, e impedir el contrabando. Su posición es propia para el objeto”.
En 1830 fue entregado al Cuerpo de Carabineros de la Real Hacienda que lo convirtió en casa-cuartel, dedicándose básicamente al alojamiento de los carabineros y sus familias, y abandonando el carácter defensivo que tuvo.
Su progresivo deterioro llevó en 1913 a decidir su reforma, la cual se llevó a cabo desde 1919 a 1922. Entonces se le añadió un cuerpo superior sobre la terraza —hasta entonces tuvo una sola planta— que se destinó a mejorar las condiciones de habitabilidad de las familias de los carabineros, consistente en la creación de doce pabellones. A esta ampliación se la conoció como la Caseta de Carabineros del Puesto del Marqués. El resto del edificio sufrió innumerables reformas que distorsionaron completamente la obra original.
Durante la Guerra Civil fue cárcel del Bando Nacional, y ocupado en la década de los 40 por la Guardia Civil, una vez desaparecido el cuerpo de Carabineros, que lo convirtió nuevamente en casa-cuartel. Sin embargo, al no ser reformado dada su avanzada ruina, fue abandonado a principios de los años 50.
En 1984, el Ayuntamiento de Vélez-Málaga se hizo con su propiedad, según R.D. 1582 de 20/junio/1984, a fin de convertirlo en un centro cultural y de exposiciones.
Actualmente alberga la Escuela de Hostelería Castillo del Marqués, dependiente del I.E.S. “María Zambrano” de Torre del Mar. Para este uso fue nuevamente remodelado, aunque esta intervención no fue tan agresiva como la de la década de los 20 del siglo pasado, aunque pudiera parecer lo contrario. Es evidente que el uso que se le da actualmente a las distintas dependencias, nada tiene que ver con el que tuvieron en el pasado.
Trabajadores del castillo.


LOS DETALLES:

La descripción que sigue es la que originalmente tuvo su construcción, aunque a título anecdótico-informativo no estaría mal dejar aquí también las diversas reformas que ha vivido el edificio; la de los años 20 del siglo pasado y la de la década de los 90.
Me ayudaré en los pormenores de uno de los dibujos que nos dejó su diseñador, José Crame (Joseph Crame) —que firma en Málaga el 20 de marzo de 1765—, y seguiré la numeración de las dependencias según en ellos figura.


Básicamente, y a primera vista, el castillo es de planta cuadrangular —de unos 33 metros de lado—, aunque no lo parezca. En su cara norte se refuerza con un hornabeque, o sea, dos medios baluartes que están trabados por una doble cortina en ángulo a modo de revellín (Q), para cubrir la puerta del fuerte, que dispone de adarve y aspilleras a nivel del suelo. En la cortina de la izquierda, orientada al nordeste, está la puerta de acceso a un pequeño patio, y más adelante un pasadizo cubierto por una bóveda de medio cañón que conduce al patio. Este pasadizo estuvo precedido por un puente levadizo (P).
Puerta de acceso y semibaluarte del noreste,

Muro de la doble cortina que protege la puerta.

Desde el interior del pasadizo se accedía, a izquierda, la habitación del oficial (E), y a derecha, al calabozo (N) y la cocina y despensa (E), también del oficial del fuerte.
Desde el patio, en el que hubo un pozo y una pila de mármol (R), y que estuvo empedrado, se distribuían todas las dependencias y cuarteles.
En el semibaluarte de levante se encontraba el almacén para la pólvora (N); a continuación, un almacén para todo tipo de pertrechos (G), la habitación para el guarda del almacén (F), y la dependencia-cuartel para un cabo y cuatro artilleros (I). Por último, en esa ala, la capilla y la dependencia para el alojamiento del capellán (D).
En el semibaluarte del oeste y parte del ala de ese lado, estaba el cuartel (K) para un sargento un cabo y doce soldados de infantería. Seguidamente, la caballeriza (M) para siete caballos, comunicada con el cuartel (L) para un cabo y seis soldados de caballería. Junto a esta dependencia estaban las letrinas (O).
Fachada este: batería a la izuierda, y semicubo de la capilla.

El cuartel de caballería y la capilla era estancias simétricas, abovedadas, que sobresalían de la muralla mediante sendos semicubos aspillerados. A su vez, cada una de ellas disponía de dos ventanas enrejadas que daban al foso que separaba el fuerte de la batería semicircular. El resto de las dependencias del fuerte carecía de ventanas al exterior, sólo aspilleras; sí tenían ventanas, para iluminación y ventilación, al patio.
En la fachada sur, a la izquierda está la escalera (T) que conducía al terrado, que estuvo rodeado de un pretil aspillerado.

Fachada sur del fuerte, desde la batería. Sobre el terrado, ampliaciones del siglo XX.

En esa misma fachada sur, y separada por un estrecho foso seco de unos seis pies de ancho, se levanta la batería, de planta semicircular, a la que se accede desde el patio mediante una rampa (C) o patín, que estuvo cubierta por una caponera (B) con tejado a dos aguas. Un foso también rodeó completamente la batería.
En su construcción se utilizaron mampuestos, y sillares en las esquinas; muchos elementos, como bóvedas y aspilleras, se ejecutaron con ladrillo. Sus fachadas estuvieron revestidas con revoco y blanqueadas de cal, y también las paredes de las estancias; incluso las exteriores se decoraron con esgrafiados que simulaban sillares, que trataban de crear una ilusión óptica.
Fachada de levante.

  

RESUMIENDO:

 

Nombre: Castillo o fuerte del Marqués o del Marqués de Valle Niza.

Localidad: Almayate.

Municipio: Vélez-Málaga.

Provincia: Málaga.

 

Tipología: fuerte abaluartado.

Época de construcción: siglo XVIII, 1766/1767.

Estado: En muy buen estado, aunque muy reformado para los usos que ha tenido y tiene.

Propiedad: Público, Ayuntamiento de Vélez-Málaga.

Uso: Escuela de Hostelería, dependiente del IES “María Zambrano” de Torre del Mar.

Visitas: Cuando lo visité no me fue permitida la visita por un empleado de la Escuela de Hostelería. El exterior, por supuesto, es libre.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre Patrimonio Histórico Español.

La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza en 1993.

Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 29/junio/1985.

 

Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. Aunque al estar en una costa en la que se prodigan estas edificaciones, si se anda por allí, se visitará y se paseará.

Otras cuestiones de interés: Todas las torres, fuertes y castillos que se levantan en la costa malagueña.

Cómo llegar: se encuentra en la N-340, entre los núcleos de población de Benajarafe y Almayate, muy visible desde la carretera.


Coordenadas: 

36.720573745327194, -4.1611909584728455

 

lunes, 23 de octubre de 2023

Rincón de la Victoria, Torre de Benagalbón

A cinco minutos en coche, apenas 2’3 kilómetros en dirección este, de la Casa fuerte de Bezmiliana, encontramos la torre de Benagalbón.
Sobre la ladera de una loma, junto a la N-340, y en una pequeña parcela ajardinada, se levanta aún —al día de hoy felizmente restaurada— esta torre que lucha por no verse perjudicada en un entorno excesivamente urbanizado y por poder ser vista a pesar de algún tendido eléctrico. Quizás se lamente de su actual inutilidad, ahora sólo está para ser vista, no para ver desde ella ni para vigilar la costa que fue para lo que la levantaron —para eso tiene enfrente, al otro lado de la carretera, el cuartel de la Guardia Civil, que son quienes hoy día ejercen esa labor—. A pesar de ello ahí está, entera y orgullosa, y feliz al ver que algunos paseantes nos detenemos unos minutos a observarla y a agradecerla lo que a nuestra historia ha aportado. Y de paso, hacernos felices a quienes gustamos de mirar piedras viejas —que en este caso son algo más nuevas por lo de la restauración, pero que no importa—.
Antes de continuar, decir que seguimos en Rincón de la Victoria, en un pequeño núcleo urbano llamado como la torre, La Torre de Benagalbón, en la nombrada Avenida de la Torre, como no podía ser de otra manera, esquina con la calle Almenara —más referencias, imposible—.
Esta pequeña población fue un asentamiento fenicio allá por el siglo VII a.C., después púnico, que se dedicó al comercio dada su situación en el camino que desde la Malaka fenicia recorría la costa hasta el estuario del río Vélez.
Durante la dominación romana se explotaron yacimientos de cobre en las proximidades, y también fue centro de elaboración de productos relacionados con el mar. O sea, que la historia de este lugar viene de antiguo, aunque hoy en día apenas si queden restos de aquello: vestigios de una villa romana, y seguramente lo que fueron unas termas del siglo II d.C.
La torre desde el sur.


LA TORRE:

Es una más de las numerosas torres, y edificaciones de vigilancia y defensa, que puntean la costa andaluza, y que se edificaron desde que los musulmanes anduvieron por aquí, y siguieron haciéndolo luego los cristianos tras la Reconquista, y los ya españoles durante algunos siglos después, para vigilar y así evitar incursiones de piratas de todo pelaje.
La torre de Benagalbón no está datada de manera cierta. Hay autores que sitúan su construcción en la época del sultán nazarí Yusuf I (1318-1354), mientras otros se remontan hasta el siglo XI, o la retrasan a época cristiana en un amplio arco temporal: entre 1500 y 1700. La certeza debe de andar en el hecho de que los cristianos, a saber cuándo, la levantaron sobre restos de otra anterior musulmana. Ahí lo dejamos.
En 1490, tras los repartimientos que se hicieron después de la conquista de Málaga, le fue entregada en propiedad a Pedro Carreño, junto a tierras colindantes. En 1492 se le ordena su reconstrucción, pero lamentablemente, Pedro Carreño ya había fallecido.


La torre desde el norte.



LOS DETALLES:

Es de planta circular —7’30 metros de diámetro en su base— y volumen troncocónico; su altura, 10’00 metros y el perímetro en la basa es de 23’00 metros. Estos datos varían según la página web que se lea; un servidor no ha tomado ninguna medida de la torre cuando la visité, así que no doy por buena ni éstas ni las otras medidas. Si escribo aquí las que escribo es porque son las que figuran en la Guía Digital del Instituto Andaluz del Patrimonio Artístico, y algunas hay que poner. Digamos pues que son aproximadas.
Toda ella fue realizada en mampostería, alternando hiladas de pizarra; en su origen estuvo revestida con enfoscado de cal.
Tiene un cuerpo inferior macizo, hasta la altura de la entrada, que se sitúa a unos 6’00 metros del suelo. Este acceso se orienta al noroeste y lo forma un hueco enmarcado con ladrillos, jambas, umbral y arco, que es de medio punto. El vano da paso a una cámara abovedada de ladrillo que era la estancia de los torreros.
Hacia el sur presenta otro hueco, más reducido y ejecutado con la misma piedra que la torre; este hueco era utilizado para otear la costa.
En esta dependencia existió una chimenea, con salida al terrado, para efectuar las señales de aviso (y para calentar a la guarnición también, he de suponer).
Mediante una escalera interior se accedería al terrado, cuya salida queda protegida con un pequeño tejado; el pretil es continuo, sólo roto por cuatro matacanes de ladrillo apoyados en ménsulas de piedra, uno de los cuales coincide con la vertical del vano de acceso. La azotea también era el lugar donde se hacía el fuego por las noches y señalizar así los posibles peligros.



RESUMIENDO:

Nombre:
Torre de Benagalbón.
Localidad: La Torre de Benagalbón.
Municipio: Rincón de la Victoria.
Provincia: Málaga.

Tipología: Torre costera almenara.
Época de construcción: siglo XIV, posteriores reconstrucciones.
Estado: Restaurada (¿reconstruida?), en muy buen estado de conservación.
Propiedad: Pública, Ayuntamiento de Rincón de la Victoria (¿?).
Uso: Ninguno, sólo está allí para mirarla.
Visitas: Visitable el exterior; como todas las torres no es accesible su interior.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarada Bien de Interés Cultural, BOE 29-6-1985 y BOJA 8-10-2008.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. Pero como por esa zona hay mucha piedra vieja que ver, pues seguro que ésta queda incluida en el paquete.
Otras cuestiones de interés: 
Ladera abajo, en dirección a la costa se observan los restos de lo que podría haber sido una plataforma artillera asociada a la torre. 
Todo el litoral está plagado de torres, baterías, fuertes y algunos castillos medievales. Y playas, buenas playas.
Cómo llegar: Autovía del Mediterráneo A-7, salir en Rincón de la Victoria y continuar por la N-340 hasta La torre de Benagalbón. Una vez allí llegar hasta la rotonda del cuartel de la Guardia Civil y allí está la torre.




Coordenadas: 36.71221819849003, -4.254966970558155
Geolocalización: 36º 42’ 43’’ N 4º 15’ 21’’

martes, 17 de octubre de 2023

Rincón de la Victoria, Casa fuerte de Bezmiliana

A la Casa fuerte de Bezmiliana, que no es un castillo, la llaman también fortaleza de Bezmiliana —en la red de redes encuentras también los nombres de Mismiliana, Bemilyana y alguno más—, y está en Rincón de la Victoria, provincia de Málaga.
No confundir con el castillo de Bezmiliana, apenas unas ruinas, que, con ese nombre, se levanta en el término municipal de este pueblo, muy cerca de donde esta casa fuerte, y del que toma su nombre. Por eso pienso que debe de ser un error el que algunas páginas sitúen la casa fuerte sobre los restos de un anterior castillo del siglo XII, y confundan ambas edificaciones por tener el mismo nombre.

La que hoy paseamos está en pleno casco urbano de la población, muy cerca de la playa, separada actualmente por una avenida y una hilera de casas que la impiden ver el mar, a la vez que ser vista desde la playa.  

LA CASA FUERTE:

Fue mandada construir por Carlos III hacia 1766 para complementar la defensa militar de la costa mediterránea con el objetivo de rechazar la piratería marítima; asunto que ya parecía una tradición desde los tiempos de Felipe II y que en la zona se reflejaba con las torres de El Cantal y la de Benagalbón.

Hasta entonces las torres almenaras fueron útiles en su principal misión, que era la de estar alerta a fin de avistar a lo lejos el problema. Pero como el problema crecía —no sólo eran los ingleses, que también los holandeses eran un poco piratas—, se vio necesario poner más y mejores remedios. De ahí la orden de Carlos III de fortalecer aún más la costa mediterránea, en lo que al reino de Granada se refería, con la construcción de varios edificios fuertes.

Concretamente se proyectaron 8 atalayas, 12 torres-baterías para dos cañones, 10 fuertes para cuatro cañones y dos casas fuertes para caballería. Todo ello a raíz de la publicación en 1764 del “Reglamento que Su Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764” redactado a tenor de las conclusiones del informe que redactó el mariscal de campo Antonio María de Bucarelli y Ursúa sobre la situación de las defensas en el litoral.

Ésta fue una de las dos casas fuertes para caballería —la otra es la de La Cruceta o Cuartel del Toyo, en Almería— que se levantaron, y al igual que en el resto de fuertes y baterías, se siguieron los planos de los ingenieros militares José Crame y Francisco de Gózar. Fue construida por el ingeniero Carlos Masdeu y costeada por la hacienda real. El Reglamento de 1764 indicaba que tendría una dotación de 1 oficial, 2 cabos y 16 soldados, todos ellos de caballería.

Tras la guerra de la Independencia, atravesó un largo período de abandono, siendo acondicionada como cuartel del Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras tras su creación. Una vez disuelto este cuerpo en marzo de 1940, fue utilizada por la Guardia Civil como almacén y corral hasta noviembre de 1978.

En 1985 comenzó el proceso de restauración del edificio, a cargo de la Junta de Andalucía, según proyecto del arquitecto Álvaro Mendiola Fernández, terminándose la obra en 1992. Desde entonces la casa fuerte es utilizada como centro de exposiciones y otros actos culturales, función bastante más pacífica que para la que fue concebida.

Esquina suroeste de la casa, a la derecha la escultura "El rapto de Europa"

 

LOS DETALLES:

La Casa fuerte es de planta casi cuadrangular —miden exactamente 12’55 sus muros este y oeste y 19’20 metros los norte y sur, siendo el espesor de los mismo de 0’5 metros—, y consta de una edificación de una sola planta dividida en dos naves cubiertas con bóveda de cañón, y una terraza a la que se accede por una escalera de caracol. La altura total del edificio es de 5’15 metros, incluyendo 1’00 metro de pretil.

Esta edificación está rodeada por un muro exterior, concéntrico al edificio que deja entre ambos un espacio a modo de patio interior. La distancia entre el edificio y el muro es de 4’97 metros.

Las medidas del muro perimetral exterior son: 27’80 en sus caras norte y sur, y 25’60 metros en las orientadas al este y oeste

En este muro se observan aspilleras en un número de seis por cada cara. En él se abren dos puertas, una al sur y la otra al norte, siendo esta última de mayor tamaño. En la restauración de 1985/1992 se cambió la situación de las puertas, pues originalmente era la mayor la situada al sur.

Uno de los garitones, desde el patio interior.
Patio perimetral interior, al fondo el abrevadero.

En sus ángulos NE y SO dispone de dos garitones para guardia, como “torreones de defensa”. Estos garitones —de diámetros 2’51 y 1’95 metros, exterior e interior, respectivamente— están ejecutados en sillería, cubiertos con bóveda y tienen seis aspilleras cada uno.

En el lado este del muro perimetral existe un abrevadero muy deteriorado que no se vio afectado por la restauración.

Fachada norte.


Porche en la fachada norte, acceso a la segunda nave.

La puerta norte del muro está ejecutada con grandes sillares y el portón con gruesos tablones de madera guarnecidos de fajas de hierro; sobre ella un frontispicio con un escudo en versión reducida del de España en aquella época.

Enfrentada a esta puerta está la de la entrada a la nave de la tropa, protegida su fachada por un porche corrido en toda su longitud y cubierto por un tejado a un solo agua y sostenido por tres columnas de ladrillo.

"Mi compañía" encaminándose hacia la puerta de la fachada sur.

Buharda sobre la puerta de la fachada sur.

La puerta sur, de menores dimensiones, es el actual acceso al edificio y está ejecutada con gruesos sillares y rematada con un frontispicio liso. Enfrentada a esta puerta está la que da acceso al edificio, de sencilla estructura neoclásica, sobre la que se ve una pequeña buharda —matacán— de ladrillo apoyada sobre tres mensualillas; en su pared se abren dos aspilleras, y está rematada por un sencillo frontispicio. A ambos lados de la puerta se abren dos ventanas.

La primera nave, que se dedicó a caballeriza.

La primera de las naves, la de la fachada sur, fue la destinada a los caballos y tuvo espacio—comederos— para catorce animales. En el extremo este, se abre otra ventana. Con gran acierto se ha mantenido el empedrado original en el suelo.

Segunda nave, de la tropa, al fondo la chimenea.


Segunda nave, al fondo puerta de acceso a la azotea.

La segunda nave, que tiene una chimenea, era la destinada a la tropa. Al fondo, tras la chimenea, queda un pequeño habitáculo que era el asignado para el oficial al mando. En esta nave se encuentra la escalera de caracol por la que se accede a la terraza. Actualmente está enlosada, pero es de suponer que en origen lo estuvo de tierra apisonada.

A la azotea se llega por la escalera de caracol que termina bajo una caseta abovedada. El terrado está rodeado por un pretil de mampostería y sillería en las esquinas. Sus únicos elementos destacables son el matacán, la chimenea y a garita de salida; en fachada, el pretil se separa del muro mediante la típica gola

Toda la edificación es de mampostería enfoscada, piedras de gran tamaño entre las que se intercalan algunas hiladas de ladrillo; a excepción de algunos elementos, como los garitones, esquinas y puertas, que son de sillería vista.

Fachada sur, en primer plano el abrevadero-alcubilla.

Estuvo rodeado de un pequeño foso del que se prescindió en la restauración, no quedando vestigio alguno de él. En el exterior, a la izquierda de su puerta sur, existe una fuente en forma de alcubilla —“arca de agua” según el DRAE, al-qubba en árabe, la cúpulajunto a un abrevadero.


 

RESUMIENDO:

 


Nombre: Casa fuerte de Bezmiliana.

Municipio:  Rincón de la Victoria.

Provincia:    Málaga

Tipología:    Casa fuerte abaluartada.      

Época de construcción: segunda mitad del siglo XVIII, hacia 1766.


Estado: en muy buen estado de salud y conservación, gracias a la restauración llevada a cabo a finales del siglo pasado.

Uso: Espacio cultural, sala de exposiciones, presentaciones, etc.,

Visitas: abierto al público, entrada libre.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22/abril/1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.

Declarado bien de Interés Cultural en categoría monumento (BOE 16/06/985), y en categoría zona arqueológica (BOJA 27/05/2009).

La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.


Calificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo: 

Otras cuestiones de interés: Es de suponer que cuando se construyó y no existía ninguna edificación en la actual población, debió tener conexión visual con la torre de Benagalbón hacia levante y con la de El Cantal a poniente.

En los jardines del entorno se encuentra una escultura, obra de José Seguiri, que representa el Rapto de Europa —2600 kilos y 3'25 metros de altura—.


Cómo llegar: está en el núcleo urbano de la población, con muy fácil acceso simplemente paseando.




Localización: 36.716291427499804, -4.279258321650308

martes, 10 de octubre de 2023

Málaga, castillo de Gibralfaro

Subo hoy al castillo de Gibralfaro, y lo hago cómodamente en coche, que hacerlo a pie habría sido bastante complicado para mi corazón. Andando hubiera admirado el paisaje desde el mirador que se llama como el castillo, el mar asomándose entre los árboles y también la ciudad: Málaga espléndida y amplia. Desde ella, desde el llano, el castillo se muestra discreto, disimulando su presencia, casi oculto entre la arboleda, pero atento a lo que a sus pies custodia, la alcazaba.
El coche no me permitió disfrutar de la maravilla de paisaje, que quedó reservada para el paseo por las murallas, nunca mejor dicho, paseo de ronda a más de 130 metros sobre el mar.
Una vez arriba, el castillo sigue mostrándose con mesura, sin alardes, permanece agazapado, alerta, como el mejor de los soldados. Definitivamente pienso que su construcción no tuvo por finalidad ser expuesto a la admiración ajena, su alzada es únicamente guerrera.
Aunque hemos de imaginar que, realmente, Gibralfaro y a sus pies la Alcazaba, se presentaran hace casi setecientos años, altivos y desafiantes, sin vegetación en su entorno y así facilitar su defensa, provocar temor e impotencia a los potenciales enemigos, e incluso maravilla ante su aspecto inexpugnable.
El puerto de Málaga desde la torre del Homenaje.


EL CASTILLO:

Leo que su construcción fue relativamente reciente, siglo XIV. El rey nazarita Yusuf I, hacia 1340, convertiría lo que antiguamente había sido un asentamiento fenicio, después romano, y por último una rábita construida unos siglos antes, en la fortaleza que hoy vemos, transformando las antiguas ruinas en un amplio alcázar. En lo más alto de la montaña, un faro guiaba a navegantes en la noche; de ahí su nombre: Jabal Faruk, el monte del faro.
Su primer cometido fue albergar las tropas que protegían la ciudad y la alcazaba —llegó a albergar más de 5000 hombres—, para lo que se unió a ella mediante la doble muralla coracha. Tenía, por tanto, un carácter totalmente militar. Y es que la alcazaba, desde el punto de vista bélico, estaba mal defendida; con la introducción de la pólvora en el mundo de la guerra, se temió que, si se conquistara la vieja fortaleza, desde ella sería blanco fácil la desprotegida alcazaba —pues tomar la alcazaba conllevaría la pérdida de la ciudad—, para lo que era preciso construir una edificación de mayor entidad que la existente. También podría ser utilizado como último reducto en caso de que cayera la ciudad.
Y para facilitar la defensa de la alcazaba aún más, se dispuso un corredor que uniera las dos fortificaciones mediante un pasillo cubierto de dos murallas corachas que permitiría un rápido desplazamiento de tropas desde el castillo a la alcazaba.
También fue usado, cómo no, para proteger ese punto de la costa contra los posibles ataques desde el mar y así salvaguardar su estratégica posición en el Mediterráneo.
Durante el reinado de Yusuf II, a finales del siglo XIV, se reforzó su capacidad defensiva con la construcción de algunas torres más. De esta manera se pretendía consolidar militarmente el control nazarí sobre la región.
Detalle de un grabado, Civitates Orbis Terrarum, siglo XVI: alcazaba castillo y coracha.

A pesar de ello, casi cien años después, es conquistado por los Reyes Católicos en 1487 tras un fuerte asedio que duró todo el verano de ese año. El rey Fernando lo convirtió en su residencia, mientras Isabel permaneció en la alcazaba.
En el transcurso de los siglos XVII y XVIII, su función defensiva disminuyó de manera significativa, aunque sin perderla del todo, lo que aparejó un considerable deterioro. Algunas de sus dependencias fueron utilizadas como prisión e incluso como hospital.

En 1810, las tropas francesas se instalaron en el castillo, reforzando sus muros y construyendo un baluarte desde el que, incluso, bombardearon la ciudad.
Cuando en 1814 los franceses se retiran, y siguiendo su costumbre, volaron parte del castillo con la pólvora que les restaba.
Algo así debió de ser Málaga (maqueta en el Centro de Interpretación).



LOS DETALLES:

Fue Gibralfaro una fortaleza sólida y firme, considerada entonces como la más inexpugnable de la península, por su posición y sus características. Situado en lo más elevado del cerro y rodeado de dos líneas de murallas entre las que discurre una estrecha liza, se construyó para resistir cualquier asedio y rechazar cualquier ataque, renunciando a elementos bellos y en pos de una sola vocación: la defensa. Todo el castillo está construido en tapial sobre un zócalo de mampostería de piedra del lugar, ladrillos y numerosos ripios, enlucido todo con mortero de cal que lo protege y regulariza; aunque casi todo está hoy a la vista.

Detalle de los muros del castillo.

Ocho torreones refuerzan las esquinas del irregular polígono que es la planta, adaptada a la cumbre de la montaña, y protegida a su vez por un antemuro (barbacana que algunos autor

es datan de época cristiana) que zigzaguea en paralelo a las murallas del edificio principal rodeándolo en su totalidad, pero que no es accesible al visitante. A su vez, el estrecho camino de ronda de la segunda muralla permite pasear el perímetro del castillo casi al completo. Todos los lienzos de muralla y torres estuvieron almenados, con merlones piramidales.

Plano del castillo. Sigamos la numeración.

El castillo se divide en dos partes según su altitud: la superior y la inferior.
 Empecemos por la superior que es por donde se encuentra la entrada (1-2), que corresponde a la que se llamó del Cristo que, a pesar del nombre, es de origen musulmán. Ese acceso está en la zona este del castillo, al que se llega después de un corto recorrido entre ambas murallas. Se entra al recinto interior y justo enfrente está el polvorín, actualmente dedicado a Centro de Interpretación (4).  Estamos en el llamado patio principal, donde se encontraba los edificios correspondientes al alcázar, residencia del gobernador del castillo. En esta zona también hubo una mezquita que, tras la conquista cristiana, fue transformada en iglesia que se consagró a San Luis. De ella no han quedado vestigios.

Entrada actual, antemuro, liza y muralla; desde la torre del Homenaje.

A la derecha la torre Mayor (3), de 17 metros de altura y cuyo terrado es el punto más alto del castillo y se llega a él mediante una empinada escalera; desde allí tendremos la mejor vista del entorno. En su interior, una exposición permanente nos habla de la historia del castillo y su importancia estratégica.
Torre del Homenaje desde el patio principal.

El paseo de ronda, bien protegido por una barandilla en su paradós.

Siguiendo por el paseo de ronda en sentido horario recorreremos toda la muralla admirando a la izquierda el puerto de Málaga mientras esquivamos turistas por el estrecho camino. A la derecha imaginaremos caballerizas, estancias de servicio, hornos (11), y los restos de un aljibe (10). —actualmente un bar-restaurante (5)—, y cómo no, patios y jardines.
En el patio principal, un animado restaurante.

Llegaremos a la zona más al sur de las murallas, lo que se denomina la parte inferior. Aquí estuvo situado el Patio de Armas, lugar de permanencia y adiestramiento de los soldados, y hoy de paseo y tranquilidad; en su esquina suroeste la barbacana se abre, o mejor, no se cierra. Sus extremos se unen a las dos corachas (9) que, serpenteando, descienden por la ladera hasta la alcazaba, y que sirvieron de conexión entre las dos fortificaciones: en caso de asedio a la Alcazaba, las tropas acantonadas en el castillo podrían descender rápidamente y con seguridad a protegerla.
Aquí estuvo el Patio de Armas, a su alrededor, las caballerizas y barracones para la tropa.

Las dos corachas desciende hasta la Alcazaba.

En el lienzo que se orienta a poniente, y en su centro, se sitúa la puerta de las Columnas (8), la primera que tuvo el castillo, y a la que también se la llamó de los Tableros.

Esta puerta es una magnífica estructura en la que destaca no sólo el básico diseño defensivo característico de los musulmanes —puerta en recodo—, sino también su porte y sus elementos constructivos: arcos apuntados, carpaneles (¿y de herradura?), con proliferación de ladrillos. Está precedida de un espacio que ocupaba el cuerpo de guardia, bajo una bóveda baída muy con cerámica.

Puerta de los Tableros o de las Columnas; al fondo la torre Blanca.

Interior de la Puerta de las Columnas.

De su esquina noroeste parte una corta muralla que remata en la llamada torre Blanca (7), lo que la convierte en una torre albarrana. En su interior hay un aljibe y otras dependencias. Desde ella se domina la ciudad y la ladera que desde ella sube, o desciende, según se mire. Sirvió también como protección de la puerta de las Columnas que acabamos de describir.
Cerrando el paseo —siempre en sentido horario— encontramos, ya en la parte superior del castillo, el pozo de Airón (6) —sima profunda—, de origen fenicio, una excavación en la roca de unos 40 metros de profundidad que aún proporciona agua. Es un elemento muy bien conservado, a pesar de su antigüedad.
Málaga desde Gibralfaro. En primer plano, la Alcazaba.


RESUMIENDO:

Nombre: Castillo de Gibralfaro.
Municipio: Málaga.
Provincia: Málaga
Tipología: Castillo.

Época de construcción: siglo XIV, 1340, sobre restos anteriores.
Estado: Restaurado, conservándose parcialmente sus estructuras y elementos en muy buen estado.
Uso: Principalmente turístico, aunque también se realizan eventos, conciertos y recitales. Su mejor empleo es el de ser el mirador por excelencia de la ciudad, lo que le convierte en un lugar de un alto valor paisajístico.
Visitas: abierto al público, entrada libre (¿?), no recuerdo si pagué algo.
Propiedad: Pública, Ayuntamiento de Málaga.
Protección: Bajo la protección de la Declaración Genérica del Decreto de 22/abril/1949 y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el patrimonio Histórico Español.
Declarado bien de Interés Cultural en categoría monumento según Ley 16/1985 de 25 de junio; es Monumento Histórico Artístico desde el 3 de junio de 1931.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.

Calificación subjetiva: 4, o sea, que no hay que perdérselo bajo ningún concepto, o lo que es lo mismo, hay que verlo antes de morir.
Otras cuestiones de interés: en lo que fue el polvorín, un edificio del siglo XVIII, hoy restaurado, se presenta una exposición que recorre la historia y la vida dentro del castillo a lo largo de la misma (maquetas, planos que muestran la evolución urbana, uniformes militares de distintas épocas, armas, útiles y enseres de la vida cotidiana desde el siglo XVI al XX), como guarnición militar y vigía de la costa desde 1487.
Fernando el Católico incorporó el castillo al escudo de la ciudad —que sigue vigente—, ordenándolo mediante la Real Cédula de 30 de agosto de 1494, que describe así el escudo:
“La forma de la mesma ciudad e fortaleza de Gibralfaro con el corral de los captivos en campo colorado; e por reverencia de los bienaventurados dos mártires, San Ciriaco e Santa Paula, que en dicha ciudad fueron martirizados, mandamos poner su imagen de cada uno de ellos en par en las Torres de Gibralfaro; e por la onrra del puerto, le damos las ondas de la mar; e por orladura de las dichas armas, nuestras divisas que es el Yugo y las Flechas”.
Escudo de Málaga (de Wikipedia.org)

Cómo llegar: está en el núcleo urbano de la ciudad, aunque a mayor altitud, con muy fácil acceso tanto a pie como en coche. Así que poner aquí un mapita me parece algo innecesario.

Coordenadas: 36.72372997595643, -4.410566680596625