martes, 18 de abril de 2023

Carcabuey, castillo de Carcabuey o de Fuente Úbeda

No sé si han sido tres o cuatro veces las que he transitado por la carretera A-339 en otras tantas visitas a Priego de Córdoba, y en todas ellas me quedaba el sabor amargo de dejar a la derecha, a la ida, o a la izquierda, a la vuelta, el pueblo de Carcabuey renunciado a buscar entre sus calles el camino que me llevara hasta el castillo. Un castillo que, desde la posición lejana de la carretera, te invita a pasearlo, que más que invitación es un reto, como lo son todos los castillos roqueros, “aquí estoy, no podrás tomarme”, parecen decir.

Pero el de Carcabuey es hoy fácil de asaltar: un cómodo camino te permite subir hasta su puerta en coche, penetrarlo por un portalón abierto y desde allí mirar el panorama, la campiña, e imaginar que desde hace miles de años ya anduvieron por aquí seres humanos, dejándonos restos que así lo atestiguan, incluso en el mismo lugar en el que siglos después levantarían los romanos un recinto militar que crecería y llamarían Ipolcobulcula, y que durante siglos sería confundida con Cárruca.

Que no sería la única confusión sobre su origen, pues a mediados del siglo XIX se discutió que aquel emplazamiento se llamó Alcobitense, según una inscripción hallada en la ermita de San Marcos, pero que parecía decir Olcobilense. Una de las dos era la incorrecta, o las dos. Menos mal que vinieron los árabes a poner orden en el tema e hicieron tabla rasa: llamaron al lugar karkabul y también karkabuliya. Sin que quede claro el por qué y el origen de esta decisión, que discusiones sobre el tema hay para aburrir.
El castillo desde el este.

 

EL CASTILLO:


Aun sabiendo que estas tierras fueron escenario de conflictos bélicos durante la Edad Media, pocos son los documentos de la época que se refieren directamente al castillo de Carcabuey, ni musulmanes ni cristianos.

Los primeros apuntan a que el castillo fue construido sobre lo que fue una fortificación romana, probablemente en el siglo IX, por Ben Mastana, y nos hablan de Abd Allah ibn Muhammad, séptimo emir omeya de Córdoba desde el 888 al 912, y abuelo de Abderramán III, que se trasladó hasta aquí para someter a los rebeldes muladíes comandados por el mencionado Ben Mastana, que desde Carcabuey llevaba a cabo razias a territorios dependientes de Córdoba. Abd Allah destruye la fortaleza en el 892, pero no consigue hacer prisionero al caudillo rebelde.

De la conquista cristiana, igualmente, se sabe poco. Fernando III se hizo de este castillo a la par que tomaba Priego, reedificándolo siguiendo modelos cristianos, y cediéndoselo a la Orden de Calatrava. Fue un poco más tarde, en 1282, cuando uno de sus alcaides, Pedro Nuño Tello, haciendo gala de su elevada lealtad al rey, fue capaz de sacrificar a su hija antes de entregar la plaza. De ahí que también sea conocido este castillo como de la Traición o de la Fidelidad —dejo aquí un enlace en el que se cuenta esta historia, o leyenda, quién sabe—.

https://espanafascinante.com/cultura-espanola/la-leyenda-de-carcabuey/

Al fondo, muy al fondo, Priego de Córdoba.


Pero volvió a caer en manos musulmanas al ser conquistado por Muhammad IV, sexto soberano nazarí de Granada, en 1333. Por último, es Alfonso XI quien toma el castillo en 1341, quedando definitivamente Carcabuey bajo el control cristiano, y dependiendo directamente de la corona.

La villa fue realengo hasta que, en 1385, Juan I se lo entrega a Ruy Díaz de Berrio, instaurándose el Señorío de Carcabuey. Poco después, y ante las dificultades para el mantenimiento del castillo y la villa, venden en 1465sus derechos a la Casa de Aguilar en la persona de Alonso Fernández de Córdoba. A partir de entonces creció su importancia estratégica como plaza fronteriza, y también económica; importancia que corrió paralela al ascenso en la corte de sus propietarios, y de la que se beneficiaron numerosas familias hidalgas de la villa.

En el siglo XVIII se construyó en el interior del castillo una ermita, que se dedicó a la patrona del pueblo, la Virgen del Castillo. Es probable que ya existiera otra ermita más antigua en el mismo lugar levantada tras la Reconquista.

 


LOS DETALLES:


Se sitúa el castillo sobre la roca que corona el cerro, y a cuya falda se extiende la población. Es por tanto un castillo roquero, con torres y lienzos que parecen ser prolongación de la misma piedra natural. Desde él se domina gran parte del territorio y, por supuesto, el pueblo.

La planta es un polígono irregular de diez o doce lados —difícil de contarlos—, por lo que mejor será decir que tiende a ser un triángulo irregular. Esa irregularidad es fruto de su adaptación a la complicada orografía del terreno.

El castillo desde el camino de acceso.

Un empinado pero cómodo y bien acondicionado camino nos lleva desde la población hasta la puerta de la fortificación, que se sitúa en el vértice que se orienta al sureste. Esta puerta, que posiblemente no se a la original, está levantada sobre un muro de contención que parece estar construido con materiales procedentes de la propia fortaleza, por lo que confirmaría la idea de que no es la primitiva puerta. El acceso está flanqueado por dos cubos almenados. También dispuso de otra entrada, una poterna en su lienzo sur, que fue cegada y ha permanecido oculta hasta su aparición tras recientes excavaciones.

Puerta de entrada.

Inmediatamente tras la puerta, en un gran espacio, está lo que fue el Patio de Armas, en cuya cota más alta se levanta la ermita de la Virgen del Castillo.

El recinto lo conforman cinco torres, dos semicirculares y dos cuadradas que sobresalen de la muralla, y una cilíndrica situada en, aproximadamente, el centro del lienzo oeste.

La puerta del castillo desde el interior.


Restos de edificaciones dentro del castillo.

Adosados al muro del norte vemos restos de edificaciones, entre los que se encuentra el arranque de lo que fue la Torre del Homenaje. En su zona noroeste se aprecian excavaciones en las que han aparecido restos de épocas prehistóricas y de fortificaciones anteriores a la actual.

Toda la edificación fue construida con sillarejos y tapial.

Carcabuey desde el castillo.

El castillo desde el oeste.



RESUMIENDO:



Nombre: Castillo de Carcabuey o de Fuente Úbeda, de la Traición o de la Fidelidad.

Municipio: Carcabuey.

Provincia: Córdoba.

 

Época de construcción: Siglo IX, y posterior reconstrucción en el siglo XIII.

Estado: de semirruina, con algunos sectores en buen estado, como es la puerta. Merecería una buena inversión que rescate historia y consolide las piedras.

Propiedad: Pública, ayuntamiento de Carcabuey.

Uso: Ninguno. Si acaso acoger la ermita de la patrona del pueblo.

Visitas: totalmente libre, la puerta permanece abierta. Eso sí, cuidado al pasearlo por el interior, dado el estado de las excavaciones. Por el exterior, imposible recorrerlo.

Protección: Bajo la protección de la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía

Está declarado Bien De Interés Cultural desde el 29/junio/1985. 

Clasificación subjetiva: 3*, es decir, no perdérselo bajo ningún concepto, o lo que es lo mismo, hay que verlo antes de morir.

Otras cuestiones de interés:

En el camino que nos lleva al castillo se encuentra un aljibe, excavado en la roca, de origen romano.

La ermita de la Virgen del Castillo, construida a finales del siglo XVIII, es un pequeño edificio de planta cruciforme al que se accede a través de un arco de medio punto. En su interior llama la atención una cúpula gallonada —de gajos o lobulada—. Parece ser que conserva una reliquia de Santa María Egipciáca (344-422), santa muy venerada por cristianos ortodoxos, coptos, anglicanos y también católicos.

Fue reconstruida en 1952 dado que quedó muy dañada tras un terremoto ocurrido en 1951.

La ermita una vez dentro del castillo.

Cómo llegar: partiendo de la ciudad de Córdoba, tomamos la A-45 dirección Málaga, y en Monturque la A-342 a Priego de Córdoba. 33 kilómetros más adelante, a la derecha, está Carcabuey.  El pueblo y el castillo se ven muy bien desde la carretera.

Coordenadas:  37°26′40″N 4°16′14″O.

37.44469873667087, -4.271401078911734



martes, 4 de abril de 2023

Mijas, castillo de Mijas o la Muralla

En anteriores visitas a la costa malagueña paseé dos torres almenaras, la de Calaburras y la de Calahonda, además de la de la Cala del Moral, que es menos almenara y más artillera, en el término municipal de Mijas. Toca hoy dejar aquí mi paseo por los restos de lo que fue la muralla medieval de la villa, que se sitúa al interior, villa y muralla, en la ladera de la sierra del mismo nombre.
La torre superviviente, entre los jardines.

La historia de Mijas, como debe ser, se remonta siglos y siglos: vestigios hay del Paleolítico, o sea 20000 años atrás, con pobladores venidos del norte y desde África; fenicios que llegaron a estas tierras casi diez siglos a.C. y cuyo recuerdo está en el asentamiento de Finca Acevedo, por ejemplo, y también evidencias de restos de un santuario fenicio-púnico junto a la muralla del pueblo.
Y después con los romanos, base de toda la cultura actual de la península Ibérica, fue lugar de paso en la vía que unía Malaca y Gades, dejándonos en las inmediaciones importantes yacimientos arqueológicos, como el de Haza del Algarrobo, El Chaparral y nuevamente en la Finca Acevedo, que intentan dar verosimilitud a la existencia de la ciudad romana de Suel —según Francisco de la Torre Argüelles—, a pesar de no haberse encontrado grandes construcciones que pudiera confirmar esta posibilidad. Otras teorías, menos fundamentadas, denominan a aquella ciudad romana como Tamisa.
La decadencia del Imperio romano también llegó hasta aquí, como no podía ser menos, y con la llegada de los pueblos del norte, las poblaciones se trasladarían hacia cotas más altas buscando seguridad. Quizá ahí estuvo el principio de la actual Mijas. Bueno, y también con la llegada de los árabes que vinieron se quedaron por aquí más de setecientos años.
Los Reyes Católicos conquistan Málaga en agosto de 1487, y al poco, se negocia la entrega de Mixas (Mijas) junto con otros tres núcleos: Osunillas, Oznar (El Hornillo) y Sohayl (Fuengirola). No llegándose a ningún acuerdo, los vecinos de Mijas terminarían pasados a cuchillo o, en el mejor de los casos, esclavizados en represalia a la resistencia que opusieron dos años antes cuando el lugar no pudo ser conquistado por los cristianos. Se llevó a cabo entonces el repartimiento de tierras entre los nuevos colonos cristianos, a la vez que se levantaban torres almenaras en la costa para su vigilancia y protección contra los piratas berberiscos.
Durante la Guerra de la Independencia, Mijas estuvo ocupada por un regimiento de infantería polaco más otras tropas que estuvieron en el castillo de Fuengirola y en Calahonda. En octubre de 1810, tropas inglesas desembarcaron en la Cala de Mijas pero fueron derrotadas por los franceses, siendo hecho prisionero el general al mando, el británico lord Blayney, que estuvo prisionero en el castillo de Mijas. En 1812, las tropas francesas abandonaron la población.
En 1841 se segrega la actual Fuengirola, convirtiéndose en municipio independiente, que había pertenecido a Mijas desde 1487.
A día de hoy Mijas vive casi exclusivamente del turismo.
Hasta aquí su historia.
Punto.


EL CASTILLO / LA MURALLA:

El castillo de Mijas —también es conocido como la Muralla— es el recinto que recogía en su interior a la villa de Mijas hasta mediados del siglo XVII, que es cuando la población comienza a asentarse paulatinamente por la ladera de la sierra, formándose el actual núcleo.
Este fue uno de los tres castillos que estaban dentro del término municipal de Mijas, junto al de Osunillas y Fuengirola —esta población se independizaría de Mijas en 1841—. Todos ellos tuvieron como finalidad la protección de la población ante ataques de enemigos, y nunca como asentamiento de tropas.
Fue una fortaleza refugio, un hisn que incluiría probablemente una pequeña medina, y que hacia el siglo IX ya era nombrada como Miyas o Miyis. Pero poco más se sabe del castillo durante aquella época.
Ermita de la Virgen de la Peña, donde hubo (¿?) una torre.

Hay teorías que describen la Mijas medieval como un conjunto de tres núcleos: al oeste una alquería con mezquita, unida a la alcazaba situada al este, mediante un pasillo fortificado —¿una coracha?—; en el extremo oriental, donde hoy está la ermita de la Virgen de la Peña, se situaría una torre aislada.
Otros autores hablan de un arrabal fuera de la muralla y en el interior sólo edificios de carácter militar; incluso que sólo hubo edificaciones intramuros; el alcázar, medina y un albacar.
En 1485 resistieron el ataque de las tropas cristianas, pero dos años más tarde, en 1487, hubieron de rendirse, lo que trajo consigo no sólo represalias sobre los habitantes sino también sobre los propios castillos que fueron mandados demoler por los Reyes Católicos Es por ello por lo que sólo nos han llegado unos pocos restos que apenas nos pueden informar sobre la estructura original de la fortificación. El castillo de Fuengirola se salvó del castigo, dada su estratégica ubicación junto al mar, y siguió utilizándose hasta el siglo XIX.

Del año de la conquista nos llega la crónica de Diego de Valera en la que nos describe una villa amurallada que constaba de 4 torres y a la que se accedía por una sola puerta situada en la actual calle Cuesta de la Villa. En su interior había una mezquita, 4 casas solares, 5 de tres cuerpos, 13 de dos, 40 de uno, 20 casillas, 4 solares y un albacar para el ganado. No habitaban en la villa más de 500 personas.
Tras su conquista, el castillo ue sufriendo un irreversible proceso de abandono.
A petición del Emperador Carlos I, el conde de Tendilla D. Luis Hurtado de Mendoza y Pacheco —biznieto de Iñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana— emitió un informe en el que describía el lugar en el que se encontraba el castillo de Mijas como:

“un peñón redondo muy alto peinado por todas partes, tenía una sola entrada y estaba rodeada de razonable muralla, en su inerior se encontraba la fortaleza, teniendo por muralla exterior la de la propia villa y otro tramo interno que la separaba de la población, existía una torre desmochada y un colgadizo que estaban muy arruinados”.
Azulejo indicativo. Información sobre el castillo: nada.

Lienzo de muralla, detrás la única torre.


LOS DETALLES:

Pocos restos nos han llegado de la que fue la muralla que rodeaba la población, apenas una torre y unos lienzos —se cree que el castillo tuvo cuatro torres—. Es necesario pues imaginar el recinto siguiendo el plano dibujado en un azulejo expuesto en los jardines, cuya información parece más entender de plantas —recoge la numeración de las plantas cultivadas en los jardines— que de piedras viejas. Este recinto, que fue de reducidas dimensiones, recoge en su interior la iglesia de la Inmaculada Concepción, la singularísima plaza de toros y el moderno auditorio, todo ello en un espacio ajardinado al que añadir unas espléndidas vistas al Mediterráneo.
La solitaria torre.

Estos restos del castillo —cuyo acceso fue una única entrada que estuvo al principio de la actual calle de la Cuesta— se sitúan sobre una pequeña meseta en la vertiente sur del pequeño cerro que se localiza, también al sur, del pueblo. Se tratan de una torre y escasos metros de muralla.
La torre, recientemente restaurada, está almenada, con merlones separados por estrechas aspilleras.

Dos vistas de la Muralla en su orientación sur.

La muralla existente consta de una serie de lienzos que van marcando el perímetro del castillo siguiendo la topografía del terreno; algunos también están aspillerados. Del resto quedan algunos pretiles por el sur y el oeste, que son las zonas más agrestes del cerro y por lo tanto más fáciles de defender, por lo que su apariencia no es propiamente la de murallas.
Prácticamente todos los lienzos han sido reconstruidos, aunque más con una finalidad de búsqueda de seguridad para los vecinos y evitar caídas por los escarpes y los fuertes desniveles. Que así debió de ser también en la antigüedad, primándose entonces más la protección en la zona norte —mejor fortificada—donde la defensa natural era menor.
Esta ejecutados con una irregular mampostería, dispuesta en no menos irregulares hiladas tomadas con mortero de cal. Cualquier edificación, de la época, en el interior del recinto, ha desaparecido.
Iglesia de la Inmaculada.

La torre de la Iglesia de la Inmaculada, conocida como la Torre de la Vela, que se cree fue originariamente una de las torres de la fortaleza, aunque la actual está datada en el siglo XVI. La iglesia se terminó en 1631, siendo uno de los primeros edificios públicos construidos por los nuevos pobladores, quedando la torre adosada al templo y siendo usada como campanario.
La torre está construida en ladrillo, y consta de cuatro cuerpos.
Aquí el autor, al fondo algunas casas de Mijas.


RESUMIENDO:

Nombre:
      Castillo de Mijas o la Muralla
Municipio: Mijas
Provincia:   Málaga

Tipología: Castillo.
Época de construcción: hacia el siglo IX.
Estado: Lo que se conserva se encuentra en buen estado, identificándose con facilidad los elementos visibles, y no presentando señal alguna de ruina. La única torre existente fue reconstruida hace pocos años, al igual que algunos paños de muralla.
Propiedad: Pública, municipal.
Uso: aparte del ornamental como complemento a los jardines, su uso es netamente turístico —visitas, mirador, etc. —.
Visitas: Su entorno es totalmente libre, pues se trata de un parque público.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
En 1969, la villa de Mijas fue declarada Conjunto Histórico Artístico mediante Decreto 1231/69, de 6 de junio, publicado en el B.O.E. núm. 150 del 24 de junio de 1969, distinción que mantiene en la actualidad.
La plaza de toros desde la torre de la Muralla.

Calificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Pero como si se pasa cerca de Mijas, el viajero visitará la población obligatoriamente, pues merece la visita, entonces es inexcusable pasear la muralla.
Otras cuestiones de interés: todo el casco histórico es digno de ser paseado, pero con tranquilidad. No olvidar visitar la plaza de toros, la ermita de la Virgen de la Peña —en el interior de una cueva, sobre la cual hubo una torre exenta de la fortaleza— y la iglesia de la Inmaculada.

Coordenadas:
36.59374551248652, -4.639232175672655

Cómo llegar:
Desde Málaga, por la AP-7, salida 1010, y desde ahí hasta Mijas por la A-387.
Desde Algeciras-Marbella, por la AP-7, salida 1011, y lo mismo: hasta Mijas por la A387.
Una vez en el pueblo hay que dirigirse a la parte más alta del pueblo y por la calle Cuesta de la Villa se llegará a la Muralla.