miércoles, 4 de diciembre de 2019

Santillana del Mar, Torre del Merino

Santillana del Mar, la que llama de las tres mentiras —ni es santa, ni es llana ni tiene mar— presume de tener en su casco urbano algunas torres defensivas y no menos palacios que, junto a otras edificaciones, como la Colegiata, hacen de ella una de las villas más bonitas de España. Más bonitas para quienes, como yo, anteponen las piedras viejas a cualquier otro valor que el lugar, del que se trate, tenga o presuma.
Lo malo, o quizá no sea tan malo, es que no soy el único que piensa así. Y es que llegas a lugares como éste y te encuentras una multitud, a veces desmesurada, que te hace dudar de si están allí por verdadero amor al arte o por cumplir con la visita a un lugar de moda, y quedar bien aunque sólo sea ante ellos mismos.
Multitud de gentes.


EL LUGAR:

Pues sí, Santillana tiene para presumir y mucho, que para empezar, en su término está la cueva de Altamira que para muchos es palabra primera y mayor en la historia de nuestro país, e incluso de la Humanidad.

Desde los tiempos de los romanos fue llamada Planes —de planum, lugar despejado entre montañas, traducción libre—, y su ubicación no coincidiría con la actual. De entonces, siglo V aproximadamente, al siglo VIII, apenas si existen datos arqueológicos sobre asentamientos humanos. Es a partir de entonces cuando una pequeña comunidad religiosa se asentó en el lugar, fundando un monasterio que guardaba las reliquias de Santa Juliana de Bitinia.

Perteneció al reino de Asturias siendo conocida como Sancta Illana —Juliana, la villa nace y crece alrededor de la abadía de Santa Juliana—, y a partir de principios del siglo XIII fue Villa de Sancta Illana que, con el tiempo derivaría en la actual Santillana. Su proximidad al mar Cantábrico le añadiría el apellido al topónimo.

Con la concesión de fuero propio en 1045 por parte de Fernando I, la abadía pasó a ser colegiata, y un siglo después ya disponía de cabildo, convirtiéndose en un importante centro religioso de la Cantabria medieval, pues el ramal de la costa del Camino de Santiago pasaba por aquí. Del siglo XII data la actual colegiata, de estilo románico.

A principios del XIII, Alfonso VIII le concede un nuevo fuero, en 1209, que llevó implícito el título de villa. Por entonces ya era la capital de las Asturias de Santillana, lo que hizo que paulatinamente las familias nobles de la villa vieran aumentado su poder, legándose a crear el marquesado de Santillana bajo la Casa de los Mendoza. El reflejo de todo aquel pasado es el rico patrimonio que Santillana del Mar posee. 

La plaza del Mercado, a la izquierda la torre del Merino.

LA TORRE:

A la que también llaman la Torrona, que debe de ser por su tamaño, ligeramente desproporcionado con respecto a los edificios vecinos. Se encuentra en la antigua Plaza Mayor, que fue plaza del mercado y hoy se llama de Ramón Pelayo, haciendo esquina con la calle Lindas.

Fue construida entre los siglos XIII y XIV y el uso al que estuvo destinada es el que le ha dado su nombre.  Se trata de una casa torre que servía de residencia al Merino Mayor de una de las, por entonces, dos Asturias, concretamente la de Santillana, territorio histórico que comprendía, aproximadamente, el centro y oeste de Cantabria y el extremo oriental de la actual Asturias. Fue remodelada posteriormente, en el siglo XV.

Un inciso:

La otra Asturias era la de Oviedo, que comprendía prácticamente el resto del territorio del actual Principado. Tras la división territorial de 1833 —de Javier de Burgos— quedó creada la provincia de Oviedo, a la que se añadió parte de la Asturias de Santillana.

Pues esa Asturias de Santillana era una merindad, o sea, una división geográfica propia de los reinos de Castilla y Aragón, que se crearon a finales del siglo XII como medio administrativo del poder central para con las villas. A su frente estaba el merino, que era quien ejercía el poder no sólo burocrático, sino también judicial en una jurisdicción más pequeña que la regentada por el merino mayor, que era nombrado directamente por el rey —también se les llamaba adelantado mayor, según las regiones—, cuya jurisdicción era mucho mayor. Los merinos se encargaban de administrar cosechas, arrendamientos y multas; todo ello relacionado con el patrimonio real. 

Su construcción, que corrió a cargo de las arcas del rey, inició el desarrollo urbanístico de la villa en torno a la plaza civil, en contraste con la plaza de uso religioso en la que se encontraba la colegiata. Desde su origen, pertenece (¿?) a la familia Barreda, de la cual fue solar. Con frecuencia, el cargo de merino mayor recayó en miembros de esta familia. Ya en el siglo XX pasó a ser propiedad del marquesado de Comillas.

En 1927 se restauró de una manera bastante cuidada.

La torre del Merino, esquina a calle Las Lindas.


Fachada principal a la Plaza.

 

LOS DETALLES:

La Torrona es de estilo gótico y planta cuadrada, ejecutada con mampostería y sillares en sus esquinas. También se ejecutaron con sillares los arcos de los huecos apuntados —ventanas y puerta principal a la plaza—, y dinteles y jambas de los rectangulares.

Su estructura interior estuvo realizada íntegramente de madera —habiéndose utilizado el mismo material en sus restauraciones—, incluido un cadalso que tuvo en la fachada principal, del que se conservan las ménsulas. Toda la estructura interior se sostiene sobre un machón central.

Sus fachadas poseen numerosos huecos; saeteras y ventanas, una de ellas ajimezada en su fachada principal a la altura de la primera planta.

La ventana de estilo renacentista de la fachada a la Plaza del Mercado fue abierta en el siglo XVI.

En la restauración de principios del siglo XX, las almenas fueron convertidas en ventanas al construirse un tejado a cuatro aguas sobre ellas, con lo que quedó protegida de las inclemencias del tiempo.

Leo que tuvo barbacana, pero si fue así, no se conserva resto alguno de ella.

Por ahí, entre la gente, mi Compañía.


RESUMIENDO:

Nombre: Torre del Merino, de los Barreda o la Torrona.
Localidad: Santillana del Mar
Municipio: Santillana del Mar
Provincia: Cantabria

Tipología: Casa torre.
Época de construcción: siglos XIII-XIV.
Estado: En muy buen estado.
Propiedad: Privada.
Uso: museo, sala de exposiciones.
Visitas: sí, es visitable.
Protección: bajo la protección de la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico Español.
Está declarada, como todo el conjunto urbano de Santillana del Mar, Bien de Interés Cultural.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verla. O lo que es lo mismo, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Pero claro, esta nota es para la torre, excluido el contexto, porque si se contextualizara, la nota sería de 5, o sea, que no sólo no hay que perdérselo bajo ningún concepto y además hay obligación de verlo antes de morir, sino que, si no se hace, se morirá en pecado mortal.
Cómo llegar:

martes, 5 de noviembre de 2019

San Vicente de la Barquera, Castillo del Rey o de San Vicente de la Barquera

Hoy, paseo por San Vicente de la Barquera. Uno de los más bellos lugares que conozco; bueno, uno de tantos, de tantísimos, porque este país está lleno de ellos. Y éste lo es tanto que ni soy capaz de preambulear esta entrada.
Vamos directo.


Como no tuve oportunidad de hacer fotos de estas características, así de lejos, me permito la licencia de robar una de la red (de megaconstrucciones.net).

EL LUGAR:

Aunque vagamente, se sabe que estas tierras estuvieron pobladas desde la Edad del Bronce —el yacimiento megalítico de El Barcenal así lo atestigua—, para después ser ocupadas por los romanos, de los que se cree construyeron en este lugar el que fue su puerto Vereasueca, dada su magnífica posición topográfica, entre la bahía y el Brazo Mayor. Pero antes de asentarse aquí, debieron pelear contra los orgomescos, una tribu cántabra que habitó estas tierras antes de su llegada, a los que, según cuentan la historia y las leyendas, no debieron ganar del todo.

A principios de la Edad Media, mediados del siglo VIII, estas tierras ya son cristianas y las manda repoblar el rey de por entonces, Alfonso I —de entonces vienen los primeros datos del castillo—. 
En la primera década del siglo XIII, Alfonso VIII, uno de los tres de las Navas, otorga a la población el titulo de villa, además de fuero propio, constituyéndose en realengo. Con ello pasó a formar parte, junto con Santander, Castro Urdiales y Laredo, de la Hermandad de las Cuatro Villas de la Costa, que a finales del siglo XV se denominaría el Corregimiento de las Cuatro Villas, con jurisdicción marítima en sus costas, fundándose la Cofradía de Pescadores y Mareantes del Señor de San Vicente, una de las cofradías más antiguas de España —al menos sus ordenanzas, de 1330, sí lo son—, y llegando a tener la flota más rica y poderosa de toda la costa.

La ría desde el castillo.

Pero no todo iba a ser color de rosa. A partir del siglo XIV se empiezan a apreciar signos de crisis debidos, entre otros motivos, a las epidemias, los ataques de corsarios y también a algunos incendios que devastaron la villa. El resultado de todo ello fue que en la Edad Moderna, a finales del siglo XVIII, sólo había un barco de pesca en San Vicente de la Barquera.

En 1822 se constituyó en municipio independiente, dentro del partido judicial de Comillas, para dejar de serlo en 1835.

Anécdota: A finales de septiembre 1517 pasó por allí el que sería Emperador, teniendo que pernoctar en el convento de San Luis, pues había sufrido una indisposición. La corte estuvo en San Vicente de la Barquera unos trece días.

La Compañía paseando por el camino de ronda.


EL CASTILLO:

El castillo de San Vicente de la Barquera es también conocido como el castillo del Rey —y reconocido como el mejor conservado de Cantabria—, aunque no sé de qué rey se trata. Durante mi visita no conseguí averiguarlo; espero que a lo largo de la redacción de esta entrada encuentre el dato por algún lugar de la red.
Está datado en el siglo XIII, exactamente en 1210, siendo rey de Castilla el ya referido Alfonso VIII. Se levantó sobre los restos de otro anterior que construyera Alfonso I (739-757), formando parte de la muralla de la villa, la llamada Puebla Vieja, cerrándola por su lado noroeste. Hacia el oeste, la muralla llegaba hasta otra torre, ya desaparecida, que se ubicaba donde hoy está la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.
De 1331 a 1379 estuvo en manos privadas para volver en este último año nuevamente a manos de la corona.
Los Reyes Católicos lo reformaron y lo convirtieron en prisión. Alcanzó así, dado sus pocos huecos y sus recios y gruesos muros, su actual aspecto, fuerte e impenetrable.
Maqueta de la Villa Vieja en el castillo.


LOS DETALLES:

El castillo del Rey es un castillo roquero, aunque la presencia del núcleo urbano le hace perder, en cierta manera, ese carácter.
Su planta es alargada —más de cincuenta metros de largo por un máximo de veinte en su parte más ancha, lo que hace de él un castillo discreto en cuanto al tamaño se refiere—, ligeramente rectangular, adaptándose a las irregularidades del macizo rocoso donde se asienta. Es un castillo pequeño pero de su apariencia maciza y la elevada posición en donde se enclava, hace que se engrandezca .

Tiene dos torres, una, la del Homenaje, de planta pentagonal y única en Cantabria —torre tajamar, que en algún texto he leído con ángulo saliente en campaña— cuyo ángulo agudo mira al oeste, y otra cuadrada en su extremo noreste, que apenas si se eleva sobre el resto del recinto; ambas de gruesos muros, de unos dos metros y medio. Seguramente, la parte que ocupa la torre del Homenaje, ya de por sí situada en la cota más alta de la roca, sea el lugar originario del primitivo castillo.
Las dos torres se unen por un amplio y alargado espacio rectangular, dividido en dos salas a distinto nivel: la primera, situada a una cota más baja, se cubre con un forjado de madera; y la segunda, más amplia y luminosa, pues dispone de tres huecos con derrame en el muro del sur y de dos amplias ventanas con cortejador en el del norte, está cubierta con una bóveda de cañón que se supone es igual a la que se ejecutó durante la reforma de los Reyes Católicos, y que se hundió en el siglo XIX.
Los materiales en él utilizados fueron, principalmente la piedra: mampuestos y sillarejos en muros, y sillería en esquinas y formación de huecos.

Camino de ascenso hacia el castillo.

Entrada al castillo.

Su acceso —hoy es un paseo fácil aunque empinado—, debió ser complicado en el pasado: ubicación en un peñasco sobre la población unida a sus propios elementos defensivos, debieron hacer de él una fortaleza difícil de conquistar.

La primera sala expositiva.

Después de superar unas escaleras que nos llevan a su fachada noreste y atravesar un pequeño espacio a modo de antemuro accedemos al interior del castillo a través de una puerta de arco de medio punto que nos lleva al interior de la torre más pequeña que, actualmente, sólo es una sala de paso.

Puerta entre las dos salas.

Salida al patio.

De aquí, descendemos a la primera sala del amplio espacio central, a la que se llega por una escalera de madera que baja a la primera estancia. A continuación, y a una cota más elevada que se salva mediante una escalera, está la sala abovedada más arriba mencionada; y desde ella, al fondo y a través de una puerta de arco apuntado salimos a un reducido patio que distribuye, mediante varias escaleras, a los adarves que, desmochados de almenas, recorren en paralelo la cubierta del gran espacio central. Una de las escaleras lleva hasta la torre del Homenaje. Desde allí, lo mejor es mirar y mirar hasta cansarse, si eso es posible, de tan bello panorama.

Escaleras hacia los adarves.

  



















 

RESUMIENDO:


Nombre: Castillo del Rey o de San Vicente de la Barquera.
Municipio: San Vicente de la Barquera.
Provincia: Cantabria

Tipología: Castillo.
Época de construcción: siglo XIII al XV.
Estado: Es muy buen estado, fue restaurado en 1990. Dado su uso, se podría decir que se encuentra en muy buen estado de salud.
Propiedad: Pública (municipal).
Uso: es un museo dedicado a la tradición pesquera de la villa, y también sala de exposiciones. Parte de él es utilizado como vivienda.
Visitas: En agosto de 2019, que es cuando la visité, era visitable, previo módico pago, claro. Es de suponer que lo sigue siendo
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado bien de Interés Cultural desde octubre de 2002 con la categoría de Monumento.

El puente de la Maza.

Clasificación subjetiva: 3, o sea, que se incluirá obligatoriamente en una ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo, pero no sólo por el castillo, sino por todo el conjunto del pueblo —la Puebla Vieja—, y los hermosos paisajes que desde él se contemplan.
Otras cuestiones de interés: La villa en general, sin olvidar el puente de la Maza, el recinto amurallado y la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, que espero tengan una entrada en este blog.
También es cualidad a valorar, en este castillo, el hecho de que en esta tierra escasee el número de estos edificios, pues abundan más las torres y casas fuertes que, por lo general, son de dimensiones más reducidas. Esta cuestión hace que el castillo del Rey sea la fortificación más interesante de Cantabria.



Curiosidad: Los dos dibujos de arriba corresponden a fragmentos de dos que representan la villa de San Vicente de la Barquera. El primero fecha la imagen en 1350, y el segundo en 1517, cuando fue visitada por el Emperador.
Obsérvese que en el primero el castillo está invertido, su torre del Homenaje mira hacia el noreste.


Nota final: termino de redactar esta entrada y no he dado con el por qué se le llama a este castillo del Rey.


Su situación:


































martes, 29 de octubre de 2019

Potes, casa torre de Osorio

Decía hace unos días, cuando escribía sobre la casa torre de Orejón de Lama, que además de la torre del Infantado —que parece llevarse todos los honores sobre la arquitectura militar en Potes— existen otras en este pueblo también merecedoras de estar aquí y que, para mi desgracia, no visité, ni siquiera visualicé, en la visita que hace poco he realizado. Es lo que tienen esos viajes grupales en los que el tiempo, tan tasado por parte del organizador, casi te obliga a no separarte del clan que se ha formado desde el mismo momento en que el autobús inicia su camino.

Son cuatro las casas torre a las que me refiero: la ya nombrada de Orejón de Lama —que también llaman de Bedoya—, la de San Pedro, la de Calseco, y la que hoy toca, con la que cierro el círculo, la torre de los Osorio.

de laliebana.com


Nota confusión antes de continuar:

Leo que está esta torre en la calle San Marcial, lo que no me cuadra cuando comparo el mapita turístico/informativo del Ayuntamiento de Potes con el modernísimo Google Maps. En el primero sitúa la torre (nº 4 del directorio del mapa) junto al cementerio municipal, muy lejos de la calle San Marcial que es donde emplazan todos los textos que leo en la web a la torre de los Osorio. Busco esta calle en el Maps y veo que está al sur de la población, lejos del cementerio, que se localiza al oeste. Sea donde sea, la cuestión es que no tiene remedio: no estoy en Potes ahora, no visité esa casa y tampoco es tan necesaria su ubicación. Así que tiremos por la calle de en medio y vamos al tema.

 

Se levantó esta torre allá por el siglo XVIII, por lo que no debería considerarse una torre de carácter defensivo ya que nunca se vio envuelta en peleas ni trifulcas. Pero dado su recio aspecto que bien hubiera merecido al menos una discusión entre algunos, la hacen digna de incluirla en mi casadelatercia. Y porque me da la gana, que para eso el blog es mío.

Retrato de D. José Campillo y Cossío.

La construyeron hace doscientos setenta y seis años exactamente, por orden de don José Campillo y Cossío, que fue un alto cargo de la administración estatal.

Nacido en Alles, parroquia del concejo asturiano de Peñamellera Alta en 1693. Estudió filosofía y teología, escribió varias obras sobre economía, y ocupó altos cargos de la Administración del Estado: fue superintendente de la fábrica de bajeles en Guarmizo, Cantabria; Intendente del Ejército español en Italia; mismo cargo anterior pero en Aragón; Secretario de Hacienda, después de Marina, Guerra e Indias. Cuando murió, en 1743, todos sus cargos pasaron al Marqués de la Ensenada.

Y casualidades de la vida, justo cuando se termina de construir don José su casa en Potes, muere, sin saberse la razón por la cual eligió este lugar para edificarla, pues no se conoce conexión alguna entre él y el pueblo. Años más tarde, un hermano suyo quedaría unido a Potes al ejercer como corregidor y casarse con una noble del lugar.

Escudo de la familia Campillo.

Tiene tres plantas y en su fachada principal existen dos escudos. En el centro y a la altura del segundo piso destaca el de la familia Campillo, de forma oval, en cuyo

campo se presenta una rueda radial acostada de dos luceros, en punta un puente de tres ojos sobre el que pasa un guerrero montado en su caballo entre un árbol y una cruz latina tras la que se ve la figura de un perro andante, interpoladas en el campo unas letras que dicen «AREMAS DE CAMPILLO COSSIO». Al timbre una cabeza humana metida dentro de un yelmo y acompañada de dos cabecitas de máscara, bajo éstas cuatro lambrequines y b ajo ellos dos leones haciendo de soportes.

El otro, muy borroso en la fotografía que he encontrado e igualmente, he de suponer, en la realidad, se dispone en un lateral de la fachada y a menor altura. No he encontrado su descripción.

Bajo él, una inscripción dice:

«Esta obra se hizo de orden del excelentísimo señor don Joseph del Campillo y Cossío, caballero del hábito de Santiago, vicealmirante de S.S. el Infante Don Phelipe, del Consejo de Estado, Presidente de Hacienda y Secretario del Despacho Universal de Hacienda, Guerra y Indias y Marina. Año de 1743»

de laliebana.com

 


RESUMIENDO:

Nombre: Torre de Osorio
Localidad: Potes
Municipio: Potes
Provincia: Cantabria

Tipología: Casa torre.
Época de construcción: siglo XVIII.
Estado: En muy buen estado.
Propiedad: Privada (¿?)
Uso: (¿?)
Visitas: (¿?)
Protección: (¿?)

Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verla. O lo que es lo mismo, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Lo que ocurre es, como ya he dicho en las entradas de las otras casas fuertes de Potes, que al estar en el mismo pueblo que la torre del Infantado, pues cuando se vaya a verla, no debe olvidarse ir a ver, también, las otras cuatro.
Aunque yo no lo hice.
Consejos vendo que para mí no tengo.

martes, 22 de octubre de 2019

Potes, torre de San Pedro

Pues vaya: entre que, durante mi visita a Potes obvié, olvidé, no miré papeles ni guías y por tanto sólo disfruté la Torre del Infantado, dejando de lado a las otras cuatro —disculpadme Piedras Viejas—, y que en la red apenas si se encuentra, o yo no sé buscar, información sobre las hermanas pequeñas del símbolo de Potes, pues eso, que apenas cuatro líneas, que dirían los antiguos, van a salir hoy del teclado dedicadas a esta torre. Y después, otras cuatro destinadas a la torre que me quedaría para completar las reseñas que sobre este espectacular lugar quedarán en mi Casa de la Tercia. Las fotos, pues tomadas prestadas, gracias desde aquí; y si hay molestia, dígamelo y corregimos el error.

de laliebana.com

Es posible que sea una de las torres fuertes más antiguas de Potes, pues está datada allá por el siglo XIII.  En 1285 la habitada por el Merino Mayor de Liébana y La Pernía —comarcas de Cantabria y Palencia, respectivamente—, a la sazón Señor de Potes y de algunos pueblos más del entorno don Pedro Roiz de Lamadrid. Seguramente fue él su constructor.

Su nombre, el de la torre, se debe precisamente a don Pedro, sólo que dándole un sentido más elevado y espiritual, haciéndolo preceder con el apócope de santo. Quién sabe si aquel Merino Mayor fue, además, persona de especial virtud y ejemplo, y con ello merecedor de santidad, con lo que tal reconocimiento quedó para siempre en el nombre de su casa.

La torre de San Pedro está situada en el llamado barrio de San Pedro, en la calle Cimavilla, aunque por la orografía de la ciudad, en un plano más elevado que la propia calle. De planta trapezoidal, tiene cuatro alturas; antiguamente poseía terraza descubierta y almenas, las cuales perdió para ejecutar la cubierta y así ganar una planta más. También ha perdido los escudos de armas que tuvo en su fachada.

de laliebana.com

Decía que en ella habitó el que fue Merino Mayor, por lo que veo procedente dejar un breve apunte sobre lo que fue este cargo.

Dice la RAE que el Merino era el “Oficial de la Administración de Justicia medieval que ayuda a la Administración de Justicia..., en el sentido de realizar actividades relacionadas con temas gubernativos como fundamentalmente de orden público, policía judicial, y cuyo sentido ejecutivo originario se aprecia claramente en diversas rúbricas del Libro de los Fueros de Castiella”.

Este cargo existió en las Coronas de Castilla y Aragón, también en Navarra y Portugal. Normalmente eran nombrados por altos cargos de la nobleza, pero en el caso del Merino Mayor, su nombramiento venía directamente del rey, lo que le otorgaba una amplia jurisdicción sobre su territorio. En algunas zonas también era llamado Adelantado Mayor.

A partir del siglo XIV su poder se redujo con la aparición de un nuevo cargo, el Corregidor: representantes reales con poder para controlar varias merindades.

Por último, el espacio territorial en el que el Merino tenía competencia se llamaba merindad —división territorial creada en el reino de Castilla a final del siglo XII—, y merindad también era el oficio del merino y su dignidad. Actualmente, se conoce como Las Merindades a una comarca situada al norte de la Provincia de Burgos. 


Nota informativo/aclaratoria:

No confundir esta torre con otra del mismo nombre y también situada en Cantabria. Se trata de una casa fuerte que se levanta en Soba, de finales del siglo XV o comienzos del XVI.

Dejo aquí enlace con castillosdeespaña.es por si alguien tuviera interés en esa otra torre.

https://www.xn--castillosdeespaa-lub.es/es/content/san-pedro-torre-de

martes, 15 de octubre de 2019

Potes, Torre de Calseco

Decía, cuando hablaba de la torre de Orejón de Lama, que en Potes existen otras tres torres que para el común de los mortales, y ahí me incluyo, pasan totalmente desapercibidas, a no ser que alguien te aperciba de ellas, las descubras en un folleto turístico o te sorprenda verlas al pasear por el pueblo.

Bueno, pues ninguna de las tres circunstancias se me han presentado con alguna de las cuatro torres; así que, como hice con la de Orejón de Lama, finjo con esta de Calseco un nuevo paseo, sustraigo fotos de la red para ilustrar mi entrada, y aquí paz y después gloria.

La torre casi oculta en el caserío (de laliebana.com)

 La torre Calseco está en la plazuela del Llano y su origen se remonta al siglo XVII, concretamente a 1741. Por lo que leo, ahora a toro pasado, es fácil de encontrar —Potes es pequeño—, pues está cerca de la ermita de San Cayetano y del puente de igual nombre sobre el río Quiviesa. Pero yo no la vi.

Parece ser que alrededor de esta torre se formaron los barrios de El Llano y La Solana y, en cierta manera, los defendió dado su carácter militar.

Es un edificio de cuatro pisos, adosado actualmente a otro, por lo que en cierta manera ha perdido su apariencia defensiva de casa torre, pues exento destacaría más su carácter. Además, la adecuación a vivienda y posteriormente a hotel, con la apertura de numerosos huecos, desvirtúa considerablemente el edificio.

Fachada principal (de ayuntamientodepotes.es)

Como elemento más sobresaliente aún permanece una ventana geminada de arcos rebajados en la última planta, bajo la cual vemos —según la web ayuntamientodepotes.es, y así lo escribo el escudo de armas de los Salceda y Otero, acompañado de una descripción que no corresponde con el escudo. A la derecha del escudo, izquierda de la fotografía, una placa dice —traducida al castellano actual— «HIZO ESTO D. FRANCISCO DE SALCEDA. AÑO 1741»,

Dejo aquí la descripción que leo en la web y también la fotografía como testimonio, a mi juicio, del lapsus:

Escudo timbrado por yelmo, con adorno de lambrequines y tres cabecitas bajo la punta. Campo partido y mantelado:

— Árbol superado de una lis y tres lobos atados al tronco (armas de los Salceda).

—En jefe, león pasante, debajo, dos lises al palo siniestradas de dos calderas (armas de los Otero).

— En punta, cruz hueca y floreteada ocupando el mantel.

— En el jefe del escudo una inscripción que dice «SALCEDA-OTERO»

Lo dicho. Como un huevo a una castaña.

El escudo partido (¿?), (de ayuntamientodepotes.es)

En la misma página también habla de la existencia  en la casa de un escudo de la Inquisición que, casualidad, correspondería con el campo superior del escudo partido que sí aparece en la fotografía. El escudo armas de la Inquisición Española constaba de tres muebles:

En el centro una cruz, siniestrada con una espada —símbolo del trato a los herejes— y adiestrada con una rama de olivo —que significa la reconciliación con los arrepentidos—. Rodea el escudo la leyenda «EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM, PSALM 73», que traducido a nuestro idioma: Álzate, oh Dios, a defender tu causa, salmo 73.

 

Escudo de la Inquisición Española


RESUMIENDO:

Nombre: Torre de Calseco
Municipio: Potes
Provincia: Cantabria

Tipología: Casa fuerte.
Época de construcción: siglo XVIII.
Estado: En buen estado, ha sido rehabilitada.
Propiedad: Privada (¿?)
Uso: Es un hotel que, según la descripción de su página web, debe de estar muy bien.
Visitas: Totalmente visitable, ya he dicho que es un hotel. Cosa que no hice en agosto de 2019, cuando estuve en Potes.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verla. O lo que es lo mismo, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Lo que ocurre es que al estar en el mismo pueblo que la torre del Infantado, pues se acerca uno allí, que está muy próxima. Aunque yo no lo hice.
Consejos vendo que para mí no tengo.

martes, 8 de octubre de 2019

Potes, torre de Orejón de Lama o de Bedoya

En Potes, además de la torre del Infantado, que se lleva todos los honores, se levantan también otras de menor entidad histórica y arquitectónica, pero no por ello indignas de figurar aquí.
He de confesar, de entrada, que en mi visita a tan bello lugar las obvié: «mea culpa» por mi culpa, «mea máxima culpa» por mi gran culpa. Así que redacto a continuación uno más de mis paseos fingidos —con apropiación de fotos de la red incluidas, claro—.
Son cuatro; y ahora toca la llamada de Orejón de Lama, que por su ubicación en la villa es más reconocida que las demás, que son: las torres de Osorio, de San Pedro y la de Calseco.
La torre de Orejón de Lama, también llamada —y más correctamente— torre de Bedoya, es una casa fuerte que se levanta en el casco antiguo de Potes, en el conocido barrio del Sol, al suroeste de la del Infantado y al otro lado del puente Nuevo. Y como Potes son puentes, diremos que está muy cerca del de San Cayetano, y al otro lado de éste, la ermita del mismo nombre. 
La torre de Bedoya a la izquierda, al fondo la del Infantado

La Historia nos dice que fue mandada construir por Juan Gómez de Bedoya en algún momento de entre los siglos XV y XVI —sin precisión en el dato, cosas de la Historia—. Es por tanto un edificio bajomedieval, robusto y gallardo, que ha tenido cambios en el tiempo, terminando por ser una casa fuerte con aspiraciones de palacio —gótico— fortificado.
Es de planta cuadrada, tres plantas de altura y cubierta de grandes aleros de tejas a dos aguas. Sus esquinas y los extremos de la cumbrera del tejado, se rematan con unos pináculos con bolas que pretenden dar esbeltez a la torre.
Está construida en piedra, mampuestos y sillarejos levemente trabajados; en esquinas, vanos y cortafuegos, sillares labrados.
Destaca su austera fachada principal, de marcado carácter defensivo, que mira al sureste, hacia el río Quiviesa que casi lame sus cimientos.
En sus medianeras, y a partir de la última planta, cuenta con unos cortafuegos apoyados sobre modillones que la separan de las casas vecinas. Este detalle hace pensar que esa tercera planta bien pudiera ser de factura posterior al resto de la torre, aunque el arco conopial del vano de la izquierda data con seguridad el siglo XVI.


A la altura de la primera planta, tres vanos, dos de ellos ajimezados con arcos sutilmente apuntados, y el tercero adintelado. En segunda planta, dos huecos, el de la derecha con arco muy rebajado y el de la izquierda, referido más arriba, con arco conopial. En medianeras también se abren huecos.

La puerta principal —tiene otra adintelada a su derecha, seguramente muy posterior— la forma un arco escarzano de sillares flaqueado por aspilleras, denotando solidez a la parte más vulnerable del edificio.

Justo sobre la puerta, dos escudos: el de la familia Bedoya y el de la de los Celis, ambos rodeados de coronas de laurel, y protegidos bajo sendas cornisillas a modo de guardapolvos.

Esta casa fue la casa solar del linaje Bedoya, y por eso luce su escudo en la fachada. Que también esté el de los Celis, es porque Juan Gómez de Bedoya, el constructor de la casa, casó con María Teresa de Rábago y Celis.

El escudo de la familia Bedoya (de ayuntamientodepotes.es)

El escudo de los Celis (de ayuntamientodepotes.es)

El escudo de los Bedoya está a la derecha de la fachada —a la izquierda de quien mira—. Es cuartelado y presenta en el primer y cuarto cuartel una caldera sobre llamas, de la que sale un pendón; en el segundo cuartel, un león pasante y linguado; y en el tercer cuartel cinco flores de lis en souterAl timbre una torre con una mujer que asoma por la puerta y sobre las almenas un hombre que toca una cuerna de caza.
El escudo de los Celis es de un solo campo y en él un castillo donjonado acostado de dos luceros de ocho puntas; brochante al castillo un árbol frutado, siniestrado de un león pasante y linguado, y siniestrado de una gran flor de lis, en punta ondas de agua.

Duda final al margen:
No entiendo por qué a esta casa se la llama de Orejón de Lama —no encuentro dato que lo aclare, y debe de haberlo— si la construyeron los Bedoya y fue el solar de la familia.
Por otro lado, leo que el solar de los Orejón de Lama fue la anterior a la del Infantado, sobre la que esta familia levantó la torre que fue para don Tello, el hijo de Alfonso XI y hermano de Enrique II.
Lo dicho, algo no entiendo.



RESUMIENDO:

Nombre:
     Torre de Orejón de Lama
Municipio: Potes
Provincia:  Cantabria

Tipología:  Casa fuerte.
Época de construcción:  siglo XV — XVI.
Estado:   En buen estado, ha sido rehabilitada, siendo un centro para eventos culturales.
Propiedad:  Privada (¿?)
Uso:   Sala de exposiciones y Centro de actos culturales.
Visitas:   Totalmente visitable. Cosa que no hice en agosto de 2019, cuando estuve en Potes.
Protección:   Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verla. O lo que es lo mismo, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Lo que ocurre es que al estar en el mismo pueblo que la del Infantado, pues se acerca uno allí, que está muy próxima. Aunque yo no lo hice. 
Consejos vendo que para mí no tengo. Todo esto, me parece que lo voy a repetir en las tres torres siguientes.