Pero el reducido tamaño no es óbice
para que también tenga su importante historia y un lugar aquí dedicado a ella.
Así que vamos.
Todo empezó, cómo no, con los
fenicios, que tanto anduvieron por estas tierras, y luego romanos, visigodos y,
por supuesto, musulmanes. Hasta 1485 en que los cristianos reconquistaron la
comarca. Pero vayamos por partes.
El castillo desde el sur. |
Unos 500 años a.C. ya se hablaba de
este lugar como Syalis, una de las
muchas colonias púnicas de la costa mediterránea, que fue un pequeño poblado
fortificado y que en el siglo III a.C. pasó a dominio romano. Su nombre cambió
a Suel, y de ellos nos quedan
recuerdos como la Villa del Secretario, restos de saladeros de pescado cerca
del castillo, una Venus y un ara funeraria.
El fin del Imperio romano llegó
aquí de la mano de los vándalos, y tras un corto período de influencia
bizantina, la población queda abandonada —unos dicen que destruida por un
maremoto, otros por los hostigamientos de piratas desde el mar o por los
visigodos desde tierra—, no sabemos bien por qué, asentándose sus habitantes en
las montañas cercanas.
Con la llegada de los árabes se
revitaliza el lugar y con él su castillo, a los cuales llamaron Sohail o Suhayl, en honor a la estrella
guía de los habitantes del desierto que, según se decía, se podía contemplar
sólo desde este castillo.
Tras la Reconquista, la población
se redujo a los habitantes del interior del castillo, pero ante el temor de los
frecuentes ataques desde el mar de piratas africanos, aquellos despoblaron la
fortaleza. A eso hay que unir conflictos y discrepancias durante el siglo XVI
entre los nobles que aquí se asentaron, que llevaron consigo el desinterés por
el territorio.
El sitio quedó prácticamente
abandonado durante siglos, pasando a depender del municipio de Mijas, del que
se segregó en 1841 cuando apenas si era un poblado de pescadores que se había
asentado en la otra orilla del río. No conforme Mijas con la separación
producida con el beneplácito de la Diputación de Málaga, al menos consiguió que el término municipal
asignado al nuevo municipio fuera de reducidas dimensiones.
Acceso al castillo con la torre del Homenaje al fondo |
EL CASTILLO:
Tres son las
denominaciones que encuentro se dan a este castillo: de Suel, Sohail y Suhayl,
aunque es el segundo el que más se prodiga, que fue cómo era conocido durante
el dominio árabe.
Se alza sobre un
cerro de suave pendiente cercano a la playa, de apenas 40 metros de altitud
pero que destaca, precisamente, por esa cercanía al mar. A sus pies discurre el
río Fuengirola, ya a punto de desembocar en el Mediterráneo. Fue, por lo tanto,
una buena defensa no sólo del territorio sino también de la foz del río, punto de aguada para naves
enemigas a las que había que impedir ese abastecimiento.
Fue mandado construir por orden de Abd al-Rahman III, califa cordobés, como protección de una pequeña ciudadela. Primero fue una atalaya sobre los restos de la anterior romana, que reforzara las defensas costeras, para más tarde y con la llegada de los almorávides, se ampliaría el recinto hasta recoger en su interior una pequeña ciudadela. También fue usado entonces como ribat.
La muralla orientada al sur. |
El 7 de agosto de 1485 es conquistado
por los cristianos, pocos años antes de que se tomara Granada y concluyera la
Reconquista de la Península Ibérica. De aquella conquista quedó bastante dañado
por lo que tuvo que ser reconstruido y remodelado al gusto y necesidades de sus
nuevos dueños.
En época de Carlos I volvió a ser reformado, se
construyó una batería sobre la torre y los lienzos que miraban al mar y fue
artillado; se le dotó de un foso y de un nuevo acceso —el actual— por su cara
norte; de esta manera quedó integrado en la red de fortificaciones costeras.
Se repoblaron sus inmediaciones pero el lugar fue
nuevamente abandonado, quedando en la fortificación sólo una guarnición como
defensa y vigilancia de la costa
Durante la segunda mitad del siglo XVIII alojó un
escuadrón de caballería con el fin de reforzar la vigilancia contra el
contrabando.
A principios del siglo XIX estuvo
ocupado por, cómo no, tropas francesas. En sus inmediaciones aconteció la
batalla de Fuengirola, en la que se enfrentó un ejército hispano-inglés contra
la guarnición del castillo, que eran soldados polacos a las órdenes de Napoleón.
El 16 de abril de 1812 fue recuperado por el ejército español. Pero al
abandonar los franceses el castillo, y como era costumbre en ellos, hicieron explosionar
gran parte de él, concretamente la torre suroeste y sus muros aledaños, que no
volvieron a reconstruirse.
Terminada la Guerra de la Independencia
se volvieron a ejecutar obras en el castillo, de las que destacó un nuevo muro
aspillerado sobre el ángulo suroeste, que había sido destruido.
Con la Desamortización de Madoz, en 1855
pasó por varios propietarios, entre ellos la familia Werner; hasta que el
último, que lo había adquirido en 1985, se lo vendió al Ayuntamiento de
Fuengirola, su actual titular.
Durante parte del siglo XIX y del XX,
fue cuartel de Carabineros y, desaparecido este cuerpo, lo fue de la Guardia
Civil.
LOS DETALLES:
Como tantos y
tantos castillos, el que hoy paseamos ocupa toda la coronación de la loma,
adaptándose a ella, presentando una planta de polígono irregular de ocho lados,
de 207’60 metros de perímetro y una superficie de 2.708 metros cuadrados.
Originalmente
dispuso de una torre en cada uno de sus vértices, de las que hoy conservamos
seis; todas ellas son macizas a excepción de las dos de la cara norte.
Acceso al castillo, la puerta, a la derecha, entre las dos torres almenadas. |
Dos son los accesos que hoy vemos, el primitivo es el que se orienta al norte, que es donde se encuentran las dos torres más destacables. Una primera puerta, protegida por una torre a su derecha, almenada y con cámara accesible desde el adarve, nos da paso a una barbacana, probablemente de ejecución árabe, que recorre paralela todo el lienzo norte hasta la torre del Homenaje, también almenada y con dos plantas, más una dependencia también en planta baja —el recodo de la puerta original—. Bajo esta torre se observa ciega la primitiva puerta que estuvo formada por un arco de herradura ejecutado en piedra. A su derecha de esta torre, otro arco de factura cristiana, en ladrillo, nos conduce hasta el patio del castillo.
Puerta norte del castillo. |
Interior de la barbacana y torre del Homenaje. |
Puerta cegada bajo la torre del Homenaje; a la derecha acceso al patio. |
Izquierda, entrada desde la barbacana; derecha el recodo de la puerta hoy cegada. |
El otro acceso es
de apertura reciente y queda orientado hacia el suroeste, junto al muro aspillerado.
Carece de interés, basta con su mención.
Alrededor del
patio, y adosados a los muros, quedan los restos de las dependencias —apenas
los arranques de los muros— que conformaron las edificaciones interiores
levantadas a lo largo del tiempo. Más abajo se relacionan las existentes hacia
1730, según un plano de la época.
Interior del patio; fondo izquierda, el muro aspillerado y la reciente puerta de servicio. |
Derecha, restos de antiguas dependencias; al fondo, la torre del Homenaje. |
De las distintas culturas que lo han habitado son muestra los diversos materiales utilizados en su construcción y sucesivas remodelaciones: tapial, mampostería, hiladas de ladrillo, sillería
En sus muros, que
en general son anchos y altos, de unos 11 metros de altura media, predomina la
mampostería en sus bases y el tapial en el resto. Aún se conserva parte del adarve
original en su perímetro, que va uniendo las torres de los ángulos. El resto,
perfectamente identificable, es fruto de las obras constantes de adaptación,
como el baluarte del noroeste y los muros del suroeste, que rompen la unidad
del conjunto.
De la
documentación vista y leída por un servidor en la red, destaco un plano de planta del castillo —gracias
Wikipedia—fechado en octubre de 1730 y correspondiente a las obras que en esa
fecha se proyectaron. Dejo aquí la trascripción de la leyenda del plano:
Plano del Castillo de la Fongirola para
Conocimiento de su Proyecto que se Construye.
Octubre de 1730.
Índice.
Las líneas puntuadas es lo que se
arruina y lo lavado de amarillo el Proyecto.
A. Puerta de la Primera entrada.
B. Puerta de la Segunda.
C. Torre del Homenaje.
D. Torreón de la Plaza de Armas.
E. Cubertizo para la artillería.
F. Iglesia, y casa del cura.
G. Cuarteles de Caballería.
H. Cuarteles de Infantería
I. Habitación del Alcaide.
K. Cuarteles que se construyen.
L. Horno que se ha fabricado nuevamente.
M. Pozo con su pila.
N. Cuarteles que se arruinan.
O. Cuerpo de Guardia.
Placa sobre la puerta fechando una de las obras de reforma. |
RESUMIENDO:
Nombre: Castillo de Sohail, Suhayl o Suel.
Municipio: Fuengirola
Provincia: Málaga.
Época de construcción: entre los siglos XI y XII
Estado: Se diría que se trata de una ruina consolidada pero en un aparente buen estado de salud. Su proximidad al mar hace que su deterioro por culpa de la salinidad sea constante; a lo que también ayudan las palomas que lo habitan y sus excrementos.
En 1974 se realizaron los primeros trabajos arqueológicos a costa de la familia Werner.
En 1995 se acondicionó el interior del castillo para eventos culturales; y en el 2002 se remodelaron sus alrededores para conformar un gran espacio de zonas verdes.
Propiedad: Pública, municipal.
Uso: además del uso netamente turístico —visitas, mirador, etc.— es utilizado para el desarrollo de eventos de carácter popular y cultural.
Mi Compañía, saliendo del castillo. |
Visitas: Su entorno es totalmente libre, resultando un cómodo paseo el ascenso hasta él. El acceso a su interior, creo recordar, se puede hacer tras el pago de una módica cantidad.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En 1978, y a instancias de Leopoldo Werner bolín, fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía
Está declarado Bien De Interés Cultural.
Numerosas palomas coronando las murallas. |
Otras cuestiones de interés: Cabe preguntarse, como curiosidad, por el origen del nombre de la ciudad, Fuengirola, que en nada parece proceder de los nombres que tuvo en la antigüedad. Y es que el topónimo es enteramente castellano, formado por la asociación de dos palabras, fuen por la existencia de una fuente, y girola como derivación de la pablara girona, nombre dado a una pequeña nave de origen genovés utilizada para la pesca.
Tras la conquista, al poblado se le empezó a llamar Font girola; y lo siguiente fue Fuengirola.