Y si a la escasez de vestigios le unimos la dificultad del acceso al lugar —el Cerro de la Testa, promontorio de 343 metros sobre el nivel del mar que se supera con imposibles senderos, pues no me queda otro consuelo que fingir mi paseo por la torre y apoyarme en fotografías ajenas para ilustrar esta entrada.
Decía que la torre se encuentra en el cerro de la Testa, el cual da nombre a la atalaya, o es ésta la que da nombre al cerro, no sé, ni me lo aclaran los pocos textos a los que he accedido en la red. Como tampoco sé a qué se debe el topónimo, ni el origen del que cómo fue conocido por los fenicios: Promontorio de las Ágatas.
Debió de ser un lugar con cierto encanto, pues los griegos lo hicieron merecedor de un templo en honor a Afrodita —que después, con los romanos, se le adjudicaría a Venus—, del que lo único que queda es la suposición de su existencia, porque físicamente que digamos, ni el más mínimo vestigio ha resistido el paso del tiempo. Los pocos que allá arriba pueden verse, si hay ánimo para subir, son unas pocas piedras de compleja y paciente interpretación.
Hay noticias del siglo X que nos cuentan que, en este lugar o en las inmediaciones, los musulmanes habían levantado una rábita que también tendría funciones de vigilancia, formando parte de la red de defensa que tenían dispuesta a lo largo de la costa mediterránea. Pero de esa rábita no se ha encontrado el más mínimo rastro, ni en el cerro ni en el llano.
Reconquistado el territorio se aprovechó toda aquella red de atalayas, e incluso se amplió con la construcción de otras torres, para crear una nueva más densa y efectiva, partiendo de las disposiciones que los Reyes Católicos adoptaron para contrarrestar las agresiones de piratas berberiscos y turcos a las tierras de la costa y a los navegantes de sus aguas.
Vista desde la torre: el poblado de La Fabriquilla y las salinas. Más allá la población de Cabo de Gata. |
Es por lo que, probablemente, la torre de la Testa se construyera sobre restos de la anterior musulmana, no descartándose que pudiera haber sido de nueva ejecución en su totalidad. Pero mejor huyamos de especulaciones y vamos a datos más o menos seguros que, por cierto, pocos son.
Su construcción fue propuesta en 1570 por unos señores llamados Antonio del Berrio y Luis Machuca, pero tal proposición no se llevó inmediatamente a cabo. No fue hasta 1584 cuando comenzaron las obras, a cargo de Diego y Gregorio García, dos hermanos albañiles de Granada; la terminó en 1593 Sebastián de Castro, también granadino, de profesión carpintero y además avalista de aquellos dos. Sesenta y cinco años después sufrió un casi total derrumbe a causa del terremoto de 31 de diciembre de 1658, y años después un rayo impactó en las ruinas.
La ruina de la torre no evitó que el lugar siguiera utilizándose como punto de observación de la costa, hasta que José Crame la reconstruyó en 1769 siguiendo lo establecido en Reglamento del 18/agosto/1764 —“Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”—. A partir de entonces estuvo ocupada por dos torreros y un cabo.
Durante la II República comenzó la construcción de un puesto de Carabineros que no llegó a término. Ya en el siglo XX, durante la Guerra Civil, fue demolida.
Los escasos vestigios de la torre. |
Nota:
las fotos que acompañan esta entrada son del blog torresenverde.blogspot.com
RESUMIENDO:
Nombre: Torre de la Testa.
Localidad: Níjar.
Municipio: Níjar.
Provincia: Almería.
Tipología:
Torre atalaya costera.
Época
de construcción: siglo XVI, 1593; y siglo XVIII, 1769.
Estado:
Arruinado y abandonado.
Propiedad:
Uso:
un excelente mirador.
Visitas:
totalmente libre, sólo hace falta llegar arriba.
Protección:
Desconozco si tiene protección, pero imagino que
debe estar al amparo de la Junta de Andalucía, en virtud del reconocimiento
especial a los castillos de la Comunidad Andaluza en 1993.
Un guardia Civil otea el horizonte desde el cerro de La Testa. |
Clasificación
subjetiva: 1, o sea, que si se puede evitar se evita, o lo
que es lo mismo, sólo si el camino que recorro lleva o hace pasar por allí,
lo cual será difícil, porque es complicadísimo acceder hasta allí.
Otras
cuestiones de interés: el entorno del Parque Natural y sus
playas. Y ya que debe ser fatigosa la subida hasta la torre, nos conformamos
con pensar e imaginar que desde allí arriba se tienen unas magníficas vistas, que incluso
se ver la torre de Torregarcía y el torreón de San Miguel a poniente; a sus
pies el faro del Cabo de Gata —donde estuvo el fuerte de San Francisco de
Paula—, y la torre de la Vela Blanca a levante.
Cómo llegar: desde Almería, tomar la
AL-12 dirección El Alquián, y después N-344 hacia Retamar; aquí la Al-3115
hacia Rambla de Morales/Ruescas y a continuación Cabo de Gata. Desde aquí continuar
en dirección al faro. Después, la verdad es que no sé desde dónde parte el
sendero que lleva a la torre.
Coordenadas:
36.73361088104835,
-2.1982287146324486