martes, 23 de febrero de 2016

Mallorca, Capdepera, Torre de Canyamel o d'en Montsó

Canyamel, o Cañamel en castellano, es una población turística que pertenece al municipio de Capdepera. Situada al noreste de la isla de Mallorca y un poco más al sur de aquel, destaca por lo del turismo sobre todo, pero a efectos de este blog, lo hace por tener muy cerca una magnífica torre de estilo gótico, quizás la mejor de Mallorca —no cuenta ahora la torre del Homenaje del castillo de Bellver, que esa juega en otra liga— y desde cuya terraza es fácil ver una gran extensión del valle y otras dos fortificaciones: la de Artá y, por supuesto, la de Capdepera.

La torre vista desde el oeste.


















LA TORRE:


Levantada en el siglo XIII, sus constructores —la familia Montsó o Monzón, a quienes se les asignó el territorio conquistado— se preocuparon, sobre todo, que desde su ubicación se dominara la bahía de Canyamel y el ligero valle que forma el arroyo del mismo nombre. Buen lugar para vigilar la costa y estar alerta ante alguna posible incursión de piratas sarracenos. Su finalidad particular fue pues la defensa del territorio y su población. Y en general la consolidación de lo conquistado por parte de Jaime I entre los años 1229 y 1231.

Aunque también una de sus inquietudes debió de ser la orientación del edificio que, como es fácil de comprobar, hace que sus esquinas coincidan con los puntos cardinales. Porque una casualidad no parece.

Es por ello, por su buena ubicación, que debiera considerarse que se construye sobre otra de origen árabe, tal vez más pequeña que la actual, pero que también hubiera tenido el uso que ahora se le daba a la nueva torre.

A lo largo de los siglos ha sufrido diversas reformas y modificaciones; la más importante a mediados del siglo XV, cuando una vez alejado el peligro de ataques musulmanes, pasó a utilizarse como casa de labor al comenzar a cultivarse en la zona la caña de azúcar. Este hecho hizo que la torre cambiara su denominación, pasando del original torre de Montsó al actual Cañamel, en alusión a su nuevo uso.

 Cuentan que la Torre de Canyamel, mientras ejerció funciones militares, jamás fue tomada por los invasores.  

A la derecha de la torre, la Compañía.

 

LOS DETALLES:


La torre de Canyamel destaca, ante todo, por su tamaño:

sobre una planta cuadrada de 16’70 metros de lado, se eleva a una altura de 22’20 metros —dato que leo en la web de la Asociación de Amigos de los Castillos, y que en otras muchas se dice 23’00—. Lo curioso es que en la propia torre, el dato se contradice en dos carteles informativos: en uno afirma que son 23 los metros y en otro 36. Puedo interpretar que la primera cifra es hasta la terraza y la segunda hasta la cota más alta de la torrecilla que la corona; así y todo, 13’00 metros me parecen excesiva diferencia, para tratarse de una torre caballera.

Está ejecutada en mampostería sus muros y en sillería las esquinas, huecos y elementos singulares. La puerta de acceso a la planta baja es un arco de medio punto que se sitúa en su cara sureste y está conformada por enormes dovelas que, como otros elementos de la fortificación, acentúan aún más la robustez de la torre.

La puerta de planta baja; a la izquierda el acceso a la escalera de planta primera.

El interior de la torre es sobrio y se divide en dos plantas, a las que hay que añadir la terraza superior. Leo en la red que no existe comunicación interior entre una planta y otra —es algo que no pude comprobar pues no tuve la suerte de pasear su interior, me contenté con el exterior—, y que como otros datos, dejo aquí en cursiva pues son tomados de lo que en la red han dejado escrito otros visitantes.

La planta baja tiene muros de un metro de espesor y se cubre con una bóveda de crucería sujeta por cuatro arcos ojivales; está perimetrada por 24 saeteras de distinto derrame, seis por cada cara. En su fachada sureste, a la izquierda de la puerta de acceso, se abre otra pero elevada dos metros del suelo, que bien pudo ser comunicación con alguna edificación adosada y hoy desaparecida —especulaciones de un servidor—. Desde esta puerta, que no está comunicada con la planta baja, se llega a la planta principal mediante una escalera de caracol.

El posible acceso a la planta primera.

La planta primera, cuyos muros han disminuido su espesor —tiene unos 70 cms. — se distribuye en tres estancias sucesivas separadas por gruesos muros con puertas de arcos apuntados. Esta distribución permitía la defensa de las salas siguientes si la anterior caía por los asaltantes que ya hubieran tomado la planta baja, atrancando cada una de las puertas. Aquí las ventanas son de mayor tamaño aunque también se abren aspilleras.  En esta planta y sobre la puerta de planta baja, hubo otra que ahora se ve tabicada, que quizás fuera el acceso a esta planta primera, y en la fachada noreste otra puerta, a través de la cual tal vez se accediera  mediante el uso de escaleras de madera o cuerda —las pequeñas ménsulas que bajo ella se ven me hacen nuevamente especular—.

Sobre la terraza, la torre caballera.

Por último la terraza, a la que la rodea una hilera de almenas piramidales y dieciséis matacanes: uno por esquina más tres en cada lado del cuadrado.

Y en la terraza, el elemento que la hace distinguirse aún un poco más, y llegar a esa altura que al principio detallaba, que es la desproporcionada torrecilla caballera que se sitúa algo descentrada sobre la planta de la cubierta, y que le da a la fortificación una esbeltez de la que sin ella carecería.


Edificaciones que rodean la torre.


RESUMIENDO:


Nombre:        Torre de Canyamel o torre d’en Montsó.

Localidad:     Cañamel—Canyamel
Municipio:    Capdepera, Mallorca
Provincia:     Islas Baleares.

Tipología:     Torre atalaya / casa torre.
Época de construcción: siglo XIII sobre, posiblemente, restos árabes.
Tanto la torre como otras edificaciones pertenecientes a ella, han sido restauradas y rehabilitadas en la segunda mitad del siglo pasado.

Estado:     Es muy buen estado, por lo de la restauración y sobre todo por mantenerse en uso.
Propiedad:    Privada. Parte de las edificaciones que la rodean están ocupadas por un establecimiento hostelero.
Uso:    Desde 2009 funciona como museo histórico-etnológico, y centro de eventos y exposiciones artísticas.
Visitas:    Es visitable, pues es un museo. Pero la suerte que muchas veces me acompaña, hizo que me visita no coincidiera con el horario de visita.
Protección:   Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 3,    o sea, que se incluirá obligatoriamente en una ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo.
Otras cuestiones de interés:    Cerca de la Torre de Canayamel se encuentran los castillos de Capdepera y de Artá; y también el Poblado Talayótico Ses Païses.

Cómo llegar:
La Torre de Canyamel está ubicada en el término municipal de Capdepera, junto a la carretera Ma-4042 a mitad de camino entre las localidades de Artá y Canyamel.

 

martes, 16 de febrero de 2016

Cacela Velha, Fuerte de Cacela Velha

Sigo por el Algarve y por su costa. Poco más allá de Castro Marim, a veinte minutos escasos está Cacella Velha. Desde España, cruzar el puente sobre el Guadiana, desviarse en la salida de Vila Real de Santo Antonio, y después por la N-125 hasta Vila Nova de Cacela.

Desde ésta última a Cacela Velha hay un paso. Miren el mapa, es fácil.



Cacela Velha pertenece a la parroquia de Vila Nova de Cacela, municipio de Vilareal de Santo Antonio, distrito de Faro, y lo encontramos en un lugar cuyas vistas dominan el estuario de la ría Formosa, quedando incluido en el Parque Natural de Ría Formosa, que es zona de protección especial. Forma uno de los conjuntos arquitectónicos y paisajísticos más significativos del sur de Portugal.
La ría Formosa desde Cacella

 La antigua Qastalla tuvo su importancia por ocupar lugar estratégico al final, o al principio, de la ría Formosa, sobre la cima de una ligera montaña de apenas setenta metros sobre el mar.
Cuatro calles escasas, una iglesia, un cementerio y un castillo conforman el caserío. Bueno, y un inmejorable mirador sobre la ría. Espectacular la bajada a la playa por una interminable escalera, y no menos espléndida la vista del castillo desde la arena.

Garita en el baluarte de la esquina este


 
Por aquí, como por todo el sur de la Península Ibérica, anduvieron fenicios y cartagineses. Y después los romanos, claro, que lo ocuparon todo.
Un año después de la invasión musulmana (712 dC), lo árabes ya tenían invadido el Algarve, y el castillo de Cacella formaba parte importante del sistema defensivo de la taifa de Niebla al oeste del Guadiana.
A principios del siglo XII, el geógrafo árabe Al-Idrisi escribió:

“Cacela es una fortaleza construida junto al mar. Está bien poblada y hay muchos jardines y campos de higueras”

Este fue uno de los últimos puntos del Algarve en ser reconquistado, hacia 1249, por Alfonso III, que donó el lugar y su castillo, junto con el de Ayamonte, a la Orden de Santiago en 1255.
Caballeros de esta Orden lo visitaron y lo describieron así:

"Visitámos ho castello ho quall he todo murado e a muralha reformada de novo ho quall he quadrado e tem em cada canto sua torre".

La Orden de Santiago se ocupó desde entonces de su reconstrucción y mantenimiento, amparando con su presencia el interés por la población.
Pero los cambios en los bancos de arena de la ría, jugaron en detrimento de Cacela y favoreciendo a la ciudad de Tavira que terminó consolidándose administrativa y económicamente.
Al inicio del siglo XVI el viejo castillo medieval estaba en ruinas.
Fue remodelado durante el reinado de Juan III (1502 – 1557), y se aumentaron sus defensas con Sebastián I de Portugal (1554 – 1578), que incluso se dio una vuelta por aquí y visitó las obras en 1573.
A principios del siglo XVII, el ingeniero italiano Alejandro Massai proyecta y construye, nuevamente sobre las ruinas del castillo, una fortaleza con los siguientes elementos:

La puerta en la fachada norte, centrada y protegida por un revellín.
En el ángulo suroeste, la vivienda del Alcaide.
En el interior, un granero.
Al este y al oeste sendos semi baluartes.
El del este tiene cuatro caras; el del oeste sólo tres
Al este una torre con una campana.
Al oeste una torre de dos plantas

Pero como parece que el sino de esta fortaleza es estar en estado de desgracia, de nuevo lo encontramos casi en ruinas hacia 1750.
El terremoto de 1755 (1 de noviembre) da el último empujón y el sunami que se produjo destruyó los muros del acantilado dejando casi derruido el edificio, al igual que el resto del pueblo.
En 1770, don Rodrigo de Noronha, capitán general del Algarve, ordena su reconstrucción (el lugar seguía siendo interesante desde el punto de vista de la defensa), instalándose incluso un faro.
Es hacia 1794 cuando se completan los trabajos en la fortaleza, la cual ya tendrá el aspecto que hoy conocemos: un pequeño polígono estrellado con dos baluartes que se inclinan hacia el mar.
De entonces queda en el lugar la siguiente inscripción en piedra, que me es difícil traducir:


A finales del siglo XIX, el castillo fue ocupado por la Guardia Fiscal (hoy brigada Fiscal de la GNR), y desde entonces es utilizado por este cuerpo, no permitiéndose las visitas. Así que hay que contentarse con la visión exterior del edificio, del pequeño pueblo y del paisaje: la ría Formosa, la bahía de Monte Gordo y, si el día está claro, España.

Fachada principal del castillo

 El castillo tiene planta rectangular, aunque distorsionados sus vértices por elementos defensivos.
La fachada principal de la fortaleza se abre hacia el norte, a la plaza del pueblo, perfectamente accesible en automóvil. La puerta la flanquean dos falsos bastiones rectangulares, situados en los vértices del rectángulo.
Unos paneles informativos repartidos por la plaza nos notifican, en varios idiomas, datos sobre la historia del lugar (pero no en español, y pienso que nos está bien empleado; tampoco he visto nunca cartelería en portugués en los monumentos españoles).
A su izquierda, un camino rodea la edificación, a la vez que lleva hacia la playa. Descendiendo por él se observan los restos de la muralla árabe, de tapial (nuevamente información en idiomas varios, no en español).

Restos de la muralla árabe bajo la plaza del pueblo


 La fachada sur, que da a la ría, está compuesta por dos fuertes baluartes simétricos rematados con garitas.

Fachada sur

Sigo rodeando el castillo, y asciendo el acantilado por la larga pero cómoda escalera. Arriba, a la izquierda, la iglesia y el pequeño cementerio.



Como ya dije, el castillo está ocupado por la G.N.R., así que acceder a su interior no es posible, por lo que se hace difícil describir su interior. En una foto aérea veo que existen dos edificaciones adosadas a los muros este y oeste, ambas con tejados a dos aguas, dejando en el centro un patio que ocupa toda la longitud del edificio hasta los dos baluartes del sur. En su interior, una antena-radar de la Brigada Fiscal, creo.

                               


Dejo Cacela, lugar pintoresco, tranquilo y silencioso donde los haya. Típico Algarve: flores, chimeneas, colores, blancos y azules; y la ría que sube y baja cadenciosa al ritmo de las mareas. Un hermoso lugar, no me cabe la menor duda.



martes, 9 de febrero de 2016

Sanlúcar de Guadiana, castillo de San Marcos,

Traigo a mi blog un castillo cercano que he visitado en dos periodos de su historia porque dos han sido los aspectos que de él he conocido. Estuve en él en el año 2007, cuando ya era una próspera ruina, lo paseé, lo disfruté y, como no, lo lloré un poco.  Volví siete años después y entonces las obras de restauración me impidieron su visita; me limité a verlo desde el exterior, pero ya no hubo lágrimas. ¡Cuánto me alegré de aquel cambio! 

Sanlúcar de Guadiana desde Alcoutim

Se trata del castillo de San Marcos situado en Sanlúcar de Guadiana, en la provincia de Huelva. A este lugar se llega desde Huelva por  la E-1, A-49 sentido Portugal; después se coge la salida hacia Villablanca, carretera A-499; y en San Silvestre de Guzmán, desvío a la izquierda, carretera HU-4401 hasta llegar a Sanlúcar. Antes de entrar en el pueblo, se toma la A-4402 y unos 800 metros adelante, un camino a la izquierda nos llevará al castillo.
También se puede llegar al lugar desde Alcoutim, que es el vecino pueblo portugués, incluida travesía en barca del río Guadiana.

Cómo llegar

 Como no hay pueblo ni lugar que no se precie de tener restos de época romana, Sanlúcar no iba ser menos, que aunque sean escasos, parece ser que algunos “se pueden observar en el camino de Huerta Torres”, pero poco más. Poco también queda de la ocupación árabe y la dependencia de estas, por entonces casi despobladas tierras de la taifa de Niebla. Apenas el origen de su topónimo: Sanlúcar, que significa “viento de levante”.

A finales del siglo XIII son reconquistadas estas tierras por Sancho II de Portugal y es entonces cuando aquí se levanta una fortificación. El río Guadiana se convertirá en el elemento físico que fije los límites y ambiciones  entre Castilla y Portugal.
A lo largo de los siglos XIV y XV pertenecerá sucesivamente al Señorío de Gibraleón, a la casa de los Cerda y a los Pérez de Guzmán. Uno de estos últimos,  Dª Isabel Guzmán Ledesma, le concederá el título de villa.
Y de esta manera llegamos a la Guerra de Independencia portuguesa, durante la cual tuvo un papel muy relevante, contribuyendo al mantenimiento de las tropas españolas que vigilaban la frontera. En 1642, el conde Jerónimo Ró fortaleció la villa, construyendo el fuerte de San Jerónimo, junto a la iglesia parroquial. Y aprovechando los restos del viejo castillo medieval, edificó el actual Castillo de San Marcos.
En 1665, el gobernador del Alentejo, el Conde de Schomberg, saqueó e incendió el pueblo, arruinándolo totalmente y provocando la huida de sus habitantes. Un año después, estos retornaron al lugar.
De entonces a hoy sólo encuentro referencias a las inundaciones del río Guadiana: en 1823 el agua alcanzó 14 metros de altura, destruyó 110 casas de las 240 que tenía el pueblo, y se reconstruyó en los alrededores de la iglesia, a fin de evitar posteriores
desbordamientos del río; y otra vez en 1876, cuando nuevamente el castillo fue refugio de los damnificados.
 
Vista desde el castillo de San Marcos: Sanlúcar primero y más allá del río, Alcoutim


En lo relativo al castillo, recordar que fue Jerónimo Ró, en 1642, quien construyó el castillo (hemos de suponer, dada su situación y morfología, que debió existir otra edificación anterior de éopca medieval),  y otros elementos que fortalecieron la villa. Y todo ello porque dos años antes, el Duque de Braganza lideró un levantamiento que dio inicio a una guerra entre los dos reinos que duró hasta 1668. Se fortificaron todas las villas fronterizas, pero eso sí, ya siguiendo las pautas que la pirobalística dictaba a la ingeniería militar.
Pese a ello, el ejército portugués tomó la población en varias ocasiones, siendo entre 1666 y 1668 cuando más tiempo estuvo en su poder. A partir de entonces, y durante la Guerra de Sucesión (1700-1713), hubo una guarnición de manera permanente en el castillo, además de una constante ejecución de mejoras en sus defensas.
Es en 1741 cuando el ingeniero Ignacio Salas proyecta y construye las últimas obras incluyendo modificaciones a las obras que en su momento realizaron los portugueses, quedando el castillo tal y como ha llegado a la actualidad.
En 1866 el ejército cedió la propiedad del castillo al Ayuntamiento de Sanlúcar de Guadiana, ya que había dejado de tener función militar alguna. El Ayuntamiento lo dedicó a matadero.
Durante el siglo XX y hasta los años 50, se utilizó como cuartel de la Guardia Civil.
Desde entonces, el abandono por parte de las administraciones le ha llevado al estado de desolación que ha tenido durante más de cincuenta años.
De lo anterior se deduce que este castillo es un claro ejemplo de cómo fueron cambiando los diseños constructivos en materia de defensa entre los siglos XIV y XVIII, siendo quizás la fortificación fronteriza más importante de Huelva.

Plano del castillo tal como lo diseñó Igancio Salas

El camino que desde la carretera nos lleva hasta el castillo es accesible en coche (andando nos llevaría una media hora, y además cuesta arriba que es lo peor). No sé cómo estará después de la restauración, pero antes la pista llegaba casi hasta la puerta.
Camino del castillo

 En el año 2007, cuando lo visité, se encontraba muy deteriorado, pero a pesar de ello era fácil entenderlo e identificar casi todos sus elementos. El acceso era totalmente libre y su visita implicaba algo de peligro. Lo peor de estas situaciones es vivirlas solo, no sólo por no poder compartirlas sino que en caso de accidente, las posibilidades de ayuda son escasas. Pero bueno, vamos ya a la visita.
Camino de acceso y revellín previo a la entrada


Una vez recorrido el revellín que protege la puerta, y atravesada ésta, encontré un montón de ruinas inidentificables, que me exigió subir a la muralla para así poder mirar y reconocer todos aquellos vestigios.

Puerta de entrada

Puerta de entrada, desde el interior

Paseando por el camino de ronda observo que el castillo tiene planta de trapecio irregular -78 metros de largo y 27 metros de ancho-; y en cada esquina cuatro torreones, tres cilíndricos y el del ángulo nordeste que, a modo de baluarte, inicia en circular y termina en un pronunciado ángulo.
En la cara oeste, un baluarte al que se accede mediante un portillo.

Portillo de acceso al baluarte oeste

 En el interior, los cimientos y arranques de muros correspondientes a almacenes, alojamientos de soldados y oficiales, capilla y aljibe.

Aljibe


Vista general de las ruinas intramuros

En el ángulo suroeste la torre forma parte de un conjunto algo mayor, un baluarte al que se accede por un cómodo patín, orientado hacia el castillo de Alcoutim, lo que da una idea de hacia donde debían ir los tiros.
Todo el conjunto está construido a base de piedra de distintas labras y acabados, dependiendo de la época en que se llevaron a cabo las reformas.
En el exterior, un muro lo rodea casi en todo su perímetro, protegiendo lo que debió ser un camino cubierto.


 La segunda vez que subí al castillo de Sanlúcar, en julio de 2014, éste estaba siendo restaurado por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, por lo que no pude acceder a su interior, así que me limité a recorrer su perímetro, fotografiarlo y a no hacer juicios de valor por la obra. Meses después, en la red encontré las fotos aéreas que aquí dejo y que da perfecta idea de lo que ahora es y de lo que debió ser.

El castillo antes de su restauración (huelvabuenasnoticias.com)

Magnífica vista del castillo restaurado, Sanlúcar y Alcoutim  (juntadeandalucia.es)

Así que tuve tiempo para callejear por el pueblo, pasear por la ribera del Guadiana y descansar la vista, sentado en el pequeño puerto, mirando allí enfrente, hacia la otra orilla. Y al igual que desde arriba, o cuando estuve en Alcoutim, comprendo el porqué de la elección de este lugar para situar las dos poblaciones. Es un lugar, simplemente, magnífico.