martes, 26 de diciembre de 2023

Níjar, torre de La Testa

Traigo hoy a mi blog una torre que ya no es torre, sólo un montón de piedras que apenas si consiguen ayudar a identificar el lugar en el que estuvo levantada. Pero que estar, estuvo.
Y si a la escasez de vestigios le unimos la dificultad del acceso al lugar —el Cerro de la Testa, promontorio de 343 metros sobre el nivel del mar que se supera con imposibles senderos, pues no me queda otro consuelo que fingir mi paseo por la torre y apoyarme en fotografías ajenas para ilustrar esta entrada.
Decía que la torre se encuentra en el cerro de la Testa, el cual da nombre a la atalaya, o es ésta la que da nombre al cerro, no sé, ni me lo aclaran los pocos textos a los que he accedido en la red. Como tampoco sé a qué se debe el topónimo, ni el origen del que cómo fue conocido por los fenicios: Promontorio de las Ágatas.
Debió de ser un lugar con cierto encanto, pues los griegos lo hicieron merecedor de un templo en honor a Afrodita —que después, con los romanos, se le adjudicaría a Venus—, del que lo único que queda es la suposición de su existencia, porque físicamente que digamos, ni el más mínimo vestigio ha resistido el paso del tiempo. Los pocos que allá arriba pueden verse, si hay ánimo para subir, son unas pocas piedras de compleja y paciente interpretación.
Hay noticias del siglo X que nos cuentan que, en este lugar o en las inmediaciones, los musulmanes habían levantado una rábita que también tendría funciones de vigilancia, formando parte de la red de defensa que tenían dispuesta a lo largo de la costa mediterránea. Pero de esa rábita no se ha encontrado el más mínimo rastro, ni en el cerro ni en el llano.
Reconquistado el territorio se aprovechó toda aquella red de atalayas, e incluso se amplió con la construcción de otras torres, para crear una nueva más densa y efectiva, partiendo de las disposiciones que los Reyes Católicos adoptaron para contrarrestar las agresiones de piratas berberiscos y turcos a las tierras de la costa y a los navegantes de sus aguas.
Vista desde la torre: el poblado de La Fabriquilla y las salinas. Más allá la población de Cabo de Gata.

Es por lo que, probablemente, la torre de la Testa se construyera sobre restos de la anterior musulmana, no descartándose que pudiera haber sido de nueva ejecución en su totalidad. Pero mejor huyamos de especulaciones y vamos a datos más o menos seguros que, por cierto, pocos son.
Su construcción fue propuesta en 1570 por unos señores llamados Antonio del Berrio y Luis Machuca, pero tal proposición no se llevó inmediatamente a cabo. No fue hasta 1584 cuando comenzaron las obras, a cargo de Diego y Gregorio García, dos hermanos albañiles de Granada; la terminó en 1593 Sebastián de Castro, también granadino, de profesión carpintero y además avalista de aquellos dos. Sesenta y cinco años después sufrió un casi total derrumbe a causa del terremoto de 31 de diciembre de 1658, y años después un rayo impactó en las ruinas.
La ruina de la torre no evitó que el lugar siguiera utilizándose como punto de observación de la costa, hasta que José Crame la reconstruyó en 1769 siguiendo lo establecido en Reglamento del 18/agosto/1764“Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”—. A partir de entonces estuvo ocupada por dos torreros y un cabo.
Fue utilizada hasta poco después de la Guerra de la Independencia, cuando, ante la falta de labores de mantenimiento se deterioró de manera notable. Fue entonces cuando, ante la necesidad de construir un faro en la zona, se especuló con levantarlo en el mismo emplazamiento que la torre, pero la idea se desechó en favor de ubicarlo en el vecino fuerte de San Francisco de Paula —sobre las ruinas de éste, en 1863 y dentro de un plan de señalización de la costa española, se construyó un faro que fue inaugurado en la noche del 30 de abril de 1863—.
Durante la II República comenzó la construcción de un puesto de Carabineros que no llegó a término. Ya en el siglo XX, durante la Guerra Civil, fue demolida.
Los escasos vestigios de la torre.

Nota: las fotos que acompañan esta entrada son del blog torresenverde.blogspot.com

 



RESUMIENDO:


Nombre: Torre de la Testa.

Localidad: Níjar.

Municipio:  Níjar.

Provincia:    Almería.

 

Tipología: Torre atalaya costera.

Época de construcción: siglo XVI, 1593; y siglo XVIII, 1769.

Estado: Arruinado y abandonado.

Propiedad:

Uso: un excelente mirador.

Visitas: totalmente libre, sólo hace falta llegar arriba.

Protección: Desconozco si tiene protección, pero imagino que debe estar al amparo de la Junta de Andalucía, en virtud del reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza en 1993.

Un guardia Civil otea el horizonte desde el cerro de La Testa.

 

Clasificación subjetiva: 1, o sea, que si se puede evitar se evita, o lo que es lo mismo, sólo si el camino que recorro lleva o hace pasar por allí, lo cual será difícil, porque es complicadísimo acceder hasta allí.

Otras cuestiones de interés: el entorno del Parque Natural y sus playas. Y ya que debe ser fatigosa la subida hasta la torre, nos conformamos con pensar e imaginar que desde allí arriba se tienen unas magníficas vistas, que incluso se ver la torre de Torregarcía y el torreón de San Miguel a poniente; a sus pies el faro del Cabo de Gata —donde estuvo el fuerte de San Francisco de Paula—, y la torre de la Vela Blanca a levante.

Cómo llegar: desde Almería, tomar la AL-12 dirección El Alquián, y después N-344 hacia Retamar; aquí la Al-3115 hacia Rambla de Morales/Ruescas y a continuación Cabo de Gata. Desde aquí continuar en dirección al faro. Después, la verdad es que no sé desde dónde parte el sendero que lleva a la torre.

Coordenadas:

36.73361088104835, -2.1982287146324486

martes, 19 de diciembre de 2023

Níjar, castillo de San Francisco de Paula o del Corralete

Poca información encuentro en la red sobre el castillo o fuerte abaluartado que hoy paseo. Y si poca es la información existente, más escasos son los vestigios que de ese fuerte quedan, pues no hace mucho, apenas 160 años, fue demolido para levantar sobre sus cimientos y sus muros desmochados, el faro que hoy se contempla.
Estoy en el mismísimo Cabo de Gata, en el municipio de Níjar, y muy cerca de la pedanía que lleva el mismo nombre. Si afino la vista, desde aquí se ve el torreón de San Miguel, cuya lamentable ruina pervive a duras penas a las afueras de la población de Cabo de Gata. Desde aquí también se tiene conexión visual con la torre de la Testa a poniente y la de la Vela Blanca a levante, sobre la cala de la Punta Negra. Mejor protección del cabo, imposible.
Este es el castillo de San Francisco de Paula, también conocido como de Corralete, por encontrarse justo al lado de la ensenada llamada así, y a la que tenía que proteger a fin de evitar desembarcos de piratas del sur y del norte. Igualmente, el lugar que ocupa se llama Morrón de Corralete —imagino que por el mismo motivo—.
El arrecife de las Sirenas


EL FUERTE:

Fue edificado entre 1737 y 1738, durante el reinado de Felipe V, por los ingenieros Felipe y Pablo Crame, y prácticamente destruido por los franceses (otra vez los de siempre) durante la Guerra de la Independencia.

Felipe Crame recibió la orden de proyectar y dirigir las obras necesarias para defender el cabo de Gata, por parte del Duque de Montemar, y en el caso que hoy me ocupa, había propuesto la construcción, en el Morrón del Corralete, de una torre artillada. Pero en 1735, el propio Felipe Crame desestimó su propuesta, y planteó la construcción de un fuerte para cinco cañones y guarnición de 8 o 10 hombres; presupuestó la obra en 66.116 reales de vellón. Curiosamente, todos los materiales y herramientas, así como los obreros, fueron trasladados desde Almería por mar el 2 de abril de 1737, día de la festividad de San Francisco de Paula; Felipe Crame adoptó esa titularidad de manera provisional, pero finalmente quedó asignada de manera definitiva.

Las obras concluyeron en 1738 pero ya dirigidas por su hermano Pablo, también ingeniero y militar. La dotación con la que se dotó estuvo formada por un sargento y ocho soldados.

Durante el reinado de Carlos, y conforme a lo que establecía el Reglamento de 18/agosto/1764 —“Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”—, este fuerte fue incorporado al dispositivo de defensa.

De 1803, existe una descripción bastante minuciosa en la que ya se anticipaba su deterioro, que fue consumado durante la Guerra de la Independencia, siendo desartillado y semidestruido por los invasores. Ya no se ejecutaron obras de restauración.

Otra descripción posterior, en 1849, nos cuenta cómo eran las piezas de artillería robadas por los franceses y las posibilidades estratégicas que aún tenía el fuerte. Ya no estaba ocupado, y la dotación de carabineros adscrita a él, ocupaban una casa cercana.

Sobre sus ruinas se levantó en 1863, dentro de un plan de señalización de la costa española, un faro, que fue inaugurado en la noche del 30 de abril de 1863. Tuvo una altura de 18 metros, óptica giratoria y una frecuencia de destellos cada 30 segundos a más de 50 metros sobre el nivel del mar, pudiendo ser observados desde 30 millas de distancia. Las instalaciones se completaron ya en el siglo XX, desmantelándose lo poco que quedaba de la fortaleza, por lo que a día de hoy apenas si aprecia el arranque de algunos muros.

El 14 de julio de 1937 fue bombardeado por aviones del bando nacional, produciéndose numerosos daños que no impidieron que el faro siguiera funcionando con normalidad.

Fue también un puesto del Cuerpo de Carabineros, para pasar a la Guardia Civil una vez disuelto ese Cuerpo al finalizar la Guerra Civil. Con la primera reorganización del de la Guardia Civil, ya en democracia, desapareció el Puesto del Corralete, nombre con el que se le conocía.

 


LOS DETALLES:

Sobre el peñón rocoso se levantó una plataforma circular terraplenada que se cerraba en su gola con un hornabeque, donde quedaban alojadas las distintas dependencias del fuerte: almacenes, cuartel con capacidad para doce soldados y un oficial, capilla y la entrada. Tenía la amplitud necesaria para seis cañones, pero fue dotado con cuatro.

En la fachada del hornabeque tuvo un pequeño foso, por lo que el acceso se hacía mediante un puente levadizo.

 



RESUMIENDO:


Nombre: Castillo de San Francisco de Paula o del Corralete.
Localidad: Níjar
Municipio: Níjar
Provincia: Almería

 

Tipología:    fuerte abaluartado

Época de construcción: siglo XVII

Estado: Nada que decir del castillo, cuyos restos son inapreciables, apenas si se pueden observar algunos muros reutilizados.; el faro, por supuesto, muy bien de salud.

Propiedad: Pública

Uso:

Visitas: Totalmente libre y recomendable, la visita por el exterior, con las precauciones de rigor.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español. A pesar de que este decreto puso bajo la protección del Estado a todos los castillos españoles, cualesquiera que fuera su estado, es evidente que esta fortaleza fue alterada para un uso diferente. Como tantas.

La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.

A partir de 1987, los terrenos de esta playa, y por tanto la torre, quedaron incluidos en el Parque Natural de Cabo de Gata.

 

Clasificación subjetiva: 2, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. Pero esta observación es estrictamente dedicada a los restos del castillo, porque si tuviéramos que dar una nota al paisaje, ésta sería mucho más eleva da, naturalmente.

Otras cuestiones de interés: Sobre lo que fue el patio central del castillo —en el centro de la zona semicircular— se levantó en 1863 un faro. Se situó justamente en el límite de la demarcación costera de Cádiz y Cartagena. De 18 metros de altura, más de 50 sobre el nivel del mar, óptica giratoria, una frecuencia de destellos cada 30 segundos y un alcance de 30 millas de distancia, fue inaugurado la noche del 30 de abril de 1863.

Las instalaciones se completaron en el siglo XX, añadiéndose una casa para el farero. Durante la Guerra Civil fue pintado con colores de camuflaje.

Curiosidades: En principio se iluminaba con una lámpara de aceite de oliva, a partir de 1882 se usó la parafina y desde 1902 el petróleo; en 1973 entró en funcionamiento un servicio de radiofaro, y en 1978 se instaló una sirena de gran alcance. Actualmente sigue en funcionamiento y en perfecto estado.

Las vistas desde lo más alto del peñón, puestas de sol, el llamado Arrecife de las Sirenas —una antigua chimenea volcánica—, etc., son impresionantes. Y si se consigue ver algún ejemplar de focas monje, pues mejor que mejor. 

Cómo llegar: desde Almería, tomar la AL-12 dirección El Alquián, y después N-344 hacia Retamar; aquí la Al-3115 hacia Rambla de Morales/Ruescas y a continuación Cabo de Gata. Desde aquí al faro, basta seguir la carretera, AL-3115, que pasa por la Almadraba de Monteleva y termina en el faro.

Coordenadas:

36.72521509501322, -2.19381388605234

martes, 12 de diciembre de 2023

Almería, Cabo de Gata, torreón de San Miguel

El torreón de San Miguel es también conocido como de El Cabo de Gata o simplemente del Cabo. Pero hoy se le conoce, y reconoce, más por su desolador estado que por su historia. Buscando documentación para esta entrada, he encontrado más noticias de periódicos dedicados a comentar y denunciar la deplorable situación que sufre la torre, que artículos en páginas webs que hablen de su historia, características, etc., que es, al fin lo que me interesa.
Y efectivamente, eso encontré cuando llegué a Cabo de Gata: una edificación arruinada, sucia y olvidada. Está a la izquierda de la carretera que lleva al poblado, a levante y a poca distancia de la que es pedanía de la ciudad de Almería, a unos 28 kilómetros de ésta. Vamos hacia poniente y desde aquí ya se ve el cabo — el cabo de Gata, a unos siete kilómetros—, punto geográfico en el que el litoral gira, literalmente, hacia al norte. Estamos en el extremo sur-oriental de la Península Ibérica.

Cabo de Gata es una pequeña población situada entre la llamada Rambla de Morales y las Salinas del Cabo de Gata, en primera línea de playa, y a la que, he de confesar, ni me digné en entrar. Tal fue el estado de ánimo que me provocó la situación de la torre. Un corto paseo a su alrededor, unas fotos y vámonos a otro lugar a contemplar mejores vistas.
Su historia, la del lugar, es corta. Se remonta al siglo XVII cuando se asentó una pequeña población en lo que se conoció como La Almadraba de Monteleva. Al amparo y protección de la torre existente —no la actual—, aquellos pobladores vieron en la pesca y las salinas un modo de vida, y en las dunas que rodeaban al incipiente poblado por el norte, un problema, pues con el viento eran invadidas sus calles. En los años setenta del pasado siglo se retiraron las dunas para ser utilizada en los cultivos intensivos, con lo que el problema desapareció.


EL TORREÓN:

Donde se levanta la torre ya hubo otra, de origen musulmán, que quedó en muy mal estado tras el terremoto de Almería en 1658, lo que obligó a su demolición y a construir el actual torreón. No entiendo por qué tardaron cien años en hacerlo, pues el temor de la población a las incursiones de piratas fue constante, y la existencia de la torre era el único medio de protección que tenían.

Esta torre iba a formar parte del plan de construcciones costeras que diseñó el ingeniero militar Felipe Crame en 1733; ésta, concretamente, sería apta para un cañón y dos pedreros, con habitación para cuatro hombres. Se debería haber construido en las inmediaciones de la anterior que estaba arruinada, pero a la postre, el mismo ingeniero desestimó su construcción dos años después al revisarse los planes de defensa de la zona.

Plano de Jerónimo Amici.

La edificación de la actual se llevó a cabo por el ingeniero Tomás de Warluzel d’Hostel, siguiendo la orden de Fernando VI. Las obras comenzaron el 29 de marzo de 1756, siguiendo diseños genéricos, terminándose su construcción en noviembre del mismo año.

En 1762, Antonio María de Bucarelli informó en su "Relación del estado de todos los puestos fortificados, de los ocho Partidos de la costa del Reino de Granada, divididos e mandos, desde Calatarage que da principio en el Reino de Andalucía, hasta San Juan de los Terreros que confina con el de Murcia", que el torreón tenía una guarnición de dos torreros, un cabo de infantería, cuatro soldados y un artillero. Tenía una dotación de dos cañones de escaso calibre.

En el Reglamento de 1764 —“Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”— se le asignó artillería de mayor calibre.

En 1767, el ingeniero José Crame reforzó la bóveda y elevó la barbeta; la obra costó 6.000 reales de vellón.

Esquina sureste.

Tras la Guerra de la Independencia la torre es abandonada, como también lo fueron sus cañones: posteriormente y como otras torres, pasó a depender del Cuerpo de Carabineros. Desaparecido este cuerpo al finalizar la Guerra Civil, la torre volvió a quedar en desuso, hasta que en 1963 fue ocupada por la Guardia Civil al encontrarse en muy mal estado las dependencias que ocupaba en una casa de la población de Cabo de Gata.

De cuando estuvo ocupado por la Guardia Civil, obsérvese el guardia en la nueva puerta de planta baja (de torresenverde.blogspot.com)

Se hicieron obras de reforma, construyéndose una cortina perimetral con torreones en las esquinas. Pero el periodo de uso fue corto, pues en 1971 la dotación de guardias se trasladó a un nuevo cuartel. Siguió siendo utilizada como almacén durante años por los servicios municipales, pero terminó siendo abandonado y dejado de la mano de Dios. El Ayuntamiento de Almería terminó haciéndose con la propiedad de la torre.

Actualmente se está pendiente de ejecutar las obras que, financiadas con dinero público, pretenden eliminar el muro exterior y convertirlo en oficina de turismo, siguiendo el proyecto ganador de un concurso de ideas que se convocó en el año 2018.

 


LOS DETALLES:

Se trata de un volumen cilíndrico, construido en mampostería y enfoscado, que se refuerza en su arranque con un alambor perimetral.

Su interior consta de dos plantas, más una terraza cuyo nivel queda marcado en el exterior por un ancho bocel. En este bocel destacan unas ménsulas que posiblemente fueron el apoyo de pequeños matacanes. A la terraza se accede mediante una escalera que queda cubierta en el exterior.

En origen sólo tuvo una planta, según se ve en el plano de Jerónimo de Amici, que se dividía en tres dependencias: estancia para la tropa, cocina y el repuesto de pólvora.

El acceso se realizaba a la altura de la segunda planta, mediante una escalera exenta unida a la torre por un puente que fue levadizo. Mientras fue utilizada por la guardia Civil, tuvo una puerta a nivel de la planta baja, por lo que he de suponer que se vació el volumen correspondiente a esa planta.


Imágenes de su lamentable estado.

 


 RESUMIENDO:


Nombre: Torreón de San Miguel, o torre de Cabo de Gata.

Localidad: Cabo de Gata.

Municipio:  Almería.

Provincia:    Almería.

 

Tipología: Torre atalaya costera.

Época de construcción: siglo XVIII, 1756.

Estado: Arruinado, abandonado y peligroso, dada su accesibilidad.

Propiedad: pública, Ayuntamiento de Almería.

Uso:

Visitas: no, totalmente prohibido su acceso, aunque éste es fácil ya que no hay nada que lo impida.

Protección: Declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento, desde 25/junio/1985 (pero de poco le está valiendo).

La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza en 1993.



Clasificación subjetiva: 1, o sea, que si se puede evitar se evita, o lo que es lo mismo, sólo si el camino que recorro lleva o hace pasar por allí.

Otras cuestiones de interés: el maravilloso entorno del Parque Natural y sus playas. Desde su terrado se tiene conexión con la torre de Torregarcía a poniente y con el faro del Cabo de Gata —donde estuvo el fuerte de San Francisco de Paula— y la torre de la Testa a levante, lo cual es imposible de contemplar.

Cómo llegar: desde Almería, tomar la AL-12 dirección El Alquián, y después N-344 hacia Retamar; aquí la Al-3115 hacia Rambla de Morales/Ruescas y a continuación Cabo de Gata.

 Coordenadas

36.77946876341224, -2.237356372242812









martes, 5 de diciembre de 2023

Almería, torre de Torre García

Paseo hoy, en el más estricto sentido, por la playa de Torre García, en el término de Almería, como se denomina al arenal entre la rambla y playa de las Amoladeras y la de Retamar. Estamos a la entrada del Parque Natural del Cabo de Gata.
He llegado por un cómodo camino para mi vehículo que es más urbano que rural, y me encuentro un lugar solitario sacudido por un viento algo más que moderado y un mar poco tranquilo. Sin embargo, el sol invita al paseo, aunque no al baño.
Aparte de los elementos naturales, tres son los que destacan levantados por el hombre: una pequeña ermita erigida en honor de la Virgen del Mar, patrona de la ciudad de Almería —su imagen, dicen que apareció aquí el 21/diciembre/1502—; los restos arqueológicos de lo que dicen que fue una pequeña factoría de salazón de pescado, construida por los romanos; y una torre almenara datada en el siglo XVI que es el motivo de mi paseo. Es conocida como torre García, pero también lo fue como torre de Gracia o con algún cambio de grafía —Garsía o Garzía—.
La torre desde el camino de acceso.

Al fondo, muy al fondo, la ermita.



LA TORRE:

Fue construida en el siglo XVI —entre 1571 y 1575—, durante el reinado de Felipe II por Juan de Truxillo, con seguridad, sobre los restos de otra de origen musulmán.
La torre musulmana fue la única torre de todo el entorno que quedó en pie tras la conquista de Almería por parte cristiana en 1488, y siguió siendo utilizada durante el primer cuarto del siglo XVI, pero su mal estado obligó a demolerla y construir la actual.
Su función, como todas las torres atalayas de la costa mediterránea, fue la de vigilar y dar aviso ante cualquier indicio de ataque por parte de piratas berberiscos. Desde ella se tenía contacto visual con la torre del Perdigal hacia poniente y la del cerro de la Testa a levante. Su dotación fue de tres torreros.
Existe un informe fechado en 1759 en el que se habla de su buen estado, y que por entonces su dotación era de dos torreros. Años después, en 1773 fue restaurada, recalzándose sus cimientos; también se reparó la bóveda y se repellaron sus muros. Como dato curioso, se gastaron 1000 reales de vellón.
Tras el Reglamento de 18/agosto/1764, sus funciones pasaron a la Casa Fuerte de las Crucetas, con lo que dejó de utilizarse, y con ello comenzó su deterioro, a pesar de que se siguió manteniendo durante el resto del siglo XVIII y gran parte del XIX.
Dado su regular estado, a mediados del siglo XIX, la dotación de carabineros encargada de la vigilancia de la zona, habitarían una casa cercana y no la torre. Lo mismo sucedió cuando las funciones de los carabineros pasaron a la Guardia Civil, que ésta nunca ocupó la torre, si bien, como se observa en la fotografía —de torresenverde.blogspot.com—, sí se hicieron labores de vigilancia desde su terrado.
De cuando era lugar de vigilancia por la Guardia Civil
(de torresenverde.blogspot.com)





LOS DETALLES:

La torre es troncocónica, de dos cuerpos, el primero macizo y una cámara en el segundo. A esta cámara se accedía mediante una escala que se recogía hacia el interior, y que se sitúa en el hueco orientado tierra adentro. Actualmente existe una escalera metálica, producto de la restauración del pasado siglo, anclada a la torre y colocada a unos tres metros del suelo, para acceder a su interior. Sobre aquel hueco se aprecian dos ménsulas que sostuvieron un pequeño matacán.
La terraza ha perdido su parapeto conservándose apenas una hilada por encima de la gola perimetral.
En el nivel de la cámara existen tres pequeños al exterior, de forma rectangular y situados en horizontal.
Está construida en mampostería y revestida de enfoscado de cal, conservando algunos restos de este revestimiento.


RESUMIENDO:

Nombre: Torre de Torre García.
Localidad:
Municipio: Almería
Provincia: Almería

Tipología: Torre almenara.
Época de construcción: siglo XVI.
Estado: En buen estado de conservación; entre 1987 y 1989 fue restaurada, consolidándose sus muros, la cubierta y su pretil. Así mismo se colocó una escalera metálica fijada al paramento, pero no por ello debe de ser accesible, así que se encuentra rodeada por una valla fácil de salvar.
Propiedad: Pública, ¿del Ayuntamiento de Almería?
Uso: Ninguno, como tantas otras, está ahí para adornar el paisaje y que la miremos (algunos, otros pasan de largo sin apenas darse cuenta de su existencia)
Visitas: de acceso libre el exterior. Por protección, está vallada y, por supuesto, es imposible acceder a su interior.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.
Es Bien de Interés Cultural desde 1993.
A partir de 1987, los terrenos de esta playa, y por tanto la torre, quedaron incluidos en el Parque Natural de Cabo de Gata.


Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita.
Otras cuestiones de interés: Junto a la torre, y hacia levante, se encuentran los restos de una pequeña factoría de salazones de pescado y fabricación de garun, de origen romano, que se cree fue construida en el siglo III aC. Estos vestigios, de aproximadamente media hectárea de superficie, se encuentran vallados a fin de impedir su deterioro. Además, se ha descubierto también los restos de lo que fue una vivienda de unos 130 metros cuadrados.
En el entorno de la torre se levanta una pequeña ermita —construida en 1953— en honor de la Virgen del Mar, cuya imagen, según cuenta la leyenda, fue encontrada en 1502 por un vigía de la torre, llamado Andrés de Jaén. Se trata de una talla de madera procedente del mascarón de proa de un navío que naufragó, y que en 1806 fue declarada patrona de la ciudad de Almería. Este hecho convirtió a la torre en un lugar muy popular ya que en ella estuvo depositada la imagen. En el paramento de la torre que mira al oeste, se colocó en 1940 un azulejo con la imagen de la virgen y una lápida donde se relata el hecho.





Cómo llegar: desde Almería, tomar la AL-12 hacia el aeropuerto y continuar por la N-344 en dirección a El Toyo; desviarse en la AL-3115 y continuar hasta la señalización, a la derecha, del camino de la ermita de Torre García.
Coordenadas:
36.822737457181624, -2.295570849484414