martes, 18 de diciembre de 2018

Sotomayor, castillo de Sotomayor

Creo que en primer lugar he de centrarme, saber en dónde estoy; bueno, estoy en Galicia. Pero es que la división administrativa de Galicia difiere algo al resto de España —ayuntamiento-municipio allí es concejo-concello, y pedanía es parroquia—, y no sólo en la termología, sino también en algo más; y de ahí me viene mi primitivo desorden.

Además, creo que utilizan el concepto de comarca con un significado más político que el resto de regiones — ¡uy!, perdón, Comunidades Autónomas—, e incluso subdividen su territorio en regiones. Pero estas regiones vienen a coincidir con las comarcas. En fin, que no me entero bien.

Después de esta confusa introducción, situémonos:

Sotomayor, el castillo de Sotomayor, está en la parroquia de San Salvador de Sotomayor, municipio de Sotomayor, comarca/región de Vigo —que difiere con el área metropolitana de Vigo—, provincia de Pontevedra.

Mejor lo dejo. Vayamos al castillo que, definitivamente decimos, está en Sotomayor, en la cima del monte Viso y a unos 120 metros de altitud sobre el nivel de un mar que desde ahí no se ve pero que se intuye cercano —está a unos seis kilómetros por la carretera actual—. A su significativa situación estratégica, hay que unir lo excepcional del lugar, del paisaje donde se levanta; esta segunda cualidad me parece innecesaria decirla, porque ¿qué castillo no está en un lugar excepcional? Y si el lugar en origen no lo fuera, entonces será el castillo quién hará del lugar un privilegio.

 

EL CASTILLO:

No se saben a ciencia cierta los datos exactos sobre su construcción: fechas, quién mandó levantarlo, o si en el lugar hubo otra fortificación anterior.

Sobre la fecha, se dice que fue en el siglo XII, por la similitud de algunos detalles arquitectónicos con construcciones portuguesas similares que sí están datadas a lo largo de todo ese siglo. Pudo ser, por tanto, durante el reinado de Alfonso VIII, el Emperador, (1105-1157), aunque las leyendas hablan de que su origen está en una torre construida antes de la llegada de los musulmanes a la Península. Se atribuye su construcción a un tal Pax Méndez Sorrede, cuya familia cambiaría el apellido por el de Sotomayor —al denominar como El Mayor, una vez lo poblaron, un soto de su propiedad—

Pero su mayor esplendor, junto con su casi fisonomía actual, llegará con Pedro Álvarez de Sotomayor, conde de Camiña, que había heredado el castillo de Álvaro Páez de Sotomayor. Ya por entonces, esta familia pugnaba por dominar la política y la economía en prácticamente toda Galicia, participando en todos los conflictos habidos y por haber —Pedro I contra Enrique II, los dos de Castilla; el obispo de Tuy contra el de Santiago de Compostela; nobles contra nobles, en incluso en disputas sociales como la llamada Revuelta Irmandilla, sucedida entre 1467 y 1469— durante aquellos tranquilos siglos.

Con Pedro Álvarez de Sotomayor (1430-1486), más conocido como Pedro Madruga —personaje cargado de misterio y leyenda—, la familia alcanzará su mayor fama y poder, y éste se convertirá en el señor feudal con mayor poder de todo el sur de Galicia. Pedro Madruga reconstruyó el maltrecho castillo una vez sofocada la Revuelta Irmandiña, y amplió sus defensas introduciendo elementos constructivos para adaptarlo al uso de armas de fuego.

Para mostrar su superioridad, Pedro Madruga conquistó al Arzobispo de Santiago el cercano castillo de Castrizan, en el Castro de la Peneda, que había sido construido en 1477 como elemento de control sobre los Sotomayor. Este castillo fue demolido y sustituido por una ermita dedicada a la Virgen de los Reyes. Así se las gastaba el personaje.

A su muerte, en 1486, comenzaron una serie de problemas a causa de la propiedad de su legado, que se reflejarían en la paulatina decadencia familiar y con ello la del propio castillo. A esto hay que añadir que, a causa de la política de desmantelamiento de fortificaciones llevada a cabo por los Reyes Católicos, este castillo se vio seriamente afectado, llegándose a reducir la altura de la torre desmochándola. En 1525, mediante una Real Cédula se creó el mayorazgo de Sotomayor.

Aquellos problemas sucesorios no se solucionarían hasta 1795, cuando la Chancillería de Valladolid otorgaría al marquesado de Mos, en la persona de Benito Fernando Correa de Sotomayor, IV marqués de Mos, el derecho a los bienes de la familia Sotomayor. Entonces, el marqués de Mos cambió el escudo de los Sotomayor situado sobre la puerta sur, por otro, altamente ostentoso, con las armas de su marquesado.

La familia Mos ejecutaría algunas obras de reconstrucción en la ya muy deteriorado castillo —la torre del Homenaje estaba desplomada, por lo que se restauró y recreció; las obras también afectaron a las murallas, que habían sufrido expolios de sus materiales, las cubiertas estaban hundidas y las carpinterías muy deterioradas, cuando no desaparecidas—.

En 1869 hereda el castillo Antonio Aguilar y Correa, VI marqués de Mos y VIII marqués de la Vega de Armijo, que, junto a su esposa Zenobia Vinyals, inician un proceso de profunda restauración con una estética neogótica y romántica, que tendría como resultado la apariencia de una residencia palaciega sin perder un ápice de su característica bélica. En la Torre del Conde —la que se levanta al norte del conjunto— se ubicó la biblioteca y se instalaron cañería para agua de consumo y de saneamiento.

También se construyeron edificaciones auxiliares próximas y se ajardinó el entorno con la replantación de numerosos árboles.

Y así es cómo ha llegado hasta nuestros días.

El castillo es heredado, en 1908, por María Vinyals Ferrés, que había nacido en el castillo en 1875. Era sobrina de Zenobia Vinyals, y llegó a ser muy conocida por sus actividades artísticas, literarias y políticas. Persona activista en cuestiones sociales, convertiría, junto a su segundo marido, el castillo en un centro de conspiraciones e intrigas políticas. Cuestión esta que, añadida a las deudas contraídas, haría que perdiese la propiedad del castillo, subastándose en 1917.

Fue adquirido —20.000 pesetas de la época— por un vecino de Villagarcía de Arosa, que apenas si se interesó por el estado del edificio. En 1935 pasó a manos de un militar portorriqueño, Eugenio Carlos de Ostos y Ayala, que algo hizo por recuperar el edificio y los jardines. Pero no lo suficiente, pues el conjunto siguió su proceso de deterioro.

Desde 1982 es propiedad de la Diputación de Pontevedra. Actualmente, muy rehabilitado y actualizado, está abierto al público como museo.

 

LOS DETALLES:

Sotomayor es una muy agradable mezcla entre el castillo con porte defensivo que fue y la noble residencia palaciega en la que lo convirtieron en el siglo XIX. Incluso queda en él, y sobre todo en su alrededor, el poso de la que también fue su dedicación agrícola y ganadera.

De su primera fábrica, en tiempos de Pax Méndez Sorrede, siglo XII, se podría decir que se reduce a la torre del Homenaje, por su labra y similitud con otras edificaciones portuguesas fronterizas de las que sí se tiene clara su data.

El resto es una constante evolución que va: 

  — desde la reconstrucción que hace Pedro Madruga tras la Revuelta Irmandiña, añadiendo el segundo cinturón de muralla, o ejecutado sobre otro anterior, quién sabe, y trazando la definitiva planta ovalada e irregular fruto de la adaptación al terreno;

— siguiendo con las numerosas intervenciones historicistas —tanto en el exterior como en el interior— de la segunda mitad del siglo XIX realizadas por los marqueses de de la Vega de Armijo. La mayoría de huecos, puertas y ventanas, galerías, escaleras, chimeneas, artesonados, e incluso la capilla, son ejecutadas con el gusto neogótico que el romanticismo imperante obligaba. En cuanto a los elementos defensivos, se reconstruyó el parapeto del recinto exterior y el almenado de todo el conjunto, añadiéndose saeteras —prácticamente todas las saeteras existentes son decorativas y nuca tuvieron funciones defensivas— y gárgolas. A pesar de todo lo realizado y añadido, el edificio permanece fiel a su carácter sin apenas alejamiento de su estilo medieval.

— para terminar con las actuaciones que se realizan una vez es adquirido por la Diputación de Pontevedra: reposición de carpinterías exteriores, inclusión de vidrios de seguridad en huecos interiores y la sustitución de toda la cubierta por otra con estructura metálica que la aligerase y permitiese mayor volumen interior. Todo ello para convertirlo en un perfecto centro de actividades culturales y expositivas.

El castillo está rodeado por un doble perímetro de murallas; la segunda muralla, la añadida por Pedro Madruga, rodea a la primera siguiendo paralela a su perímetro y dejando entre las dos una breve liza. Con su construcción, el castillo adquirió el aspecto defensivo que posee.

El recinto exterior presenta dos puertas de acceso, una al sur y otra en el lado opuesto, que fue la primitiva. La entrada actual se realiza por la del sur, a través de una prolongada rampa que termina en lo que fue un puente levadizo —lo que hace suponer que el castillo dispuso de foso—; sobre la puerta luce el escudo de los marqueses de Mos que, en 1795 sustituyó al de los Sotomayor.

A la izquierda, entre ambos recintos, se levanta la torre del Homenaje, y a continuación el palacio, ambos adosados. La torre es de planta rectangular — unos 150 metros cuadrados— y 15 metros de altura divididos en varias plantas; sus muros llegan a los 3 metros de espesor. Se accedía a ella por la planta primera mediante un puentecillo levadizo ya desaparecido.

A continuación se extiende el palacio, hacia el norte, para terminar donde hubo otra torre de la que hoy sólo se aprecian sus arranques. En su interior, y fruto de las obras de 1870, se disfrutan numerosos salones con chimeneas y techos artesonados.

Pero lo más destacable, sin duda, es la Galería de las Damas, abierta al Patio de Armas, que sustituyó a otra anterior, de madera y muy tosca, y ahora ejecutada con arcos ojivales, a modo de logia, más al gusto neogótico del momento.

En el lado norte del conjunto se encuentra la torre del Conde, más pequeña y a una cota más baja que el resto del edificio. Fue construida junto con el segundo recinto por Pedro Madruga. En la reconstrucción/rehabilitación de los marqueses de la Vega de Armijo, se adaptó y utilizó como biblioteca.

 

 RESUMIENDO:

Nombre: Castillo de Sotomayor
Localidad: San Salvador de Sotomayor
Municipio: Sotomayor.
Provincia: Pontevedra.

Tipología: Castillo palacio.
Época de construcción: siglo XII y XV. Fue restaurado 1887 y durante el siglo XX.
Estado: En muy buen estado de conservación, sobre todo gracias a la restauración realizada a finales del siglo pasado tras la adquisición pública del conjunto, que no le ha hecho perder nada de su espíritu medieval y romántico.
Uso: Turístico y cultural; está musealizado, recogiendo toda la historia del castillo y de quienes lo habitaron, desde Pedro Madruga a los marqueses de la Vega y Armijo y María Vinyals y su esposo.
Visitas: abierto al público en horario establecido. El abono de la entrada es una magnifica inversión.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, desde junio de 1985.

Clasificación subjetiva: 4, o sea, No perdérselo bajo ningún concepto, o lo que es lo mismo, hay que verlo antes de morir.
Otras cuestiones de interés: Tres, para ser exactos,
La primera relativa a sus jardines, declarados de Excelencia Internacional, que ocupan algo más de 15.500 metros cuadrados, sobre una finca de 29 hectáreas, con más de 175 especies arbóreas diferentes — algunas con más de 800 años—, y una colección de más de 300 ejemplares camelias de 22 tipos diferentes.
La segunda trata del sanator
io, llamado de Lluria, que construyeron María Vinyals y su esposo, y que funcionó entre 1908 y 1917. Actualmente es un hotel.
Y la tercera va sobre la leyenda que cuenta el por qué del apodo Madruga a Pedro Álvarez de Sotomayor y que se cuenta tal que así:

D. Pedro y el conde de Rivadavia deciden zanjar el conflicto que sostienen a causa de los límites de sus tierras, para lo que pactaron que al día siguiente cada uno de ellos saldría de su respectivo castillo en dirección al del otro justo al primer canto del gallo, y en el lugar en el que se encontraran sería el límite de sus tierras.
D. Pedro tomó al pié de la letra la condición pactada y salió de su castillo de Sotomayor al primer canto del gallo, el de media noche; por lo que llegó a las puertas del castillo del conde de Rivadavia cuando comenzaba a amanecer que era cuando éste último se disponía a iniciar su camino.
Al verlo le dijo: “madrugas Pedro, madrugas”.

Cómo llegar:



viernes, 7 de diciembre de 2018

Glosarios: Religiones

ABAD, ABADESA, prior, priora:
La autoridad superior de un monasterio o de una abadía, perteneciente a órdenes religiosas cristianas.
Esta figura era elegida entre los monjes de la comunidad, mediante votación secreta. Su cargo era vitalicio.

ABADÍA:
El monasterio que era regido por un abad o abadesa.

ALAWÍ:
Antigua secta chiíta del norte de África.
Actualmente es la dinastía reinante en Marruecos.


ALFAQUÍ, faquí:

Entre los musulmanes, doctor o sabio de la ley del Corán —literal del DRAE—.

ALJAMA:
Se denominaba así a la mezquita mayor de la población. En ella se realiza la oración ritual del viernes, a la que estaban obligados a asistir los musulmanes varones, ya que tenía un importante significado político, puesto que era cuando se hacía la adhesión al califa gobernante en cuyo nombre se pronunciaba ese día la oración.
Pero no sólo era la mezquita principal de una población, sino que se denominó también de esta manera a los edificios dedicados al culto judío, las sinagogas.
Por extensión, se llamó así a las comunidades tanto musulmanas como judías y a los barrios donde residían.

ALMACBRAS:
Así son llamados los cementerios musulmanes.

ALMOCRÍ:
El hombre que se encargaba, y se encarga, de leer en voz alta el Corán en las mezquitas.


ALMOHADE:
Seguidores del movimiento religioso reformista dirigido por Ibn Tumart, que en el siglo XII reelaboró el dogma islámico dando prioridad a la unicidad de Alá, y negando que pudiese distinguirse en él atributos específicos (eternidad, omnipotencia, etc.), es decir, preconizaban una interpretación no literal del Corán.
De este movimiento reformista nació una dinastía contraria al fanatismo de los almorávides, a los cuales arruinó. Se construyó un imperio, unificando el Magreb (actuales Libia, Argelia y Marruecos), desde 1146 a 1269 y en el que quedó incluido Al-Ándalus, proclamando califas y no reconociendo otro orden superior.
En la Península Ibérica detuvieron el avance reconquistador de los reinos cristianos, a los que derrotaron en la batalla de Alarcos en 1195.
Su poder comienza a declinar tras la derrota, en 1212, en las Navas de Tolosa. A partir de entonces fueron obligados a establecer su frontera en las estribaciones de Sierra Morena.
La palabra almohade, evidentemente, deriva del árabe, “al-muwahhád” unificado y “muwahhid” monoteísta.

ALMORÁVIDE:
Seguidores de otro movimiento religioso, anterior a los almohades, pero que lo escribo a continuación porque alfabéticamente viene después.
El movimiento almorávide, que en principio defendía una ortodoxia rigurosa y preconizaba una interpretación literal y uniforme del Corán, tuvo un origen bereber, surgido entre las tribus nómadas de la confederación Sinhaya del Sur del Sahara.
Se establecieron en el norte de África, en el Magreb occidental (1056-1147), y dominaron el Sur de la Península Ibérica desde 1090 a 1145.
Siempre reconocieron a los califas de Bagdad y adoptaron el título de emir.
Su decadencia en Al-andalus comenzó con la llegada de los almohades.
Su nombre deriva del árabe “al-murabit”, el que vive en un ribat, lo cual nos habla de sus profundas raíces religiosas, que se tradujeron en un inmovilismo político y cultural.

BEGUINAS:
Denominadas así las mujeres que, solas o en comunidad, se dedicaban a la vida religiosa pero sin votos.
Fueron muy frecuentes en Centroeuropa durante la Edad Media.

BENEDICTINO:
Monje que seguí y sigue la regla de San Benito de Nursia.

San Benito de Nursia (480-543), de Fray Angélico
 
BULA:
Documento que, conteniendo el sello pontificio, recogía la concesión de alguna gracia.


CABILDO:
Del latín capitulum o capitellum, comunidad de eclesiásticos capitulares de una catedral o colegiata.
Su función es la de aconsejar y ayudar al obispo, e incluso suplirlo en caso de vacante hasta la nueva designación papal.


CANÓNIGA:
No es la señora del canónigo, sino ese pequeño sueño anterior al almuerzo que, según los expertos, es mucho más reparador que la siesta.

CANÓNIGO:
El eclesiástico, de la iglesia católica, que forma parte del cabildo de una catedral o de una colegiata, o cualquier otro cargo. Se dice entonces que tienen una canonjía.


CANONJÍA:
El cargo o dignidad del canónigo, o lo que es lo mismo, la prebenda por la que se pertenece al cabildo de la iglesia catedral o a la colegiata.
Coloquialmente se refiere a aquellos cargos que, requiriéndose poco esfuerzo, se obtiene mucho beneficio.


CAPÍTULO:
Era, y es, la junta o asamblea de religiosos o clérigos de una orden para tratar asuntos de la comunidad o elegir a los prelados. Estas se realizan en determinados tiempos y conforme a las reglas de la orden.
También se llamaba así a las juntas de caballeros en las órdenes militares, donde trataban sus asuntos comunes.
Por último, se utiliza el vocablo en la expresión llamar a capítulo a alguien, que es la acción de llamarle la atención, reprenderle o pedirle cuentas.


CATARISMO:
Secta considerada herética por los cristianos, que se extendió por Europa durante los siglos XI, XII y XIII, que rechazaban la divinidad de Cristo dada su condición humana, propugnando la pureza y la vida ascética.
Se extendió por la zona del Languedoc y otros territorios de la corona de Aragón.

Cruz cátara o cruz de Occitania

CÁTARO:
Que seguía los principios del catarismo.
Etimológicamente del griego katharós (puro).

Castillo de Montsegur, ahora.

Castillo de Montsegur, antes, o sea una maqueta.

CATEDRAL:
Es un templo cristiano en la que tiene su sede o cátedra episcopal el obispo —cátedra episcopal es desde donde el obispo dirige a la comunidad cristiana—.
Posee el carácter de iglesia principal de la diócesis y en ella también está la sede del cabildo.

CELDA:
Según el DRAE, en su tercera acepción, "aposento destinado al religioso o reliosa en su convento". 
Es decir, las estancias de los frailes y monjas en los conventos y monasterios.

CENOBIO, monasterio:
La casa o el lugar donde viven en comunidad los monjes. Generalmente se encontraban alejados de los núcleos de población.
El DRAE no es muy explícito y dice sólo monasterio.


CÍSTER, orden del:
Orden religiosa —monástica, católica—, también conocida como orden cisterciense o Santa orden del Císter, que sigue de la regla de San Benito.
Fue fundada en 1098 por Roberto de Molesmes en la Abadía de Císter (Dijon, Francia).
Roberto de Molesmes, su fundador, restauró la regla benedictina, promoviendo el ascetismo, el trabajo manual y el rigor litúrgico
Desde su fundación, ha desempeñado un papel muy importante en el progreso del cristianismo, e influido en la cultura y el desarrollo intelectual, social y económico de Europa durante siete siglos.


Escudo de armas de la Orden del Císter.

CISTERCIENSE:
Que pertenece a la orden del Císter o está relacionado con ella o con sus miembros.


CLERECÍA:
Conjunto de clérigos —personas eclesiásticas que han recibido las órdenes sagradas de las iglesias cristianas—que forman el clero.
También la ocupación, oficio o estado de los clérigos.


CLÉRIGO:
Según lo anterior, el que ha recibido las órdenes sagradas.


COLEGIATA:
También denominada iglesia colegial, es el templo católico que posee cabildo —capítulo con canónigos y sus liturgias— sin ser catedral.
Su máxima autoridad es el deán, aunque también pueda llamársele abad o prior.

Colegiata de Toro.

DEAN:
Es un cargo eclesiástico cristiano, distinto según de la confesión que se trate. En la católica, es el sacerdote que preside el Cabildo Catedralicio en las catedrales, y el Cabildo en las colegiatas.
También se llama así al párroco de la iglesia más importante de una ciudad.

DERVICHE:

Especie de monje entre los musulmanes, perteneciente a un grupo sufí llamado tariqa, de carácter ascético o místico.


EREMITA, ermitaño:
Definido a continuación.

ERMITAÑO, eremita:
La persona que vive en una ermita y cuida de ella, generalmente en soledad.
Y también el monje que vive en soledad, en contraposición al que vive en comunidad.


ESTANDARTE:
La insignia que usaban y usan algunos cuerpos del ejército, caballería y artillería —y antiguamente también en infantería—, compuesta por un trozo de tela cuadrada colgada de un asta. Sobre él se bordan las armas reales, el escudo nacional o las del cuerpo al que pertenece.
También es una insignia usada por corporaciones civiles y religiosas.

FAQUÍ, alfaquí:
Entre los musulmanes, doctor o sabio de la ley del Corán, que no en el sentido de jurisprudencia.

FREILE, freire:
Era el sacerdote, caballero perteneciente a las órdenes militares, que vivía en comunidad de la orden a la que profesara.
Los caballeros así denominados formaban parte de una hermandad que se hallaba organizada en torno a una regla, debían obediencia a la orden, vestían un hábito que los distinguiese y tenían el deber de combatir al infiel.
Algunos freires de órdenes militares habían recibido los sacramentos sagrados, otros eran religiosos legos y el resto seglares.

FREY:
El tratamiento que se usaba entre los religiosos de las órdenes militares, equivalente a fray en otras órdenes no militares.


HORAS CANÓNICAS:
División del tiempo diario empleada en la Edad Media en lugares de culto cristiano que seguía el orden de los rezos religiosos.
Se dividían en Horas Mayores y Horas Menores.

IGLESIA:
Término procedente del vocablo griego ecclesia, que significa asamblea y que tiene varias acepciones.
Aquí procede su definición desde el punto de vista de la arquitectura: Se trata pues, de la edificación —templo cristiano, a secas, lo define el DRAE— donde se desarrollan cultos y servicios religiosos cristianos. En su interior se conservan imágenes y reliquias que son adoradas por los fieles.
Según su importancia institucional, una iglesia puede recibir numerosos nombres —El DRAE los enumera todos, y también Wikipedia—.

LIPSANOTECA:
Caja cerrada que durante la Alta Edad Media se introducía normalmente debajo del altar mayor conteniendo objetos de culto, reliquias o manuscritos, con la fecha de consagración de la iglesia (rebuscado, ¿eh?, pero es que había que escribir algo en la L).


Lipsanoteca de la Iglesia de Bagüés (Huesca). Museo Diocesano de Barbastro. Siglo XI. 
(de glosarioarquitectonico.com)

MESTER DE CLERECÍA:

En general, la literatura medieval que compusieron clérigos, aunque no necesariamente sacerdotes, engendrada en ámbitos eclesiásticos cultos como las escuelas catedralicias o los monasterios, y que desarrolló, a partir del siglo XIII, una escuela poética que compuso principalmente poesía religiosa.


MEZQUITA:
Edificio destinado al culto de la religión mahometana, y que estructuralmente se divide en dos partes: un patio con fuente para las abluciones, y una sala hipóstila (con columnas) cubierta, para la oración, donde los fieles se postran.
El muro del fondo de esta última sala es la Quibla, teóricamente orientado a La Meca, dirección señalada por el Mihrab.
Los otros lados del patio podían estar provistos por galerías cubiertas.
El alminar, situado generalmente en el muro de acceso al recinto, es la torre desde la que el muecín o almuédano llama a la oración.


MEZQUITA ALJAMA:
Suele ser la mayor de la población. En ella se realiza la oración ritual del viernes, a la que estaban obligados a asistir los musulmanes varones, ya que tenía un importante significado político, puesto que era cuando se hacía la adhesión al califa gobernante en cuyo nombre se pronunciaba ese día la oración.

MIHRAB:
Voz árabe con que se designa el nicho u hornacina (a veces, como en la Mezquita de Córdoba, una pequeña habitación) que marca en las mezquitas el sitio adonde han de mirar los que oran y también alberga el Corán.
El mihrab está en el muro de la Quibla, el cual está orientado normalmente hacia La Meca.

MONASTERIO:
Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes.
A muchos de ellos se les dotó de elementos constructivos de carácter defensivo, por lo que en las relaciones de castillos y fortalezas suelen aparecer como monasterio fortificado.

MONASTERIO FORTIFICADO:
Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes, a los que se les dotó de elementos constructivos de carácter defensivo, por lo que en las relaciones de castillos y fortalezas suelen aparecer con esa denominación.

MULADÍ:
Se aplica a los cristianos que, durante la Reconquista, se convirtieron al Islam y siguieron viviendo en territorio musulmán.

PRIOR, PRIORA,  abad, abadesa:
La autoridad superior de un monasterio o de una abadía, perteneciente a órdenes religiosas cristianas.
Esta figura era elegida entre los monjes de la comunidad, mediante votación secreta. Su cargo era vitalicio.
El título de Prior también fue extensivo a algunas órdenes militares.

RÁBIDA, ribat:
Palabra derivada del árabe "ribat", que en Al-Andalus fue "rabita" y que denominaba a un edificio que se encontraba fortificado; algo así como los monasterios fortificados cristianos, que a la vez de tener un uso religioso, hacían labores de vigilancia y defensa. Al ser lugares de oración, disponían de mezquita dentro del recinto fortificado.
Se ubicaban en lugares fronterizos o de importancia estratégica.
Fueron construidas en los primeros siglos de la conquista musulmana de la península Ibérica.
Estaba habitada por monjes guerreros, los moravitos, pero también ofrecía alojamiento a los comerciantes.
En la Península Ibérica y Marruecos encontramos algunos topónimos derivados.

La Rábida más reconocida (Huelva).

SACRISTÍA:
Anejo de la iglesia donde están guardados los vasos, ornamentos sagrados y otros objetos pertenecientes al culto, y se destina asimismo al revestimiento de los oficiantes.

SALA CAPITULAR:
Era el lugar, en catedrales y monasterios, destinado a las reuniones que, de manera asamblearia, tenían los caballeros de una orden o los miembros de una comunidad monástica (el capítulo o el cabildo), y se trataban los asuntos de interés general y las elecciones de abad, según la regla de cada Orden.
Se utilizaba también como panteón de abades y personajes ilustres.


SAHN:
En la arquitectura árabe, patio porticado anexo a un edificio religioso.
Casi todas la mezquitas tienen un sahn, porticado y con una fuente para las abluciones.
En el caso de edificios privados, la fuente también era utilizada para el baño.

ULEMA:
En castellano es palabra singular, y se refiere a alguien docto en leyes y disciplinas religiosas y jurídicas musulmanas.
Pero en árabe es palabra plural y viene a denominar a la comunidad de estudiosos —los que saben, los que tienen conocimiento— que se ocupan del estudio de textos tradicionales islámicos de carácter religioso, y también de ciencias aplicadas.

VENERA:
Concha de molusco de gran tamaño, de forma semicircular y convexa, que se suele utilizar como símbolo y decoración de las peregrinaciones de la Edad Media, principalmente la de Santiago de Compostela.
También es el nombre que recibe la insignia de una orden bordada en la indumentaria a la altura del pecho.









martes, 4 de diciembre de 2018

Vigo, Castillo del Castro

Nunca pude imaginar que la ciudad de Vigo tuviera como apodo ciudad ovílica, que viene de oliva, o sea de olivo; y todo por un olivo, sólo uno.
Resulta que una vieja tradición, a saber desde cuando, decía que había que plantar en los atrios de las iglesias un árbol de hoja perenne como referencia a la vida eterna. Circunstancia que se dio en la concatedral de Santa María, donde hubo plantado uno nada menos que por caballeros templarios, cuando allá por el siglo XII la Orden regía esa iglesia.
Y así fue hasta principios del siglo XIX que fue cuando se construyó el actual templo, y cuando el olivo desapareció. Pero he ahí que el por entonces administrador de la aduana de Vigo, un tal Manuel Ángel Pereira, recogió unas ramas del viejo olivo y las plantó en un huerto de su propiedad, donde hoy se encuentra la Puerta del Sol, con tan buena suerte que creció un nuevo olivo.
El crecimiento de la urbe, parece ser, era incompatible con el árbol, por lo que hubo que trasladarlo a otra ubicación, que es donde hoy se encuentra, el Paseo de Alfonso XI, sano y feliz de ser el símbolo de la ciudad.
Ea, pues hasta aquí la historia y justificación del mote de Vigo. Lo cual me ha parecido muy acertado para arrancar este paseo castillero.
   
                                                                                     El escudo de Vigo sobre la Puerta Sur.
Vayamos al castillo o Fortaleza del Castro, que es el castillo propio de Vigo, pues el de San Sebastián, de menor tamaño, complementaba junto con las desaparecidas murallas de la ciudad, al primero.
EL CASTILLO,
Sus orígenes están en la Edad Media, como las murallas de la ciudad y la fortaleza de San Sebastián. Fue levantado sobre los restos del castillo de Penco, que perteneció a la Mitra Compostelana, y de la ermita de Nuestra Señora del Castro, en ese monte que antes fue conocido como Monte Terroso, y más tarde como monte del Castro, pues allí hubo un castro, de ahí su nombre, y que fue el lugar donde los primeros pobladores prerromanos se asentaron.
De todo aquello poco o nada queda, así que demos un salto en el tiempo y vayamos hasta el siglo XVI, ya en la Edad Moderna, cuando Vigo está sufriendo frecuentes ataques por parte de los piratas ingleses.  Ante tal situación, se plantean las autoridades reforzar las fortificaciones de la ciudad; pero no es hasta 1665, ya metidos en guerra con Portugal, cuando se decide acometer los trabajos.
Es el Capitán General de Galicia, Vicente Gonzaga Doria, quien ordena a los ingenieros Juan Villarroel y Prado, a los hermanos Fernando y Carlos de Gorannanbergue, y al maestre de campo Diego Arias Taboada, que proyecten un plan para unir las dos fortalezas, la de San Sebastián y la del Castro. Se añadió un segundo recinto, concéntrico al existente, que fue terminado en 1667.

(del blog Arquitectura y Urbanismo de Vigo)
El resultado no fue todo lo satisfactorio que se esperaba y Vigo siguió mal defendida: relativamente lejos del mar, y un cerro fácil de ascender por parte del enemigo.
Finalizada la guerra con Portugal, vuelve el desinterés hacia las fortificaciones. Hasta que a principios del siglo XVIII —octubre de 1702— Vigo vive la batalla de Rande, estamos en la Guerra de Sucesión, en la ensenada de San Simón, que enfrentó a la escuadra anglo-holandesa contra la hispano-francesa, y cuyo resultado se decantó por los primeros, con el consiguiente saqueo de la ciudad y alrededores —dedicado a la memoria de los derrotados, se levanta debajo del baluarte del Diamante un monumento compuesto de tres anclas y cinco cañones, procedentes de barcos hundidos durante contienda—.
En vista del resultado de esta batalla, se decide ampliar las murallas, por lo que se construye el tercer recinto del castillo, prácticamente concéntrico a los anteriores y ya desaparecido.
Durante los siguientes cien años se intenta en varias ocasiones reforzar los fuertes y murallas, sin llevar nunca las obras a buen fin. Este estado de abandono hace que en 1809 los franceses conquisten con facilidad el castillo del Castro. Conquista que les durará poco, pues el 28 de marzo los vigueses reconquistarán la montaña. Desde ese día, Vigo será una ciudad “Fiel, Leal y Valerosa”.
El puerto de Vigo desde el Baluarte Saliente de la Coya.

En 1934, el Ayuntamiento se hace con los terrenos del Monte del Castro tras serles cedidos por el Gobierno. Aunque el Ejército se reservó la fortaleza que seguirá siendo una excepcional posición militar.
En 1964 el castillo pasa a ser propiedad del Ayuntamiento y dos años después son demolidas las edificaciones militares interiores, incluyéndose la ermita de Nuestra Señora del Castro. Todo ello fue sustituido por unos jardines.
En 1975, y de manera aparentemente ilegal, se construye adosado a la muralla del castillo un edificio que fue dedicado a restaurante. Terminada en 2005 la concesión administrativa, el negocio fue cerrado; y en 2013, tras fuertes presiones políticas y sociales, fue demolido. Desde entonces el castillo luce un trozo más de muralla que estuvo oculto durante el último cuarto del siglo XX.
Herraje de la Puerta Sur.
LOS DETALLES
Las edificaciones defensivas de Vigo constarían de tres recintos: el castillo del Castro coronando el cerro —que aún perdura—, la fortaleza de San Sebastián, y la muralla de la ciudad —actualmente desaparecida en su totalidad—, irregular en su trazado debido a la orografía el terreno, y apoyada por tres baluartes. Todas ellas construidas, como no podía ser de otra manera, en granito del lugar.
Pero como con lo que estamos es con el castillo, con el castillo vamos:
Que disponía, aún dispone, de cinco baluartes, a saber y en sentido contra horario: el llamado Punta de Diamante, el Saliente de Coya, el del Regueiro, el de San Amaro y el del Couto.
Baluarte de Punta de Diamante


Garita en el Baluarte Punta de Diamante.
— El llamado Punta de Diamante está situado al Norte. Por su planta de ángulo muy agudo, era difícil de defender, pero con la ventaja de poseer un gran radio de tiro. Aún conserva en su extremo una garita, la más antigua del castillo, y cinco troneras. Tenía el privilegio de ser el lugar donde se izaba la bandera.
La tenaza, en el 2º recinto,a bajo el Baluarte Punta de Diamante.

Delante de él, y ya en el segundo recinto del castillo, hay otro baluarte de los denominados de tenaza, llamado también del Diamante. Desde aquí, las vistas de la ciudad y la ría me parecieron espectaculares.
La Puerta Norte desde el interior del castillo.

Exterior de la Puerta Norte (de outono.net)
— A la derecha del baluarte de Punta de Diamante se abre, en forma de arco de medio punto, la Puerta Norte, protegida con un matacán y rematada con un escudo. Antiguamente tuvo rastrillo, cuyo único rastro es la hendidura en la sillería; y también doble puerta, la actual y otra interior de la que sólo quedan los goznes labrados en la piedra.
En la parte inferior de las jambas se aprecia labrada una hendidura, la cual se hizo para que pudieran pasar los cañones al interior del castillo.
Delante de la puerta, en el exterior, se construyó un tambor con troneras para protegerla, al que se le añadió en el siglo XIX una edificación que sirvió de polvorín y cuya puerta hoy está sellada.
Garita en el Baluarte de la Coya.

— A continuación de la Puerta Norte está el Baluarte Saliente de la Coya, que controlaba el acceso a esa puerta mediante una garita. Las vistas desde este baluarte sobre la ría de Vigo son, además de espléndidas, muy ilustrativas sobre las dimensiones e importancia del puerto.
Exterior de la Puerta Sur.

La Puerta Sur desde el interior del castillo.
— Orientada al sur está la Puerta Sur, flanqueada por dos baluartes, el del Regueiro y el de San Amaro, a izquierda y derecha respectivamente. El primero perdió sus troneras cuando se trasladaron a este castillo los obuses de la batería de La Laje, en el puerto de Vigo, allá por el siglo XIX.
Baluarte de Regueiro.
Interior del Baluarte de Regueiro,
Baluarte de San Amaro.
Fue en esta operación cuando se abrió precisamente esta puerta, a la que se remató con un escudo de Vigo y, en los años 60 del pasado siglo, con unas almenillas sin sentido pero a la moda castillista de aquel momento.
El de San Amaro aún conserva sus troneras y una garita.
—Después y mirando al este se encuentra el Baluarte del Couto, que aún conserva sus troneras.
Pero también se pueden contemplar restos de lo que fue el segundo recinto como el ya mencionado bajo el de Punta de Diamante. Y dos puertas:
Puerta Principal del 2º Recinto.

 
La Puerta Principal del 2º Recinto desde el interior del castillo.

La Batería del Couto, a la derecha de la Puerta.

— la llamada Puerta Principal del Segundo Recinto, frente al Baluarte de San Amaro, de arco adintelado y que se alarga mediante un túnel. A su derecha la protegía la Batería del Couto. Actualmente está flanqueada en el exterior por dos cañones.
Poterna en el Segundo Recinto.

Y frente al Baluarte del Couto, junto al actual Estanque de los Patos, se conserva un pequeño acceso, una poterna, a través de la que se asciende, alargados escalones y bajo una bóveda trapezoidal, hasta el primer recinto del castillo de Vigo.

Nombre: Castillo o Fortaleza del Castro.
Localidad: Vigo
Municipio: Vigo
Provincia: Pontevedra
Tipología: Castillo
Época de construcción: Siglo XVII, las obras comenzaron en 1665.

Estado: En buen estado, incluidos los jardines.
Propiedad: Municipal.
Uso: es un espacio totalmente ajardinado y es utilizado como lugar de disfrute y paseo. Además de ser un espléndido mirador sobre la ciudad y la ría de Vigo.
Los jardines del Castillo; a la izquierda el Baluarte de la Coya.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Desde 1968 forma parte del Inventario del Patrimonio Cultural Europeo como Monumento de Arquitectura Militar.
Clasificación subjetiva: 3, pero no sólo por el edificio en sí, las vistas ayudan también mucho.

Otras cuestiones de interés: Se cuenta que desde el castillo partían túneles que llevaban, no sólo al cercano castillo de San Sebastián, sino también a otros puntos de la ciudad. Incluso alguno llegaba hasta cerca del estrecho de Rande.
Esto último parece algo exagerado, pero en la ciudad sí se han encontrado restos que pudieran haber pertenecido a esa red de túneles.
Cómo llegar: El castillo está situado en el centro de Vigo, por lo que llegar hasta él es sencillo; basta seguir las indicaciones; fácil.
Además el acceso es cómodo, carente de complicaciones.