martes, 7 de abril de 2020

Sanlúcar la Mayor, murallas de Sanlúcar

Sanlúcar la Mayor —no confundir con Sanlúcar de Barrameda, provincia de Cádiz, ni con Sanlúcar del Guadiana, provincia de Huelva— está en la provincia de Sevilla, a mitad de camino de las dos anteriores, y muy cerca de mi ciudad.   
Y las tres en alto, sobre colinas que dominan un rio desde su orilla izquierda.
Antes de que lo olvide, y por si surgieran dudas, no confundir tampoco con Sanlúcar de Albaida, que es un topónimo que aunque ya no existe, denominó hasta 1916 a la actual Albaida del Aljarafe —la de la otra torre de don Fadrique, no la torre de don Fadrique de la capital sevillana—.
No termino de entender cómo no he parado alguna vez —pues por ella he pasado en numerosas ocasiones— para contemplar los restos de sus murallas. Porque para otras cuestiones sí lo he hecho —desayunar en la venta Pazo es una de ellas—. Pero es que esas murallas ni están al pie del camino ni se las divisa desde punto alguno; hay que llegar hasta ellas. Y hasta ellas llega hoy mi paseo.

Plaza de San Pedro, al fondo asoma una torre.

EL LUGAR:

Cerca de Sanlúcar —cómo sabemos en cuál de las tres estamos, me ahorraré el apellido— han aparecido restos de una necrópolis y un poblado de la Edad del Bronce —acérquense al museo arqueológico de Sevilla, si es que está abierto, y contempladlos—. Por lo tanto ya podemos poner fecha desde cuando el ser humano anda por aquí.
Los turdetanos la llamaron Arae-Hesperi, de Héspero, el lucero vespertino, que era hermano de Heósforo o Fósforo, el lucero despertino. Pero lo de los turdetanos duró lo que tardó en llegar Roma y sus romanos que, de manera rápida y contundente, destruyeron todo lo pasado y construyeron el asentamiento que llamaron Locus Solis —o SOLUCAR que es la etimología romana desde la que llega el topónimo actual—.
Asentamiento que continuó vivo con los visigodos, aunque no con el esplendor pasado.
Con los árabes fue el centro económico de todo el Aljarafe, abasteciéndose desde allí, de productos agrícolas, toda la comarca y más allá.

Iglesia y muralla; ésta en un campo de cultivo.

El 23 de noviembre de 1248, el rey Fernando III entra en la ciudad de Sevilla y enseguida se plantea la conquista de Niebla, para lo que será necesario, previamente, la toma del Aljarafe y dejar despejado el camino.
No es hasta el 28 de junio de 1252 cuando las tropas cristianas, al mando de Fernán Gutiérrez, toman Sanlúcar la Mayor. Por el tiempo transcurrido entre la toma de Sevilla y la de Sanlúcar, se debe pensar que la conquista de la villa no fue tarea fácil.
Ya cristiana, la villa pasó a formar parte de la jurisdicción de Sevilla y también a denominarse Sanlúcar, aunque popularmente se la conocía como Sanlúcar el Alpechin, dado que el cultivo del olivo y la obtención de aceite era uno de sus principales intereses económicos. Fue una época de gran desarrollo para la población, resultado de su importancia estratégica por el emplazamiento que ocupaba en el camino a Portugal.
En 1635 obtiene de Felipe IV el título de Cabeza del Ducado en favor de Gaspar de Guzmán—el del condado-ducado de Olivares— y cuatro años más tarde se le concede el título de ciudad. Con esta concesión dejó de pertenecer a la jurisdicción de la ciudad de Sevilla.

LAS MURALLAS:
Para mantener aquella importancia económica, los árabes vieron necesario crear una estructura defensiva que la garantizase, por lo que dispusieron en el Aljarafe de una red de fortificaciones que protegiera no sólo el territorio sino también el comercio. Una de aquellas fortificaciones, tal vez la más importante, fue la muralla almohade de Sanlúcar, a la que por entonces se conocía como Hisn Shaluga.
Es hacia aquella época cuando se puede determinar el momento de la fundación, como tal, de la villa de Sanlúcar.
Aquellas murallas fueron asaltadas, no sin un duro y violento asedio, en el verano de 1252, quedando en poder de la orden de Santiago.
No obstante, no todo el mérito fue de las tropas del rey Santo, pues cuenta la leyenda que contaron con la intercesión de la virgen, que se apareció cerca de un arroyuelo, dando pié a pensar que el resultado final había sido gracias a esa visión, por lo que a aquella virgen la llamaron de Aguasanta, y pasó a formar parte del devocionario sanluqueño.

Fachada principal de la iglesia de San Pedro.

Un terremoto en 1359 las destruyó en parte y también la mezquita, que no había sufrido transformaciones, sólo los necesarios para adaptarla al culto y liturgia cristiana —lo que parece algo más que natural— consagrándola bajo la advocación de San Pedro. A raíz de ese terremoto se acometieron obras y se levantó el templo actual.

LOS DETALLES:
La muralla se levantó en lo que hoy es el suroeste de la población, utilizando como foso natural, por el norte, el barranco por el que discurre el arroyo de Las Carianas; y por el sur el barranco llamado de Los Tejares. Esta ubicación obligaba a que sólo fuera por el este por donde se pudiera acceder con comodidad a la población.

Estos son los restos de la puerta de San Pedro, al fondo la iglesia.

La muralla almohade tuvo, originariamente, cuarenta y seis torres —más o menos como Niebla, pero bastante menos superficie, apenas siete hectáreas—, de distintas plantas: cuadradas, rectangulares y octogonales; lo que viene a denotar su gran tamaño, y, sobre todo, la fuerza que sus constructores quisieron imprimirla.

La puerta de San Pedro desde intramuros.

Los accesos al interior se hacían por tres puertas: la del Sol o del Arco —posteriormente llamada de San Pedro—, orientada al sur, que fue la más importante y que actualmente aún se identifica frente a iglesia de San Pedro; la puerta del Noroeste, llamada así por su orientación; y la del Castillo, que no era propiamente de la muralla, sino que comunicaba el castillo con el interior de la villa. De las tres, sólo nos han llegado restos de la primera.

Torre de planta octogonal.

De las torres, apenas una decena es lo que hoy podemos contemplar: tres de ellas están en el tramo más largo de muralla que se conserva, sesenta y cinco metros que miran al barranco, hacia el sur, al barranco de Los Tejares; otras asoman entre las viviendas que, en épocas posteriores, se adosaron a la muralla. Y algunos restos más deben quedar absorbidos por muros y entre medianeras.
Toda la muralla, cimentada sobre la dura roca del lugar, fue construida enteramente de tapial mezclado con guijarros, incluidas las torres. No han quedado restos que denoten que alguna de ellas pudiera haber tenido sillares en sus esquinas. Más almohade, imposible.

 

Nombre: Murallas de Sanlúcar
Municipio: Sanlúcar la Mayor
Localidad: Sanlúcar la Mayor
Provincia: Sevilla

Tipología: Muralla urbana
Época de construcción: siglo XI
Estado: Lo que viene a llamarse ruina progresiva. Yo añado estado lamentable y todos sus sinónimos.

Propiedad y uso:
propiedad la desconozco (¿a quién le importa?), y uso: decorado en Navidad para portalitos de Belén.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza.

Clasificación subjetiva: 2,
o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Visitas: Acceso libre, aunque más bien visión libre: gran parte de ellas se encuentra en fincas particulares, impidiendo el paso los vallados.

Otras cuestiones de interés:

Sin duda alguna, la iglesia de San Pedro, producto de la reforma de la antigua mezquita, e integrada a la murallas. La hora de mi paseo no coincidió con su horario de apertura. Lástima.

Cómo llegar: desde Sevilla, coger la A-49 en dirección a Huelva, y a apenas 30 km, a la derecha está Sanlúcar. 

No quiero terminar mi paseo por la capital del Aljarafe sin comentar una curiosidad de su escudo municipal.
Entre los muebles que lo integran no aparece castillo alguno ni alusión a sus murallas, por lo que no queda recogido en las entradas de este blog relativas a HERÁLDICA.
Sin embargo resulta curioso y triste a la vez, que en el escudo actual, aprobado por Resolución de 17 de octubre de 2006 de la Dirección General de Administración Local de la Junta de Andalucía, y que modificaba al que existente hasta entonces, se haya prescindido de las letras S P Q S, o sea, SENATUS POPULUS QUE SOLUCENSIS, inscritas en las columnas que lo flanqueaban, y que además de la clara alusión a su pasado romano, evocaba al senado que aquí existió.



El escudo original, que más que escudo era una divisa, contenía:
un sol naciente dorado por encima de un bosque de árboles de copas de plata aclaradas de verde y troncos rojinegros; el bosque acostado de dos columnas de oro, cada una con una cinta en faja; en la columna de la diestra van las iniciales S (por encima de la cinta) y P (por debajo), y en la de la siniestra las iniciales Q y S en la misma forma; por encima del sol la inscripción SOLUCAR y por debajo del bosque LOCUS SOLIS.


El actual es un:
Escudo español.
En campo de azur, seis acebuches de sinople en faja, con troncos de sable, ordenados; sumado en jefe y centro un sol naciente radiante de oro; flanqueados a diestra y siniestra por dos columnas de plata con basa, fuste y capitel, enlazadas con cinta azul celeste burelada en plata.
Bordura de oro con el lema “SOLUCAR ID EST LUCUS SOLIS” en sable.
Al timbre corona real abierta.