Nuevamente en el Algarve, tierra que casi es nuestra tierra; lo digo dada la frecuencia de mis paseos por estos paisajes. Nunca está de más echar el día caminando sobre pequeños adoquines, calles blancas y negras y firmes irregulares que apenas incomodan.
Y de vez en cuando, una mirada al pasado y sus piedras en forma de almenas, arcos, torres y garitas. Como hoy, que estoy en Faro, y que antes fue Santa María de Faro, y ahora es la capital del Algarve. y a la que he de volver, no me cabe duda.
El Arco de la Vila, desde la Plaza de Dom Francisco Gomes. |
Pero mucho antes se llamó Ossonoba, entre los siglos III a.C, y VIII d,C,, tiempo durante el cual se fue labrando su importancia comercial y económica —fue romana, visigoda y árabe, ya con el nombre de Al-Gharb desde el 713 y Al-Harun a partir del siglo XI—.
Aquí, conquistando Faro a los musulmanes. |
Fue cristiana desde el año 1249 en que la conquistó Alfonso III, de Portugal claro, con el apoyo de tropas de la Orden de Santiago. La ciudad volvió a caer en manos moras en 1251 para ser vuelta reconquistar en 1260. Seis años después, el rey le otorga fueros propios.
Con las reformas ejecutadas por Alfonso
III, la ciudad quedó dividida en tres núcleos: la Vila Adentro —actual
freguesía de Santa María— que incluía la judería, los templos y las
viviendas de los cristianos; la Ribeira,
algo así como un área residencial para la nobleza y clases sociales altas; y
por último la Baixa da Vila, donde se
instaló a la fuerza toda la población mora.
Durante la segunda mitad del siglo XV la
ciudad y con ella sus murallas, sufrió un gran deterioro, que casi llevó a la
ruina de las fortificaciones. Esta situación cambió cuando Joao III otorgó a
Faro la condición de ciudad, en 1540. Y más que cambió cuando pocos años más
tarde, la Diócesis del Algarve se trasladó de Silves a Faro, aunque conservando
la primera su pequeña catedral.
Desde 1830 es la capital de la región
del Algarve,
La Compañía, en la Puerta del Repouso, pero en dos momentos distintos. |
LAS MURALLAS
Y PUERTAS:
Las murallas existentes se apoyan en
otra anteriores a la llegada de los árabes —seguramente romanas—; éstas fueron consolidadas
en el siglo IX por Ben Bekr, y ampliadas posteriormente.
En el siglo XII, después de la invasión
almohade, se volvieron a reforzar esas defensas, construyéndose dos torres
albarranas para proteger la puerta orientada al este, que siglos después se
unirían a la muralla para formar lo que se llamó el Arco del Repouso, a la vez que conformaba otro arco más al
exterior de la muralla. Esta puerta se llama así porque, según cuenta la
leyenda, reposó allí el rey Alfonso
III tras conquistar la ciudad —en este mismo sitio, según otra leyenda, un
padre deshonrado, moro él, encerró a su hija por culpa de su enamoramiento con
un cristiano—.
Demasiadas prohibiciones en la Puerta del Repouso. |
Alfonso III mandó reedificar todo el
perímetro de la ciudad, elevando murallas y torres, llegando a tener cuatro
puertas y un postigo, de las cuales, sólo se conservan dos: la del Repouso y
otra muy modificada por obras sucesivas.
Esa otra puerta, que se orienta al
norte, es el llamado Arco da Vila, y
en su interior aún se localiza el viejo arco de herradura, obra también de la
época de Ben Bekr.
El perímetro de la muralla reconstruida
por Alfonso III, y que nos ha llegado hasta nuestros días, se levanta sobre una
planta ligeramente ovalada que recoge en su interior el casto antiguo de la
ciudad.
Años más tarde, en 1577, cuando la Diócesis del Algarve se trasladó de Silves a Faro, se
volvieron a ejecutar obras de refuerzo en todas las defensas, añadiéndose un
revellín.
Coincidiendo con la época en que los dos
reinos peninsulares estuvieron unidos —1580-1640,
dos coronas pero una sola cabeza—, las murallas se adaptaron a los nuevos
sistemas pirobalísticos, para lo que se demolieron almenas y se desmocharon
torres a fin de igualar sus alturas con los lienzos de la muralla. Así se
aseguraba la funcionalidad de las piezas de artillería.
En 1596
la ciudad sufrió un severo castigo a cargo de Robert de Devereux, II conde de
Essez, valido de Isabel I y corsario
a las órdenes de la reina inglesa. Essex, finalmente, fue decapitado en la
Torre de Londres acusado de un intento de sublevación.
Lienzos de muralla hacia el levante. |
Durante la Guerra de Restauración —1640-1668—, las murallas se adaptaron
al uso de las nuevas armas, por lo que se rebajaron las almenas de las torres y
se construyó una nueva línea de murallas que miran al mar. También se
construyó, en Quelfes de Olhao, el fuerte de San Lorenzo —hoy desaparecido—, lo
que provocó quejas del Cabildo de Faro por considerar que esos gastos debían haberse
empleado en una nueva cerca de la ciudad que protegiera los arrabales.
De esta época, 1621, es el plano de planta más antiguo que se conoce del castillo y las murallas de la ciudad, obra de Alexandre Massai.
La Porta Nova, intramuros y extramuros, respectivamente. |
En 1630 se abrió la llamada Porta Nova, en su cara oeste, para así
dar acceso fácil a las pequeñas embarcaciones ancladas en la ría.
En el terremoto de 1755 —el de Lisboa, el de siempre—, la ciudad fue parcialmente
destruida, y con ella también gran parte de sus murallas. Además se demolió la
muralla que va desde la Porta da Vila
hasta el baluarte de Sao Sebastiäo,
supongo que en nombre del desarrollo urbanístico.
A partir de entonces decae la
importancia militar de la plaza, y ese desinterés llevó a que las nuevas
construcciones se integraran con la cerca, perdiéndose no sólo su visibilidad, sino
en muchos casos también la existencia de algunos de sus elementos defensivos.
El Arco de la Vila
|
En 1923, se enlazaron las calles del Castillo y San Francisco abriendo un paso en la muralla sur mediante la demolición de una parte de la muralla.
A partir de esa
fecha se inició una etapa de reconstrucciones y rehabilitaciones en las puertas
y en una torre junto a la Catedral en 1940. En 1966 le tocó a los baluartes y a
torres de la zona sur. Por último, en 1996 se realizó una intervención general
en todo el perímetro.
EL CASTILLO
Lo que hoy vemos del castillo de Faro, y que
actualmente es conocido como la Fábrica
da Cerveja, es parte de la estructura defensiva de la ciudad, y se levanta
sobre lo que fue una alcazaba árabe construida a la par que las murallas allá
por el siglo IX.
Probablemente
fue construido hacia 1249, convirtiéndose
en el bastión más importante del sistema defensivo de la ciudad.
Durante la llamada Dinastía Filipina
—tres felipes: II, III y IV—, o sea el período de tiempo en que Portugal y
España compartieron monarca —1580-1640—
se reformó y fue sede de la Capitanía General.
La vida de este edificio ha ido paralela
a la del resto de las fortificaciones de la ciudad, sufriendo ataques de los
ingleses —como aquel ya mencionado de 1594,
llevado a cabo por Robert Devereux, II conde de Essex, que lo expolió e
incendió—, de otros piratas y, cómo no, de los españoles en la Guerra de la
Restauración.
Se llevaron en él numerosas obras de
remodelación y adaptación, destacando las realizadas en el siglo XVII para su
adecuación a los nuevos modos de guerra: se reforzaron las baterías orientadas
al mar y algunos baluartes, todo ello bajo la dirección del holandés Jean Gillot.
Durante el siglo XVIII, y parte del XIX,
fue el cuartel del Regimiento de Artillería del Reino del Algarve, para lo que
hubo que ampliarlo con nuevas construcciones, en forma de U, adosadas a tres
fachadas del castillo.
Muralla y castillo, desde el este. |
A finales del XIX, todo el conjunto
pierde su valor militar y con ello su uso, y pasa a ser un almacén de
algarroba, que quedó abandonado al poco tiempo. En 1879 fue alquilado a una
empresa que lo convirtió en fábrica de bebidas alcohólicas.
La adaptación del edificio a este nuevo
uso alteró, y adulteró, la edificación de manera muy notable, incluyendo el
entorno más cercano, pues se abrió, en 1923, una nueva calle y una puerta en
las murallas, la actual Rua do Castelo.
En 1931 se instaló en él una empresa
dedicada a la fabricación de cerveza —Portugalia—, con lo que volvió a sufrir
reformas que modificaron sustancialmente su distribución y fisonomía,
adulterándose torres y lienzos de muralla. Y todo ello para nada, pues la
fábrica no llegó a entrar en funcionamiento.
Hoy es propiedad del Ayuntamiento y es
un espacio cultural.
Estado actual del castillo |
RESUMIENDO:
Nombre: Murallasde Faro
Localidad: Faro
Municipio:
Distrito: Faro
Región: El Algarve
País: Portugal.
Tipología: Muralla urbana y Castillo.
Época de construcción: el castillo se comenzó a finales del siglo XIII, con sus consiguientes ampliaciones y reformas a lo largo del tiempo. Las murallas árabes se iniciaron en el siglo IX; siendo ampliadas por los cristianos en el XII.
Estado: Se encuentra en buen estado conservación, pero es evidente que son manifiestamente mejorables,
Protección: El Arco da Vila es Monumento Nacional desde 1910. En 1993, las murallas que rodean la Vila Adentro, fueron declaradas Inmueble de Interés Público.
Propiedad: las murallas son, evidentemente, propiedad municipal; y también lo es el castillo desde 1999.
Uso: Cultural y turístico.
Clasificación subjetiva: 3, Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo:
Visitas: Todo el conjunto de las murallas, o sea, la Vila Adentro, es visitable libremente, pues se trata de las propias calles de la ciudad. Cuando lo visité, octubre 2015, el castillo se encontraba cerrado. Así que otra vez será.
Otras cuestiones de interés: Todo lo que encierran las murallas, la llamada Vila Adentro o Cidade Velha, con la inacabada Catedral gótica, que tiene trazas de bastión dentro de la gran fortaleza —merece la pena subir a la torre y mirar todo lo que desde allí se ve—; el Palacio del Obispo; el Museo Municipal, y el laberinto de sus calles. También el centro de la ciudad, más moderno y comercial.
Fuera de la ciudad, El Parque Natural de Ría Formosa, con las marismas, islotes y playas.