martes, 30 de octubre de 2018

Oporto, fuerte de Sao Francisco do Queijo

Muy cerca de la desembocadura del río Duero, hacia el norte, y a poco menos de tres kilómetros, está el castillo de San Francisco, o de San Francisco Javier, al que también llaman del Queso —en portugués leo Forte de Sao Francisco do Queijo, San Francisco del Queso—. Lo del queso viene porque el pequeño roquedal que ocupa, dicen, tiene forma de queso. Bueno, será por eso. Y por extensión, la contigua playa también se llama del Queso.

Estamos en lo que fue la antigua freguesía de Nevogilde, que desde enero de 2013 forma parte de una única freguesía junto a Aldoar y Foz do Douro. Las tres en una siguen perteneciendo al municipio de Oporto, capital del distrito de Oporto (información dirigida para quien no esté muy puesto en política administrativa portuguesa). Bien, ya estamos situados, más información en los mapas de abajo.

El fuerte de San Francisco data (¿?) del siglo XVII; fue ordenado levantar por el rey portugués Juan IV en 1643 sobre los restos de otro anterior construido en el siglo XV que, a su vez, se edificó sobre un castillo aún más antiguo del que desconozco su datación.

Fue diseñado y construido por el francés Miguel de l’Ecole, militar e ingeniero, bajo las órdenes del Capitán de la Armada Real, Fernando César de Carvalhais Negreiros; las obras comenzaron en 1661 y finalizaron un año después, lo que nos da a entender que o bien no se cumplían de manera inmediata las órdenes del rey, o no había mucha preocupación por la guerra con España —guerra de Restauración portuguesa, diciembre de 1640 a febrero de 1668—. Y es que habían pasado dieciocho años desde que el rey ordenara su construcción  y veintiuno desde el comienzo de aquella guerra. Siete años después de su levantamiento, la guerra terminó. Así y todo se le podría considerar como parte del enorme esfuerzo en materia de defensa que Portugal realizó frente a España durante la aGuerra de Restauración.

Bonita ilustración decimonónica.

Wikipedia recoge el siguiente texto, y si lo dice Wikipedia, santa palabra:

Nadie sabe cuándo fue fundado el Castillo de Sao Franciso Xavier, se presume que fue entre 1661 y 1662, cuando la costa estaba bajo amenaza de la armada de Galicia.

El fuerte recibió el nombre de San Francisco, pero enseguida tomó el sobrenombre de Castelo de Queijo, por la razón que más arriba he dejado escrito.

En la Orden real que determinaba tanto la financiación de la obra como su futuro mantenimiento, se estipulaba que sería a cargo de la ciudad de Oporto —al fin y al cabo el fuerte serviría para reforzar la seguridad de esa ciudad—. Lo de la construcción, bien; pero ya el mantenimiento fue tarea difícil por lo, no pudiendo sostener tal gasto, se requirió al rey, en este caso Juan V, que el fuerte fuera desmantelado, o al menos anuladas sus funciones militares, pues ya se lo consideraba innecesario. Era 1717, cincuenta y cinco años después de su muy inexcusable construcción.

A pesar de ello, el rey no solo consintió y mantuvo activa la fortificación sino que además le añadió mejoras, entre otras una capilla para uso privado de los oficiales de la guarnición.

La fotografía la tomo de miscastillos.blog

A mediados de este siglo XVIII, el fuerte, que seguía en uso, tenía una guarnición de un comandante —concretamente un teniente—, un sargento, once artilleros, un alguacil y un número no determinado de soldados.

Poco a poco fue disminuyendo su utilidad, y a principios del siglo XIX, incluso con la presencia en Portugal de las tropas de Napoleón, el fuerte no tuvo uso.

Durante la Guerra Civil, 1828/1834, también conocida como Guerras Liberales o Guerra de los Dos Hermanos, y más concretamente  mientras sucedió el Sitio de Oporto —julio de 1832 a agosto de 1833—, fue ocupado por las tropas de Miguel I que tuvieron sitiada la ciudad, en poder de Pedro IV. Desde el fuerte se libraron combates contra barcos de la marina liberal, que dejaron en muy mal estado sus muros, lo que obligó a abandonarlo.

Saqueado el edificio por la población, quedó prácticamente destruido al final de la Guerra Civil.

Fachada orientada al mar.

En 1839 fue ocupado por la Compañía de Veteranos y en 1846, durante la llamada Revuelta de María da Fonte, por la Junta de Oporto, partidarios de María II, siendo bombardeado desde el mar.

En 1860 seguía en uso, y disponía por entonces de residencia del Gobernador, capilla, estancias para la tropa, viviendas y cuartel, cocina, polvorín y otras dependencias.

Durante veinte años, entre 1890 y 1910 fue cuartel de la Guardia fiscal, quedando posteriormente abandonado. Hasta que en 1938 comenzaron obras para su adaptación como museo, las cuales terminaron en 1942, sin llegar a ser inaugurado.

 Al año siguiente, en plena II Guerra Mundial, se instalaron en su terrado baterías antiaéreas, ante el temor de ataques por parte de los alemanes, cosa que nunca sucedió. Terminado el conflicto, fue ocupado por servicios de la Junta de la Freguesía de Nevogilde, que no lo abandonaron cuando en 1949 fue ocupado por la Legión Portuguesa, compartiendo ambos el uso del edificio. Más tarde fue sede de un Destacamento de la Brigada Naval de Oporto hasta el 25 de abril de 1974.


LOS DETALLES:

Visto desde el aire se aprecia que tiene planta pentagonal —todas las páginas web que he consultado hablan de planta trapezoidal, no sé qué es lo que habrán mirado—, con cuatro de sus caras orientadas al mar, las cuales quedan rodeadas de agua cuando la marea sube.

En la quinta fachada, la que mira a tierra, está la puerta de acceso centrada en el muro, a la que se llega mediante un puente levadizo que salva un foso que hoy está seco. Sobre la puerta destaca el escudo de Portugal, timbrado de corona real, y rematado con una esfera. La puerta es de arco de medio punto, de sillería muy bien labrada.

Fachada principal, a tierra.

Esta fachada, que queda orientada al sureste, la conforma un muro protegido por dos medios baluartes a modo de hornabeque; en las esquinas de los semibaluartes, dos potentes garitones volados y rematados con cupulillas, que se repiten en dos de las tres esquinas de los muros que miran al mar.

Tras la puerta, un pequeño túnel, con saeteras en sus muros y cubierto con bóveda de cañón, nos lleva al reducido patio alrededor del cual se articulan las estancias del fuerte. A la derecha, una rampa — un patín— partido con escalones en el eje central, sube hasta la terraza.

Puerta principal

Escalera/patín de acceso a la terraza.

Terraza del fuerte.

Todo el fuerte está ejecutado en una correcta, aunque irregular, sillería de granito, a excepción de la puerta como ya se ha dicho, y de los garitones. A la altura de la terraza discurre un bocel que perimetra todo el conjunto, incluyendo las garitas.

El parapeto es de mampostería, rematado con albardilla corrida en los continuos —barbeta—; el del lado norte y los de los medios baluartes están almenados.





RESUMIENDO:

Municipio: Porto —Oporto—.

Freguesía: Aldoar, Foz do Douro e Nevogilde
Distrito: Porto.
Región: Norte.
País: Portugal.

Tipología: Fuerte costero.
Época de construcción: siglo XVII.
Estado: Se encuentra muy bien de salud. Nada que objetar.
Protección: En 1934 fue declarado Inmueble de Interés Público. Desde el 26 de abril de 1961, está incluido en la Zona de Especial Protección de la costa.
Propiedad: Es propiedad del Estado portugués.
Uso: Cultural y turístico. Sus actuales “propietarios”, la Asociación de Comandos, han instalado un pequeño museo y realizan actividades culturales.
Clasificación subjetiva: 3, Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por pasearlo. Si se visita Oporto, será preceptiva la visita.
Visitas: Cuando lo visité, septiembre de 2018, había que abonar una cantidad que no recuerdo para acceder al interior. Y no la recuerdo porque no la pagué, no llevaba nada de dinero encima, el señor que estaba en la puerta cobrando me permitió acceder pero con un mal gesto de la cara. Le di las gracias, por supuesto.
Animada partida de cartas junto al castillo.

Otras cuestiones de interés: La cercanía del fuerte de San Juan, visita obligada; y un poco más lejos, la ciudad de Oporto, Que ya es bastante.
Cómo llegar:



 

martes, 16 de octubre de 2018

Oporto, torre de Dom Pedro Pitões


Caminando por Oporto, y siguiendo las indicaciones de las nuevas tecnologías que nos llevaban a la Catedral, la que allí llama La Sé, me topé con esta torre que no estaba anotada entre las previsiones hechas días antes. Aprovecho su presencia y la añado a mi paseo, mientras la Compañía se interesa por el uso al que está dedicado el edificio —Oficina de Turismo Porto Tours— y recoge folletos de un estante.
Yo a lo mío, entro en la red y me entero de datos y otras cosas que transcribo a continuación:

La torre desde la calle del mismo nombre.

Se trata de la Torre de Dom Pedro Pitões, con virgulilla sobre la õ. Lo que me ha dado pié a aprender cómo se escribe este signo ortográfico en un procesador de textos, y que en español, al ir sólo sobre la ñ, no tiene problema pues lo aporta el teclado.
Sigo:

La torre, que también es conocida como Torre de la Ciudad, está junto a la Catedral, casi pegada a ella, en una pequeña calle a la que ha dado el nombre —Calçada Dom Pedro Pitões— que se resuelve en cincuenta metros y va desde la torre hasta la puerta de la catedral. O menos.
Durante mucho tiempo, algunos siglos, permaneció escondida entre las casas de la zona —Terreiro da Sé—, hasta que en la década de 1940 se demolieron algunos edificios y se reordenó ese sector para dar mayor realce al entorno de la catedral. Entonces apareció la torre, que se desmontó y volvió a componer, pero desplazándola unos quince metros de su ubicación primitiva.
Se desconoce cuál fue su uso original, la opinión más generalizada es que se trata de la vivienda de un noble o de un adinerado burgués.

Interior de la torre.

Después de su reconstrucción, entre 1940 y 1960 fue la sede del Gabinete de Historia de Oporto —desde entonces también se la conoce como la Torre de la Ciudad—. Más tarde, en 1974, después de la Revolución de abril, acogió el Centro Cultural y Social de la Sé; y desde 1998, después de su última rehabilitación, es la Oficina de Turismo de Porto Tours.



DESCRIPCIÓN:

El edificio es pequeño, de estilo renacentista-neogótico, que así lo denotan el arco ojival de su puerta y sus los huecos de sus ventanas.

Se divide en dos volúmenes, ambos de planta cuadrangular: de dos plantas y más pequeño el situado hacia el este, y de tres el de a poniente. Ambos cuerpos están cubiertos por tejados, a cuatro aguas el mayor y a tres aguas el pequeño; el más alto presenta un peto perimetral rematado con características almenas piramidales de muchos castillos portugueses.

Su fachada principal se orienta al sur, hacia la plaza llamada Terreiro da Sé, en la que se abre a su derecha, en el volumen pequeño, su puerta en arco apuntado. Sobre ella y en planta primera dos ventanas con arcos trilobulados.

En el volumen de la izquierda, el de tres plantas, existen dos ventanas: una con arco de dos lóbulos y dintelillo recto, y otra más arriba de arco apuntado, gemela y al mismo nivel que una tercera en su fachada este. Esta última fachada carece de otros huecos.

Balcones en sus fachadas norte y oeste.

Las otras dos, la norte y la oeste, son bastantes interesantes, pues ambas poseen sendos balcones — aparentemente amatacanados, pero no, que tienen suelo— apoyados sobre tres ménsulas, más cuatro estrechas ventanas con arco de medio punto la oeste y tres la norte.

El interior, que se articula alrededor de un pilar de piedra situado en el centro, está totalmente reformado y adaptado al uso actual. Conserva algunas paredes vistas de granito, la solería original en planta baja y la escalera, también de piedra de granito que une la planta baja con la primera.
El resto de escaleras y otros elementos constructivos son de factura moderna, hierro y madera.
El llamado Arco de San Sebastián.

Adosado a su fachada norte se apoya el llamado Arco de San Sebastián: dos arcos de medio punto apoyados en una columna central; todo ello construido, al igual que toda la torre, de cuidados sillares de granito.

Fachada sur desde el Palacio Episcopal


RESUMIENDO:

Nombre:     Torre de Dom Pedro Pitões
Localidad:  Oporto
Municipio: Oporto
Distrito:      Oporto
Región:       Norte, Gran Oporto
País:            Portugal.

Tipología:  Casa torre.
Época de construcción: Medieval, sin datar. Reconstruida a mediados del siglo XX.
Estado:    Se encuentra en buen estado conservación, y es que hay que tener en cuenta que fue totalmente reconstruida. Curiosamente se la desplazó a unos 15 metros de su ubicación original.
Protección:  Se encuentra incluida en cuatro zonas de especial protección de la ciudad, como son: Centro Histórico de la Ciudad de Porto, Zona Histórica de la Ciudad de Porto, Área de Protección de la Catedral de Oporto y del Palacio Episcopal de Oporto.

Propiedad: pública, Cámara Municipal de Oporto.
Uso:   Fue sede de la Oficina de Historia de la ciudad de Oporto. Desde 1998 es la Oficina de Turismo de Porto Tours.
Visitas:   totalmente libre el exterior; y también el interior, que se trata de una oficina de información y permiten la entrada.


Clasificación subjetiva: 2, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Pero como resulta que si estás en Oporto irás a la Catedral, y ambos edificios están juntos, pues visitarás la torre. Y también su interior, porque entrarás a coger algún folleto o un mapa de la ciudad.
Otras cuestiones de interés: Oporto entero. Y en la desembocadura del Duero, dos fuertes: el de San Francisco Javier y el de San Juan Bautista.
Cómo llegar: Una vez en Oporto, dirigirse a la Catedral; la torre está al lado.

sábado, 13 de octubre de 2018

Glosarios: Armas de fuego

AFUSTE, cureña:
Armazón de madera que, colocado sobre ruedas o sobre correderas, servía de soporte a las piezas de artillería.
En una primera etapa,con piezas similares a las lombardas, carecieron de ruedas.


ARCABUZ:
Es una antigua arma larga de fuego de avancarga —armas que se cargan por la boca—, antecesor del mosquete. Su uso estuvo extendido en la infantería europea de los siglos XV al XVII.
A pesar de su longitud, el disparo era de corto alcance, apenas unos 50 metros efectivos, pero letal; en esa distancia podía perforar armaduras. Era fácil de manejar y desplazó rápidamente el uso de la ballesta, que desapareció a mediados del siglo XVI. Si se comparan sus prestaciones en combate con los arcos y ballestas, era imprecisa y de menor alcance, pero más poderosa e intimidatoria, y requería mucho menos destreza para manejarla con eficacia.
Rivalizó su uso con el mosquete, pero éste le fue desplazando hasta desaparecer completamente en el siglo XVIII.

de ecured.cu

ATACADOR:
Herramienta utilizada en artillería, compuesta por un asta de madera y un cilindro en su extremo del diámetro de la pieza a la que servía, con la que se atacaba la pólvora y las balas en los cañones.
de todocolección.net

AVANCARGA:
Palabra que califica a las armas de fuego que, tanto el proyectil como el propelente, son cargados por la boca. Cuando no es así se las denomina armas de retrocarga.


BOLAÑO:
Bola o piedra que se lanzaba con las bombardas y otras armas semejantes. El antecesor de los proyectiles de metal.



BOMBARDA, lombarda:
Generalmente se denominaban así a todas las piezas de artillería antiguas: armas de fuego de gran calibre, metálicas, que disparaban bolaños de piedra.
Se trataba de un arma tanto defensiva como ofensiva, que se empleó desde el siglo XIV, en que aparece la artillería pirobalística, hasta comienzos del XVI, siendo sustituida por otras piezas más precisas, seguras y más rápidas en la preparación del tiro.
Estaba compuesto por una caña y uno o varios “servidores”. En la caña, un tubo abierto por los extremos, se introducía el bolaño.
El servidor solía ser un tubo mucho más pequeño y con una sola abertura, donde se aloja la pólvora que posteriormente se prende introduciendo un hierro al rojo vivo por un pequeño agujero denominado oído. El servidor se acoplaba a la caña y el conjunto se fijaba con cuerdas a una tosca cureña de madera, generalmente sin ruedas.



CULEBRINA:
Es una pieza de artillería en forma de cañón de pequeño calibre y un largo alcance. Su longitud llegaba a alcanzar hasta 35 veces su calibre.
En función de su peso y calibre, existieron cuatro tipos de culebrinas: doble, media, tercio y cuarto de culebrina, siendo esta última la denominada falconete.
La culebrina de mano era fácil de transportar por dos hombres, y apareció a mediados del siglo XV. Fue el precursor del fusil de nuestros días.



CUREÑA, afuste:
Armazón de madera, colocado sobre ruedas o sobre correderas, y en la que se montan las piezas de artillería.
En una primera etapa, con piezas similares a las bombardas, carecían de ruedas.



ESPINGARDA:
Arma de fuego, o mejor, armas en plural, que son dos, según dice el DRAE:

— “Antiguo cañón de artillería, algo mayor que el falconete y menor que la pieza de batir”.
— “Escopeta de chispa y muy larga”.

FALCÓN, FALCONETE:
Pequeño cañón de artillería antigua, de unos 100-130 kg, según fueran de hierro o de bronce; utilizado durante el siglo XVIII, lanzaba balas de entre 300 y 900 grs.
Se llamaba así a la demoninada cuarto de culebrina.

Falconete sobre la Nao Victoria en el puerto de Sevilla.

LOMBARDA, bombarda:
Generalmente se denominaban así a todas las piezas de artillería antiguas: armas de fuego de gran calibre, metálicas, que disparaban bolaños de piedra.
Se trataba de un arma tanto defensiva como ofensiva, que se empleó desde el siglo XIV, en que aparece la artillería pirobalística, hasta comienzos del XVI, siendo sustituida por otras piezas más precisas, seguras y más rápidas en la preparación del tiro.
Estaba compuesto por una caña y uno o varios “servidores”. En la caña, un tubo abierto por los extremos, se introducía el bolaño.
El servidor solía ser un tubo mucho más pequeño y con una sola abertura, donde se aloja la pólvora que posteriormente se prende introduciendo un hierro al rojo vivo por un pequeño agujero denominado oído. El servidor se acoplaba a la caña y el conjunto se fijaba con cuerdas a una tosca cureña de madera, generalmente sin ruedas.



MAGAÑA:
Lo recoge el DRAE, en su segunda acepción, relacionándola con las armas al decir que es el “defecto de fundición en el alma de un cañón de artillería”.

MOSQUETE, mosquetón:
Arma de fuego de infantería, empleada desde el siglo XVI hasta el XIX. Se caracterizaba por cargarse por el cañón y su mecanismo de disparo podía ser de mecha o de pedernal.



PIROBALÍSTICA:
Así, y en corto, es el arte de disparar proyectiles con armas de fuego, calcular su alcance y estudiar, en general, las técnicas de lanzamiento.
Durante la Edad Media, las armas de tiro disponibles se limitaban a dispositivos que utilizaban como elementos propulsores la fuerza resultante de la flexión o la torsión. Ejemplos de esto son el arco, la ballesta o la catapulta.
En la segunda mitad del siglo XIV, es cuando se inicia el uso de la pólvora como elemento de impulsión que permitió el desarrollo de nuevos tipos de armas: lombardas, cañones, arcabuces, etc.


PISTOLETE:
Arma de fuego de avancarga, de las llamadas de llave de rueda, de pequeño calibre y diversas longitudes. Aparecida hacia el siglo XVI, se popularizó su uso en el XVII, sobre todo en la caballería, que la portaban colgada en la silla de montar.


RETROCARGA:
Se denomina así al sistema del que disponen las armas de fuego en las cuales el proyectil se carga por la parte posterior.
Cuando no es así se las denomina armas de avancarga.

ROQUETE:
Se llamaba así a la punta de la lanza de los torneos medievales, la cual terminaba en tres o cuatro puntas romas separadas, y cuya finalidad era hacer presa en la armadura del contrario para así desplazarlo y desmontarlo.
Pero también es el cilindro de madera que, colocado al extremo de un asta, servía para atacar la pólvora y la bala en los cañones.

TRABUCO:
En el DRAE mucha concisión: “arma de fuego más corta y de mayor calibre que la escopeta ordinaria".
Se caracterizaba por su corto cañón acampanado en el extremo. La carga se hacía por la boca del cañón, denominándose a este tipo de armas de avancarga.
Fue el predecesor de la escopeta.
Pero también es sinónimo de trabuquete (ver glosario de  Armas de asedio), sin tratarse del mismo arma.


ZOQUETE:
Se llamaba así al cilindro de madera que, colocado al extremo de un asta, servía para atacar la pólvora y la bala en los cañones.



martes, 2 de octubre de 2018

Oporto, Murallas: Romanas y Fernandinas

Tuvo Oporto —Porto— dos recintos amurallados, y durante un tiempo convivieron ambos en paz y armonía. Hasta que el progreso, la ignorancia y la ausencia de aprovechamiento, forzaron su desaparición. Cómo en tantos y tantos sitios, como en mi ciudad, no hay excepción. Y eso que la cosa venía de antiguo, pero en este caso tampoco la veteranía fue un grado. Ni por esas: incluso viendo el impresionante aspecto que debió tener la ciudad con aquellos dos recintos amurallados, desde el río, desde la orilla de enfrente, se plegaron las autoridades a su conservación.


Oporto desde el río Duero: Puente de don Luis I y parte de las murallas Fernandinas.

En fin, la imaginación al poder. Imaginemos pues.

Pues empecemos desde el principio: que en Oporto se remonta a la Edad del Bronce, unos 800 años antes de Cristo, que es cuando se cree que ya había vida humana en lo que hoy es esta ciudad. Es creíble pensar, por tanto, que ya entonces debió haber alguna fortificación de tipo castreño en este lugar.

Aunque fueron los romanos, que lo llamaron Cale, quienes la empezaron a dotar de edificios de cierta importancia; al fin y al cabo se encontraba en la calzada que unía las actuales Lisboa y Braga —Bracara Augusta—. Y un sitio así merecía una muralla que lo protegiera, por lo que también la dotaron de una.

Unos siglos después llegaron las invasiones de los bárbaros del norte, correspondiendo por estas tierras los suevos. Aquel Oporto, Cale, pasó a llamarse Portucale —el Puerto de Cale, que parece ser el origen del topónimo de Portugal—. Y empezando el siglo V, los alanos intentan conquistar la población sin conseguirlo, por lo que los suevos, asustados por lo sucedido, ven la necesidad de fortificarla como es debido.

En poder de los árabes estuvo la ciudad poco tiempo —y poco aportaron a sus murallas que es lo que ahora me interesa—, ya que en el 868 es reconquistada por Vímara Peres, aunque un siglo después existió un nuevo intento de conquista, hacia el 987 que terminó en fracaso

Entre 1580 y 1640, cuando los Felipes españoles reinaron en Portugal, Oporto vivió un notable crecimiento general: administrativo, social y urbano. Pero sobre todo quedó abierto el camino para que en el XVIII se viviera una época de esplendor en la ciudad, fruto —nunca mejor dicho— de la producción y difusión de sus vinos.


Un tramo escondido de la vieja muralla.

LA MURALLA PRIMITIVA:

La primera muralla que se construyó en Oporto, probablemente por los romanos, rodeaba el actual cerro de la catedral —la Sé—, la Peña Ventosa, desde donde se controlaba perfectamente el río.

A finales del siglo X, estando ya la plaza en poder de los cristianos, sufrió un fuerte ataque de los musulmanes —tal vez por Almanzor—, siendo reconstruidas las murallas a principiosdel siglo XI por orden del rey Fernando I de León. 

Comenzando el siglo XII se acometerían nuevas obras que terminarían configurando  a aquella muralla, que recibió varias denominaciones —Cerca Velha, Muralha Románica o Muralha Sueva—, aunque identificado correctamente su origen, sólo se puede hablar de Muralla Romana.

En el siglo XVIII, la muralla Romana estaba casi intacta, siendo demolida a comienzos del siglo XIX dado el escaso interés militar que ya tenía.

Buena parte de ella resistió hasta finales del siglo XVIII e incluso los primeros años del XIX.

Actualmente apenas quedan restos, una torre y un reducido lienzo —en la confluencia de la Calzada de Vandoma con la avenida de Vímara Peres— que fueron reconstruidos en el siglo XX. El resto permanece oculto por edificaciones posteriores.

Los únicos restos visibles de la Muralla Romana, en las inmediaciones de la Catedral


LOS DETALLES:

La muralla primitiva, a la que ya en el siglo XIV se la conocía como el Castillo, tenía una planta irregular, algo ovalada, adaptada al terreno que ocupó. Su perímetro fue de unos 750 metros y unas cuatro hectáreas —40.000 metros cuadrados— de superficie. Apenas si rodeaba el cerro que ocupa la catedral, o sea, el que luego sería el centro neurálgico de la ciudad.

La cerca dispuso de cuatro puertas:

1.- Porta de Vandoma, en la Rua Cha, era la más noble y amplia y permitía el paso de carros. Fue demolida en 1855.

2.- Porta de Sao Sebastiao —Puerta de San Sebastián—, junto a la antigua Casa de la Cámara. Demolida en 1819.

3.- Porta de Sant’Ana o Arco de Sant’Ana —Puerta de Santa Ana—, en la calle del mismo nombre, y que era conocida como el Portal. Fue demolida en 1821.

4.- Porta das Mentiras —Puerta de las Mentiras—, que fue conocida a partir del siglo XIV como Porta de Nossa Senhora das Verdades, junto a las Escaleras de las Verdades. Se desconoce cuándo fue demolida.

Otra vista de las muralla Romana.

 

LAS MURALLAS FERNANDINAS:

La cerca que se conoce como Murallas Fernandinas comenzaron a construirse a mediados del siglo XIV, a fin de ampliar el perímetro a proteger de la ciudad que había superado al viejo muro romano y a la Muralla Primitivala Cerca Velha o Muralla Románica— levantada no muchos años antes. La ciudad crecía más allá de su primer asentamiento de la Pena Ventosa, sobre todo hacia el río, cuyo margen se comenzaba a poblar ante la creciente actividad comercial.

Reinando aún Alfonso IV (1291-1357), se inicia el levantamiento de un nuevo cinturón amurallado que terminó en torno a 1370, cuando ya reinaba su nieto Fernando I (1345-1383). De ahí que a las murallas se las reconozca con el nombre de quien reinaba cuando se concluyó su construcción. Tal vez sea más correcto, en oposición al nombre del primer recinto, llamar a éste —como así también se le conoce— la Cerca Nova, o también Muralla gótica, como en algún lugar he leído.

A partir del siglo XVIII, y ya carentes de importancia militar, fueron siendo paulatinamente demolidas a fin de ampliar e ir consolidando un casco urbano que las sobrepasaba. A finales del siglo XIX ya estaba prácticamente derruida.

Actualmente, el casco histórico de Oporto se configura dentro del perímetro de lo que fueron aquellas murallas. Los restos que aún se conservan fueron declarados, en 1926, Monumento Nacional. Igualmente, la UNESCO los declaró Patrimonio de la Humanidad, junto con el Centro Histórico de Oporto, en 1996.

Las murallas Fernandinas desde el puente de D. Luis.


LOS DETALLES:

Tuvo esta muralla una longitud total de algo más de 2.600 metros y su perímetro encerraba una superficie de 44’5 hectáreas. Sus lienzos tenían una altura de unos nueve metros —30 pies— y sus torres de flanqueo la superaban en casi cuatro metros.

Contó con numerosas puertas y postigos —17 en total—, habiendo llegado a nuestro días sólo uno de estos últimos, la puerta de Carvao —Puerta o Postigo del Carbón—,situada junto al río, en pleno barrio de la Ribeira, en el muelle o Cai da Estiva, y era utilizada para introducir a la ciudad el carbón que llegaba al puerto.

Los nombres que tuvieron aquellas puertas y postigos fueron —siguiendo el orden del plano de miscastillos.blog—: 



1.- La Porta Nova —Puerta Nueva o Puerta Noble—, que era la salida al puerto desde el barrio de Miragaia. Esta puerta fue mandada abrir por el rey Manuel I, ampliándose el postigo entonces existente —Postigo da Praia—.  De ella partían las Escadas do Caminho Novo —Escaleras del Camino Nuevo—. Era utilizada para la entrada solemne de los obispos en la ciudad antes de su toma de posesión. Fue demolida en 1872.

2.- Postigo dos Banhos —de los Baños—.

3.- Postigo de Pereira o la Lingueta —la Lengua—

4.- Postigo da Alfandega o do Terreirinho —de la Aduana—, que fue demolido en 1838.

5.- Postigo do Carvão —del Carbón—, el único que ha sobrevivido.

Leo en la red que a continuación de este postigo, y antes de la puerta de la Ribera, hubo otro llamado do Peixe —del Pez—, nombre evidentemente relacionado con el río.

El postigo del Carbón desde el muelle.

6.- Porta da Ribeira —de la Ribera—, demolida hacia 1780 para abrir la Plaza de la Ribera.

7.- Postigo de Pelourinho.

8.- Postigo de la Forca.

9.- Postigo de la Madera.

10.- Postigo de la Lada.

11.- Puerta del Sol, construida en 1774, que inicialmente fue un postigo llamado de Carvalho —Roble— del Monte o de San Antonio del Penedo.

12.- Puerta de Cima da Vila — Cima de la Villa—, que estaba protegida por torres que doblaban la altura de la muralla.

13.- Puerta de Dos Carros — de los Carros o de los Coches—, construida en 1551 para ampliar a la anterior de 1409. Fue demolida en 1827, al igual que las dos torres que la flanqueaban.

14.- Puerta de Santo Elói, que fue un postigo llamado del Vimial. Parte de la muralla de esta zona, unos 800 metros, se derrumbó en 1529, reconstruyéndose en el primer cuarto del siglo XVII.

15.- Puerta del Olival —del Olivar—, por el extenso olivar que había en las inmediaciones—, que al igual que la de la Cima de la Villa, tuvo torres de iguales características.

16.- Puerta das Virtudes —de las Virtudes—, que inicialmente fue sólo un postigo.

17.- Postigo de Son Joao Novo o de la Esperança —de la Esperanza—, nombrada así por la proximidad a una capilla bajo esa advocación.


El postigo del Carbón, intramuros.

Dentro de la trama urbana de Oporto, es fácil reconocer el trazado de las murallas Fernandinas, incluso algunos se aprecian con claridad y se han convertido en un hito urbanístico, como es el caso de los lienzos junto al puente de don Luis I, que aún mantiene tres torres.

Otro de los tramos que aún se conserva, el conocido como Muro de los Bacalhoeiros, está junto a la ribera del río.

El muro de los Bacalhoeiros, en la ribera del río.

En el siglo XX se ejecutó sobre las murallas Fernandinas una fuerte campaña de restauración; era la época del Estado Novo —gobernaba Oliveira Salazar— y el revivalismo restaurador fue una de las señas de la política del régimen.