martes, 12 de mayo de 2020

Olivenza, Muralla Medieval

Seguimos en Olivenza, que aún queda mucho por pasear. Tanto, que habrá que volver en otra ocasión, porque en ésta sólo ha dado tiempo al interior de la ciudadela: castillo y muralla medieval solamente. Y también otras piedras del lugar que no tienen aquí cabida, sólo referencias; qué larga se me haría mi Casa de la Tercia si en ella incluyera algo más que castillos, torres y murallas.

A veces es mejor castillear en solitario o, como mucho, en compañía de la compañía. Esta vez la compañía ha sido casi multitud, y esa coyuntura me ha obligado a pasear de otra manera, con otros tiempos y otros espacios. Por lo que he dejado atrás otras murallas y baluartes, y algo más.

Así que, después del castillo, que queda dentro de la ciudadela, me conformo con la muralla medieval, o con lo que de ella persiste: sus cuatro puertas. A lo que añado la duda, que no acabo de despejar, que me plantea la lectura en varias páginas de la red, incluida la oficial del Ayuntamiento, sobre la circunstancia de que la muralla medieval es la primera de las cuatro que tuvo. Y por más que miro y leo sólo encuentro dos.

Pero bueno, ya me aclararé en otro momento. Por ahora centrémonos en la medieval y sus puertas.

La Iglesia de Santa María del Castillo a través de la puerta de San Sebastián.

 

Fue, como no, el rey don Dinis quien mandó construirla allá por 1306, dando la orden a un tal Pero Lourenço do Rego, quien puso la primera piedra de la obra el día de San Miguel de ese año. Las obras las llevó a cabo la Orden de Avis, o de San Benito de Avis —originariamente Orden de San Benito de Évora—. Como curiosidad decir que aquella primera piedra se conserva en el Museo Etnográfico de Olivenza, sito en el castillo y que, como ya dejé dicho en la entrada relativa al mismo, no pude visitar. Así que he de fiarme de lo que leo, que la piedra no la vi.

Para su construcción se siguió el modelo medieval, heredero de la tradición romana —las bastides—, basado en un cuadrilátero amurallado con una puerta en el centro de cada una de sus caras. Dos calles perpendiculares dividían el perfil cuadrado y se cruzaban en el centro. En el caso de Olivenza, ese centro es hoy una plaza abierta presidida por el castillo y la iglesia de Santa María.

Para ser preciso, diré que la planta de la ciudadela es un trapecio, siendo sus lados paralelos los que miran al noreste y al suroeste, su altura es la fachada noroeste —plaza de la Constitución-Ayuntamiento—, y su mediana, la sureste que, en buena parte, comparte con el castillo.

La muralla tuvo en total catorce torres (¿?) unidas por muros gruesos, de tres metros de ancho, y hasta doce de altura; todos ellos, muros y torres, ejecutados con mampostería. En uno de sus ángulos, aunque no logro precisar en cual, se dispuso de una torre albarrana. Aún conserva gran parte del adarve, que es accesible pero no visitable para el turista, por lo que su uso es privativo de las edificaciones que se encuentran adosadas a la muralla, tanto intramuros como extramuros.

Decía que la ciudadela tuvo cuatro puertas pero desgraciadamente hoy sólo podemos contemplar dos en su estructura y concepción original: la de Alconchel y la de Los Ángeles, orientadas al SE y SO respectivamente.

De las otras dos sólo se conservan el trazado de su arco en la llamada de La Gracia, que mira al NO, y la reconstrucción, de 2006, de la de San Sebastián hacia el NE.

Las cuatro puertas fueron originalmente muy parecidas en su estructura, ya que estuvieron flanqueadas por torres macizas que las protegían, y su acceso encuadrado por un arco de medio punto: torreones: torreones semicilíndricos en la de Alconchel y la de Los Ángeles, y de planta cuadrada en la de La Gracia y San Sebastián.

Puerta de Alconchel

La primera, la de Alconchel, se orienta hacia el sureste como ya dije, y su nombre debe venir porque seguramente aquí se iniciaba el camino hacia Alconchel, población vecina coronada por un elegante castillo. Se sitúa muy próxima al castillo, con el que comparte lienzo de muralla. De todas es la mejor conservada pues, aparte de su buen estado, no tiene edificaciones vinculadas en su fachada extramuros, lo que hace que sea más fácilmente observada. Este buen estado puede que, en parte, sea debido al discreto uso que se le da a una de sus torres, que contiene en su interior un transformador eléctrico.

La puerta la conforma una bóveda de cañón de ladrillo de corto recorrido —también de ladrillo el arco de medio punto que la traza— que se apoya directamente en los dos torreones semicilíndricos que la flanquean. Carece de elementos decorativos, apreciándose solamente los restos de los apoyos de, posiblemente, un matacán de madera, o sea una ladronera. También conserva aún, en su cara interior, los huecos laterales para alojar las trancas de cierre o alamudes y las quicialeras donde apoyaban los goznes de las puertas.

La Puerta de los Ángeles, intramuros.

La misma puerta, pero extramuros.

Todo lo descrito anteriormente de la puerta de Alconchel, es válido para la puerta de Los Ángeles, hermanas gemelas. La única diferencia es que esta última presenta edificaciones adosadas a sus torres a ambos lados de la muralla, quedando prácticamente embutidas en las viviendas, con lo que dificulta notablemente su visión.

Al igual que su hermana, también presenta los detalles relativos al matacán, alamudes y quicialeras. A lo que hay que añadir una barandilla de ladrillo, de más reciente ejecución, sobre la unión de los torreones, y que convendría eliminar lo antes posible.

La puerta de Gracia, intramuros.

La puerta anterior, pero ahora extramuros.

Abierta hacia el Noroeste se encuentra la puerta de La Gracia, que tuvo muy parecida tipología a las dos anteriores, aunque en este caso sus torres eran de planta cuadrada.

Hoy la vemos totalmente integrada en los edificios que se le han adosado —una vivienda a su izquierda y dependencias del Ayuntamiento a su derecha—, habiendo perdido las torres cuadradas que la flanqueaban, y con ello su aspecto original, manteniendo sólo la traza de lo que fue el arco que conformaba la bóveda; ésta está enfoscada y encalada, con lo que su aspecto es muy alejado del original.

No encuentro el dato sobre la fecha en que sufrió tan bruscas modificaciones, pero sí leo en miscastillos.files.wordpress.com, que:

“las torres desaparecidas eran de base cuadrada, tal como se puede ver en un plano de la ciudadela, conservado en el Servicio Histórico Militar de Madrid, fechado y firmado en enero de 1831 por Mariano Gelabert”.

La puerta de San Sebastián, desde el interior de la muralla.

La misma puerta desde el exterior de la muralla.

La cuarta puerta es la de San Sebastián, y se abre al Noreste, justo al lado del castillo. Desde esta puerta hasta la de Alconchel, la muralla de la ciudadela es coincidente con la del castillo. Frente a ella se encuentran los restos de lo que fue el foso.

La primitiva puerta fue derribada, debido a su ruinoso estado, allá por 1854, después de aprobarlo el Ayuntamiento el 25 de enero de aquel año. En 2005 fue reconstruida.

Fachada del Ayuntamiento, a la derecha la torre del Reloj.

 

Por último, un breve apunte sobre la torre del Reloj, que aunque no es una edificación original de la muralla medieval, sí está levantada donde antes hubo una de las torres que ocupaban cada uno de los vértices del recinto murado. Concretamente se encuentra en la esquina oeste.

Estructuralmente es de planta hexagonal y sobria en su diseño. Está rematada por un chapitel también hexagonal y una veleta

La construcción de esta torre nació del deseo del procurador de Olivenza ante el rey Alfonso V, de que la ciudad dispusiera de un reloj. La solicitud se realiza en 1459 y un año después se construye la torre. En 1509 ya tenía la torre su reloj pues así se ve en el Libro das fortalezas de duarte d’Armas (según leo en miscastillos.files.wordpress.com). Curiosidad: el penúltimo reloj que tuvo, de 1792, se encuentra en el Museo Etnográfico Municipal.

 

RESUMIENDO:

Nombre:          Muralla Medieval de Olivenza
Municipio:      Olivenza
Provincia:      Badajoz
Tipología:      Muralla urbana.
Época de construcción:     primera mitad del siglo XIII.
Estado:     Es buen estado, lo que nos ha llegado, o sea las puertas; sobre todo la de Alconchel (a pesar del uso dado a una de sus torres) y la de Los Ángeles.

Propiedad:     Pública (municipal).
Uso:     Urbano, por decir algo; se usan para lo que se hicieron, para entrar y salir de la ciudadela, aunque no hay puertas que se abran y cierren.
Visitas:
    Son visitables, naturalmente
Protección:     Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Olivenza está declarado Conjunto de Interés Histórico, y desde 2019 está incluido dentro de los Pueblos más bonitos de España.

Clasificación subjetiva:     3, o sea, que se incluirá obligatoriamente en una ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo, pero no sólo por estas murallas, sino también por las abaluartadas, el castillo y por el resto del patrimonio de Olivenza
Otras cuestiones de interés:     La muralla abaluartada y el castillo. Y si da tiempo, el puente de Ajuda.
Por otra parte, no olvidar su rico patrimonio religioso —iglesia de Sta. María del Castillo y la Parroquia de la Magdalena—, el ayuntamiento y su casco histórico.

Cómo llegar:
Desde Badajoz capital, tomar la EX-107 —carretera de Olivenza— que nos lleva directo. Desde la Vía de la Plata, en Zafra, tomar la N-432 dirección La Albuera y aquí la BA-006 hacia Valverde de Leganés; Olivenza ya queda a un paso.










martes, 5 de mayo de 2020

Olivenza, castillo de Olivenza

Hoy pretendía pasear un castillo español que está en Portugal, o tal vez sea un castillo portugués que está en España. Y digo pretendía porque, dadas las fechas en que anduve por allí, el castillo estaba cerrado. Así que como algunas veces ocurre, hay que conformarse con la visión del exterior; conformarse, que no resignación, sino conformidad. Paseo exterior.
Ese castillo, que me parece no ubicar con exactitud, está en la Raya: la línea que separa España de Portugal. Pero creo que justo por aquí la raya se hace invisible, o da un salto, y no es que estemos en tierra de nadie sino en las dos. Hasta tal punto que muchos de sus habitantes —los nacidos antes de 1980— son ciudadanos de ambos países.


Plaza frente al castillo, intramuros.

La única manera de aclarar esta dicotomía es hacer historia, que en el caso de Olivenza y su comarca es antigua, porque antiguos son los grabados encontrados de más de 15.000 años, además de toscas herramientas y otros objetos; también dólmenes que se datan en 1.500 años a.C., y estelas figurativas de 700 a.C.
De los romanos, curiosamente, pocos restos se han hallado. Tenemos que llegar a los visigodos para encontrar los cimientos y poco más de una iglesia del siglo VII en el paraje conocido como Valdecebadal.
Los árabes tampoco se explayaron mucho aquí, aunque se ha descubierto, bajo una de las torres del castillo, una qubba árabe, así como restos de un acueducto, también árabe, fuera de las murallas. Algo es algo, así que diremos que, estar estar, estuvieron.
Hasta la llegada de los cristianos con Alfonso IX, último rey de León, allá por 1230, no se podría hablar del origen de Olivenza. Origen que fue de la mano de los templarios, los cuales, después de habérseles concedido Burguillos y Alconchel, crearon la encomienda de Olivenza en 1256 —incluidas la construcción de una iglesia y un castillo—, que administraron hasta que Alfonso X, rey de Castilla y León, ordenó la entregaran a la ciudad de Badajoz.
En 1297 —Tratado de Alcañices—, el rey Dinis acuerda con doña María de Molina, regente de Castilla y León tras la muerte de Sancho IV, que algunas tierras fronterizas pasen a dominio portugués, entre ellas las de Olivenza. Con lo que ya tenemos a esta población al otro lado de la Raya, en Portugal.
Don Dinis le concede el título de villa, a la vez que fueros propios, y manda construir la primera muralla de la población.

Olivenza en 1509, según Duarte D'Armas

Juan II, en 1488 reforma en profundidad el castillo, y poco después el rey Manuel I, en 1510, ordena se ejecute el puente de Ajuda sobre el Guadiana —había que tener bien comunicada a Olivenza con el resto de Portugal—, una gran obra para la época: 380 metros de longitud, cinco y medio de ancho y diecinueve arcos; y además se le fortifica con una torre en el centro de tres alturas.
De 1580 a 1640, Olivenza es española y también portuguesa, pero es que fue la época de la Unión Ibérica: ambos países estuvieron bajo una única corona, la de los Austrias.

Fachada noreste del castillo

Y desde aquí hasta 1801, es portuguesa y a ratos española —cortos períodos de tiempo, que hubo muchos, cuando mediaban conflictos bélicos—, como ocurrió durante la guerra de Restauración, que fue tomada por el ejército español en 1657 y devuelta al finalizar la guerra un año después, según se acordó en el Tratado de Lisboa.
Vuelve a posesión española durante la brevísima Guerra de las Naranjas —mayo/junio de 1801—, y aquí, en España, se queda pues no se devuelve a Portugal a pesar de que así se disponía en el Tratado de Badajoz que se firmó el 6 de junio.
La Raya quedó establecida en el Guadiana, y ahí sigue; a pesar de alguna reivindicación portuguesa posterior —Congreso de Viena de 1815— que no llegó a ningún lado.
Definitivamente la cuestión quedó zanjada en el Tratado de Amistad y Cooperación firmado por los dos países en 1977. Y olvidada con la integración de ambos en la Unión Europea.
Punto final sobre lo de la dicotomía.


Fachada noreste del castillo.

EL CASTILLO:

Este castillo se levanta sobre lo que fue una fortaleza templaria, construida para sede de la encomienda de Olivenza que fundara la Orden.
A mediados del siglo XIV, Alfonso IV ordena la construcción de una nueva fortificación cuyo resultado es, básicamente, el que hoy vemos, incluida la poderosa torre del Homenaje, desde la que se dominan con claridad tierras y poblaciones portuguesas y españolas.
Pero fue Juan II quien a partir de de 1488 lo reforma, aunque ligeramente, eliminando sus almenas con el fin de artillarlo —desaviniendo los acuerdos establecidos con los Reyes Católicos— y construyendo un foso que lo rodeaba por completo.
En 1811, el castillo y la ciudad fueron ocupados por los franceses, para ser recuperados por tropas anglo portuguesas primero y posteriormente por los españoles.

La magnífica torre del Homenaje; frente a ella la Compañía.

LOS DETALLES: 
El castillo de Olivenza es un hermoso edificio; así, de entrada, a pesar de la sencillez de sus líneas y de sus contundentes volúmenes.
Su planta es un trapecio irregular con tres cubos en tres de sus ángulos; en el cuarto, el situado al oeste, se levanta una potente torre del Homenaje, que con sus treinta y seis metros es la más alta de los alrededores. Entre esta torre y su contigua, orientada al norte, se abre la puerta de acceso al castillo. Junto a la torre más al este, y hacia el exterior, se abre otra puerta bajo un arco apuntado.

Detalles de los matacanes de la torre del Homenaje.

Sus fachadas están perforadas por 24 saeteras y coronadas, cada una de ellas, por los restos de un matacán, excepto en el de la cara norte que, alguien tuvo la feliz idea, se reconstruyó con hormigón armado allá por 1973.
Su planta, cuadrada de 18 metros de lado, está girada cuarenta y cinco grados con respecto a la planta del castillo. En su interior se disponen tres pisos que se unen mediante rampas cubiertas de bóvedas de ladrillo; el último piso, el más rico de los tres, se cubre mediante una bóveda nervada. El acceso a la terraza también es mediante rampa.

Torre del Homenaje, interior del castillo.

Todas las fábricas, que son muy gruesas, están ejecutadas con mampuestos de pequeño tamaño, salvo en las esquinas de cada una de las torres, que se reforzaron con sillares. La ausencia de almenas en todo el conjunto, incluidas las torres, denota su adaptación al uso de la artillería.
Sus lienzos noreste y sureste se prolongan más allá del castillo, formando parte de la muralla medieval de la ciudad.

 

Fachada sureste del castillo


Nombre:      Castillo de Olivenza
Municipio:  Olivenza
Provincia:    Badajoz

Tipología: Castillo.
Época de construcción: segunda mitad del siglo XIII sobre restos árabes.
A finales del siglo XV se reforma adquiriendo la configuración que hoy vemos.
Estado: Es bastante bueno su estado, a pesar de todo lo que lleva vivido a largo de su historia, y las veces que ha pasado de una mano a otra.
En 1975 fue restaurado con el fin de poner de relieve su significación histórica.
Propiedad: Pública (municipal).

Uso: Actualmente, el castillo está ocupado por el Museo de Arte Etnográfico.
Visitas: Es visitable, pues es un museo. La suerte que muchas veces me acompaña, hizo que el día que visité Olivenza coincidiera con una festividad navideña, por lo que no pude acceder al interior.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Olivenza está declarado Conjunto de Interés Histórico, y desde 2019 está incluido dentro de los Pueblos más bonitos de España.

Clasificación subjetiva: 3, o sea, que se incluirá obligatoriamente en una ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo, pero no sólo por el castillo de manera individual, sino por lo que supone también el conjunto de sus murallas.
Otras cuestiones de interés: La muralla medieval y la abaluartada que, con seguridad, serán motivo de sendas entradas.
Por otra parte, no olvidar su rico patrimonio religioso —iglesia de Sta. María del Castillo y la Parroquia de la Magdalena—, el ayuntamiento y su casco histórico.
Cómo llegar: Desde Badajoz capital, tomar la EX-107 —carretera de Olivenza— que nos lleva directo. Desde la Vía de la Plata, en Zafra, tomar la N-432 dirección La Albuera y aquí la BA-006 hacia Valverde de Leganés; Olivenza ya queda a un paso.