martes, 27 de julio de 2021

Tarifa, Bolonia, muralla urbana de Baelo Claudia

Hoy paseamos por una ciudad romana que, como todas, o casi todas, estuvo amurallada; aunque hoy apenas si se observan los pocos restos de sus muros y puertas que, trabajosamente, intentan destacar entre tanta piedra aparentemente más destacable.

Y es que la mayoría de los visitantes de este incomparable lugar —sólo comparable con otras espléndidas ciudades romanas, pero con matices, y es que en casi ninguna hay playa— sólo tendrán ojos al teatro, la basílica, los templos y, como curiosidad, la factoría de salazones. Y la mencionada playa, la magnífica playa de Bolonia y su reconocida duna (treinta metros de altura, doscientos de largo), que es el matiz que la distingue de todas las demás.

La playa y la duna de Bolonia desde la puerta de Gades.

Esos visitantes se fijarán, apenas, en los arruinados muros de piedra que sobreviven entre la maleza seca que un operario se afana por limpiar bajo un indulgente sol de finales de primavera. Y es que la playa, tan cercana, llama tentadora.

A esos muros voy a dedicar esta entrada, que lo demás se sale bastante de mi casadelatercia. Aunque me temo que algo escribiré sobre ello.


Vista aérea que no es foto mía (de museosdeandalucia.es).

No es necesario decir que su origen es romano, obvio. Así que queda incluida en el catálogo de los lugares de alto caché, de prestigio grande y trascendente. Y ahí se quedará, porque después de Roma, en ese lugar, no hubo nada más. Hasta hoy, tal cual.

Su nombre, Baelo, lo hereda de un asentamiento púnico llamado Baelokun, y el apellido Claudia le viene del emperador Claudio que fue quien le concediera el título de municipio romano —la segunda clase política y administrativa para una ciudad romana—.

Fue allá por el final del siglo II a.C. cuando en este lugar —que posiblemente ya estuvo ocupado por los fenicios— se convirtió en el, tal vez, más importante centro económico de la costa sur ibérica, formando parte muy activa de una red comercial dependiente de Gades y que se completaba con otras ciudades como Iulia Traducta, la actual Algeciras; Portus Albus, situada muy cerca de Carteia; Oba, a la que se identifica con Jimena de la Frontera; Mellaria, junto a donde hoy se levanta Tarifa; y Carteia, situada en las proximidades de la ciudad de San Roque.



Y todo por la pesca, la industria de salazones, sobre todo del atún, y la producción de garum —una salsa que se obtenía de esos salazones, hasta cinco tipos en función del pescado utilizado, y que a los romanos les debía encantar—. Y un poco también por ser el sitio desde el que partían barcos hacia África, concretamente a la actual Tánger.

Se dice que llegó a tener en sus alrededores, hasta cuarenta factorías de salazones, aunque de sólo nueve se tiene plena constancia en la actualidad.

Su esplendor continuó hasta mediados del siglo II dC., cuando un terremoto, con su consiguiente maremoto, se llevó por delante casi toda la ciudad, incluidos los grandes edificios construidos en época del Imperio. Ahí comenzó el declive.

Después vinieron ataques de piratas del norte de África que terminaron con la prosperidad antes conseguida. E incluso, ya en el siglo III, llegaron saqueadores desde Europa.

Sin embargo, no fue hasta el siglo V cuando se acelera el declive. Por entonces se la conocía como Belona, y ya en la Edad Media, Balonia. En el siglo VII ya estaba abandonada.

Hoy es Bolonia, cosas de la evolución de las palabras.

La actual Bolonia fue descubierta por el arqueólogo francés George Edward Bonsor en 1917.


 

LA MURALLA:

La planta de la ciudad, de unas trece hectáreas de superficie, es un desigual trapecio de unos 1400 metros de perímetro y cuya altura es paralela al mar y sus dos bases perpendiculares a la playa. Toda esa planta estuvo rodeada por una muralla de un metro de grosor, reforzada por no menos de cuarenta torres, de las que quedan vestigios de unas trece, y a la que se accedía por cuatro puertas: la de Carteia, la de Gades, la puerta Este y la de Asido.


Foto del Gabinete pedagógico de Bellas Artes de Cádiz  (de happytravel.viajes).

La puerta mejor conservada es la que se orienta al este y es conocida como la Puerta de Carteia, por ser desde donde partía la calzada hacia Carteia, ciudad también romana situada en las proximidades de la actual ciudad de San Roque. En ella se iniciaba el decumanus maximus que cruzaba la ciudad y llegaba hasta la Puerta de Gades la cual, evidentemente, era inicio de la calzada que llevaba hasta lo que hoy es Cádiz. De esta vía aún se conserva gran parte de su pavimento.

La Puerta de Carteia desde el exterior de la muralla.


La misma puerta pero intramuros.

La Puerta Carteia se construyó a finales del siglo I a.C. y estuvo en uso hasta el siglo IV d.C. Está ejecutada con grandes sillares de piedra caliza, almohadillados en su cara externa y aparejados en seco. Tuvo dependencias para la estancia de la guardia y el control del acceso a la ciudad de personas y mercancías.

La Puerta de Gades era simétrica a su opuesta, la de Carteia, también con dos torres de sillares almohadillados en sus caras externas pero tomados con mortero (opus caementicium, hormigón romano).

Ambas puertas eran cuadradas, de 4’50 metros de lado, dejando un paso entre ellas de 3’10 metros; tuvieron una altura de, aproximadamente 12’00 metros.

La Puerta de Asido, también orientada a levante, se levantaba casi al final, no conservándose nada de ella.


Interior de la Puerta Este.

Pero entre esta y la de Carteia, hubo una cuarta puerta, la Puerta Este, de la que nos han llegado los cimientos y las tres o cuatro primeras hiladas de sus torres.

Toda la obra es de la época de Augusto y, posteriormente en el siglo I, fue remozada sin modificar su trazado. A pesar de su traza, no se la puede considerar de un carácter netamente defensivo, pues estamos en un largo período de paz, sino más bien de delimitación de la ciudad, o sea, el pomoerium, que en Roma era la línea que definía la ciudad, no considerándose Roma al exterior sino tierras que pertenecían a Roma—.


Arranque de una torre en la muralla este.

 


RESUMIENDO:


Nombre:     Murallas de Bolonia.
Población: El Lentiscal.
Municipio: Tarifa.
Provincia:  Cádiz.

Tipología: Muralla urbana.
Época de construcción: siglo II a.C. y posteriores.
Estado: En muy buen estado, salvándose la distancia de que se trata de unas ruinas que están en constante proceso de excavación.

Propiedad: Pública (¿Junta de Andalucía?).
Uso: cultural y turístico. Recientemente —en 2007— se ha construido un museo y un centro de visitantes, obra de Vázquez Consuegra.
Visitas: entrada libre para los ciudadanos de la U.E.
Protección: Está declarado Bien de Interés Cultural desde 1925.
Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 3, o sea, que se incluirá obligatoriamente en una ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo. Y es que aquí no sólo está valorada la muralla, sino todo el estupendo conjunto, su museo y, cómo no, la playa.

Curiosidad:

En 1917 se descubrió, gracias a unos estudiantes de la Universidad de Cádiz, la receta del garum, la preciada salsa que se exportaba a todo el Imperio y que potenció la pesca del atún y con ello el esplendor económico de Baelo Claudia.

Y curioso aparejo.


Y ADEMÁS:

Un planito para hacerse una idea (de campogibraltar.wordpress.com)

 Su planteamiento urbano sigue la pauta definida por una cuadrícula ortogonal, como tantas ciudades romanas:

— Una calle principal, el decumanus maximus que, orientada de este a oeste, nace en una de sus puertas y en línea recta cruza la ciudad para terminar en otra puerta.

— Y otra calle, perpendicular a la anterior y que va de sur a norte, llamada el cardo maximus.

Ambas calles están pavimentadas con losas de piedra caliza, muy bien conservadas; el mal estado de algunos de los tramos, fue causado por el ya conocido terremoto.

En el área de encuentro entre las dos calles se situaba el foro y, a su alrededor, los edificios más importantes de la ciudad.

Un paseo sosegado por entre las ruinas nos llevará a contemplar los vestigios de lo que fueron esos edificios.

El Decumanus maximus, al fondo la Puerta de Carteia.

Una vez atravesada la Puerta de Carteia, en cuyas proximidades se encontraba una de las Necrópolis (tuvo tres, las otras dos se situaban junto a la puerta de Gades, y la otra al noreste, más allá del acueducto), comenzaremos a recorrer el Decumanus Maximus, observando a su izquierda, y un poco más allá del contemporáneo poblado de El Lentiscar, lo que fueron los edificios de las instalaciones de salazones y el puerto. Las primeras factorías que se construyeron son de la época de Augusto y los vestigios que nos han llegado son posteriores, incluso del siglo III. Estas edificaciones se extendían más allá de las murallas.

De allí, y hacia el norte, parte el Cardo Maximus.


El Foro desde la Triada Capitolina.

En el gran espacio que se encuentra en la unión de estas dos calles principales, se levanta lo que fue el Foro, que se construyó en época de Augusto y remozado durante las de Claudio y Nerón; se trata de una plaza rectangular, porticada en tres de sus lados, de 37 metros por 30 metros rodeada de una serie de edificios, tales como:


Trajano en el interior de la Basílica..

— el palacio de justicia, conocido como la Basílica (2), una edificación de planta rectangular de 35’50 metros por 19’50 metros, de dos alturas y sostenido por columnas con columnas jónicas; está presidido por una estatua del emperador Trajano de más de tres metros de altura; fue construida en tiempos de Nerón.

— delante de la Basílica se abre una pequeña plaza (3) descubierta junto a la Curia, que era el senado local;

— y a su izquierda lo que fuera el mercado (4);

— al norte de la plaza del Foro se levanta cuatro templos, edificados en la segunda mitad del siglo I; son la denominada Triada Capitolina que está compuesta por tres dedicados a Júpiter (el único que se conserva), Juno y Minerva, y otro más a la derecha que se dedica a la diosa Isis, del año 70 (por la estrecha relación con Egipto, intercambios comerciales, conquistas, etc.);

— rodeando el Foro se encontraban el Mercado (4), del siglo I, en latín macellum, y otras pequeñas construcciones que estuvieron a dedicadas o tiendas, las llamadas tabernae (en total unas catorce);

— al final del Decumanus maximus están las Termas, construidas a finales del siglo I o principios del II, estuvieron en uso hasta el siglo IV;


Un servidor ante el teatro.

— y hacia el norte, desde las termas, se llega al teatro, del siglo I, que es el mayor edificio de Bolonia; fue construido en el lugar de mayor pendiente natural del terreno para así aprovechar la disposición del graderío; tuvo un aforo de hasta 2000 personas y, a pesar de su estado actual, es fácil de interpretar su grandeza.


El acueducto de Punta Paloma.

La ciudad se abastecía mediante tres acueductos, además de disponer de un sistema de evacuación de aguas. Esos acueductos eran:

— El llamado Realillo, que venía del norte y que, junto a la cisterna situada al norte del teatro, fueron construidos en época de Augusto;

— hacia levante está el de Punta Paloma, llamado así por el nombre del manantial del que procedía y que es visible al acceder a la ciudad desde el Centro de Visitantes, fue construido hacia la mitad del siglo I;

— y desde poniente llegaba el de Sierra de Plata, que es la primera mitad del siglo II.

 

Su situación:

 

  

martes, 6 de julio de 2021

Barbate, Caños de Meca, torre de Trafalgar


En una publicación digital de la Junta de Andalucía, en la que se describe el paisaje de Caños de Meca y se enumeran plantas y aves, leo que “del asentamiento hispano-musulmán se conserva parte de una torre vigía del siglo IX, desmantelada en el XIX para edificar el actual faro”.
A continuación añade “sin embargo, el acontecimiento que lo hace famoso es la Batalla de Trafalgar, ocurrida en 1805, con la trágica muerte de 5.000 soldados, el hundimiento de innumerables barcos y la pérdida de la hegemonía naval española ante la Armada británica”.
Como me ha parecido poca cosa y aprovechando una reciente visita al lugar, me dispongo a ampliar, y donde corresponda corregir, algo más lo ya escrito.
Y escribo corregir porque en otra publicación digital de la también Junta de Andalucía —guiadigital.iaph.es—, se nos dice que la torre no tiene su origen en un asentamiento hispano-musulmán, lo que me parece importante y digno de ser aclarado. A ver si a lo largo de esta redacción me queda claro.
Pero con lo de que ninguna manera estoy ni estaré de acuerdo es con la sucinta frase “la pérdida de la hegemonía naval española ante la Armada británica”. Porque si somos justos y no atenemos a lo que realmente ocurrió aquel 21 de octubre de 1805, habría que añadir a aquella pérdida la clara culpabilidad francesa. Que no todo fue mérito de Nelson que, por cierto, abandonó aquel día este mundo.
¿Pero qué voy yo a decir de los franceses de entonces, que no sepamos ya, después del rastro devastador que fueron dejando durante su huida en 1814? Mejor nada, vayamos a la torre.


La Compañía ascendiendo hacia la torre.



LA TORRE:

Se encuentra en el cabo de Trafalgar —del árabe Ra’s Taraf al Ghar, el Cabo de la Cueva—, de ahí su nombre, en el poblado de Caños de Meca, municipio de Barbate. Allí, sobre una pequeña elevación del terreno en el extremo suroccidental del estrecho de Gibraltar, donde el cabo se prolonga hasta tierra firme gracias al tómbolo de arena, se levanta —bueno, hoy malamente se sostiene en pié— la torre, sobre la llamada Punta de Trafalgar, mirando al mar donde se produjo el desastre.



Posiblemente el lugar donde se levanta ya estuvo ocupado por otra almenara musulmana, pero la actual, sin duda, es de origen cristiano.
Además, en las inmediaciones existen algunos yacimientos arqueológicos: uno romano, tal vez un templo dedicado a Juno y una factoría de salazones; y otro que bien pudiera ser un asentamiento musulmán del siglo XIII.
La torre fue mandada construir por Juan Alonso Pérez de Guzmán, VI duque de Medina Sidonia a mediados del siglo XVI, para que, al igual que otras de la costa —por ejemplo la de Castilnovo en Conil de la Frontera—, sirviera de observatorio y protección a las almadrabas de la zona, además de vigilar sobre las posibles incursiones de piratas berberiscos.


Faro y torre.

A comienzos del siglo XVI ya se encontraba en ruinas, por lo que no hubo reparos en utilizar parte de sus materiales —se derribó parcialmente— para la construcción del faro en 1860.
De entonces a nuestros días, su deterioro ha sido progresivo, dado el triste abandono a que desde hace siglo y medio está sometida.





LOS DETALLES:

Es de planta cuadrada y su primer cuerpo es un pronunciado alambor que se apoya en una cimentación de sillería. Este detalle, su planta cuadrangular y otros detalles arquitectónicos, denota que el promotor de su construcción fue el duque de Medina Sidonia, a diferencia de las que fueron promovidas por la corona —encargadas por Felipe II a su comisionado Luis Bravo de Laguna— cuya tipología es más homogénea, con planta circular y forma troncocónica, como las de El Tajo, la de Meca y la de Roche.


La puerta de la torre.

La puerta de acceso estuvo a nivel del suelo, dando a una estancia rectangular en la que se aprecian los arranques de la bóveda. No queda nada de la escalera que comunicaba con el piso superior.
Toda ella fue ejecutada en mampostería, a excepción de las esquinas donde se utilizaron sillares bien labrados y aparejados.
Visualmente se conecta con la Torre de Meca al noreste y con la del Tajo hacia levante.


La playa de Trafalgar desde la torre.






La torre, además de deteriorada, está presa.



RESUMIENDO:

Nombre:     Torre de Trafalgar
Población: Caños de Meca
Municipio: Barbate.
Provincia:   Cádiz.

Tipología:
Torre, torre almenara.
Época de construcción: siglo XVI.
Estado: Desde luego, la torre no vive su mejor momento; su estado es ruinoso y el desinterés de las autoridades por ella es lamentable. Poco más que decir.
Propiedad: Pública, Organismo Público de Puertos del Estado, dependiente del Ministerio de fomento.
Uso: Ninguno, en la actualidad está allí para ser vista. También para ser objeto de lamentaciones.
Visitas: acceso libre en el entorno. La parcela que ocupa, junto al faro, se encuentra vallada y prohibido el acceso.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, desde el 29 de junio de 1985.
El cabo, tómbolo y fondos marinos, fueron declarados, dado su interés geológico, Monumento natural en el año 2001, formando parte de la Red de Espacios Naturales de Andalucía.
Igualmente, la Punta de Trafalgar está protegida desde 2006 como Lugar de Importancia Comunitaria. A lo mejor sería conveniente unificar tanto título.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verla. Pero el mero hecho de visitar y contemplar su entorno, hace obligada la visita,
Otras cuestiones de interés: El faro actual, situado a unos 50 metros sobre el nivel del mar y a pocos metros de la torre, data de 1860 se iluminó por primera vez el 15 de julio de ese año —y en su construcción se utilizaron materiales procedentes del derribo de la torre—. Tiene 34 metros de altura y forma ligeramente troncocónica.


Playa cómo esta de Trafalgar, hace subir la calificación de la torre, aunque casi nadie se fije en ella.

Cómo llegar: