jueves, 26 de abril de 2018

Arquitectura, T

TABIYA:
Denominación árabe del tapial.

TACA:
Pequeña hornacina a modo de alacena que se disponía a la entrada de las habitaciones de los palacios nazaríes para depositar agua y otros alimentos.

TAJAMAR:
Del Diccionario Panhispánico de dudas: "Pieza de la pila de un puente que corta y reparte a ambos lados el agua de la corriente".
Tajamares del puente de Frías (de terranostrum.es)
TAMBOR:
A ver, varios significados:
Torre cilíndrica, conocida también como cubo. Normalmente son torres anchas y de poca altura.
Pequeña defensa circular que se pone delante de las puertas.
Y por último, cilindro o anillo donde se apoya la semiesfera de la cúpula; aunque también puede ser poligonal, generalmente octogonal.
Bueno, el último sería el instrumento musical de percusión, también muy relacionado con el motivo de este glosario.



TAPIAL:
El tapial es una técnica tradicional de construcción de muros que se basa en un molde, o cajón, formado por dos tableros, denominados encofrado. Las capas exteriores del encofrado se recubrían con una capa de cal que le confiere una corteza consistente.
El material, una mezcla de barro y paja apisonada (a veces contenía grava o pequeños cantos), se echa en los cajones preparados sobre los cimientos. Se pisa con fuerza y se golpea con unos mazos para darle consistencia. Así se hace hasta completar toda una fila o "cincho".
Cuando los tapiales secan, adquieren gran consistencia, por lo que se vuelven a montar los maderos consecutivamente sobre el tramo anterior, formando así el muro que recibe genéricamente el nombre de tapial.
Es una técnica que ofrece rapidez, facilidad y economía.
Una TAPIA es un muro realizado con esta técnica.
Murallas de Niebla, ejecutadas con tapial.


de tierrrah.wordpress.com

TÉGULA:
Lo mismo que teja.

TEJA:
Pieza de barro cocido en forma de canal, utilizada para cubrir los edificios.
Se colocan de tal manera que, al llover, una vierte el agua en otras y las últimas lo hacen al terreno, a un canalón, a una limahoya o a otro tejado. Según la colocación de la tradicional teja árabe, ésta se denomina canal si presenta a la lluvia su superficie cóncava y cobija si presenta la convexa. Las cobijas desaguan en dos canales laterales mientras que estas lo hacen en otra canal inferior. También es frecuente el caso de tejados en los que, por economía, solo se colocan tejas canales.

TEJAROZ:
Alero del tejado.

T
ELAMÓN, atlante:
Cada una de las estatuas de hombres —atlantes— que, a modo de columnas, sustentan sobre sus hombros o cabeza los arquitrabes de las obras. Cuando las estatuas son de mujeres, se les denomina cariátide.


TEMPLETE:
Armazón pequeña, en forma de templo, que sirve para cobijar una imagen, o forma parte de un mueble o alhaja.
En arquitectura, pequeño pabellón formado por columnas que sostienen una cúpula.

Templete de uno de los claustros del monasterio de Guadalupe.

TENDEL:
Llaga horizontal entre dos hiladas de ladrillos, sillares o mampuestos.

TERCELETE:
Nervios suplementarios en las bóvedas de crucería, que van desde el ábaco del capitel a las cadenas.

TERCELETE, arco tercelete:
El que en las bóvedas por arista sube por un lado hasta la mitad del arco diagonal.



TESELA:
Pieza pequeña de piedra de color, terracota o vidrio coloreado, en forma de cubo que se emplea en la confección de los mosaicos.
Deriva del latín tessella.

TESTERO:
Pared de un edificio que se encuentra frente a la entrada principal.
También se le relaciona con el muro de la cabecera de la iglesia.

TETRAMORFOS:
Conjunto de los símbolos de los cuatro evangelistas según el Apocalipsis: hombre, San Mateo; buey, San Lucas; león, San Marcos y águila, San Juan.


TÍMPANO:
Superficie plana que se sitúa sobre la puerta de una iglesia a modo de frontón, que es donde se coloca el tetramorfo de la foto de más arriba.

TIRANTE:
Se trata de una pieza de madera o una barra de hierro que impide que se separen los maderos paralelos de una cubierta, o dos muros paralelos.

TIZÓN:
Cualquiera de las dos caras más cortas de un sillar o un ladrillo.
Se dice que una pared está construida a tizón cuando a la vista se ofrece esa superficie. Cuando de forma alternativa una pared presenta sogas y tizones, se denomina a soga y tizón.

TONDO, clípeo, medallón:
Adorno decorativo, de forma circular, rehundido en un paramento, 
normalmente en las enjutas de las arcadas, donde se inserta una pintura, grabado, bajorrelieve etc., generalmente figuras de la antigüedad.
Fachada del Ayuntamiento de Sevilla.

TORAL, arco toral:
Cada uno de los cuatro arcos que, por ejemplo, sostienen la elevación sobre un crucero.
Cimborrio de la Catedral de Burgos.

TRACERÍA:
Adorno arquitectónico con dibujos geométricos combinados,
Bien en piedra o madera, muy utilizado en el gótico, coronando ventanas y arcos y también decorando bóvedas, rosetones, gabletes y pináculos.
Claustro del Monasterio de Batalha, Portugal.

TRANQUIL, arco tranquil  o rampante:
El arco que tiene sus arranques a distinta altura uno de otro.



TRASDÓS:
Superficie que delimita la parte superior de un arco o una bóveda, o sea, la parte convexa exterior.
También la pilastra que a veces se ubica detrás de una columna.
Arco de Trajano, Mérida.

TRIUNFAL, arco triunfal:
En la arquitectura cristiana es el arco que separa la nave de la cabecera del templo, o sea, el que marca el acceso al presbiterio.

TRIUNFO, arco de triunfo:
En la arquitectura romana, el monumento que, con forma de arco, erigía el Senado para celebrar victorias militares.
No es romano pero también es un arco de triunfo.

TROMPA:
Es el elemento arquitectónico que sirve para hacer la transición de una base poligonal a otra circular u octogonal.
Se usa principalmente en los cimborrios.
No confundir con la pechina.


TÚMIDO, arco túmido:
De herradura pero apuntado, 
sus dovelas convergen en la clave formando ángulo agudo u obtuso.
Muy usado en arquitectura mudéjar.

TÚNEL:
Construcción subterránea para paso y comunicación.

TURRIFORME:
Monumento que tiene forma de torre.
Torre de los Escipiones, Tarragona.




martes, 24 de abril de 2018

Carmona, torre de La Membrilla


Cansado de días y días lluviosos de la presente primavera, heme aquí que a los primeros rayos de sol coincidentes con mañana de domingo, decidimos mi perro y yo salir a buscar, y pasearla si fuera posible, la torre de la Membrilla. Torre que está en el término municipal de Carmona y a apenas media hora desde mi casa.
Así que, hala, los dos al coche y carretera A-92 adelante para salirnos en el kilómetro 27 y tomar a la derecha la A-8100, SE-428. Estamos sobre lo que fue el Cordel de Utrera a Carmona. Al poco cruzamos un puente que salva el río Guadaira y a apenas trescientos metros giramos a la izquierda para recorrer un cómodo camino —en su buena época formó parte de la red de Cañadas Reales (en este caso la de Morón) —, que sólo es alterado por algunos badenes embarrados, y que en pocos minutos nos lleva a las proximidades de la torre.
La torre de la Membrilla, en primer plano el arroyo de la Montera.
La torre formó parte de lo que se denominó la Banda Morisca, es decir, que fue una de las muchas fortificaciones que se levantaron para  proteger la frontera de los reinos cristianos del sur (ya integrados a la Corona de Castilla) de las periódicas racias del Reino de Granada.
Desde 1246 en que se delimitó por primera vez la frontera entre el rey Alhamar de Granada y Fernando III, ésta fue modificada en varias ocasiones (con Sancho IV, Fernando IV y Alfonso XI), quedando estabilizada durante más de un siglo, desde la muerte de Alfonso XI en 1350 hasta el inicio de la Guerra de Granada a finales del siglo XV.
En el Libro del Repartimento de Carmona figura como se San Andrés de la Membrilla, un lugar que ya estaba despoblado desde la segunda mitad del siglo XIV, cuando era propiedad de los Fernández Marmolejo, señores de la Membrilla y Alcalá Tejada.
Lo que hoy vemos son los restos de lo que quedó después de que los Reyes Católicos mandaran demoler la fortaleza. Había terminado la Reconquista y por entones fueron muchas las fortificaciones que se derribaron. Permaneció en pié solo la torre, pero hasta 1821: durante el reinado de Fernando VII se ordenó su derribo, quedando tal y como hoy la vemos.

La torre se encuentra sobre un pequeño promontorio que estratégicamente debió representar un buen punto de observación. A la vez queda protegida de manera natural por el cauce del río Guadaira en su ladera noreste. Y más aún, no pude subir al pequeño cerro porque el arroyo de la Montera, casi siempre seco, llevaba toda el agua recogida en esos días y días de lluvia. Este arroyo rodea la loma por el sur para unirse al Guadaira unas decenas de metros hacia el norte. Tal vez en época de estío sea más fácil acceder a ella.
El espacio dedicado al descanso se encuentra muy descuidado, y el cartel no indica nada.
Así que tuve que conformarme con contemplar la torre desde la distancia: a algo más de cien metros y junto al camino por el que llegué, existe una pequeño espacio acondicionado (¿?) para el descanso y la observación. Aunque me da la impresión que hace bastante tiempo
que nadie descansa ni observa desde este lugar. Sentados cómodamente mi perro y yo, leí las pocas notas (lo que en la red he encontrado) que sobre la torre llevé y así hacerme una idea en el lugar de lo que esta atalaya debió ser.



Decía que de la torre sólo nos han llegado los restos de la demolición parcial que sufrió allá por 1821. Lo que hoy vemos apenas es la primera planta, que no sabemos si fue maciza o por el contario hueca y ahora cegada por la tierra.
Evidentemente, y a pesar de la buena posición topográfica que ocupa, debió tener alguna planta más, al menos eso se deduce de su considerable superficie, unos setenta metros cuadrados. Desde su terraza se debió contemplar un amplio territorio: Mairena, El Viso y Carmona hacia el norte; Arahal al este y Utrera al Oeste.
La puerta queda orientada hacia el noreste, protegida por la cercanía del río Guadaira.
Se asienta sobre una base de cantería, continuando con un par de hiladas de rudimentarios sillares nivelados con ripios y guijarros; las esquinas se reforzaron con sillería, y el resto de los paramentos, hasta la altura actual (y así debió de ser en toda su alzada) se ejecutó con tapial y pequeñas piedras que regularmente se nivelaron con verdugadas de ladrillo. Aún se aprecian algunos restos de enfoscado de cal que estuvieron pintados simulando sillares de piedra; técnica que se repite en otras torres y que tenía la finalidad de hacer creer al enemigo, en la distancia, que la torre estaba fuertemente levantada.

Nombre: Torre de la Membrilla o de la Membrillera, que es así como se llama el cerro..
Municipio: Carmona
Provincia: Sevilla
Ubicación: En el cerro de la Membrillera, entre el río Guadaira y el arroyo de la Montera.
Tipología: Torre atalaya.
Época de construcción: hacia
Estado: En pésimo estado, apenas se sostiene su base.
Propiedad:
Uso: se deja mirar.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza.
Visitas: acceso libre cuando los cauces del río y el arroyo que la circundan lo permitan.
Puntuación subjetiva:  1, o sea, si se puede evitar se evita, pero en este caso no, que vivo cerca y ha resultado un agradable paseo por el campo.
Otras cuestiones de interés:

Cómo llegar: lo dije más arriba, pero lo repito ahora de manera secuencial. Autovía A-92 dirección Málaga, kilómetro 27, carretera A-8100 / SE-428, dirección Utrera, camino a la derecha pasado el puente sobre el río Guadaira, no dejar el camino hasta ver a la izquierda la torre.


jueves, 19 de abril de 2018

Arquitectura, S

SAHN:
En la arquitectura árabe, patio porticado anexo a un edificio religioso.
Casi todas la mezquitas tienen un sahn, porticado y con una fuente para las abluciones.
En el caso de edificios privados, la fuente también era utilizada para el baño.
El Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla, antiguo sahn de la mezquita.

SALMER, dovela basal:
Cada una de las dos dovelas inmediatas al arranque de un arco.
También denominada dovela basal (la base del arco).


SARDINEL:
Ladrillos aparejados de canto, normalmente utilizados para ejecutar frisos y pavimentos.

SEPULCRO:
Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo.

SILLAR:
Bloque de piedra tallada de forma escuadrada, regular y lisa que, asentado en hiladas, se utiliza para construir muros y arcos de sillería.
En muchas ocasiones los sillares solo están trabajados en aquellas superficies que quedan a la vista o que ajustan con otros sillares.
Se aplica el término, por extensión, a cualquier piedra labrada usada en la construcción aún variando la forma anteriormente expuesta.
Muro de sillares.

SILLAREJO:
Bloque de piedra de tamaño regular, cortado defectuosamente y labrado irregularmente, más pequeño que el sillar.
Los sillarejos no ocupan la totalidad del grueso del muro ya que suelen tener labrada sólo una cara, o como mucho dos.
Muro de sillarejos.

SILLERÍA:
Obra hecha con sillares, bloques de piedra, bien labrados y colocados en hileras bien trabadas.
También se denomina así a la técnica constructiva en la que se usa la piedra bien trabajada y con bloques de distinto tamaño.
La sillería fue el sistema preferido para construir estas obras, ya que se le suponía mayor resistencia a la hora de hacer frente a las máquinas de asedio. Pero para ello se necesitaba abundancia de material adecuado en las cercanías, preferentemente granito o caliza.
Torre de la iglesia de la Asunción, Villanueva de la Serena; ejecutada de sillería.

SOFITO:
Superficie interior de un dintel y, en general, de un elemento horizontal y corrido, como, por ejemplo una cubierta. 
Palabra algo rebuscada.


SOGA:
Cualquiera de las dos caras más largas y estrechas de un sillar o de un ladrillo.
Se dice que una pared está construida a soga cuando se muestra la citada superficie a la vista.
Muro ejecutado a soga.

SOGUEADO:
Decoración tallada en la piedra, o en otros materiales, que recibe ese nombre por semejar en su dibujo una cuerda gruesa o soga.

SOTABANCO:
Cuando la parte inferior de los retablos de las iglesias, o sea el banco o predela, está compuesto por dos pisos, el inferior recibe el nombre de sotabanco.
En el recuadro, piso inferior del banco, o sea, el sotabanco.



martes, 17 de abril de 2018

Castelo de Vide, murallas y fuerte de San Roque

Está este fuerte, como queda escrito en el título de esta entrada, en Castelo de Vide, municipio perteneciente al distrito de Portalegre, en el Alto Alentejo. Y está sobre una colina en el extremo sureste de la población, lo que aún acentúa más su capacidad defensiva; si Castelo de Vide ocupa una posición privilegiada, sobre la elevada montaña, sus fortificaciones aún la superan pues en las dos ligeras elevaciones de esa montaña, se levantan los dos edificios que, desde el punto de vista militar, destacan en la población: el castillo medieval, ya publicado en esta lacasadelatercia; y al que ahora dedico mi paseo, el fuerte de San Roque, y un vistazo a las murallas que cercan la ciudad.

El castillo de Castelo de Vide desde la puerta del fuerte.


Esas murallas, así como las que a modo de barbacana perimetran el castillo medieval, se levantaron en el entorno temporal contexto —antes, durante y después— de la Guerra de Restauración portuguesa (1/diciembre/1640–13/febrero/1668), a fin de cubrir la necesidad de modernizar las defensas y adaptar las ya existentes a los nuevos métodos de hacer la guerra.
Así que recién comenzado ese conflicto, Castelo de Vide se reforzó de manera considerable, rodeándose la villa con modernas murallas abaluartadas bajo las órdenes del militar portugués Luís Serrao Pimentel, y según proyecto y dirección del ingeniero y militar francés Nicolau de Langres, que fallecería en la ofensiva española contra Vila Viçosa en 1665.

Planta de la "plaza de Castelo de Vide y sus contornos", de Luis Jacob, 1757.

La mayoría de las obras se realizaron entre 1641 y 1644. En un principio sólo fueron trincheras y empalizadas que contuvieron sendos ataques españoles en 1642 y 1647, por lo que se vieron obligados a continuar las obras en 1650 hasta cerrar el cinturón amurallado hacia 1660.
La población quedaba, por entonces, defendida por el castillo medieval al norte, su barbacana y las murallas que rodeaban la ciudad.
Se convertía Castelo de Vide en una plaza militarmente importante. La guarnición superaba en número a sus pobladores: mientras que de estos últimos se contaban unos 1000, los militares eran unos 1200 divididos en un regimiento de caballería y tres compañías de caballería.
Durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1713), la ciudad fue cercada por los españoles, concretamente en 1704, y tomada por tropas de Felipe IV, destruyéndose los lienzos del sureste de la muralla de la villa.
El fuerte de San Roque, por el contrario, fue levantado con posterioridad. Se construyó, por orden de Manuel Azevedo Fortes, entre 1705 y 1710, a la vez que los lienzos del sureste destruidos en 1704, y una nueva puerta de Aramenha, en el punto donde confluían los caminos de Marvao y Portalegre, y se convertiría en el principal acceso a la ciudad.


El fuerte, que completaba las defensas de la villa, quedaba unido a las murallas mediante un camino cubierto que bordeaba una quebrada del terreno. Tiene una planta clásica, en forma de estrella, que se asienta sobre un terreno de topografía irregular, con cuatro baluartes en los vértices de un polígono rectangular.
En 1714 quedaban, definitivamente, terminadas las defensas de Castelo de Vide con la conclusión de nuevos cuarteles para la guarnición. Lo que no evitó que siete años más tarde, en 1801, fuera ocupada sin resistencia, por los españoles durante la que se llamó guerra de las Naranjas, un brevísimo conflicto militar que comenzó el 20 de mayo y terminó el 6 de junio con la firma de Tratado de Badajoz. A pesar de haberse firmado el tratado de paz, la plaza de Castelo de Vide no fue devuelta hasta pasado cinco meses.
Durante la Guerra de la Independencia —que ahora llaman guerra Peninsular por haber afectado a la península Ibérica en su totalidad—, los franceses, al mando del General André Massená, ocuparon la población en 1811 y durante sólo unos meses. Tiempo suficiente para que, al marcharse, la dejaran en muy mal estado, como parece ser fue la constante de aquel ejército. Esa situación llevó a que se abandonara desde el punto de vista militar, con lo que se acentuó su degradación. En 1823 apenas si tenía interés estratégico, aunque seguía manteniendo tropas en su interior.
Años más tarde, la guarnición militar, y en concreto un regimiento de infantería, fue traslado a Évora quedando la ciudad algo desguarnecida. Fue ocupada por las tropas absolutistas de Miguel I durante las que se llamaron Guerras Liberales (Guerras Liberais). En 1834, al finalizar el conflicto, el Ejército Miguelista se rindió.
En 1857 se demolió parte de la muralla en el suroeste, en la llamada cortina de San José, a fin de acceder a la ciudad mediante un nuevo camino. Y en 1891, para desgracia de todos, le tocó el turno a la puerta de Aramenha. Desde entonces parece haber reinado la tranquilidad en la villa de Castelo de Vide, cosa que no había sucedido, como mínimo, desde 350 años antes.
El fuerte de San Roque se encuentra al sureste de la población, en una posición topográficamente elevada desde la que domina y protege Castelo de Vide, y junto con el castillo, que se sitúa hacia el norte y enfrentado a él, controlan estratégicamente toda la ciudad.


Llego a él desde la Plaza de don Pedro V por la Rua de Olivença; atravieso el lugar que fue la localización de la Porta Nova y después el parque de Joao José da Luz. Sigo las indicaciones, camino hacia la izquierda, y dejo al frente el lugar donde estuvo la Porta da Aramenha. El camino me lleva entre dos lienzos de murallas: a mi izquierda un semibaluarte y a la derecha el Cavaleiro do Calvário.

A la derecha, los restos del Cavaleiro do Calvario; al fondo, la garita del baluarte sur del fuerte.

Baluarte orientado al oeste.

Nota didáctica: un Caballero, Cavaleiro en portugués, y en arquitectura militar, es una torre sobre otra torre; lo más común es que a esa torre se la denomine caballera, pero simplemente por hacer coincidir el género de las dos palabras. Es un caballero porque parece cabalgar, o sea, una metáfora visual.

En el caso que nos ocupa, el caballero es un pequeño baluarte construido sobre otro baluarte y de menor planta, evidentemente. Tiene mayor altura, con lo que visualmente el dominio es mayor, y además puede servir de reducto interior.

Garita junto a la puerta.

El camino, en ascenso, me lleva hasta una amplia plaza frente a la fachada suroeste del edificio, donde se encuentra la entrada del fuerte. A ella se llega superando un puente de tres arcos. Un arco de sillería de medio punto, sin ningún adorno ni escudo que seguramente estaban en la coronación del muro que ya no existe, da acceso al fuerte. A la izquierda una iglesia, que está bajo la advocación de San Roque; y poco más allá una cancela de hierro, cerrada, me impide continuar, y la presencia de unos perros me aconseja desistir de cualquier intento.


Puente y puerta de acceso al fuerte.

Hasta aquí mi visita al fuerte de San Roque en Castelo de Vide.

No olvidar: es de planta rectangular con baluartes en sus vértices, es decir, tiene planta de estrella de cuatro puntas.
Todo el conjunto de edificaciones militares, y toda la población, fueron clasificados por el gobierno portugués como Monumento Nacional por Decreto publicado el 23 de junio de 1910.
Iglesia de San Roque; al fondo, la puerta del fuerte.


Peligro, no pasar.