martes, 16 de enero de 2018

Osuna, castillo de Osuna o de los Paredones


Me decido a escribir algo sobre el castillo de Osuna y observo que la documentación que circula por la red es directamente proporcional a los restos que de él resisten:
Es decir, si del castillo apenas si se levanta un muro de tapial, apenas mil palabras encuentro sobre él en no más de cuatro páginas de la red. Bueno, sin exagerar, la verdad es que encuentro más de mil palabras, pero no las suficientes como para redactar una entrada que me quede aceptable. Cuánto lo siento.



Es Osuna de esos pueblos a los que su pasado le da un lustre, mucho lustre. Porque tres mil años de antigüedad son muchos años; hasta tal punto es antigua, que se dice tiene raíces tartésicas.
Los turdetanos ya dieron nombre al lugar, Urso, en honor a la abundancia de osos que había por estas tierras.
Los romanos la conquistan, y refundan, de manos de Marco Antonio a finales del siglo I a.C. y la llamarán Colonia Genetiva Iulia. Aquí se establecieron campamentos y alcanzó tal importancia económica, que llegó a emitir moneda, —conocida como ursón—.
Se cuenta que aquí derrotó Viriato al ejército romano mandado por Quinto Octavio Máximo, y que fue la última ciudad de la península que apoyó a Pompeyo en su lucha contra César.
Un siglo más tarde será Plinio el Viejo que la cite como Colonia Genetiva Urbanorum Urso. Otra vez Urso. Fue aquel un periodo de gran esplendor para la localidad, que comprendió desde el siglo VII a.C. hasta la era visigoda.
De entonces nos queda la necrópolis hipogea y las ruinas de un teatro, depósitos de agua y silos para cereales.

Eso fue una torre.

Con los árabes fue llamada Oxona, los cuales la fortifican, dejándonos la torre del Agua y la Alcazaba, cuyos restos hoy llenan, como pueden, esta página.
En 1239 es reconquistada por el rey Fernando III, y su hijo Alfonso X, en 1264 la entregará a la Orden de Calatrava, creándose la Encomienda de Osuna, con el fin de fortalecer su posición dado el valor estratégico que representaba la cercanía a la frontera con el reino de Granada. Entró a formar parte de lo que se vino a llamar Banda morisca. Los caballeros calatravos se establecieron en la fortificación árabe y restauraron todo el recinto amurallado de la villa.

En el siglo XV, la corona cede la villa a don Pedro Girón de Acuña Pacheco, a la sazón Maestre de la Orden; a uno de sus descendientes —Pedro Téllez-Girón de la Cueva Velasco y Toledo— le será concedido el ducado de Osuna por Felipe II.
Los Duques de Osuna acometen innumerables obras en la ciudad, transformado su paisaje y trama urbana, y la convierten en la población monumental que hoy conocemos.
Concretamente fue Juan Téllez Girón —1494-1558— quien más engrandeció la ciudad, construyendo numerosas iglesias y conventos, un hospital, la Colegiata con cripta ducal y la Universidad. Todo ello en la zona que fue la Osuna medieval.
Mientras, la ciudad va creciendo hacia el llano ampliándose los arrabales y sus calles.
Ya en el siglo XVIII continuó este afán por engrandecer la ciudad; de esta época son el palacio del Marqués de la Gomera y otros muchos edificios de la bellísima calle de San Pedro.

Lienzo de muralla y torre.


EL CASTILLO:

El castillo se encuentra sobre una elevación del terreno que domina la población, al este del núcleo urbano y junto al edificio de la Universidad y la Colegiata.
Y después de esto, la nada. Porque son escasísimos los textos, datos y referencias que se pueden encontrar —o al menos yo no los encuentro— sobre este castillo, y eso que es innegable la importancia que tuvo.
Ya queda dicho que estuvo en una posición de frontera y además fue encomienda de Orden de Calatrava y sede del señorío de Osuna; pero a pesar de ello a principios del siglo XVI, una vez terminada la Reconquista, es abandonado como residencia del señor de Osuna —que se trasladó a Morón—, aunque siguió teniendo un relativo uso militar. Y digo relativo por no decir nulo, pues es probable que en esos momentos ya estuviera arruinado.

Lienzo de la muralla.


LOS DETALLES:

Los escasísimos restos que nos han llegado son obra de los árabes: un lienzo de muralla y dos irreconocibles torres; todo ello de tapial.
Poco más puedo añadir, sólo recordar que Osuna sí fue una plaza fortificada, que tuvo castillo y estuvo amurallada, y que de aquello si apenas quedan vestigios físicos. Vestigios que son proporcionales a los textos existentes sobre ellos.


La Universidad y la Colegiata, desde el castillo.


RESUMIENDO


Nombre: Castillo de Osuna o castillo de los Paredones.
Municipio: Osuna.
Provincia: Sevilla.

Tipología: Castillo.
Época de construcción: sin datos.
Situación: A las afueras del núcleo urbano, muy cerca de la Colegiata y la Universidad.

Estado: En impresentable estado de conservación. Y es que más parece la tapia de unos establos arruinados que los restos de un castillo. Lamentable su estado y entorno; lamentable es un calificativo suave.
Propiedad: Supongo que es pública, aunque en su entorno existan vallas.
Uso: Aún sin definir y sin esperar definición, dada la escasez de restos y el nulo interés que por él se tiene.
Visitas: acceso totalmente libre.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de Junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
En el año 1993, la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a todos los castillos de la región.
La ciudad de Osuna está declarada, desde 1967, Conjunto Histórico Artístico, pero no por su castillo, sino por las innumerables iglesias y palacios que se levantan en el casco antiguo de la ciudad.

Clasificación subjetiva: 1, (nunca un 0, que ningún castillo se lo merece, ni siquiera los desaparecidos).o sea, si se puede evitar se evita, o lo que es lo mismo, sólo si el camino que se recorre, nos lleva o nos hace pasar por allí. Que en el caso de Osuna es muy probable, pues llena está la ciudad y los alrededores, de valores que obligan a una pausada visita.

Cómo llegar:



 

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