Valga aquí como introducción lo mismo que escribí para
el castillo de Arguijuelas de Abajo: dónde se encuentra, cómo llegar, etc. Así
que paso directamente a exponer los escasos datos que encuentro sobre su
historia, que va pareja en el tiempo con la de su primo el del llano. Sobre su
morfología difieren bastante aunque por lo que leo en los textos que la red nos ofrece, parece que hay gente,
mucha gente, que los confunde y cambia sus nombres; incluso algunos ni
siguiera distingue uno del otro y lo
deja, sea el que fuera, en Las Arguijuelas.
Así se ve desde la carretera |
Pero todo eso fue mucho después de su construcción, a
principios del siglo XVI, por parte de Diego de Ovando de Cáceres en las
tierras que heredó de su padre Diego de Cáceres. Lo construye sobre una loma en
la zona más alta de la dehesa de las Arguijuelas, probablemente sobre los
restos de otra fortificación anterior. Y por la fecha en que la construye, no
lo hace para defenderse de los
musulmanes, que hace tiempo se marcharon de por ahí, sino como protección de
sus tierras ante los conflictos que surgían entre nobles —aún había luchas por
la sucesión de Castilla— y caballeros del momento. Y como lugar de residencia,
compatible con la de la ciudad y a semejanza de las edificaciones palaciegas
urbanas. O sea, que ambos comparten también los motivos de su origen y su uso a
lo largo de la historia.
Subiendo, desde el camino. |
La obra la ejecuta Pedro de Larrea (¿o de Ibarra?),
que era maestro de obras de la Orden de Alcántara, y la paga con parte de la
dote de su primera esposa (la del propietario, no la esposa de mi colega)
Teresa Rol de la Cerda. Se gastó el Sr. de Ovando mil ducados de la época, y en
agradecimiento a su señora, mandó colocar sobre la puerta principal de entrada
al castillo, un escudo que contiene las armas de ambos esposos.
La ermita de San Juan |
A lo largo del tiempo se le añaden otras
construcciones complementarias a las actividades agrícolas; y también la
cercana ermita que fue de San Juan y que
dispuso de un retablo pintado sobre tablas por Luis de Morales, el Divino,
que, cuentan, costó más que el castillo. Lástima que dicha obra terminara
repartida (¿?) entre miembros de la familia.
En el siglo XIX su propietario del momento, el Marqués
del Reino, le añadió un pórtico neorrománico y un retablo representando a la
Sagrada Familia como nueva advocación del templo.
Fachada principal, que mira al norte |
El día que paseé el castillo lo encontré cerrado, al igual que las
edificaciones que se encuentran próximas, dedicadas, como el propio castillo,
al negocio hostelero y también agropecuario. Y como tampoco apareció nadie que
pudiera impedir la visita, dediqué un rato a caminar en rededor del edificio.
Puerta de entrada, sobre ella el escudo |
Torre noroeste, y la compañía |
Se levanta la fortificación sobre una planta casi rectangular
(ligeramente trapezoidal) de unos 120 metros de perímetro y algo más de mil
metros cuadrados de superficie. En cada una de sus esquinas una torre: tres
redondas y cuadrada la del ángulo suroeste, que por sus proporciones y aspecto es
la del homenaje.
Las dos torres que cierran la fachada este apenas
superan la altura de los lienzos de muralla; siendo de mayor altura la de la
esquina noroeste, lo que le da más esbeltez a la fachada principal, que se
orienta al norte y es donde se sitúa la puerta. Ésta está formada por un arco
de medio punto y rematada por el escudo de la familia al que hacíamos
referencia.
Fachada sur |
La torre vigía |
El castillo desde la ermita |
Junto a la torre del Homenaje se levanta una estrecha
y alta torre, a la manera de torre caballera, a la que se accede mediante una
escalera de caracol y que servía como punto de vigilancia elevado sobre el
territorio.
Toda la fábrica de los muros exteriores, de más de
1’40 metros de espesor, es de mampostería; sólo encontramos sillares en
elementos concretos como son arcos, jambas y canes bajo el almenado.
Su estructura interior es simple: un patio central,
cuadrado y porticado de dos alturas, distribuye todas las dependencias, las
cuales quedan cubiertas con bóvedas de crucería ejecutadas con ladrillo en
planta baja, que es donde se disponían los espacios dedicados al servicio y de
uso general. En la planta alta se ubicaban las habitaciones de uso más privativo,
que están cubiertas con techos de madera. Este aspecto residencial contrasta
fuertemente con el puramente defensivo de su exterior: altos muros y torres
reforzando sus cuatro esquinas.
Curiosamente,
carece de terrazas, estando toda la edificación cubierta con teja.
Nombre: Castillo de Arguijuelas de Arriba
Municipio: Cáceres
Provincia: Cáceres
Tipología: Castillo palacio
Época de construcción: siglo XV.
Estado: En muy buen estado de
conservación, aunque con reformas interiores y edificaciones externas, para su
adaptación a los usos que hoy tiene: hostelero y agropecuarios.
Como decía
con el de Abajo, ante casos así habrá puristas que se rasguen las vestiduras, a
pesar de que esto sea solución con tal de no verlos arruinados.
Propiedad: Privada
Uso: residencial, agrícola y turístico (hostelero). Vamos, lo que se diría un completo.
Visitas: supongo que estarán sujetas a
los eventos que allí se realizan. Cuando lo visité, accedí con total libertad
(sólo el exterior).
Protección: Bajo la protección de la
Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre
el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural
desde el 3 de septiembre de 1991.
Clasificación
subjetiva: 3,
es decir, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo,
se hará todo lo posible por visitarlo.
Otras cuestiones de interés: el entorno del castillo es digno de ser paseado,
como el olivar centenario de la zona sur alrededor de la ermita, y el jardín
delantero al modo francés.
(es que tengo cierto interés por las puertas y ventanas viejas) |
Y ya
que estamos aquí, es obligatorio visitar el de Abajo (y viceversa). Andando es
un corto paseo.
Cómo llegar:
por la N-630, entre las poblaciones de Aldea del Cano y Valdesalor. Se ve desde
la carretera.
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