lunes, 14 de agosto de 2017

Chipiona, castillo de Chipiona

Hay que ver, con la estrecha, qué digo estrecha, estrechísima relación que existe entre este pueblo y mi ciudad —si hasta sus calles peatonales más céntricas tiene el mismo nombre—, pues resulta que sólo una vez he visitado este pueblo gaditano. Y la visita fue fugaz, que digo fugaz, fugacísima.
Apenas si tuve quince minutos para un paseo exterior por su castillo, pues hasta el horario me contrarió, y hube de conformarme con apenas una docena de fotografías, mientras la compañía —esta vez laboral— me urgía a reanudar otros temas, en aquel momento aparcados.
Estoy en Chipiona, donde se cierra, por levante, la amplia bahía que desde Faro, en el oeste, redondea el sur en un arco casi perfecto, formando el mayor arenal de la Península Ibérica.
Curiosamente pugna con Sanlúcar de Barrameda, pueblo vecino, por estar situada en la desembocadura del Guadalquivir, y seguramente lo esté. Miro con detenimiento un mapa y concluyo, pero sólo como apreciación personal, que sí: que Sanlúcar es sitio de paso y Chipiona el final.

Hola.

Pero el principio de Chipiona parece ser que está en la más remota antigüedad, y que hasta aquí llegó Hércules para robarle el ganado, vacas y bueyes, al monstruo Gerión, que al cuidado de su perro Ortro y del pastor Euritión, pastaban en Eritea, una de las islas Gadeiras. Cuando Gerión intenta rescatar su ganado, Hércules lo mata con una flecha envenenada, firmando así su décimo trabajo; aún le quedaban dos más.
Ya con los romanos se dice que hubo aquí un faro que indicaba a los navegantes por dónde vertía el Betis. Fue mandado construir por un tal Quinto Servilio Cepión, por lo que al faro se le llamó Turris Caepionis, o sea, torre de Cepión, y de Cepión o Caepionis, sólo un paso para llegar a Chipiona.

Pero no se llamen a error, que de aquel faro no queda nada; el símbolo de Chipiona, el faro que hoy luce por las noches es muy posterior, concretamente de 1867 —en el siglo XVII quiso construirse uno, artillado, pero la obra no se llevó a cabo—.

Pues entre el antiguo faro, la probable existencia de la tumba del monstruo Gerión en alguna de las Gadeiras, y algún que otro hallazgo romano, pues ya tenemos la carta de presentación de Chipiona. Que no es poco.
Más adelante, ya con los visigodos reinando, viene la leyenda de la llegada de la figura de la Virgen de Regla desde el norte de África; la tradicional ocultación de la imagen, tras la llegada de los musulmanes, en un aljibe de la ciudadela cerca del actual monasterio — ¿cuántas imágenes de la Virgen se ocultaron en aquellos años para ir apareciendo conforme la reconquista avanzaba hacia el sur?—.
Así que la virgen de Chipiona debió reaparecer después de la conquista del lugar, cosa que sucedió por segunda vez en 1264, por obra y gracia de Alfonso X el Sabio. Su padre, Fernando III el Santo no debió conquistarla como es debido en 1251, pues a pesar de hacerse con ella, la villa volvió a poder musulmán.
En 1297, Alonso Pérez de Guzmán, el Bueno de Tarifa, recibe de manos del rey Fernando IV el Señorío de Sanlúcar que incluía la villa de Chipiona, la cual formaría parte, junto con la de Rota, de la dote de boda de su hija Isabel al contraer matrimonio con Fernando Ponce de León en 1309, pasando la villa de Chipiona a la Casa de Arcos.
En la segunda mitad del siglo XV, Chipiona ya tenía Carta de Puebla, con las ventajas y obligaciones que eso suponía: ordenanzas, regulación de oficios, concesión de solares y construcción de viviendas, puesta en cultivo de tierras, etc.
Y en 1755 llegó el terremoto de Lisboa que aquí se tradujo en un tsunami una hora después. Se inundaron calles y viviendas, y murieron cuatro personas.

Fachada norte, hacia el mar.

EL CASTILLO:

Asentado sobre una roca, junto a la orilla del Atlántico, el castillo de Chipiona tiene un origen incierto; su datación más fiable se fecha en el siglo XIII, que es cuando se cree que Alfonso X manda fortificarlo durante la reconquista de la ciudad de Cádiz Otros estudios dicen que es posterior, apuntando hacia el siglo XV.
Aunque como en casi todos los casos, es casi seguro que su origen esté en otra fortaleza musulmana, totalmente desaparecida pero sin posibilidad de demostrarse esta hipótesis.
Es muy probable que fuera Guzmán el Bueno quien construyera el castillo una vez incorporadas las tierras de Chipiona a su señorío. Con ello protegía, contra los ataques de piratas, la costa en el tramo hasta Rota y el espacio de la desembocadura del Guadalquivir hasta Sanlúcar.

Fachada sur.

El castillo original, se cree, tuvo unas dimensiones muy reducidas; incluso sólo disponía de una planta, Y aunque casi siempre estuvo en uso, lo hizo a base de modificaciones que han ido alterando su aspecto. 
A saber:

Se conocen datos de su rehabilitación allá por 1527, que le añadieron una planta más y modificaron su distribución interna y su aspecto externo. Durante esta época cumplió en sus funciones defensivas y de vigilancia contra los piratas ingleses y holandeses que merodeaban por el Mediterráneo; incluso fue apoyado por una batería costera que se construyó en las proximidades.
Hacia 1650 dejó de tener guarnición militar para cumplir posteriormente con otros menesteres.
A finales del siglo XVII fue sala capitular del Consistorio y casa del párroco; y también cárcel local durante el XVIII.
En la segunda mitad del siglo XIX fue puesto de la guardia Civil y en 1886 fue adquirido por un particular para ser convertido en hotel, época en la que Chipiona tuvo cierta importancia como lugar turístico para clases adineradas —negocio que duró hasta 1989—. De esa época data el aspecto actual del castillo: ampliaciones, divisiones interiores y construcción de la torre.

Detalle del almenado.

A continuación, el castillo quedó abandonado, con lo que le sumió en un estado de deterioro.
Fue reformado a principios de la década de los veinte del pasado siglo, para ser residencia de Carlos de Borbón-Dos Sicilias, bisabuelo del actual rey de España, durante cinco años. Esas obras consistieron, principalmente, en la elevación de las cubiertas. Finalizada su estancia, el edificio volvió a su actividad de hotelera.

Fachada principal.

En el año 2000 fue adquirido por el ayuntamiento que lo restauró y puso en uso a partir de 2009.
En 2012, cuando tuve a bien pasar por el pueblo, era utilizado como Centro de Interpretación de Cádiz y el Nuevo Mundo, además de lugar de celebración de todo tipo de eventos, sobre todo culturales.

LOS DETALLES:

El castillo actual en nada se parece al original. Las numerosas obras de reforma y de adaptación a los usos que ha tenido, lo han desvirtuado en exceso. Son muy numerosos los vanos abiertos en sus muros y las redistribuciones interiores. Todas sus dependencias están cubiertas con bóvedas de arista.
Actualmente mantiene, de su origen, sólo el cuadrado de su planta. La segunda planta fue añadida en el siglo XVI y la torre, adosada a la fachada norte, en el XIX; ésta última también es de planta cuadrada.
Todo el conjunto dispone de almenas y numerosos vanos ojivales, pero sin datar.

Galerías de la planta baja.



RESUMIENDO:

Nombre: Castillo Chipiona
Municipio: Chipiona.
Provincia: Cádiz.
Tipología: Castillo.

Época de construcción: siglo XIII o XV, hay dudas.
Estado: En buen estado de conservación, aunque muy transformado. Las reformas y adaptaciones lo han desvirtuado por completo.
Propiedad: Pública, concretamente del Ayuntamiento.
Uso: Centro de Interpretación sobre las Relaciones de Cádiz y el Nuevo Mundo (¿?). Además de centro de celebración de eventos culturales gestionado por el Ayuntamiento.
Visitas: acceso libre, dado el uso al que está destinado.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, desde junio de 1985.
Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita. Que me perdonen los chipioneros.

Otras cuestiones de interés: Sin duda alguna el faro, el más alto de España. Y es que los faros son esos otros edificios que tanto me fascinan.
Cómo llegar:










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