martes, 7 de febrero de 2017

Alarcón, torre de El Campo o de Armas

Iniciamos pues el paseo, previsto mientras dejábamos que la vista se perdiera en uno de los paisajes más espectaculares que un servidor, amante sin restricciones de castillos, torres, murallas y piedras viejas en general, haya podido ver.

 Y el paseo lo inicio por lo primero que encuentro, que es la solitaria y esbeltísima torre de El Campo, desde la que se domina visualmente toda la población de Alarcón, su castillo y murallas, y las dos torres de la península del norte, la de los Alarconcillos y la de Cañavate.

 Es llamada así porque se orienta hacia las afueras de la villa, hacia el campo, pero que también llaman de Armas y que va a llenar, por ahora, toda mi atención y la de esta nueva página de lacasadelatercia.


El escudo del Infante Juan Manuel en la fachada sur.

 Fue levantada en el siglo XIV por orden del Infante don Juan Manuel, el del Conde Lucanor, en el siglo XIV; de ahí que en su fachada sur esté el escudo del Infante.

No es sólo la torre la que lleva ése nombre, pues a su lado, protegida y segura, está la puerta que también llaman de El Campo. Se construyó la primera para defender a la segunda que fue, según su situación, el acceso al primero de los tres recintos amurallados que tuvo Alarcón. Defendía el estrecho paso que es el istmo natural que constituye el único acceso a Alarcón por el sur.

Esta torre, por su ubicación y tipología forma parte de ese grupo de fortificaciones denominadas, de aproches, que son las que se construyen en esas zonas desde la que el enemigo puede ejecutar todos esos trabajos también llamados así —aproches: conjunto de trabajos que se hacían para atacar una plaza y acercarse a batirla, como las trincheras, paralelas, baterías, minas, etc. (drae) —; su construcción viene definida, por tanto, de la necesidad de evitar esos trabajos por parte del enemigo atacante. 

Pero también es esta torre tiene otro nombre: fortificación de padrastro, ya que está construida en una elevación del terreno, un padrastro, próxima a un castillo y a una distancia óptima para hostigar a éste; pero en nuestro caso, su construcción trata de impedir que el enemigo acose desde ese punto. Por sus características y su buen estado, se la podría considerar una de las mejores torres de este tipo que existen en la Península.

Hagamos extensivo, todo lo anterior, a la otra torre situada al oeste, opuesta en el mapa y hermana casi gemela a esta, que es la de Cañavate. Pero ya llegaremos a ella.


Tan necesaria fue su construcción y estratégica ésa mota del terreno frente a Alarcón, que incluso se la dotó de plaza de armas de cerca de mil metros cuadrados, por lo que se podría decir que es algo más que una torre, es todo un castillo.

Y es que ésa era la única zona accesible a la ciudad, el istmo natural que la unía con tierra firme. Por el resto de sus lados, estaba rodeada y protegida por el río Júcar. Era por tanto el único acceso al castillo.

Además, desde ella se divisaba una gran extensión de terreno, incluyendo al norte el meandro, las demás torres atalaya e incluso el interior de Alarcón, su castillo y las murallas y puertas anteriores a él.


Construida en planta pentagonal —curiosamente el interior es de planta cuadrada, estando macizada toda la vertical del ángulo más agudo—, se la denomina según esa tipología como torre tajamar, igual que las pilas de los puentes en la cara que se opone a la corriente del río. El espolón de su planta queda orientado, como es natural, hacia el exterior del recinto, en este caso al este.

Igual tipología, planta pentagonal exterior y cuadrada interior, tienen sus torres hermanas de El Calabozo y de El Cañavate.

El acceso a la torre se hacía, se hace, por su fachada oeste, mediante una puerta con arco de medio punto situada a unos seis metros del suelo y una escalera de fábrica a la que en la actualidad le falta su segundo tramo. Su interior se divide en cuatro plantas, baja más tres, alcanzando una altura de unos 24 metros.

Todos sus muros están ejecutados en sillarejos pero con sillares en las esquinas, y presentan numerosos huecos repartidos en todas sus fachadas a intramuros: los más grandes, de estilo gótico, trilobulados y con sillares; el resto, cuadrados y aspilleras.

Sobre la ventana el escudo del Infante don Juan Manuel.

En la fachada sur, bajo el escudo del infante Juan Manuel, se abre una ventana con arco apuntado a cuyo alrededor se observan cuatro mechinales que bien pudieron servir para soportar la estructura de madera de un cadalso.

De las fachadas de la proa sólo una tiene huecos: una aspillera y un ventanuco cuadrado.

Ha perdido todo su almenado pero aún conserva las mensulillas que soportaban los matacanes, uno por cada una de las fachadas interiores. Las dos fachadas exteriores no tuvieron matacán.

A pesar de estar desmochada, sus más de veinte metros de altura le dan una esbeltez casi arrogante.

La Puerta del Campo, al fondo el castillo.

Decíamos que la torre de El Campo protegía la puerta del mismo nombre, la Puerta del Campo, formada por un arco de medio punto de sillares situado en la muralla coracha, que parte desde la torre y, siguiendo la dirección norte-sur, se dirige hacia el río. 


La puerta del Campo, intramuros.


La Puerta de El Campo, extramuros. Arriba, el escudo de don Juan Manuel.

El foso excavado en la roca.

Sobre ella, volvemos a ver el escudo de don Juan Manuel, algunas aspilleras para fusilería de cuando las Guerras Carlistas en el siglo XIX, y un almenado hoy ausente.

Tuvo foso, excavado en la roca, y puente levadizo.


Desde aquí te recreas con el panorama, demasiado tiempo quizás, y al final del día te arrepentirás de ello, porque no habrás llegado a abarcar tanto y tanto en tu paseo. Como otras veces piensas que en otra ocasión lo completarás, que tampoco hay que abusar de la tolerancia de la Compañía.

Lo más probable es que esa otra ocasión no llegue jamás. No importa, existe internet.


Torre y puerta desde el interior del primer recinto amurallado.







Nombre: Torre del Campo.
Provincia: Cuenca.
Municipio: Alarcón.
Localidad: Alarcón.
Tipología: Torre atalaya (casi un castillo, aunque suene poco técnico).
Época de construcción: primera mitad del siglo XIV.
Estado: En buen estado de conservación, aunque el hecho de que su acceso sea libre, puede perjudicarla.
No le vendrían mal alguna obra puntual de consolidación.

Propiedad: pública, del Ayuntamiento de Alarcón.
Uso: ningún uso concreto.
Visitas: El acceso es libre al interior del recinto. No lo es a la torre.
Protección: toda la población está declarada Conjunto Histórico
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Clasificación subjetiva: 2, si bien todo el conjunto de fortificación de Alarcón merecen un 3*es decir, que no hay que perdérselo bajo ningún concepto, o lo que es lo mismo, hay que verlo antes de morir.

El castillo de Alcorcón desde la torre.

Otras cuestiones de interés: Todo el pueblo de Alarcón, las murallas, las torres y su castillo.

nota:
error, he rotulado las fotos con fecha del año 2017, cuando la visita la realicé en 2016.







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