martes, 5 de marzo de 2024

El Barco de Ávila, castillo de Valdecorneja

Nombre: Castillo de Valdecorneja o del Barco de Ávila.
Localidad: El Barco de Ávila
Municipio: El Barco de Ávila.
Provincia: Ávila
Tipología: Castillo
Época de construcción: siglos XII-XIV.

Situación:
El castillo de Valdecorneja está en El Barco de Ávila, un lugar que puede y debe vanagloriarse de antiguo. Ya los romanos se instalaron en un castro que los vetones habían construido tiempo antes en la colina que domina la población, reconstruyéndolo, evidentemente; y lo comunicaron con su vía de la Plata mediante un puente sobre el Tormes.
Unos siglos después, los musulmanes pueblan el lugar y hacen que estas tierras vivan una etapa de esplendor, gracias a la agricultura. A esa situación, la del esplendor, también ayudó la presencia de una comunidad judía, que fue la encargada de realizar trabajos artesanales y artísticos.
Tras su reconquista, el rey Alfonso VI (1040/1109) creó el señorío de Valdecorneja y se lo donó a su hija Urraca (Urraca I de León), casada con Raimundo de Borgoña, a fin de que repoblaran el lugar.
Recibió de Alfonso VIII, el de las Navas, un Fuero propio que, por cierto, fue robado por los franceses en su retirada al finalizar la Guerra de la Independencia. Este fuero establecía, entre otros derechos y deberes para con autoridades y vecinos, el de culto, además de fijar sanciones para algunos actos y acciones.
El señorío de Valdecorneja, junto a otros pueblos de la comarca, fue donado por Enrique II de Trastámara, a principios del siglo XIV, a la casa de los Álvarez de Toledo —en concreto al I Duque, García Álvarez de Toledo y Enriquez, 1424/1488—, que convertiría la población en su segunda morada, con lo que fue ganando en importancia.
De este pueblo partieron muchos hacia América tras el descubrimiento. El primero, dicen, fue un tal Juan del Barco que ocupó plaza en la Santa María. Pero tal vez sea esto sólo una leyenda que juegue a favor de la historia del pueblo: es fácil pensar que por entonces muchos se “apellidaran” según su profesión, y del Barco suena a uso corriente. De hecho, hay documentos que nos hablan en el segundo viaje de Colón, a bordo de la Gutierre, de otro barcense llamado Antón del Barco; y en la Niña, o sea la Santa Clara, nuevamente otro Juan del Barco.
Anécdota: El Barco de Ávila fue fin de una etapa en el viaje que el emperador Carlos realizó hasta Yuste, en concreto el día 10 de noviembre de 1556, permaneciendo en la villa unos días.
En la división provincial de Javier de Burgos, de 1833, El Barco de Ávila quedó incluido en la provincia de Ávila; antes lo había estado en la de Salamanca.
El castillo desde la orilla izquierda del río Tormes.
Datos históricos:
El castillo se encuentra situado en el punto más elevado de la población, dominando el río y el viejo puente. No en vano es el mismo lugar que eligieron musulmanes y romanos; y antes, vetones. El no haber cambiado en toda la historia de ubicación denota la idoneidad del lugar.
El primitivo castillo fue construido en el siglo XII por Raimundo de Borgoña, y reconstruido en el XIV. La fisonomía actual se debe a las obras realizadas por el III duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, que estableció en él su segunda morada. Sin embargo, enseguida se les hizo pequeño y falto de comodidades, pues su construcción siguió patrones puramente militares y no palaciegos, por lo al poco tiempo se prescindió de su uso.
Como no pudo ser de otra manera, durante la invasión francesa de 1808 fue ocupado por tropas invasoras, las cuales no tuvieron mucho miramiento con él, produciendo graves deterioros, que se agravaron posteriormente con el expolio de piedras, e incluso elementos completos —columnas, arcos, y hasta una puerta completa—, para su uso en construcciones en el pueblo.
Entre los años 1851 y 1904, al igual que muchos castillos españoles, fue utilizado como cementerio, lo que provocó un cierto “desprecio” al edificio, a la vez que un considerable deterioro, ya que se demolió toda edificación interior y se abrieron huecos en los muros
En la actualidad se encuentra en muy buen estado, tras las restauraciones de 1985 y 2004, conservando todo su perímetro y la torre del Homenaje.
Esquina sur.

Descripción, arquitectura y construcción:

El castillo, de marcado estilo gótico, es de planta cuadrangular y ocupa unos 1700 metros cuadrados. Los vértices del cuadrado, que se orienta a cada uno de los puntos cardinales, se rematan con torres de planta circular. La fortaleza tuvo foso y escarpa y, por lo tanto, puente levadizo; de eso nada queda, ni rastro.
La torre del Homenaje, de planta rectangular, parte en dos el lienzo sureste. En su fachada se abren una ventana geminada y más abajo una saetera. Entre esta torre y el torreón oriental, se encuentra la puerta principal de acceso. Ésta es de traza gótica: un arco apuntado de sillares. Sobre la puerta vemos una estrecha ventana cuyo dintel recuerda un arco trilobulado, pero de trazado recto.
En el resto de fachadas se abren poco huecos: en el suroeste, tres pequeñas ventanas de arco rebajado; en el noreste sólo algunas troneras; y en el noroeste, tres ventanas cuadradas más una geminada como la del lienzo opuesto, más otra puerta, más pequeña que la principal, también de arco ojival apuntado. 
El patio de armas, del que no queda nada, pues el interior del castillo está vacío, estuvo rodeado por una doble galería de arcos y columnas románicas, rematada con una crestería gótica. En su centro dispuso de un pozo.
Destaca sobremanera la sucesión de ménsulas trilobuladas que perimetra todo el edificio, lienzos y torres, que soportaba el almenado; a excepción de la del Homenaje que está desmochada, pero que hemos de suponer que también tuvo esas ménsulas. En el centro de cada uno de los lienzos, a excepción del de la torre del Homenaje, se sitúan unos pequeños garitones sobre los que se prolongan las ménsulas trilobuladas.
Puerta de acceso junto a la torre del Homenaje.
Fachada sureste, en el centro, la torre del Homenaje.

Fachada suroeste.
Puerta en la fachada noroeste.
Ventana geminada sobre la puerta de la fachada noroeste.
Uno de los tres garitones.
Esquina norte, de la que parte un lienzo de la muralla urbana.

Materiales: Todos sus muros están ejecutados con mampostería bien trabajada, incluyéndose sillares en las esquinas de la torre del Homenaje, en la formación de huecos y otros elementos. 

Estado: En buen estado de conservación tras las restauraciones de 1985 y 2004; conserva todo su perímetro (recinto exterior) y la torre del Homenaje. En el interior no hay ninguna edificación.


Bonita perspectiva del castillo.

Propiedad actual: Privada, pertenece a la Casa de Alba. Aunque en alguna web leo que es propiedad municipal.
Uso: Actos culturales.
Visitas: Cerrado al público —al menos así estaba cuando lo visité, y no había ningún aviso en la puerta que indicara lo contrario—, sólo se abre en eventos culturales.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.

Calificación subjetiva: 3, o sea, Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Y es que su situación, y el núcleo urbano hacen muy atractiva una visita a ese lugar.
Otras cuestiones de interés: como no podía ser de otra manera, en este castillo también se tiene la leyenda del túnel, que en nuestro caso lo unía con la torre del Prado Cubo, al otro lado del río Tormes.
Cómo llegar:


Coordenadas:
40.3592753289974, -5.525125323832784




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