martes, 12 de marzo de 2024

Arévalo, castillo de los Zúñiga o de Arévalo

Nombre:     Castillo de los Zúñiga o de Arévalo.
Localidad:  Arévalo.
Municipio: Arévalo.
Provincia:  Ávila.
Tipología: Castillo.
Datación:  Siglos XII - XVI.

Situación:
Estamos en Arévalo, al norte de los montes de Ávila, en La Moraña, comarca de larga tradición cerealista. Y es aquí donde encontramos el castillo al norte de la población, sobre una meseta que se asoma a la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo; éstos discurren, paralelos, a ambos lados de la ciudad, sirviendo por tres de sus lados como foso natural.
Esta población fue fundada a finales del siglo XI, hacia el 1085/1090, cuando la zona fue repoblada tras su reconquista, siendo muy pronto amurallada, y transformándose, a lo largo de la Edad Media, en un importante centro económico y de comunicaciones. Alfonso VI le concedió fuero propio, al igual que Alfonso X. Su prestigio fue tal que llegó a acuñarse la frase “quien señor de Castilla quiera ser, a Arévalo y Olmedo ha de tener”.
En Arévalo convivieron cristianos, judíos y moros, lo que dio a la arquitectura civil y religiosa de la población un marcado estilo mudéjar.
A la muerte de Juan II en 1454, la villa pasó a manos de su viuda, Isabel de Portugal, a quien se la quitó Álvaro de Zúñiga y Guzmán cuando obtuvo el señorío y ducado de Arévalo que ostentó desde 1469 a 1480, tras la donación que le hace el rey Enrique, pero con la firme oposición de su hermana Isabel. En 1480, hubo de devolver Álvaro de Zúñiga sus posesiones a Isabel de Portugal, la madre de la futura Isabel I, una vez finalizada la Guerra de Sucesión —1475-1479— entre Isabel y Juana la Beltraneja, en la que el duque había tomado parte por ésta última. Entre aquellas posesiones estuvo la villa de Arévalo y su castillo.
Aquí, en Arévalo, se convocaron cortes con Enrique IV, su hermana Isabel pasó parte de su juventud; y Alfonso, hermano de ambos, estableció su corte cuando fue pretendiente al trono de Castilla frente a su hermano.
En este lugar se ratificó el Tratado de Tordesillas el 2/julio/1494, y unos años después pasó por aquí, siendo un adolescente, Ignacio de Loyola, que residió en la población durante diez años.
Imagen del castillo hacia 1850, Francisco Javier Parcerisa.


Datos históricos:
Fue en la segunda mitad del siglo XV cuando, sobre los restos de la muralla levantada en el siglo XII —una de las torres o una puerta—, o una torre ya existente, se edificó parte del actual castillo, a instancia del ya mencionado primer Duque de Arévalo.
El castillo fue residencia, hasta su muerte, de Isabel de Portugal, madre de la que sería reina, Isabel I, que también residió, junto a su hermano Alfonso, en el castillo hasta los diez años de edad, bajo la tutela de su tío, el arzobispo Alonso de Fonseca. Algunas fuentes señalan que no, que la pequeña Isabel vivió en un palacio de la villa.
Ya con los Reyes Católicos, fue ampliado y adaptado a los cambios en los modos de hacer la guerra, en cuanto a la pirobalística se refiere. Se puede por ello considerarla como una fortaleza (hay tantas en España) en transición entre los castillos medievales y renacentistas. De esta época data la ampliación triangular de la zona norte, que lo convierte en la característica planta pentagonal.
Terminada la Guerra de las Comunidades —1520-1522—, el castillo entra en un tiempo de declive, siendo dedicado a prisión, y encerrando entre sus muros a Juan de Palafox y Mendoza, por orden de Felipe II; Pedro Téllez-Girón Velasco, duque de Osuna, por orden de Felipe III, y más tarde el príncipe Felipe Guillermo de Orange-Nassau, que fue hecho prisionero en aguas de Gibraltar.
Mucho antes, también estuvieron encerrados aquí: Blanca de Borbón, esposa de Pedro I, en 1353; Fadrique Enríquez, Almirante de Castilla; y los reyes Juan II y Enrique IV de Castilla.
Las guerras, la de Sucesión y la de la Independencia, lo deterioraron considerablemente, quedando desvinculado de la Corona tras las Cortes de Cádiz en 1812.
Durante el siglo XIX, y siendo ya propiedad del Ayuntamiento, fue utilizado como cementerio y después como cantera, o sea, que fue expoliado.
En 1953, y dado el poco interés que el Ayuntamiento mostraba por el castillo, es cedido al Estado, y su torre del Homenaje transformada en silo de trigo. Con esta medida, el destino del castillo cambió y, de estar abocado al olvido pasó a tener un nuevo uso que con el tiempo terminaría teniendo, rehabilitado y consolidado, una nueva función como museo.
A principios del siglo XXI es reformado y rehabilitado, adquiriendo el estado que hoy nos ofrece.
Fachada este.

Fachada oeste.

Descripción, arquitectura y construcción:
El castillo de Arévalo es considerado como un modelo de la arquitectura militar en la transición del Medievo al Renacimiento, aunque sin adjudicarle ningún estilo concreto. Sin desterrar su origen mudéjar, se distingue en él la clara influencia italiana de principios del siglo XVI.
Su planta actual, que es sólo parte de la original, está formada por dos volúmenes adosados, uno triangular al norte y otro rectangular. Podemos considerar por tanto que tiene planta de pentágono irregular, reforzándose tres de sus esquinas con torreones cilíndricos; tuvo un cuarto torreón en su vértice suroeste que no fue incluido en una restauración de dudoso criterio. La esquina orientada al sureste es ocupada por la potente Torre del Homenaje, elemento que, por sus dimensiones, 26 metros de altura, y su peculiar forma, identifica y hace reconocible el castillo; su lugar estuvo, anteriormente, ocupado por otro torreón de estilo mudéjar.
En su fachada principal, la orientada al sur y hacia la villa, se aprecian restos de construcciones de lo que fue un baluarte artillero que completaba la defensa y también el foso que por ese lado lo protegía. Ese era el lugar más débil, ya que por los otros tres estaba rodeado por los ríos Adaja y Arevalillo, y por la confluencia de ambos. En las reformas efectuadas al final del Edad Media se prescindió de la barbacana que lo rodeaba.

Foso y resto del baluarte artillero.

La Torre del Homenaje es de planta semicircular, peraltada, ejecutada totalmente en piedra, pero con remates en ladrillo, no originales, producto de la restauración ya citada, que también la privó de su parapeto curvo con troneras del siglo XVI. En ella se ejecutaron almenas de ladrillo, al igual que en el lienzo sur de la fachada principal.
El resto de muros, cuya altura varía de 15 a 25 metros, está rematado con una cornisa perimetral de modillones sobre la que se apoya el antepecho a barbeta, parapeto corrido para protección y emplazamiento de piezas artilleras. Los lienzos oeste y este están reforzados con un garitón, en el centro, cada uno de ellos.
En el lienzo oeste se abren cuatro grandes troneras de arcos escarzanos, que destacan en tamaño sobre el resto de saeteras que salpican sus muros. Otras troneras, rasantes al parapeto, vemos en las torres cilíndricas.
Troneras del lienzo oeste.

Materiales: en gran parte del castillo se utilizó la piedra, en sillares no muy bien labrados obtenidos de las construcciones anteriores; en el resto predomina el ladrillo, fruto de sucesivas reformas y ampliaciones. A excepción de la torre del Homenaje que se completó totalmente de piedra.
Estado: En un magnífico estado de conservación, a pesar de los trabajos realizados a mediados del siglo pasado, más encaminados a evitar la amenaza de derrumbes y desprendimientos, lo que ha llevado a restauraciones poco acertadas, en las que se han falseado algunos elementos y añadido otros totalmente nuevos, como es el caso del almenado de la fachada sur y de la torre del Homenaje.
A pesar de ello hay que valorar que su adaptación al uso actual ha hecho que su estructura general haya quedado consolidada.
Esquina noroeste.

Esquina noreste.

Propiedad actual: Pública, Ministerio de Agricultura. Está gestionado por el Fondo Español de Garantía Agraria.
Uso: Turístico; actualmente la torre del Homenaje está musealizada, dedicada al cultivo de los cereales y a la función que tuvo como silo. También es utilizado como centro de actividades culturales y recepciones oficiales.
Visitas: abierto al público durante los fines de semana y días festivos, lo cual no coincidió con el día de mi visita, por lo que hube de conformarme con el exterior.
Protección: el castillo está integrado dentro del Conjunto Histórico de Arévalo, declarado con fecha 21/marzo/1970.

Calificación subjetiva: 3 Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Pero esto es sólo para el castillo, porque tomado el pueblo como un todo, la calificación sube considerablemente.
Otras cuestiones de interés:
En 1953, el castillo pasa a formar parte de la Red Nacional de Silos y Graneros de cereales, ya que la producción de estos productos quedaba planificada y controlada por el Estado. Fue uno de los cuatros castillos que se dedicaron a este menester; los otros tres fueron: Torrelobatón, Montealegre y Encinas de Esgueva, los tres en la provincia de Valladolid.
La villa de Arévalo, Conjunto Histórico Artístico, contiene bellas muestras del mudéjar, como la ermita de la Lugareja o de Santa María, y la iglesia de San Martín. Aún se mantienen en pie algunos restos de la muralla de la villa.
Cómo llegar: Desde Ávila, a unos 50 kilómetros, tomar la N-403 hasta La Estación, y desde aquí, por la A-6/N-VI hasta Arévalo.
Desde Madrid, a 126 kilómetros, todo el camino por la AP-6/A-6.
Accesos: Una vez en Arévalo, llegar hasta el castillo es fácil, andando y en coche; fácil aparcamiento en las proximidades.
Coordenadas:
41.0697 N - 4.7208 O




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