Localidad: Arenas de San Pedro.
Municipio: Arenas de San Pedro.
Provincia: Ávila
Tipología: Castillo.
Datación: siglo XV, 1400/1422.
Situación: se encuentra en el centro de la población de Arenas de San Pedro, muy cerca del río Arenal.
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Esquina noroeste del castillo. |
Datos históricos: fue mandado construir, en 1400, por el condestable Ruy López Dávalos (Úbeda 1357-Valencia 1428) como muestra de su poder cuando, tras segregar las aldeas del Valle del Tiétar del Alfoz de Ávila, lo que sucedió hacia 1393, añadió aquellas a sus señoríos. Fue el rey Enrique III quien mandó ejecutar tal segregación, a la vez que otorgaba Carta de Villazgo a Arenas.
Cuentan que pretendió construir el castillo e instalarse en la aldea de El Colmenar, la actual Mombeltrán, pues era un lugar mejor comunicado, dada su proximidad al Puerto del Pico, lugar que era paso natural de la Cañada Real Leonesa Occidental, además de formar parte de uno de los caminos que se utilizaban entre Sevilla con Santiago. Pero se encontró con la fuerte oposición de los habitantes de la zona, que veían en el futuro castillo un claro símbolo de sumisión. Es de suponer que en Arenas no existía ese sentimiento, así que allí se fue el condestable a construir su castillo.
Los lugareños, del pueblo y la comarca, tuvieron que aportar a la construcción no sólo un tributo económico, sino que además muchos contribuyeron con su trabajo y bienes materiales, caballerías, carretas y herramientas.
Su construcción finalizó hacia 1422, pero los tributarios vieron como el impuesto, para su desgracia, siguió en pie algún tiempo más.
Tras la caída en desgracia (toma partido por Aragón en vez de Castilla) y posterior destierro del Condestable, lo que provocó la fragmentación de los señoríos, se hizo con el castillo y el pueblo de Arenas, Rodrigo Alonso Pimentel, segundo Conde de Benavente. Una hija de éste, Dª Juana de Pimentel, casó con Álvaro de Luna, también Condestable de Castilla, recibiendo como dote el señorío y su castillo. El matrimonio convirtió el castillo en una de sus residencias preferidas.
A la muerte de Álvaro de Luna —apuntar aquí que murió decapitado por orden de Juan II— en 1453, su viuda comenzó a firmar sus cartas y demás documentos como la Triste Condesa, en memoria de su marido ajusticiado. Durante esos años pleiteó y peleó contra el rey, reclamando sus propiedades y las de su marido.
Cuando su hija María casó con Íñigo López de Mendoza, segundo Duque del Infantado, el castillo pasó a dominio de este último. En él nació Diego Hurtado de Mendoza (uno de los muchos con tal nombre y apellidos) y Luna, conocido como “el Grande”, que tuvo una larga lista de títulos y además participó en la batalla de Pavía
tomando prisionero al rey francés Francisco I.
Perdido su uso militar, sus propietarios rellenaron el foso, quitaron el puente levadizo y demolieron la cerca. Convirtieron sus dependencias en estancias palaciegas y lo que fue un edificio fuerte pasó a ser una residencia señorial.
Estuvo en propiedad de los Duques del Infantado durante los tres siglos siguientes, llegando a deteriorarse considerablemente. Tanto que, cuando el Infante Don Luis de Borbón decidió trasladar su residencia a esta localidad en 1778, le fue imposible alojarse en él, por lo que decidió construir un palacio —el palacio de la Mosquera—, en el que vivió hasta su muerte.
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Del año ...? (de todocoleccion.net) |
Durante la Guerra de la Independencia estuvo ocupado por tropas francesas que, se dice, lo incendiaron; aunque también se cuenta que lo fue durante la Primera Guerra Carlista. Esa imagen, la del castillo incendiado, ha quedado plasmada en el escudo municipal, en cuyo campo se representa un castillo incendiado, de aspecto muy parecido al real, y con un lema en la bordura que dice: SIEMPRE INCENDIADA Y SIEMPRE FIEL.
Se pretendió, tras la Guerra de la Independencia, convertirlo en cementerio, pero se encontró con la fuerte oposición de su propietario por entonces, Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo, XIII duque del Infantado y unos cuantos títulos más. Su hijo, Manuel Álvarez de Toledo lo cedería al Ayuntamiento en 1853, pero bajo una serie de condiciones, la más curiosa fue que el Duque debería recibir anualmente una fanega de trigo. Aquel condicionado no pudo evitar que durante muchos años se ultilizara como camposanto.
Su uso como cementerio obligó a demoler todas las dependencias interiores, por lo que actualmente está totalmente vacío.
Descripción, arquitectura y construcción:
lo primero que destaca en el castillo de Arenas de San Pedro es su ubicación, una de las zonas más bajas de la población, no encontrándose explicación a este hecho. Se dice que pudo ser por las prisas, pues ante la negativa de los pobladores de El Colmenar, y la necesidad de edificarlo, no se planificó la obra como es debido. Claro que también es posible que el lugar elegido lo fuera por la proximidad al río Arenal, afluente del Tiétar, lo que le daría un elemento defensivo más. Además, el lugar posee un afloramiento de granito, por lo que el castillo apenas si tiene cimentación.
De estilo gótico, su tipología es propia del momento histórico en que fue construido: aúna las características de una fortaleza —dando aspecto intimidatorio hacia la población— con las del edificio señorial del siglo XV.
Mi Compañía de paseo por el camino de ronda. |
Es de planta cuadrada, 51 metros de lado, y en cada vértice se levanta un torreón circular de 16 metros de alto y 7 de diámetro, ligeramente más altos que la muralla; estos torreones son huecos, y en dos de ellos, los de los vértices suroese y sureste, aún se conservan una letrina. Dos de ellos, los que flanquean el lienzo oriental, permanecen almenados; mientras que los otros dos están desmochados y deteriorados.
Sus lienzos norte, sur y oeste se refuerzan en el centro con sendos cubos de planta rectangular, 6 por 4 metros, y misma altura que la muralla, sobresaliendo en todo su volumen de la muralla. Esos torreones cuadrangulares son macizos en toda su altura actual, pues debieron tener una planta más que sí era hueca.
Sus muros tienen unos dos metros de espesor y una altura de entre 8 y 14 metros, según la cota del terreno.
Tiene dos accesos: el principal se abre en su fachada este, protegido por la torre del Homenaje; se trata de un arco de medio punto ejecutado con sillares en sus jambas y dovelas. Otro acceso —una poterna— está en su fachada opuesta, la más cercana al río, pero en este caso el arco es apuntado. Ambas puertas, que eran defendidas por matacanes, lucen escudos, de los que sólo uno es identificable, y así lo hace Edward Cooper en su Castillos Señoriales en la Corona de Castilla:
“El único escudo fácilmente legible está encima de la poterna: pertenece al apellido Dávalos”.
El otro escudo, el de la fachada principal, tiene el mismo marco trebolado que el anterior, pero su interior está borrado.
El patio de Armas se encuentra actualmente libre de edificaciones que, en su momento, tuvieron un aspecto palaciego. Las dos plantas que tuvo en su alrededor fueron demolidas para conseguir el mayor espacio posible cuando fue reconvertido en cementerio; es por lo que hoy sólo podemos ver sus muros perforados por los mechinales de las vigas de los distintos forjados., y otros restos, como una chimenea. A pesar de ello se conservan numerosos huecos y ventanas geminadas, y enmarcadas en alfiz, en sus muros que nos dan una idea del estilo y buen gusto con que fue construido.
La torre del Homenaje sobresale de su fachada oriental, junto a una de sus puertas.
Es de planta rectangular, de 23 por 11 metros, muy voluminosa y esbelta, sobresaliendo 10 metros sobre el adarve —unos 26 metros en total—; está dividida en cuatro plantas, y en cada una de sus caras, a excepción de la orientada al interior del castillo, aún se conserva un matacán en cada una de ellas.
Se accedía a ella desde el adarve por dos puertas opuestas situadas en los lados mayores de la torre—actualmente tiene abierta una puerta desde el patio de armas, junto a la puerta principal del castillo—, y desde la planta segunda del palacio, como se puede comprobar en una ventana-puerta de su fachada sur.
Torre del Homenaje, a la derecha el acceso al adarve, y más abajo la puerta que comunicaba con otras estancias. |
Una de las salas de la torre del Homenaje. |
Pasarela en el adarve. |
Restos de una chimenea en uno de los muros. |
Detalles de uno de los torreones. |
Una de las ventanas geminadas de la torre. |
Puerta de salida al adarve desde la torre del Homenaje. |
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Letrinas en las torres de la fachada sur. |
Materiales: predomina el granito de buena calidad, colocado en mampostería concertada de manera regular y sillares en esquinas y huecos.
Estado: lo que de él nos queda está en muy buen estado: murallas, torreones y sobre todo la torre del Homenaje, a pesar del mal trato sufrido en las guerras de la Independencia y 1ª Carlista.
La Torre del Homenaje fue rehabilitada en 2006, así como el camino de ronda, adaptado con pasarela de madera y barandilla metálica que aseguran el paseo de los visitantes.
Es de agradecer que, con el paso del tiempo, se hayan demolido casi todas las edificaciones que se encontraban adosadas, presentando hoy un aspecto bastante más libre.
Propiedad actual: Pública, del Ayuntamiento de Arenas de San Pedro.
Uso: Su torre del Homenaje se utiliza como sala de exposiciones, actividades culturales y congresos. El Patio de Armas sirve, desde los años setenta del pasado siglo, como auditorio y otros actos festivos.
En la segunda mitad del siglo pasado se tuvo la pretensión de adecuarlo como Parador de Turismo (supongo que su tamaño jugó en su contra).
Visitas: previo pago de una módica cantidad, es visitable su torre del Homenaje y sus distintas salas expositivas; incluyendo además un paseo por el adarve y echar un ratillo en el Patio de Armas.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Declarado Monumento Histórico Artístico el 4 de junio de 1931.
Clasificación subjetiva: 3, Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo.
Cómo llegar: Desde Ávila, por la N-502, y a unos 84 km.
Accesos: situado en la plaza del Condestable Dávalos, fácil aparcamiento y medio minuto andando hasta la puerta.
Coordenadas:
40.20942957041165, -5.091951338635192
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