martes, 22 de febrero de 2022

Serpa, muralla urbana

Cuando definitivamente Serpa queda en poder de los cristianos tras su conquista por parte del rey D. Dinis en 1295, la villa estaba rodeada por unas murallas que encerraban una superficie de poco más de dos hectáreas. Este rey las amplía considerablemente, hasta las seis hectáreas y media, contando por entonces con tres puertas: la de Beja orientada a poniente, la de Moura cerca del ángulo nordeste de la muralla, y la de Sevilla en el este, hoy desaparecida.

La villa de Serpa desde el sur.

En el siglo XVII, durante las obras de ampliación y refuerzo llevadas a cabo por el ingeniero francés Nicolau de Langrés en el contexto de la Guerra de Restauración, se abrieron dos puertas nuevas, la de Corredoura y la Porta Nova. Estas dos últimas también han desaparecido, lo que añadido a la poca información que sobre ellas he encontrado, me resultará difícil comentarlas. Igualmente se levantaron algunos baluartes que hoy no son accesibles por estar ocultos por edificaciones y en proceso de excavación. Estas obras, al igual que las que se realizaron en otras tantas plazas durante aquella época, marcaron el punto de inflexión entre los castillos medievales y las fortificaciones de la era Moderna, más eficaces militarmente a las nuevas artes de la guerra.

Pero a pesar de la ausencia de aquellas tres puertas, es imposible no sorprenderse ante la visión que producen la casi cerrada cerca de Serpa, que en su interior recoge abigarradas calles, plazas e iglesias; arquitectura popular que contrasta con singularidades como el acueducto de la muralla oeste que sirvió para abastecer de agua al cercano palacio de los Condes de Ficalho. Este palacio fue mandado construir por Francisco de Melo, alcalde mayor de Serpa, en los últimos años del siglo XVI, y terminado por sus hijos Pedro, que fuera gobernador de Rio de Janeiro y António Martim, obispo de Guarda. 



Lienzo de muralla en Rua doctor Antonio Mendoça.

 

LOS DETALLES:

La muralla rodea un espacio de forma casi cuadrangular y, como ya he dicho, una superficie de unas seis hectáreas y media.

La Puerta de Beja, extramuros.

Detalle de la puerta.

Actualmente sólo dos puertas quedan de las cinco que llegó a tener. En el lienzo de poniente y centrada en él, se abre la Porta de Beja, llamada así —era costumbre nombrar a las puertas según el camino que de ella partía — porque en ella se iniciaba la senda que llevaba a esa ciudad. La puerta, situada en un estrecho espacio, está flanqueada por dos potentes cubos almenados y rematados en pirámides truncadas sus merlones; aquellos son de planta semicircular, ejecutados con sillarejos; sin embargo, la puerta, de traza apuntada y cuidada sillería, se enmarca en un paramento también ejecutado con sillares. Sobre ella, uno de los arcos del acueducto realza su sobriedad.

La puerta de Beja desde el interior de la villa.

A la izquierda de la puerta sobresale una potente torre cuadrada, de uno de cuyos vértices exteriores se prolonga un pequeño muro con un arquillo; pudiera ser, y es una aventura mía, lo que queda de un antemuro y un portillo de acceso a la liza. Más adelante un cubo semicircular y el volumen del palacio de los condes. Más adelante, justo antes de la esquina noroeste, se abre una puerta de la que no encuentro ninguna referencia escrita, pero que estar, está allí.

Puerta de Moura, extramuros.


La misma puerta pero ahora intramuros.

En el lienzo norte, entre el castillo y la esquina nordeste, se encuentra la Porta de Moura, así denominada por la misma razón que la anterior, que en este caso se refiere a la ciudad de Moura, situada hacia el norte. Es de idénticas características a la anterior, pero de volúmenes ligeramente más reducidos. En este caso, los cubos están desmochados.

Gran parte de la muralla, que como las torres de flanqueo y puertas está ejecutada con sillarejos, mantiene su almenado; como también un parapeto en su adarve, construido probablemente durante las reformas introducidas por Nicolau de Langrés. De esas reformas son fruto las numerosas aspilleras que se abren en los lienzos y torres.


El postikgo de la rua dos Cavalos extramuros e intramuros, respectivamente.


Mi Compañía atravesando el postigo de la Rua Sao Paulo.

Nota heráldica:

Como tantos otros municipios portugueses, éste también ostenta en su escudo un castillo, en este caso sobre campo de azur. Aunque el motivo principal —mueble en heráldica— es una sierpe alada y nudada de plata, con el vuelo alzado a ambos lados, surmontada de un castillo de plata aclarado de sable. Al timbre, corona mural de villa. Por lema "Notável vila de Serpa".




RESUMIENDO:

Nombre:       Murallas de Serpa.

Localidad:   Serpa

Municipio:  Serpa.

Distrito:        Beja

Región:          Alentejo (Bajo Alentejo)

País:              Portugal.

 

Tipología:    muralla urbana

Época de construcción:  Siglo XIII, reformas en el siglo XVII.

Estado: En buen estado todo lo que aún se conserva, faltan tramos en los lados de levante y sur.

Propiedad: Pública

Uso:

Visitas: Totalmente libre y recomendable, se visita paseando por la ciudad.

Protección:

 

Clasificación subjetiva: 2,

Otras cuestiones de interés: Integrado en el paño oeste de la muralla —realmente lo está soportando— se encuentra el acueducto que, formado por una sucesión de arcos de medio punto, llevaba el agua desde un pozo existente en el ángulo suroeste y extraída mediante una noria, hasta el palacio de los Condes de Ficalho, en el lado noroeste de ese lienzo, pasando por encima de la Puerta de Beja.

Cómo llegar:

 

Coordenadas:

37.9447489418729, -7.597351617903172

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