martes, 15 de febrero de 2022

Serpa, castillo de Serpa

Lo más característico del castillo de Serpa.

Estamos en el Bajo Alentejo, en el distrito de Beja. En la orilla izquierda del Guadiana, a la derecha mirando el mapa, y a media hora de la frontera con España en Rosal de la Frontera, Huelva, está Serpa, preciosa ciudad amurallada que se levanta sobre una suave elevación del terreno, como suaves son también las colinas que la rodean. Una ciudad que sorprende, recogida en su cerca; y dentro de la muralla, su castillo, en el punto más alto de la villa, a doscientos treinta metros sobre el nivel del mar.

EL LUGAR:

 

Cuando los romanos aparecieron por aquí, lo que entonces era Serpa ya estaba habitado, pero éstos impulsaron su economía, como no podía ser menos en ellos. Después vinieron los pueblos del norte, visigodos y demás, y al poco de que los musulmanes pisaran la Península, fortificaron la población, llamándola Scheberim.

Fue tomada por los cristianos en más de una ocasión: la primera en 1166, por don Alfonso Henriques —personalmente la conquista fue realizada por Geraldo Sem Pavor, Gerardo sin miedo, algo así como el Cid portugués—, pero veinticinco años después, en 1191, una ofensiva almohade al mando de Abu Yaacub Yusuf, recuperó casi todo el territorio al sur del río Tajo, incluida Serpa, y siendo sólo Évora la única localidad, en todo el Alentejo, que mantuvieron en su poder los cristianos. Como curiosidad, o casualidad, decir que este señor fue gobernador de Isbiliya (Sevilla), y durante su mandato en la ciudad, mandó construir la nueva mezquita mayor y su alminar, la actual Giralda.

En 1232, fue el rey Sancho II —de Portugal, claro—quien devolvió la región a la soberanía portuguesa, con la ayuda de la Orden de Santiago, bajo el mando de su maestre D. Pai Peres Correia.  Aún vendrían disputas jurídicas, que no bélicas, por su propiedad por parte de Alfonso X el Sabio, terminando esas cuestiones en 1271 con la entrega de la ciudad a la corona de Castilla.

Definitivamente fue don Dinis quien la recuperó en 1295, pero por razones dinásticas: éste era hijo de Alfonso III de Portugal, casado con Beatriz, hija de Alfonso X de Castilla, la cual aportó el dominio de la ciudad a la dote matrimonial. De esta manera la ciudad volvía a manos portuguesas.

D. Dinis reconstruyó y amplió el castillo, rodeó la ciudad de las actuales murallas y le concedió su primer fuero, en el que se incluían idénticos privilegios a los de la ciudad de Évora. En esas obras participó la Orden de Avís, aportando un tercio de las rentas de sus iglesias de Moura y Serpa.

Castillo y murallas de Serpa, según Duarte de Armas, del Libro de las Fortalezas, 1509.

En
1513, el rey Manuel I concede a la ciudad una nueva carta foral, cediendo la villa y el castillo a su hijo el infante D. Luis.

Durante la crisis sucesoria de 1580, la ciudad fue ocupada por tropas españolas al mando de Sancho Dávila. Fue recuperada por don Juan IV ya en el contexto de la Guerra de Restauración, quien mandó ejecutar obras para modernizar el castillo y adaptarlo al uso de la artillería, encargando las obras al ingeniero francés Nicolau de Langres. Las obras no se terminaron y volvió a ser ocupada por tropas españolas en 1707, al mando del duque de Osuna. Casualmente, una explosión en el polvorín situado en una de sus torres, hizo que los españoles abandonaran la ciudad.

Terminada la Guerra de Restauración, con feliz final para los portugueses, el castillo perdió su utilidad militar siendo paulatinamente abandonado. A finales del siglo XIX se encontraba en un avanzado estado de ruina, sobre todo debido a deslizamientos de tierra producidos en 1870.

Las fortificaciones de Serpa, castillo y cerca urbana, formaron parte activa de la defensa de Portugal en sus contiendas con España, siendo una pieza importante en la línea conformada junto a los castillos de Noudar, Moura y Mértola.

La torre del Reloj.


EL CASTILLO, DETALLES:


El castillo se encuentra situado al norte de la villa, intramuros, adosado a la cerca que, en ese lado discurre zigzagueante. El resto de sus muros se adosan a edificaciones del caserío, lo que hace que las obras que se realizaron a finales del siglo XVII por Langres estén ocultas.

Actualmente el recinto del castillo, de planta ligeramente cuadrangular, es algo menor al primitivo, pues antiguamente quedaban en su interior la actual iglesia de Santa María y la torre do Relogio, que fue torre del castillo.

Mi Compañía accediendo a la barbacana del castillo.

Puerta del castillo al fondo.


Torre de flanqueo en la puerta del castillo.

Su acceso, a través de una estrecha calle flanqueada por viviendas, está en el lado sur, protegido por una barbacana semiderruida —su aspecto impone algo de temor al visitante: un gran bloque, restos de una torre, parece que va a caer sobre la cabeza del turista—.

A continuación, está la puerta de entrada, propiamente dicha, pequeña, bajo un arco rebajado, que da paso al Patio de Armas en el que aún se conserva un aljibe con brocal.

Junto a la puerta, en el lienzo sur, se encuentra una escalera por la que se llega al adarve y a las dos torres que flanquean y defienden la puerta: una semicircular situada en el centro del muro y otra cuadrada en el ángulo suroeste. Ambas torres están aspilleradas en su parte superior.

En la cortina norte existe otra escalera que lleva al adarve de esa zona, no teniendo esa muralla ninguna torre que la refuerce.

Todos los lienzos están almenados, rematándose los merlones con prismas a dos aguas. Los adarves disponen de parapeto —paradós— interior, posiblemente añadido durante las reformas de Langrés.

El adarve del castillo se une al tramo norte de la muralla de la villa, al que está adosado, pudiendo acceder a la cerca urbana desde el mismo castillo.

La torre del Homenaje, de planta rectangular, ocupa el ángulo sudeste del castillo. Se encuentra cerrada al público,

Todo el edificio está construido en una mampostería muy regular y cuidada, casi aparejada, presentado sillares en las esquinas de las torres y otras zonas muy puntuales.

Adosadas a sus muros sur y oeste existen unas dependencias de construcción moderna, sin interés ni conexión histórica.

Aljibe en el Patio de Armas. También un ascensor.

Torre del Homenaje.
Edificaciones modernas en el Patio de Armas.

   



RESUMIENDO:

 

Nombre: Castillo de Serpa

Localidad: Serpa.

Municipio: Serpa

Distrito: Beja.

Región: Alentejo —Bajo Alentejo—.

País: Portugal.

Escudo de Portugal sobre la puerta del castillo.

 

Tipología: Castillo.

Época de construcción: finales del siglo XIII, sobre otro anterior, árabe. Posterior ampliación y adaptación en el siglo XVII.

Estado: Se encuentra en buen estado conservación, lo que se conserva. Actualmente tratan de recuperar las obras (revellines y baluartes) realizadas por Langres y que han quedado engullidas por las casas que lo rodean.

Protección: Es Monumento Nacional desde 1954 (decreto de 30 de enero), y conjunto de Interés Público desde 2011.

Propiedad: Pública, municipal.

Uso: turístico.

Visitas: Cuando lo visité, septiembre 2021, el acceso era libre, aunque por el poco tiempo del que dispuse —estaban a punto de cerrar—, no pude pasearlo con tranquilidad (menos mal que no pagué nada).

 

Clasificación subjetiva: 4, No perdérselo bajo ningún concepto, o lo que es lo mismo, hay que verlo antes de morir. Pero más que por el castillo, por el conjunto, cerca, castillo y villa.

Otras cuestiones de interés: toda la villa intramuros, con sus calles empedradas, la 
muralla urbana, y el acueducto del siglo XVII que abastecía el palacio de los condes de Ficalho. Pero eso irá en la siguiente entrada.
Hacia el sur de Serpa se extiende el Parque Natural del Guadiana, río que discurre al oeste de la ciudad, a unos seis kilómetros en línea recta, por lo que considero incluir esta villa en mi ruta del río Guadiana.
No olvidar la comida, sobre todo el queso.

Cómo llegar:



Coordenadas:

37.9447489418729, -7.597351617903172

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