martes, 1 de marzo de 2022

Torremolinos, torre de Pimentel o de los Molinos

Incontables son las veces que he andado por Torremolinos. Las mismas veces que he paseado por la calle San Miguel, tal vez la más popular y conocida de toda la ciudad. Y sin embargo, a pesar de mi afición/obsesión por los castillos y similares, apenas si he reparado en esta torre que hoy me ocupa. Siempre han sido paseos de consumo, nada culturales; y es que Torremolinos creo que da para lo que da, y no para otra cosa más.
Pero sí la he visto. He visto la torre de los Molinos, o torre de Pimentel —que de los dos los nombres se la denomina—, y creo que seré de los pocos, pues casi nadie que la mire, si es que la miran, habrá reparado en ella. 
Decía que la he visto cuando, al final de la comercial calle de San Miguel, he bajado por el serpenteante camino que es la Cuesta del Tajo hasta la playa del Bajondillo; y luego otra vez, de vuelta, a la más céntrica calle de Torremolinos.

Sin embargo nunca la había fotografiado, ni siquiera me había parado ante ella más de cinco minutos. Considero tal acto, tantas veces reiterado, un pecado que hoy, al escribir esto, dispongo a perdonarme. Voy con ello.

Casi oculta, desde la playa.

LA TORRE:

La torre de los Pimentel es la torre que da nombre a la población, pues también es llamada torre de los Molinos, y de ahí el topónimo de la ciudad, Torremolinos. Parece evidente.
Se construyó allá por el 1300, durante el período nazarí —siglos XIII-XV—, para formar parte de la red de torres atalaya que los árabes habían levantado como defensa de la costa del reino de Granada y protección de los numerosos molinos de los alrededores. Por eso se eligió esta ubicación: la parte más alta de un escarpado acantilado que garantizaba buena visibilidad del mar y difícil accesibilidad por el atacante.
Antes de ser reconquistado el territorio, la torre era llamada de los Molinos, y también, tiempo después, en una ordenanza de 1497 donde así se la nombra y se le asigna una guarnición propia, para pasar poco después a ser denominada, de Pimentel, en recuerdo de uno de los nobles —tal vez Juan Pimentel, maestre de la Orden de Alcántara; o del conde de Benavente, Rodrigo de Pimentel— que acompañaron a los Reyes Católicos en la toma de Málaga y que figuraba en el repartimento de esta ciudad y su comarca. Sin embargo, nunca llegó a tomar posesión de las propiedades otorgadas por los Reyes Católicos.

Desde la Cuesta del Tajo.

La torre siguió cumpliendo su cometido —defensa y vigilancia de la costa, y protección de los numerosos molinos existentes: el del Rosario, del Pato, de la Cruz, del Peligro, y otros muchos— durante siglos, alterando y modificando sus elementos para adaptarlos a los distintos usos bélicos. Incluso en el siglo XVI se dice que fue también utilizada como molino. A partir de esa época, se fue creando un pequeño núcleo urbano a su alrededor, germen del actual Torremolinos.
En agosto de 1704, George Rooke, almirante inglés, decidió hacer aguada en Torremolinos antes de atacar Málaga, previa destrucción de los molinos del contorno y así debilitar el abastecimiento a la capital. Recordemos que un mes antes, este elemento nos había arrebatado, para siempre, Gibraltar.
En 1748, en un mapa del Marqués de la Ensenada, ya figuraba el topónimo de Torre Molinos para denominar a la población.





LOS DETALLES:

Como obra musulmana que es, fue construida en tapial/adobe, además de ladrillos en esquinas, verdugadas y huecos exteriores que fueron enfoscados, así como en arcos y bóvedas. La fecha de su datación está bastante clara, pues además de los materiales utilizados y la pequeña escarpa de apenas 28 cm., permiten afirmar que se levantó a finales del siglo XII o principios del XII, cuando aún las armas pirobalísticas no habían hecho su aparición.

La torre se eleva unos 12 metros de altura, y se apoya en una base sólida de roca viva. De planta rectangular, sus lados miden 7’20 x 6’10 metros en su arranque, y 6’63 x 5’05 metros en la planta de la terraza, por lo que se puede decir que es ligeramente troncocónica, aunque visualmente no se aprecie.
En sus caras norte y sur se observan —esto lo he leído, porque observar, lo que se dice observar, no lo he observado— unos recrecidos que recuerdan a pequeños revellines, posiblemente añadidos siglos después de su originaria construcción. Estos lados son los más pequeños de la planta por lo que esa orientación, la norte-sur, es el eje mayor de la torre.



La torre está dividida en tres cuerpos, siendo totalmente macizo el inferior. El acceso se realizaba a través de un hueco, cobijado por un arco de ladrillo, practicado a la altura de la primera planta, en su cara oriental, mediante una escala de cuerda que se recogía como medida de protección. Esta entrada lleva a una sala de 5’00 x 4’10 y 3’18 metros de altura, dividida en dos espacios desiguales mediante un gran arco que soporta la planta superior. La sala más pequeña dispone de una ventana orientada al mar.
Una estrecha escalera, de unos 70 cms. de ancho y cubierta por una bóveda de cañón de ladrillo, se adosa a las caras norte y oeste, comunicando esta primera planta con la siguiente, y desde ésta hasta la terraza.

La segunda planta se divide en tres estancias, pequeñas, separadas por arcos de ladrillo macizo. El espacio más pequeño es la meseta de la escalera que distribuye a las otras dos salas que servían como estancias para la guarnición. La altura de esta planta es de 2’63 metros y está cubierta por una bóveda de cañón dividida por arcos fajones.

La terraza, a la que se accede por su ángulo suroeste, mide 5’63 x 4’55 metros y conserva su pretil, sin almenas, por lo que ha quedado reducido a unos 90 cms, de altura.

La Compañía al final de la calle San Miguel


RESUMIENDO:

Nombre: torre de Los Molinos o de Pimentel
Localidad: Torremolinos
Municipio: Torremolinos
Provincia: Málaga

Tipología: Torre atalaya costera.
Época de construcción: siglo XIV, en 1300.
Estado: ruina progresiva o consolidada, según el grado de optimismo con que se la mire. en En su interior, deterioro total.
Propiedad: Pública, del Ayuntamiento de Torremolinos.
Uso: Ninguno. Si acaso como hito/punto final a la calle San Miguel e inicio de la cuesta del Tajo hacia la playa.
Visitas: Cerrada al público, su estado no permite las visitas. Se habla de la existencia de un proyecto de rehabilitación a fin de ponerla en valor.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarada bien de Interés Cultural.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita. La cuestión es que su ubicación obligará siempre a mirarla; siempre que se vaya a Torremolinos, claro, porque el paseo por la calle San Miguel es obligatorio.
Otras cuestiones de interés: Con respecto a la torre, ninguna cuestión interesante más. Tal vez pasear hasta la playa bajando la Cuesta del Tajo y tomar algo por el camino. La vuelta ya es otra historia.
Cómo llegar:

No hay comentarios:

Publicar un comentario