Camino
hacia el norte, y siguiendo la senda que desde hace siglos llaman la Vía de la
Plata —lo de Ruta de la Plata no me gusta nada y ya la redundancia de Ruta de la Vía de la Plata:
inaguantable— llego y paseo hoy por uno de los paisajes, sino el que más, que
me emocionan con mayor intensidad y que me obligan a afirmar que vivo en uno de
los lugares más hermosos de mi país.
Llego,
mejor dicho llegamos, a Almadén de la Plata, en la Sierra Norte de Sevilla;
pueblo enclavado en pleno Parque Natural:
Bellísimo paraje que ya frecuentaron en la antigüedad
gentes como los iberos y los tartessos. También los griegos y fenicios que se
aventuraron a subir desde la costa. Y todo ello por los yacimientos de plata y
cobre de la zona.
Después llegaron los romanos para explotar las
canteras de mármol, material que fue muy empleado en la ciudad de Itálica.
Por las mismas razones también estuvieron por aquí los
árabes, que llamaron al lugar Al Medin Balat, las minas de la calzada, topónimo que ha derivado en el actual,
Almadén, al que sigue el material de aquellas minas, completándose en Almadén
de la Plata.
Los árabes la fortificaron y la perdieron a manos de
caballeros de la Orden de Santiago a la orden del rey Fernando el Santo. Éste
les concede Carta de Puebla y escudo con castillo y león. Doscientos años
después los Reyes Católicos proclaman su lealtad a la corona.
Por entonces, y durante la construcción de la Catedral
de Sevilla, las canteras del lugar aportaron piedra para la Capilla Real.
Y el 8 de marzo de 1526, el Emperador cenó y pasó la
noche en este afortunado pueblo. Iba camino de Sevilla, donde se casó con
Isabel de Portugal tres días después.
Este último
hecho, la cena y pernoctación de Carlos I, es razón suficiente e incluso única,
para que Almadén de la Plata esté en la Historia. Pero no por ello he de
olvidar su castillo —o lo poco que de él queda—. Así que vamos a por él.
De origen islámico, y antes romano, el castillo como
tal conocemos fue construido a mediados del siglo XIV, para completar la Banda
Gallega, y así defender las tierras del reino de Sevilla de portugueses y
caballeros de órdenes religiosas con intenciones bélicas. A partir del siglo XV
pasó a depender de la jurisdicción de la ciudad de Sevilla.
Antes cumplió la doble misión de vigilar la Vía de la
Plata y proteger las minas existentes —se dice que hubo una en el lugar que hoy
ocupa la iglesia de Santa María de Gracia—; de ahí su ubicación en una cota no
muy elevada.
En el siglo XVIII se utilizaron los restos del
castillo para la construcción de un pósito municipal —edificio destinado al almacenaje
de cereales procedentes de las cosechas de los lugareños, desde donde más tarde
los podrían retirar previo descuento de las cantidades correspondientes a los
impuestos— y también cárcel. Se remodeló añadiéndose la arcada de ladrillo de
la fachada.
A mediados del siglo XX se parcelaron gran parte de
los terrenos ocupados por el castillo, y se vendieron dichas parcelas para la
construcción de viviendas. De esta manera se perdieron muchos e importantes datos del edificio que quedaron entre
los cimientos y medianeras de las viviendas que conforman la manzana que ocupó
el castillo.
En 1997 se hicieron obras de recuperación de algunos
elementos constructivos, incluido el pósito, para su adaptación y uso por parte
del ayuntamiento como sede del Consistorio.
De pequeño tamaño, el castillo de Almadén de la Plata
tuvo Torre del Homenaje, algunas torres de flanqueo y aljibe.
La primera es lo más significativo que hoy podemos
contemplar, aunque reconstruida hasta la altura que se cree tuvo la original.
También un lienzo de muralla en el interior del actual edificio y parte de otra
torre, llamada del Cubo, que hace esquina con la calle Abades, desde donde
continúa otro trozo de lienzo.
Tuvo la entrada por la torre del Homenaje, que luego
fue la del pósito, donde ahora se ven tres huecos que simulan ser troneras.
Nombre:
Castillo de Almadén de la Plata
Municipio: Almadén
de la Plata.
Provincia: Sevilla
Tipología:
Castillo
Época de construcción: siglo
XIV —aproximadamente en 1350—.
Estado: En relativo buen estado la torre y poco
más. Al fin y al cabo, su integración en el edificio consistorial ha hecho que
se conserven esas pocas piedras.
Propiedad: Pública.
Visitas: totalmente
libre, ya que son oficinas públicas. Excepto en domingo que es cuando fui.
Protección: Está
declarado bien de Interés Cultural por la Consejería de Cultura de la Junta de
Andalucía desde el 25 de junio de 1985.
En 1993 la Junta de
Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad
Andaluza.
Clasificación subjetiva: 2,
o sea, que Si se pasa cerca y se va con tiempo
pues se acerca uno a verlo.
Cómo llegar: Lo más fácil, y así se tiene la posibilidad
devisitar otros castillos, es que desde Santa Olalla del Cala (N-630, A-461,
E-803), se tome la carretera SE-177 hacia El Real de la Jara, y desde aquí a Almadén
de la Plata.
Otras cuestiones de
interés: Recorrer la Sierra Norte de Sevilla y admirar el paisaje. Que ya es bastante.