martes, 28 de noviembre de 2017

Lanzarote, Arrecife, castillo de San José.


Y cuando pensaba que iba a rematar el día con la visita a la segunda fortaleza arrecifeña, para completar una maravillosa jornada castellológica, he aquí que una vez posicionados delante del monumento, me encontré, nos encontramos el edificio cerrado a causa de no sé qué reivindicación laboral por parte de los trabajadores del Cabildo. La medida de presión estrella era el cierre de todos los edificios, lugares y espacios, cuya atención estuviera al cargo de dicha administración. Y además el cierre era indefinido, con lo que fuimos privados de visitar lo más granado y significativo que la isla puede ofrecer al turista. Vamos, las joyas de la corona lanzaroteña.
Llegamos y lo primero que vemos son banderitas reivindicativas.

Hube de conformarme, hubimos de conformarnos con una visión exterior, una vueltecita al perímetro del fuerte, cuatro o cinco fotografías —ni una más, que del malestar que me entró no quise malgastar el último carrete de fotos que me quedaba— y unas irrefrenables ganas de ciscarme en todos los sindicatos del mundo. Que a saber cuándo vuelvo a Lanzarote.
Pero bueno, vamos a lo que vamos: 

Este fuerte está en el Puerto de Naos, al noreste de arrecife, sobre un pequeño acantilado que domina el puerto, y apuntando directamente a su bocana. Aunque no sé si cuando se construyó la bocana estaba en el mismo lugar; imagino que sí.
Como todas estas fortificaciones, fue levantada para proporcionar defensa a la isla contra los ataques de piratas —Lanzarote fue la isla más castigada por esta gente durante más de doscientos años— y, curiosamente, también para paliar la hambruna que en esa época se estaba viviendo en la isla: la erupciones entre 1730 y 1736 del volcán Timanfaya, y un largo período de sequía, estaban desolando las tierras de cultivo, lo que trajo un prolongado tiempo de pobreza y escasez de recursos. Fue por ello que a este castillo se le conoció como la Fortaleza del Hambre.
Una escultura, moderna, en la explanada de la fachada principal.

El castillo de San José es mucho más joven que su vecino el de San Gabriel: justo doscientos años. Fue construido entre 1776 y 1779 y la orden partió directamente de Carlos III, que según cuentan estaba más preocupado por la miseria de los habitantes de la isla que por la seguridad:
“son estas calamidades más atroces que todos los enemigos de la Corona”, dicen que dijo.
. La realidad debió ser que ante el aumento de población de Arrecife, a la par que el de la actividad marítima, era imprescindible la construcción de otra fortificación en la ciudad.
El castillo desde la orilla del mar.

El encargado del proyecto fue el ingeniero José Ruiz Cermeño, aunque erróneamente se le atribuye a Don Claudio de Liste, el mismo que diseñó la torre del Águila en Las Coloradas.
Cuando dejó de tener interés militar fue abandonado, quedando relegado al olvido durante más de cien años, y con el deterioro que de todo ello resulta. A partir de 1975 es objeto de un plan de remodelación que terminó el 8 de diciembre 1976 con la inauguración del Museo de Arte Contemporáneo, que se complementa con un reconocido restaurante.
Puerta de entrada

Una de las garitas que flanquean la fachada principal
La planta del fuerte, de unos 700 metros cuadrados, tiene forma de D, de d mayúscula, siendo la fachada curva la que mira al mar. En su parapeto se abren siete cañoneras. A cada lado de la curva, una garita cuadrada.
La fachada que mira a tierra, donde se ubica la puerta, dispone de foso de cuatro metros y puente levadizo, dos cañoneras en el parapeto de la azotea y dos garitas flanqueando la fachada. En la vertical de la puerta, una espadaña.
Sus muros son de mampuestos de piedra volcánica; su interior, dividido en dos plantas, está cubierto con bóvedas de cañón también de piedra. Todo el edificio está cubierto por una azotea que, en este tipo de castillos, hacía las veces de plaza de armas.
Caballos bebiendo en el mar, junto al castillo.



Decía que, actualmente contiene el Museo de Arte Contemporáneo y un restaurante. Todo ello fruto del ingenio y las aportaciones del artista lanzaroteño César Manrique (con obras de
Picasso, Tàpies, Miró, Mompó, Millares y del mismo Manrique), que encontró en estas actividades la mejor manera de salvar la fortificación.
Lástima que no pude-pudimos acceder al interior. Y a saber cuándo volveré a Lanzarote.



Nombre: Castillo de San José.
Localidad: Arrecife
Municipio: Arrecife
Isla: Lanzarote
Provincia: Las Palmas (Islas Canarias)
Tipología: Fuerte.
Época de construcción: entre 1776 y 1779. Reformado, ampliado y adaptado para su uso actual, en 1976.

Estado: En muy buen estado. Es lo que tiene cuando los viejos edificios se reutilizan. A pesar de los críticos. También ayuda a ello que se trata de un edificio de líneas bellas a pesar de su planta simple y la escasez de elementos defensivos.
Propiedad: Pública (Cabildo Insular de Lanzarote).
Uso: Turístico. Contiene el Museo de Arte contemporáneo y un restaurante.
Visitas: he de suponer que el acceso es libre, previo pago de algo de dinero para el museo, y posterior pago después de comer en el restaurante.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 3, es decir, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje. Y no sólo por el edificio, sino por lo que contiene.,
Otras cuestiones de interés: En Arrecife también el castillo de San Gabriel
Cómo llegar: sin problemas llegar hasta él, al noreste de la ciudad.




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