Playa Blanca es una población eminentemente turística,
no creo que allí se dediquen a otra cosa, y que administrativamente pertenece
al municipio de Yaiza, que es un municipio que existe por poco, pues está en el
límite de la zona que quedó sepultada por la lava de las erupciones volcánicas
que hubo en Lanzarote entre 1730 y 1736, y cuyo resultado es el actual Parque
Nacional de Timanfaya: todo aquel desastre para tanta belleza hoy.
A toda esta zona del sur se la conoce como El Rubicón, y
aquí fue donde se estableció el primer asentamiento de colonos europeos hacia
1402, iniciándose desde aquí la colonización de todo el archipiélago.
También fue aquí donde se encontraba la Catedral de San
Marcial, destruida por los ingleses en el siglo XVI; lo que indica que fue sede
obispal.
Y son estos dos argumentos, la sede del obispo y el
volcán Timanfaya, junto con la torre que hoy paseo, las tres alegorías que
incluye su escudo nobiliario:
Que es un escudo medio
partido y cortado; primero, de gules torre de plata (la de las Coloradas);
segundo, de azur, llave y báculo de oro puestos en aspa; tercero, de sinople,
volcán en su color, sumado de llamas de oro y gules. Al timbre, corona real
cerrada.
La torre ya la vi unos días antes cuando volvíamos en ferry desde la isla de Fuerteventura. Lejana, brumosa y ligeramente tentadora; sólo ligeramente porque al fin y al cabo “todas las torres costeras son casi iguales” (las de Caleta de Fustes y el Tostón son muy similares a ésta, al igual que la de Gando en Gran Canaria, aunque esta última no la he visitado), pero no por ello estaba dispuesto a obviarla. Además está el entorno, el paisaje, que siempre hace que algo cambien, que se miren y se vean de otra manera. En este caso, la proximidad de la playa de Las Coloradas —de ahí el nombre de la torre— y el horizonte con las islas de Fuerteventura y de Lobos, consiguen que el paseo sea muy atractivo.
Acantilados junto a la torre. |
Su ejecución fue el resultado de la comisión que nombró
el rey Felipe V en 1738 con la finalidad de reconocer las islas y redactar un
plan de defensa que contemplara la construcción de fortificaciones que
garantizaran la defensa de las islas.
Pero leo que ésta se levantó sobre los restos de otra
que se llamó de Rubicón, que debió ser de las primeras, si no la primera,
edificación defensiva que se levantara en la isla.
Fue entre 1741 y 1744 cuando la construyeron siguiendo
el proyecto de Claudio de Liste que “fusiló”
el diseño de otras.
Muy pronto, en 1749 fue atacada por piratas argelinos
que casi la destruyeron, por lo que tuvo que ser reconstruida. Las obras de
reconstrucción respetaron casi en su totalidad la obra original, apenas algunos
detalles diferencian ambas. Volvió a lucir todo su esplendor en 1769.
Para recordar la fecha y el acontecimiento se dispuso
una placa sobre su puerta de entrada en la que se lee:
“reinando el
señor Carlos III, mandado a estas Islas el Excelentísimo señor Don Miguel López
Fernández de Heredia, mariscal de campo, se reedificó esta torre de San Marcial
del Colorado, Punta del Águila. Año 1769”.
Obsérvese que en la placa denomina a esta torre como de
San Marcial. Parece ser que el redactor del texto debió confundir esta torre
con otra construida tiempo atrás por los franceses y que se presumía estuvo en
este mismo lugar.
Hasta 1936 fue propiedad del ejército, pasando a manos
del Ministerio de Hacienda —vaya cambio— al perder su utilidad militar —qué
cosas, justo en ese año—.
Desde 1978 pertenece al Ayuntamiento de Yaiza que ha
sido la entidad encargada de su restauración y mantenimiento.
Escalera de acceso |
Al final de la escalera, la puerta cerrada. Sobre ella la placa de 1769. |
La puerta original estaba abierta. |
Ejecutada en su casi totalidad en mampostería y cal, con
algunos detalles en madera de tea, es de forma troncocónica, de catorce
metros de diámetro en la base y poco más
de ocho metros de altura, por lo que
ofrece una imagen ligeramente
aplastada.
A media
altura se abre la puerta que se orienta hacia al norte, o sea mirando a tierra.
Se accede a ella mediante una escalera de fábrica de piedra separada—unida al
edificio por un puente levadizo. Este puente fue recientemente reconstruido, al
encontrarse prácticamente destruido.
Su
interior se distribuye en dos pisos, separados ambos por un forjado de madera
que se apoya en el muro perimetral y en un grueso pilar central.
El piso
inferior se divide en dos estancias, un almacén para la pólvora y el calabozo.
Un pequeño ventanuco proporciona algo de luz al interior.
El piso
superior, al que se accede desde el exterior a través de un pequeño y estrecho
pasillo, era el alojamiento de la tropa —generalmente vecinos de Yaiza—. Esta
planta está cubierta por una bóveda bastante gruesa que aloja dos cisternas,
cuyas bocas se abrían a la azotea y quedaban protegidas con sendas
tapas de madera.
La torre está coronada por una espadaña de la que no cuelga campana alguna.
La torre está coronada por una espadaña de la que no cuelga campana alguna.
Nombre: Torre de las
Coloradas, o del Águila.
Municipio: Yaiza, isla de
Lanzarote.
Localidad: Playa Blanca
Provincia: Las Palmas.
Tipología: Torre costera.
Época de construcción: 1741-1746
Remodelaciones: en 1769 y a
finales del siglo XX.
Estado: Bueno o,
aparentemente, muy bueno. A este estado ha ayudado el encontrarse alejada de
núcleos urbanos, evitándose así el vandalismo y el expolio (todo ello antes de
la llegada del turismo masivo).
Propiedad y uso:
titularidad pública, en este caso del Ayuntamiento de Yaiza que, parece ser, la
mantiene cerrada. Otra cuestión inexplicable más.
Protección: Está declarada
bien de Interés Cultural.
Bajo la protección de la Declaración genérica del
Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico
Español.
Visitas: La encontré
cerrada, por lo que mi paseo se limitó al exterior.
Calificación subjetiva: 2, o sea que si se
pasa cerca y se va con tiempo pues se ve, o lo que es lo mismo, se incluirá en
una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. En este caso la
visita era casi obligatoria, tratándose de una isla (creo que esta valoración y
comentario ya lo escribí para otra torre).
Otras cuestiones de interés: hay que echar una mirada al Charco Verde o de Los
Clicos, aunque queda algo lejos. Y también, claro está, el Parque Nacional del
Timanfaya. Y las playas: Flamingo, Papagayo y Dorada.
Cómo llegar: En la isla de Lanzarote nada
tiene pérdida. Esta torre tampoco.
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