martes, 4 de octubre de 2016

Buitrago de Lozoya, castillo de Buitrago de Lozoya

 

El castillo de Buitrago de Lozoya está, es evidente, en Buitrago de Lozoya; y paseamos su entorno poco antes de hacerlo al recinto amurallado del pueblo. El castillo estaba, debido a obras, cerrado, y no pudimos acceder al interior, por lo que me parece que tendré que tomar prestadas algunas imágenes, y también descripciones, de determinadas páginas de referencia en el tema.

Habíamos recorrido el agradable paseo que supone todo el camino de ronda de la muralla de la villa, cuando nos topamos con la puerta del alcázar cerrado: decepción, como tantas veces. Así que a conformarse con el exterior; luego unas cervezas en la plaza, bajo la torre del Reloj, leyendo cosas sobre el castillo. Hasta que anocheció.

Aspecto exterior del castillo.

















EL CASTILLO:

Aunque la villa tiene un origen prerrománico, el del castillo es musulmán; y antes del musulmán, visigótico. No nos han llegado crónicas ni menciones acerca de los casi trescientos años que debieron estar por aquí los árabes; apenas, en el fuero de Sepúlveda, año de 1076, se alude a este lugar de Buitrago.

Fue conquistado por los cristianos hacia el 1085 quedando bajo la administración de la mitra de Toledo. Alfonso VI mandó repoblarlo.

Actividad que continuó con el siguiente Alfonso, el VII, que redistribuyó tierras y bienes. Corría el primer tercio del siglo XII y es cuando aparecen las primeras referencias al castillo. Se continuó con la repoblación de estas tierras, y su gobierno quedó vinculado a los Mendoza, poderosa familia de la época que instituyó la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago.

La fortificación actual es muy posterior, del siglo XV, y fue Diego Hurtado de Mendoza y Luna quien mandó levantarla. De su padre heredó el título de Duque del Infantado, uno de los varios que poseía la casa de Mendoza. Su construcción se realizó, en el tiempo, de manera pareja al de Manzanares el Real, y ambos sirvieron para la defensa del extenso territorio del que eran propietarios los Mendoza.

El castillo fue un espacio muy concurrido por la nobleza de aquel momento, en el que se organizaron grandes fiestas y saraos, a los que asistían visitantes ilustres, sobre todo en la época de Íñigo López de Mendoza, el conocido marqués de Santillana, el de la

“Moza tan fermosa
non vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa”—,

que además fue conde del Real de Manzanares. Y también residió en el castillo, de niña, Juana La Beltraneja, la que ya de mayor disputó la corona de Castilla a su “tía” Isabel, y la perdió.

El Marqués de Santilla reformó el castillo, transformándolo en una residencia palaciega aunque manteniendo el porte y aspecto de una fortificación defensiva.

Durante la guerra de la Independencia, como no podía ser menos, quedó bastante deteriorado. Cosas y manías de los franceses.

Deterioro que se prolongó durante parte del siglo XX, y al que cooperó con seguridad su uso inadecuado, llevándolo a un estado casi ruinoso, con pérdida de un par de torres y casi todo el almenado; así como numerosas dependencias alrededor del patio de armas. Su actual reconstrucción puede que le devuelva, al menos, parte del esplendor que tuvo.

Fachada norte del castillo, al fondo la iglesia de Santa María.

 

















LOS DETALLES:

De estilo gótico-mudéjar, el castillo es un soberbio ejemplo de la arquitectura militar/palaciega medieval. Se levanta en la esquina sureste del recinto amurallado de la villa, siendo la muralla sur del castillo coincidente con la urbana, y también la este que discurre paralela al río. Los otros dos lados del castillo, el norte y el oeste, se orientan hacia el interior de la puebla, por lo que pudiera parecer que de esta manera estaban mejor protegidos. A pesar de ello, a estos dos últimos lados se los dotó de un antemuro y de foso.

Esa disposición del castillo dentro de la muralla urbana, no es una casualidad, sino una muestra del poder, y también del temor, de los Mendoza que adjudican a su castillo/palacio la zona mejor defendida del pueblo, no sólo de elementos hostiles de fuera, sino también de posibles disturbios y revueltas de los habitantes de Buitrago.

Sin embargo, en su construcción no se siguió el modelo predominante de la época: aire señorial y palaciego, sino que se mantuvo exteriormente el aspecto militar y defensivo que, junto con la muralla urbana y sus elementos, y la soberbia iglesia de Santa María del Castillo, otorgan al pueblo un característico ambiente medieval.

Se conserva gran parte de la estructura original —actualmente en fase de restauración— que ocupa una planta rectangular.

Torre noreste, junto al río.

Estuvo flanqueado por siete torres, de las que cinco tienen, una vez restauradas, su altura primitiva. Están dispuestas una por esquina más otra en el centro de cada lado del rectángulo, menos en el del lado oeste, que da al río, que carece de torre central.

Todas ellas son de plantas distintas, cuadradas y rectangulares; incluso la torre del ángulo noroeste es de planta pentagonal —torre tajamar—. Hasta la altura del camino de ronda las torres son macizas, por lo que su acceso es desde el adarve, excepto la pentagonal que tiene también acceso desde el patio de armas. El adarve, corrido, atraviesa cada una de las torres. Todas están desmochadas.

Torre pentagonal, en la esquina noroeste. a la izquierda la Compañía.


Ninguna de las torres parece considerarse como del Homenaje, aunque por su tamaño bien podría ser la torre pentagonal situada en la esquina noroeste.

Bajo la torre central del lado norte, y en forma de recodo, se halla la puerta de acceso, cuyos arcos y bóvedas están ejecutados en ladrillo: arcos enmarcados en alfiz, iguales a los de la torre noreste.


Puerta de acceso en la torre central de la fachada norte.

De su esquina sureste parte en dirección este una muralla coracha, elemento curioso del castillo, que da continuidad a la muralla urbana y llega hasta el río, terminando en los restos de lo que fue una torre, la cual, junto con un pilar que se levantaba en medio del río, fueron los apoyos del hoy inexistente puente que lo cruzaba. Está construida con mampuestos, tiene adarve y está almenada.

Esta muralla coracha tenía la misión de asegurar y proteger el suministro de agua desde el río a la villa. Tal vez sea un ejemplo único en España, no por su condición de coracha sino por estar sobre un río.

Inicio de la muralla coracha —el arco no es medieval—; a la derecha el portillo.

El portillo bajo la muralla coracha.


Al otro lado del Lozoya, se encontraba la finca de El Bosque, propiedad del duque del Infantado, donde a finales del siglo XVI se construyó el palacio conocido como la Casa del Bosque. Se accedía a ella a través de esta muralla y el puente.

Su patio de armas está hoy ocupado por una plaza de toros. Desde él se pueden apreciar las señales que indican que las edificaciones que le rodeaban tuvieron tres plantas y sótano.

Los materiales utilizados fueron la piedra tomada con mortero de cal y también el ladrillo, lo que denota el hacer mudéjar. En todos sus muros aparecen numerosas verdugadas, muy próximas, de ladrillo para regularizar la fábrica de sillarejo; y también esquinas de torres vistosamente aparejadas con ladrillo.

 

Una de las casas adosadas al castillo, aún sin demoler.


RESUMIENDO:

Nombre:      Castillo de Buitrago de Lozoya, o de la Beltraneja.
Municipio:  Buitrago de Lozoya
Provincia:    Madrid

Tipología:     castillo-palacio.
Época de construcción:   siglos XI al XIII
Estado:         En buen estado de conservación, consolidado; actualmente en fase de restauración.
Propiedad:    Pública, municipal
Uso:                Cultural, festivo y turístico. Se ha utilizado como plaza de toros.

Visitas: 
Imposible el acceso por el estado de obras (septiembre de 2016). Para el interior hay que conformarse con las numerosas fotos y videos que inundan la red.
Protección:
En 1931 la villa fue declarada Monumento Nacional, y el 11 de abril de 1993 Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 3, es decir, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo. La existencia de la muralla urbana ayuda mucho a esta calificación.

Otras cuestiones de interés:
Después de sus fortificaciones medievales, no hay que olvidar la iglesia de Santa María —la única que queda de las cuatro que tuvo el pueblo—, concluida en 1321 y con añadidos y obras posteriores —destacar las realizadas después de la Guerra Civil, ya que previo al conflicto, sufrió un incendio el 14-03-1936, hundiéndose las bóvedas góticas de crucería—. Hermosísima su torre campanario, de estilo mudéjar, planta cuadrada y cinco cuerpos.
En Buitrago existe un museo dedicado a Picasso, que expone las obras —cerámicas, bocetos, grabados y un pirograbado— que donó al pueblo el peluquero del pintor, a la par que amigo, Eugenio Arias Herranz, nacido en la localidad.
Y como no podía ser menos, en Buitrago de Lozoya también se celebran una Feria Medieval; en este caso durante el primer fin de semana de septiembre.

Cómo llegar: 
Situado a poco más de setenta kilómetros de Madrid, basta seguir la A-1 y tomar la salida 74. Casi inmediatamente se entra en el pueblo.


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