martes, 22 de marzo de 2016

Mallorca, Artá, Castillo de Artá

De un ya lejano viaje que hice a la isla de Mallorca —ojalá pudiera volver— me queda el recuerdo de paseos por algunos de sus castillos, muy pocos desgraciadamente, de los muchos que la isla posee. Y es que aquella tierra es mucho más, tanto, que el tema que me ocupa es apenas un rincón en la inmensidad que la isla ofrece.
Y como había que seleccionar, seleccioné, por lo que también hubo que excluir. Así que decidí dar tres paseos: uno por el este —Artá, Capdepera y Canyamel—, otro por poniente —Valdemosa— y el tercero por la capital, Palma.
Quedaron fuera muchos castillos, palacios y torres; pero el tiempo no dio para más, ni tampoco la voluntad de la Compañía, cuyos deseos no siempre coinciden con los míos.
Sigo el orden antes relacionado.



Artá es una población que se encuentra al este de la isla, y aunque desde muy antiguo se tienen datos del paso del hombre por aquí —incluidos los romanos, cómo no—, no es hasta la ocupación musulmana cuando los datos comienzan a tener clara entidad.
Con los árabes, la actual comarca de Levante, y más concretamente la penísula de Artá, a la que llamaron Yartan, fue uno de los trece distritos o coras en que estuvo dividida la isla, incluyendo Capdepera.
Fueron unos monjes, una vez reconquistado el territorio, a quienes se debe la fundación del pueblo, que se llamó Almudaina —que traducido del árabe viene a ser fortaleza, población pequeña—, mientras que Artá era la denominación del que seguía siendo la demarcación territorial. Al recinto que conforma el castillo se le sigue llamando La Almudaina.
Hasta principios del siglo XIX, la villa fue próspera gracias a la agricultura y también a una incipiente industria textil. Prosperidad que se truncó en 1820 con la peste bubónica y la muerte de más de 1200 habitantes. Fue una de las últimas poblaciones de Europa en sufrir un ataque de peste.



EL CASTILLO

El actual castillo de Artá se construyó en el siglo XIV sobre el musulmán existente, que incluso disponía de una pequeña mezquita. Aunque más que construcción, se trató de obras de reforma sobre la fortaleza que los cristianos se encontraron tras la conquista de las islas por Jaime I en 1230. Era necesario mejorar las defensas para poder hacer frente, ahora, a los ataques de los piratas berberiscos que asolaban el Mediterráneo. A la vez que se ofrecía refugio a los pobladores de la comarca.
A lo largo de los siglos ha seguido siendo objeto de cambios, llegando a mediados de los años sesenta del pasado siglo en que fue restaurado, quedando con el aspecto que hoy tiene: se levantó completamente una torre y se reconstruyó todo el almenado perimetral del castillo.


Puerta del castillo hacia el santuario.

Acceso original del castillo, intramuros.


LOS DETALLES

Se levanta sobre la cima de una apuntada montaña que domina la población desde el norte. A ella se llega subiendo los sombreados 180 escalones que unen el pueblo con el castillo.

A la derecha la torre del Homenaje (¿?)

Almenado totalmente restaurado.

De planta poligonal irregular, la muralla se adapta a la cumbre uniendo las ocho torres que actualmente tiene.
Merece la atención la torre que mira al suroeste, la de mayor entidad del conjunto y que, como las demás, sobresale de las murallas. Es significativo el matacán que luce sobre la puerta de entrada.
La distancia entre sus vértices más alejados es de unos 93 metros, y entre los más próximos 24 metros.

El aljibe frente al santuario.

Aún se conservan dos aljibes, aunque no medievales, uno frente a la entrada del templo y otro en uno de sus laterales.

Vista de la montaña, santuario y castillo.

Aunque, en cierta manera, no es el castillo la edificación más destacable de la montaña, pues de manera notable se eleva sobre la muralla el santuario de San Salvador, que se ha convertido en el emblema del pueblo.
Construido entre 1825 y 1832 —las torres se ejecutaron a finales del siglo XIX—, se trata de un edificio de estilo neo renacentista, con planta de cruz latina cubierta de bóveda de cañón y carente de ábside.

La vivienda del Donat.

Esta iglesia se construyó en sustitución de la primitiva, originaria del siglo XIII —que había sustituido a la mezquita allí existente—, y que, al haber sido utilizada como hospital durante la peste bubónica de 1820, fue quemada. A su lado se levanta la casa utilizada como vivienda del Donat —dado (¿?) en castellano—, personal encargado del mantenimiento del lugar.
En 1971 fue restaurado.

La Compañía camino de la cima de la montaña


RESUMIENDO:

Nombre:      Castillo de Artá o La Almudaina.
Localidad:  Artá
Municipio: Artá, Mallorca
Provincia:   Islas Baleares.

Época de construcción: siglo XIV sobre restos árabes.
Ha sido restaurado en la segunda mitad del siglo pasado.
Estado: Es buen estado, por lo de la restauración y por el uso, junto al santuario.
Propiedad: Pública
Uso: Turístico y como inmejorable mirador: las vistas son espléndidas.
Visitas: Es visitable, así como el santuario; y la entrada libre
Protección:
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Clasificación subjetiva: 3, o sea, que se incluirá obligatoriamente en una ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo.
Otras cuestiones de interés: Cerca de Artá se encuentran los castillos de Capdepera y la torre de Canyamel; y también el Poblado Talayótico Ses Païses y la necrópolis de Son Real.

Situación de la villa de Artá

  


No hay comentarios:

Publicar un comentario