martes, 28 de junio de 2016

Mallorca, Palma, Palacio de la Almudaina

Lo de hoy son palabras mayores, y no sólo porque se trate de un castillo o de un palacio fortificado espectacular, que lo es, si no también porque tiene el tratamiento, nada menos, que de Palacio Real. Y eso ya impone.
Se trata, lo dice el título, del Palacio Real de la Almudaina, o también Alcázar Real, que está en Palma, o Palma de Mallorca —Dios sabrá, porque ni allí se ponen de acuerdo: Palma de Mallorca de toda la vida; desde 2008 a 2012 fue sólo Palma; y vuelta a Palma de Mallorca hasta noviembre de 2016; para volver al solamente Palma por ahora—.
Eso sí, en lo que al turismo y esos temas se refiere, se seguirá denominándose Palma de Mallorca.



Decía que el Palacio de la Almudaina está en Palma, en ese punto de la ciudad donde se sabe hubo asentamientos romanos y que, desde entonces, fue la ubicación escogida por los representantes del poder, de todas las épocas, para tener su sede.
El Palacio, junto a la catedral, y cuyas fachadas principales se enfrentan y forman la línea del paisaje más emblemático y reconocible de la ciudad.

Ciudad cuyo origen se remonta al año 123 a.C.; fue fundada por el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo —de parecido nombre al fundador de Medellín, Quinto Cecilio Metellus Pius—, y terminó siendo la capital de la provincia Balearica o Ballerica, separada de la Tarraconense, en el siglo IV.
Pasa después a manos de los vándalos cuando Genserico la ocupó en el año 455.
En el 903 es conquistada para los árabes por un tal Isam al-Jaulani, que la llamarán Madina Mayurga, y pasará a estar bajo la administración del emir de Córdoba.

El 31 de diciembre de 1229 es ocupada por Jaime I de Aragón, que cambió el nombre por Ciudad de Mallorca, con jurisdicción en toda la isla. Este rey mandaría derribar la mezquita y construir en su lugar una catedral; obra que se consagraría durante el reinado de Jaime II y que se daría por terminada en 1601.

En 1715 y reinando Felipe V, adopta su nombre actual, Palma, a secas. Y es que terminada la Guerra de Sucesión, con el resultado que todos sabemos, y el establecimiento de los Decretos de Nueva Planta, se modificó el gobierno de la isla separándolo del de la ciudad.
Pero en el siglo XIX se ve la necesidad de añadir de Mallorca para diferenciarla de otras Palmas que hay repartidas por España.
En 1901se demolieron las murallas renacentistas de la ciudad a fin de promover el ensanchamiento de la ciudad, y con ello el aumento de su población.

Fachada este, con puerta principal.

EL PALACIO:

Su nombre, Almudaina, procede del árabe y deriva de la palabra medina, que viene a significar ciudad cuidadosa, población pequeña, fortaleza.
Como origen diré que La Almudaina fue la Zuda, o lo que es lo mismo, el alcázar; el palacio fortificado que, situado en el interior de la que fuera alcazaba, era la residencia del gobernador de la ciudad durante los siglos XII y XIII.

Aunque probablemente aquí ya hubiera un campamento romano; la planta rectangular del recinto es una pista.

De la época islámica se conserva algunos restos, tales como el arco del Espalmador, construido probablemente hacia 1150, y que era el acceso de los barcos desde la bahía. También quedan vestigios en los arranques de las torres esquineras y en los de la torre del Homenaje. Por lo que es fácil entender e incluso visualizar, los distintos períodos de tiempo vividos por la fortaleza: sillares romanos, tapial árabe y sillarejos y mampuestos cristianos.

Muralla norte, al fondo la torre dels Caps.

La torre dels Caps.

El edificio que hoy vemos es de principios del siglo XIV y fue reedificado, a partir del alcázar musulmán existente, por Jaime II entre 1305 y 1314, con indicaciones de su esposa, Esclaramunda de Foix. Es entonces cuando fue declarado Residencia Real.
Las remodelaciones continuaron hasta 1343, durante el reinado de Jaime III.
Ahí residieron, después de Jaime II, su hijo de Jaime el Conquistador, y los monarcas de Mallorca y reyes de Aragón, siendo la sede de la Corte de los Reyes de Mallorca.
En 1349 pasó, con Pedro IV, a la Corona de Aragón.

Hacia la mitad del siglo XVI, Carlos I ordena levantar otra planta. Visitó la isla y el palacio, pero a partir de él, no lo hace ninguno de sus sucesores.
Desde la distancia, su hijo Felipe II lo destinó como Audiencia Real, residencia del Virrey y Capitanía General de las Islas.
No es hasta septiembre de 1860 cuando otro monarca, en este caso la reina Isabel II, se alojó en él durante algunos días.
Durante el siglo XVIII se construyó, y estuvo en uso, un cuartel de caballería, en parte de los terrenos que hoy ocupa el Jardín del Rey. De aquella construcción perdura una arcada.

Actualmente, y como no podía ser de otra manera, es la residencia oficial de los Reyes de España, aunque, como de todos es sabido, la estancia real es en el Palacio de Marivent, quedando La Almudaina, al igual que el Palacio de Oriente de Madrid, para actos y recepciones oficiales.


LOS DETALLES:

Detallo a continuación mi paseo siguiendo el orden numérico que establece un plano que aparece en una guía de Patrimonio Nacional, y que incluyo en esta entrada.

Se accede al palacio a través de una puerta situada en su fachada de levante, frente a la Catedral. Esta fachada está compuesta por tres torres:

Fachada de levante.

la torre d’En Carroc (5), la de la Campana (6) —y entre las dos la ya referida puerta principal (15) del palacio—, y la torre del Jueu (7), tras la que se encontraban dependencias de servicio tales como la bodega —el Celler Real—.

Tras atravesar un corto espacio cubierto, donde se ubicaban dependencias tales como el cuerpo de guardia, se llega al Patio de Armas, porticado en dos de sus lados, el del este y el del norte, con arquería de medio punto en sus plantas bajas.
En planta alta se abre vanos con arcos de diversas facturas y estilos.
En el patio destaca un pozo (22) y una fuente (21) con leones. Otros dos leones flanquean la escalera que lleva a la planta alta del Palacio del Rey.

El patio de Armas.

El Palacio del Rey es el primitivo alcázar del siglo XII, reformado y adaptado a los gustos cristianos.
Está situado en el ángulo suroeste del conjunto, presentando fachadas al mar la del sur, y a la ciudad la del oeste.
Es de planta rectangular y fue reforzado con torres en cada una de sus cuatro esquinas:

Torre de la Recambra del Rey; detrás, la del Homenaje.

la situada en el patio de Armas es llamada la de la Recambra del Rey (3); la siguiente en sentido horario, es la Torre del Rey (4); a continuación la del Bany (1); y por último la torre de L’Esperó (2).



Se accede a él, y más concretamente a su primera planta, por una espléndida escalera que parte del lado izquierdo de la fachada oeste del patio, junto a la torre de la Recambra del Rey.
Este edificio, el Palacio del Rey, es de estilo gótico y tiene tres plantas de altura. Destaca la fachada sur, orientada al mar, con una galería de arcos de medio punto en planta baja, la elegante logia de altos arcos apuntados en la primera, y las cuatro ventanas ajimezadas de la segunda planta.
Esta fachada, enmarcada entre las dos torres almenadas, la del Bany y la del Rey, es la imagen que identifica y mejor se reconoce del palacio.
La fachada oeste, entre la torre del Bany y la de L’Esperó, es algo menos vistosa, presenta arcos de medio punto en las galerías de las dos primeras plantas y tres vanos adintelados en la de la más alta.
En el ángulo noroeste del Palacio del Rey, entre las torres de la Recambra del Rey y la de L’Esperó, se levanta la Torre del Homenaje (14), llamada del Ángel, por la estatua-veleta del Arcángel San Gabriel que la corona. Fue encargada por Jaime II al escultor por Antonio Camprodon.

Patio del Palacio de la Reina.

A continuación de la torre de L’Esperó, en el lado oeste del palacio, se levanta el Palacio de la Reina, que ofrece su fachada al Huerto del Rey y a la ciudad. Este palacio mira, hacia el norte, al denominado Huerto de la Reina, donde destacan dos estanques (19) de época almorávide.
Esta fachada del palacio está defendida por tres torres:

Fachada oeste del Palacio.

la de la Recambra (13), la de la Reina (12) y la torre de las Infantas (11).
La muralla continua hacia el norte, hasta la torre dels Caps (9).
El Palacio de la Reina y su jardín, no son visitables; sí, en cambio, lo es el patio interior (20), llamado de la Reina o del Brollador, que se encuentras detrás de la iglesia de Santa Ana.

Fachada oeste, en primer término, la torre de la Recambra.

Entre el Palacio del Rey y el de la Reina se encuentra un pequeño espacio que ambos compartían; eran los baños árabes (14), que se construyeron para uso privado de los gobernadores —walíes—, y que como era común en todos los baños, se dividía en tres salas: fría, templada y caliente. Debajo de las salas funcionaba un sistema de calefacción centralizado, con horno y conducciones que distribuían el calor.
Situados junto al Palacio del Rey, entre la torre del Homenaje y la torre del Bany, los baños son los escasos restos que nos han llegado de lo que fue la construcción original árabe, pues prácticamente todo desapareció durante las distintas remodelaciones a que fue sometido el alcázar.


La Capilla Real.


Fachada de la Capilla Real.

La iglesia se encuentra en el lado oeste del patio, y con fachada al mismo. Es conocida como iglesia de Santa Ana o Capilla Real. Su construcción simbolizaba el nuevo dominio espiritual de las islas.
Fue encargada, a principios del siglo XIV, por Jaime II a Ponç Descoll, que también diseñó y dirigió las obras del castillo de Bellver.
En 1904, durante la regencia de la Reina doña María Cristina fue restaurada su fachada.
De estilo gótico, conserva sin embargo algunas líneas románicas que, como en otros puntos del palacio, denotan el momento de transición entre estilos.
Su entrada está ejecutada en arco de medio con arquivoltas de marcado estilo románico; sobre ella, cuatro estrechas ventanas ajimezadas con arco apuntado. Y más arriba aún se eleva una torre con campanario.

Vidrieras de la Capilla Real.

El interior, de planta rectangular y una sola nave, es marcadamente gótico: altas bóvedas nervadas y los vanos ya descritos con vidrieras. En el presbiterio, dos trompas también de herencia románica, sostienen el peso de los muros del ábside.
En una capilla anexa, construida en 1432, están depositadas unas reliquias de San Práxedes, que fueron traídas por Jaime III desde Roma.

Adosado al Palacio del Rey, hacia el este, y a la izquierda de la entrada principal del palacio, está el Salón del Tinell o Gran Salón, y data como casi todo el conjunto de principios del siglo XIV.

Sala de las Chimeneas.


En 1578, y durante unas obras de remodelación llevadas a cabo por Pere Cavestany, su techo se derrumbó, decidiéndose entonces dividirlo en dos plantas, para dedicar la baja a Salón de Audiencias y la superior a Salón del Trono.
Actualmente la planta baja está dividida en tres estancias: 
el Recibidor o salón de Reyes, la sala de las Chimeneas y la de Consejos o de Cabildos.
La planta superior es la que se utiliza para actos y recepciones de la Familia Real. Se trata de un espacio diáfano dividido por grandes arcos ojivales que arrancan desde el suelo. 
Fue restaurado en 1985.

Salón del Trono.




Al oeste del Palacio del Rey está el Jardín Real o Huerto del Rey —S’Hort del Rei—.
Originariamente se trataba de un gran huerto con palmeras, árboles frutales y hortalizas para avituallar el palacio.
El diseño actual se debe a una intervención realizada en la década de los sesenta del siglo pasado, obra del arquitecto Gabriel Alomar, que diseñó un espacio de un claro estilo historicista: pérgolas mallorquinas y estanques de inspiración andalusí.
La esquina que conforma la torre del Bany, y que va desde la de L’Esperó hasta la del Rey, está rodeada por una amplia terraza; al sur existe una pequeña puerta llamada Puerta del Mar (16) que conduce a un estanque, y de aquí, hacia la derecha, al Huerto del Rey.

Hacia el este parte un camino que nos lleva al Arco del Espalmador o de la Drassana —Atarazana—, arco árabe que hace siglos se levantaba sobre el mar y era el paso de los barcos hacia un embarcadero privado a los pies del palacio.
Se trata de un enorme arco apuntado de ladrillo, con una luz de 18 metros, ejecutado por los árabes, posiblemente en época califal.


 Reconstrucción hipotética del palacio en el siglo XIV. 
Dibujo de F. Estabén (Museo Militar de San Carlos). 
En primer plano está el inmenso arco islámico.



RESUMIENDO:

Nombre: Palacio Real de La Almudaina
Municipio: Palma de Mallorca
Región: Islas Baleares

Tipología: Palacio fortificado.
Época de construcción: a principios del siglo XIV, entre 1305 y 1314.
Estado: Es muy buen estado, dadas las numerosas obras de reforma que ha tenido y el continuado uso que de él se ha hecho.
Propiedad: Pública (Patrimonio Nacional).
Uso: Residencia oficial de los actuales Reyes de España. Pero su uso se restringe a actos y eventos de carácter oficial.
Visitas: se encuentra abierto al público, pero no en su totalidad. Durante mi visita, en abril de 2009, accedí al Patio de Armas, al Palacio del Rey, el Salón del Tinell y la iglesia de Santa Ana.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado bien de Interés Cultural desde el 3 de junio de 1931.

Clasificación subjetiva: 5*****, o sea, que no sólo no hay que perdérselo bajo ningún concepto, y hay obligación de verlo antes de morir, sino que, además, si no se hace, se morirá en pecado mortal.
Otras cuestiones de interés: Enfrente está la Catedral, visita obligada. Y antes, o después, el castillo de Bellver. Otro cuatro estrellas.


Cómo llegar: En avión o en barco, que Palma está en Mallorca, y Mallorca es una isla. No merece la pena poner un mapa.

Fachada sur del Palacio, con las torres de Bany y del Rey.

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