martes, 27 de agosto de 2024

Carboneras, castillo de San Andrés

Nombre: Castillo de San Andrés.
Localidad: Carboneras.
Municipio: Carboneras.
Provincia: Almería
Tipología: Castillo.
Datación: siglo XVII.
Situación: en el centro de la localidad, en la plaza denominada, como no, del Castillo, frente al Ayuntamiento y muy cerca de la playa.
Su ubicación delata que fue la primera construcción del lugar, y alrededor del mismo fue creciendo la población, por lo que se le podría considerar como el origen de Carboneras.
La playa de Carboneras, al fondo el islote de San Andrés.

Datos históricos:
Aunque existen noticias de una fortificación anterior por esta zona, pero sin referencias ciertas, hemos de considerar a ésta como la primera.
En1571, Diego López de Haro y Sotomayor, segundo marqués del Carpio, solicitó al rey permiso para levantar un castillo en el lugar denominado El Cabezo de Carboneras, que había adquirido mediante trueque con el Condestable de Castilla.
Pero no fue hasta 1583 cuando Felipe II y mediante una real Cédula de fecha 11 de octubre —también leo que fue el 22-05-1587—, ordenó al marqués su construcción, a fin de que sirviera para defensa de la costa ante los ataques de los piratas berberiscos del norte de África, y de los procedentes de las rebeliones moriscas. Todo ello dentro de un gran proyecto de protección de toda la costa sur de la península. Además, en este caso existía la pretensión de instalar una almadraba en la costa, por lo que la fortificación quedaría vinculada a esta industria y al poblado que se crearía.
Con aquella cédula le autorizaba a levantar una torre fuerte con reducto, junto al mar, y la dotaría de alcaide, artilleros y caballería, con sus correspondientes armas. En ella se decía que la torre tendría 28 pies en cuadro y 45 en alto, con reducto de 70 pies de largo y otros tanto de ancho, y cuyo coste se presupuestó en 3.000 ducados.
Se terminó de construir en 1587 (¿?). Parece ser que la obra no fue del todo ejecutada y lo que se hizo no estuvo bien del todo. A lo que se sumó el fracaso de la pretendida almadraba, y aunque figuraba en el dispositivo defensivo del Reino de Granada, no fue totalmente equipada, ni de tropa ni de artillería.
El castillo, que siguió inconcluso durante todo el siglo XVII y buena parte del XVIII, estuvo en propiedad del ducado de Alba al hacerse con él por un enlace matrimonial con la casa de los Carpio, si bien estos reclmaron su propiedad. En 1849, el Tribunal Superior de Marina y Guerra falló a favor del marquesado, devolviéndoles la propiedad de la fortaleza.
Mientras tanto siguió en activo, pero con escasez de medios para su uso y mantenimiento. En 1734 disponía de dos cañones de bronce de 10 libras inútiles y cuatro de hierro de 2’5 libras en mal estado, la torre del Homenaje aún no había sido terminada —la planta superior no estaba cubierta— y el abastecimiento de agua no estaba garantizado a pesar del aljibe.
Hasta 1837 el castillo y la población de Carboneras, pertenecieron al municipio de Sorbas, siendo independiente desde aquel año.
Durante parte del siglo XIX y hasta el final de la Guerra Civil, fue cuartel de carabineros, para ser ocupado posteriormente por la Guardia Civil.
Fachada principal —noroeste—

Esqina oeste del castillo.

Torre del ángulo este.

La torre del Homenaje, en su vértice sur.

Puerta de entrada, sobre ella el escudo de los Carpio y
los restos del matacán.

Descripción, arquitectura y construcción:
El castillo tiene planta ligeramente rectangular, orientándose sus vértices a cada uno de los puntos cardinales. Tuvo torres cilíndricas en cada esquina —desaparecida la orientada al oeste, apenas quedan restos—, excepto en el vértice sur que es donde se levanta la torre del Homenaje.
La puerta de acceso se encuentra centrada en su fachada noroeste, enmarcada en un arco de medio punto suavemente apuntado, de jambas y dovelas realizadas con gruesa y bien labrada sillería. Sobre el arco y encuadrado en un marco, destaca el escudo de los Carpio. Tuvo un pequeño foso y puente levadizo, hoy desaparecidos ambos. Sobre la puerta y el escudo, los restos de una pequeña ladronera.
Por la puerta se accede directamente a una amplia nave que estuvo ocupada por el cuerpo de guardia a la izquierda, y una capilla, dedicada a de San Andrés, a la derecha. Esta zona está cubierta por una bóveda apuntada. De ahí se pasa al patio de Armas, rectangular, de 38 por 16 metros. En él se aprecian los arranques de diversas dependencias que estuvieron dedicadas a cuartel de las tropas, almacenes y otras actividades.
La torre del Homenaje es de planta rectangular y de grandes proporciones; su interior se divide en tres plantas, sótano, baja y superior, más la terraza. La baja y la primera están divididas en tres naves cubiertas con bóvedas de medio cañón, actualmente enfoscadas; en la planta baja se ubicaron la cocina y las dependencias oficiales del alcaide, y en la superior la vivienda de este último. A la planta alta se accede mediante una escalera de doble tramo situada en un lateral de la torre y que termina en lo que debió de ser un puente levadizo, y hoy una pasarela metálica. La terraza está cerrada al público. La planta sótano está dividida en dos partes: un aljibe, al que se accede desde el interior de lo que fue la cocina; y la mazmorra, a la que se llega por una puerta junto a la escalera de la torre del Homenaje.
Entre la torre del Homenaje y la nave de la entrada, y adosada al muro suroeste, se levanta otra nave que, según reza en el plano informativo, fue ocupada por las caballerizas y el almacén de pólvora; éstas están cubiertas con una bóveda rebajada, e iluminada por tres lunetos. Su planta superior está ocupada por un espacio dedicado a actos culturales.
El resto del castillo presenta los arranques de los muros de otras dependencias que estuvieron dedicadas a cuartel de las tropas, almacenes y otras actividades. 
Mantiene todo su adarve, aunque ha perdido el almenado, que lo debió de tener. Y es curioso, pues a pesar de lo tardío de su construcción, no fue edificado siguiendo criterios de la época en lo que a la poliorcética del momento demandaba. Es por lo que, seguramente, su merlonado fue desmochado y racheados sus parapetos.
Derecha, nave de la capilla; izquierda, las caballerizas.

Esquina sureste, interior del castillo


Torre del Homenaje y patio de Armas.


Patio de Armas, desde la torre del Homenaje.

Materiales:Todo el edificio, prácticamente, está realizado con sólida mampostería y sillares esquineros.
Estado: En muy buen estado. Fue restaurado en 2013, y aunque aún necesitaría algún arreglo más, no merece ningún reproche. Destacar alguna alteración, en la planta alta de la nave de las caballerizas, para adecuarle a su uso actual.

Mi Compañía en el interior de la mazmorra.

Propiedad actual: Municipal, Ayuntamiento de Carboneras.
Uso: Turístico y cultural. Es utilizado para actividades expositivas y culturales, y también como punto de información turística.
En las dos plantas de la torre del Homenaje se encuentra la zona expositiva: fotografías y objetos costumbristas en la primera, y ánforas y exposiciones temporales en la baja.
Visitas: totalmente libre cuando lo visité —julio de 2024—, exterior e interior; el acceso a las salas expositivas también.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 22 de junio de 1993.
Clasificación subjetiva: 3, es decir, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Esto último es así, entre otras razones, porque está en una magnífica ruta costera de castillos, fuertes y torres.
Recurrencia: en el escudo municipal figura representado este castillo, si bien en un tamaño apenas perceptible. En el siguiente enlace queda explicado:

Cómo llegar: desde Almería y por la AL-12 en dirección a El Alquián y Retamar; ahí coger la A-7 hasta el kilómetro 735, aproximadamente, en la Venta El Pobre y desde ese punto hasta Carboneras por la N-341.
Accesos: todo por carretera, hasta llegar a la plaza del Castillo.
Coordenadas: 37º 05’ 51’’N, 1º 55’ 16’5’’
36.99660504514541, -1.8945040348741378


Una de las salas expositivas de la torre (1ªplanta)




Una de las salas expositivas de la torre (1ªplanta)


Una de las salas expositivas de la torre (planta baja)


martes, 20 de agosto de 2024

El Ejido, Balerma, torre de Balerma

Nombre: Torre de Balerma, o torre fuerte de Balerma.
Localidad: Balerma.
Municipio: El Ejido.
Provincia: Almería.
Tipología: Torre costera artillada.
Datación: siglo XVIII.

Situación: en el casco urbano de Balerma, a pocos metros de la playa. Balerma es una pedanía de El Ejido que antes de 1762 —fecha en que por primera vez se utiliza el topónimo— era conocida como Malerva o Malerba.
Ese primer nombre ha inducido a error en ocasiones, confundiendo la antigua torre fuerte con ésta que hoy paseo.
Balerma se fundó en el siglo XVI, corriendo su historia paralela a la de la torre que se construyera por entonces.
La torre en un entorno muy animado.


La playa de Balerma desde el terrado de la torre.

Datos históricos:
Otra torre más que estaba incluida en el “Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”, de fecha 18/agosto/1764, y que se redactó como consecuencia del informe que firmó Antonio María Bucarelli y Ursúa, el cual contemplaba todas las necesidades que tenía la costa del Reino de Granada en lo que a su defensa se refería, y cómo debían de ser cubiertas.
Aunque a diferencia de las edificaciones de nueva construcción que resultaron de la puesta en vigor del Reglamento, esta torre es, cronológicamente, anterior, pero que formaría parte de aquella serie de fortificaciones dedicadas a proteger la costa de los ataques de piratas berberiscos y turcos. Y también ingleses y holandeses, no olvidar.
La antigua torre de Malerva fue construida a mediados del siglo XVI por Diego de Vargas Carvajal, que fuera Correo Mayor de las Indias, para proteger una almadraba, y estuvo en uso hasta principios del siglo XVIII.
En 1729 se pretendió su restauración para dotarla de artillería, para lo que se le añadiría un baluarte, pero nunca se llevó a cabo la idea, dejando que su ruina avanzara. Es por lo que se entendió que lo mejor sería construir una nueva. La vieja torre de Malerva terminaría por desaparecer a mediados del siglo XIX.
La actual torre de Balerma fue construida en 1752, bajo la dirección de Tomás Warluzel Dhostel, ingeniero y militar —tuvo el grado de subteniente—, de origen holandés, que trabajó en las fortificaciones de la costa almeriense entre 1734 y 1759. Dirigió también las obras del torreón de San Miguel, en Cabo de Gata, una torre de idénticas características a esta de Balerma.
La torre de Balerma serviría de apoyo al fuerte de Guardias Viejas que se encuentra a levante, a la vez que tenía contacto visual con la torre de Alhamilla a poniente. Llegó a tener guarnición, que compartía con las torres cercanas, y artillado permanente. En sus inmediaciones hubo un fondeadero con abrigo a los vientos de levante, y con profundidad suficiente para albergar barcos de gran tamaño.
En 1803, reinando Carlos IV, Felipe de Paz Solá, también ingeniero y militar, visitó la costa e informó sobre las modificaciones que se habían llevado a cabo en la torre para adaptarla a las exigencias del Reglamento de 1764, describiéndola como circular, para dos cañones de gran calibre, con una escalera de mampostería y puente levadizo.
Durante la Guerra de la Independencia, tras ser desartilladla y abandonada por los franceses, sólo disponía de dos culebrinas de bronce de calibre cuatro.
En 1848 es Pascual Madoz quien la describe como:

“…la torre de Balerma, llamada antes Malerva, se encuentra cerca del mar, a una legua al sur de Dalías, es redonda, de 20 varas de alto, con un puente levadizo, y sirve a los carabineros de costas. Hay además algunas casillas que llaman cuartos y son los que habitan los pescadores…”

Un año después, en 1849, Miguel de Santillana, perteneciente al Cuerpo de Ingenieros realizó otra visita para informar sobre el estado de castillos y torres después de la invasión de francesa. Pues a partir de esa época es cuando se pretendía dejaran de prestar servicio estas edificaciones tal y como hasta ahora lo venían haciendo, sustituyendo a los torreros por el moderno sistema de telegrafía.
Informó sobre su situación, diciéndonos que su estado era:

” …regular, los torreros viven en chozas próximas y un poco más lejos hay otras chozas en que viven pescadores y guardas de las salinas…”

En la segunda mitad del siglo XIX se proyectó construir en su cercanía una batería acasamatada, la cual no llegó a realizarse, siendo utilizada, hasta el final de Guerra Civil, como puesto del Cuerpo de Carabineros, para pasar posteriormente a la Guardia Civil, que la ocuparía hasta la década de los setenta del siglo XX.
Antes de las últimas obras llevadas a cabo, fue puesto de vigilancia de la Cruz Roja.

A mediados del siglo pasado (de torresenverede.blogspot.com)

Monumento a los pescadores.

Descripción, arquitectura y construcción:
La torre es cilíndrica y su interior está dividido en dos plantas. Desde el exterior se observan tres cuerpos bien diferenciados:
El primero, de unos 5’50 metros de altura presenta un escarpe, en este caso un cono truncado; el segundo cuerpo es el principal, cilíndrico, estando ambos en su interior cubiertos con bóvedas esféricas. El tercero, separado del anterior por una cornisa redondeada o gola, es el pretil del terrado, de poca altura para facilitar el tiro artillero.
El acceso se situaba en una puerta, orientada al noreste y abierta en la planta primera, a la que se llegaba por una escalera que se unía a la torre mediante un puente levadizo. Sobre esta puerta, hoy es una ventana, había un matacán del que sólo quedan sus ménsulas de cantería. La escalera y el puente levadizo, fueron demolidos.
En la planta primera se encontraban las estancias para albergar a los dos torreros y el cabo que componían la dotación. Esta planta se iluminaba y ventilaba con dos ventanas orientadas a noroeste y sureste; éstas están jambeadas y adinteladas de ladrillo macizo y presentan derrame al interior.
La planta baja, a la que se llegaba mediante una escalera interior desde la planta primera —hoy tiene abierta una puerta al exterior bajo el antiguo acceso y el matacán, obra de los tiempos en que fue puesto de la Guardia Civil—, albergaba el almacén de pólvora y pertrechos en general necesarios.
A la terraza se llega a través de una escalera con desembarco techado. En ella podemos apreciar el hueco central por el que se elevaba el material para abastecer los cañones. Este agujero coincide, evidentemente, con otro en la bóveda de la planta baja, ya que era allí donde se guardaban la pólvora y las municiones. El desagüe de la terraza se hace por medio de tres gárgolas.

La torre desde el noreste. 



Torre y playa.

El hueco en la bóveda que comunica terraza con planta primera.


Interior de la planta primera, con el hueco que comunica con la planta baja.

Materiales: toda la torre está construida en mampostería de piedra muy irregular y guarnecida en su totalidad, tal como fue construida originalmente.
Los huecos de puertas y ventanas están ejecutados con ladrillos.
En su restauración se han empleado, de manera bien intencionada, materiales actuales, pero conforme a aspectos primitivos, como suelos cerámicos o peldaños de piedra y cerámica.

Estado: En muy buen estado de conservación gracias a una cuidada restauración llevada a cabo por el Ayuntamiento de El Ejido, a finales del siglo pasado y principios del actual.
En 2009, durante las obras de la plaza de abastos de la localidad, aparecieron restos de la antigua torre, que hoy son conocidos como la Cuevecilla.

Propiedad actual:
Uso: Turístico. También se realizan de carácter cultura.
Visitas: cuando la visité, entré porque vi la puerta abierta, nadie me impidió el paso. Literal.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarada Monumento Nacional desde 1949.
Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 22 de junio de 1993.
Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita.

Cómo llegar: desde Almería y por la A-7 en dirección a El Ejido hasta el kilómetro 826, aproximadamente, tomar la AlP-102 en dirección Balerma y te lleva directo a la población. Una vez en Balerma es fácil llegar a la torre, muy bien señalizada.
Accesos: todo por carretera, después aparcar en las inmediaciones de la torre, donde se pueda.
Coordenadas:
36.72924679673293, -2.8908276128207855



















martes, 13 de agosto de 2024

El Ejido, Guardias Viejas, castillo de Guardias Viejas

Nombre: Castillo de Guardias Viejas.
Localidad: Los Baños de Guardias viejas o Guardias Viejas.
Municipio: El Ejido.
Provincia: Almería.
Tipología: Fuerte abaluartado
Datación: siglo XVIII.

Situación: sobre un promontorio rocoso, casi al borde mar, conocido como Punta Culo de Perro, al oeste de la localidad de Los Baños de Guardias Viejas, perteneciente al municipio de El Ejido.
En sus proximidades, hubo una torre del siglo XVI que se mantuvo como atalaya hasta la mitad del XVIII, cuando fue abandonada; sus restos aún permanecieron vistos a mediados del siglo XIX.
El fuerte desde la playa; a la izquierda el cuartel de carabineros.

Datos históricos:
Fue bajo el reinado de Carlos III y con la publicación del “Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”, de fecha 18/agosto/1764, cuando se ordena la construcción del fuerte de Guardias Viejas. La debilidad de las defensas costeras frente a piratas del norte de África, y también de Europa, obligó a reforzar la costa sur peninsular con nuevas construcciones, además de rehabilitar otras existentes. Todas aquellas obras, que previamente habían sido propuestas por Antonio María Bucarelli y Ursúa en un informe anterior, quedaron recogidas en el reglamento antes citado.
José Crame (o Cramer, 1732-1768), ingeniero y militar, fue el encargado de redactar los proyectos de las nuevas fortificaciones —leer la entrada de este blog: 

Defensas costeras del Reino de Granada (Reglamento de 1764) , que incluían torres atalayas, casas de caballería, torres batería para dos cañones y fuertes baterías para cuatro cañones. Guardias Viejas fue uno de los ocho de estos últimos que se construyeron, aunque se proyectaron dos más.

Todos los castillos (fuertes) tuvieron las mismas características de diseño, construcción y dotación de tropa y material bélico, respondiendo al prototipo diseñado por José Crame para este tipo de fortificaciones y que puntualmente recogió el Reglamento. En el caso de Guardias Viejas, el personal militar sería de “49 hombres: 21 de milicia urbana, otros tantos de caballería, 5 inválidos de artillería, un guarda de almacén y un capellán”.
Así que, lo que a continuación escribo es prácticamente igual a otras entradas de este blog, como el castillo de La Duquesa en Manilva, el fuerte de San Felipe en Los Escullos o el de Carchuna en Motril
Su construcción, la de Guardias Viejas, comenzó hacia 1769 y tuvo un presupuesto de 200.000 reales de vellón. Se encargó de su ejecución el marqués de Iniza, Pedro Antonio Chacón que, como ocurría en estos casos en los que era un particular el encargado de costear la obra, recibiría la recompensa del nombramiento de capitán en la persona de su hijo, Joaquín Antonio Chacón: el marqués pagaba y el hijo ascendía rápidamente en la escala militar. En este caso, la prebenda fue doble, pues también hubo otro grado de capitán para un tal José Carlos Goieneta y Jacobs (¿tal vez un yerno?). Recibida la recompensa, es de suponer que la fortificación pasaba a propiedad real.
Guardias Viejas se situó en un lugar estratégico, derivado de la necesidad de disponer de una batería entre las torres de Balerma y Las Entinas —esta última desaparecida— que posibilitara el fuego cruzado con ambas torres.
Durante la Guerra de la Independencia, y previo su desartillado, el castillo fue destruido por los ingleses en 1811, con la finalidad de que no fuera ocupado por los de Napoleón. Así que fue necesaria su reconstrucción, cosa que sucedió en 1817. La obra la llevó a cabo Francisco Daza Rubio, un rico hacendado de Dalías que, imagino, también recibiría alguna prebenda real.
Pronto fue abandonado y utilizado por pastores de la zona como establo. Nunca fue utilizado por el Cuerpo de Carabineros ni la Guardia Civil como acuartelamiento, ya que estos dispusieron de un edificio de construcción más reciente situado al norte y muy cerca del castillo. Puntualmente se usó como refugio de los ocupantes del cercano cuartel durante la Guerra Civil, y posteriormente como almacén y garaje.






Descripción, arquitectura y construcción:
Tipológicamente es idéntico a los arriba mencionados, o sea, que tiene planta casi cuadrangular, en la que destacan los dos semi baluartes que unidos entre sí conforman el hornabeque de su fachada principal, que en este caso es la orientada al norte; y la batería semicircular que mira al sur, al mar. Todo el edificio, de una sola planta y unos ocho metros de altura, tiene un aspecto macizo, con muros de un fuerte derrame y pocos vanos, sólo aspilleras,
Está dividido en dos cuerpos perfectamente diferenciados: Las dependencias y cuarteles, que es el castillo propiamente dicho, y la batería semicircular. Ambos están separados por un muro que une dos torreones situados en los vértices sureste y suroeste.
Igualmente, la distribución interior es pareja a todos los demás fuertes.
En la fachada del hornabeque se encuentra la puerta de acceso, a la que protegió un revellín que estuvo aspillerado y del que sólo queda su arranque restaurado que hoy delimita el espacio previo a la entrada al castillo. La puerta tuvo un pequeño foso y puente levadizo.
La entrada es un portalón de jambas y dintel de cuidada cantería que nos lleva a un pasillo pavi mentado y cubierto con bóveda de medio cañón, como el resto de las dependencias. A izquierda la estancia que ocupaba el oficial al mando del fuerte (E); y a derecha la cocina y despensa (E) y el calabozo (N).
Fachada principal.

El pasillo da al patio de armas, de forma rectangular, con sus lados menores orientados al este y al oeste. El patio, también pavimentado originalmente —hoy lo está con cantos rodados—, distribuye todas las estancias cuarteleras del castillo. De izquierda a derecha, y siguiendo el sentido horario:
Almacén de pólvora (H), almacén de pertrechos (G), habitación para el guarda de almacén (F), el cuartel de artillería (I) con capacidad para un cabo y cuatro artilleros; y en uno de los torreones, el situado a sureste, está la capilla y la habitación para el capellán (D).
A continuación de la capilla, una escalera lleva a la terraza de los cuarteles, la cual ocupa toda la superficie del edificio. Está rodeada de un alto pretil, más de la altura de un hombre, horadado de aspilleras.
En el centro del muro que une ambos torreones se sitúa una rampa que comunica el patio con la batería.
A continuación, a la derecha de la rampa, un pequeño espacio (O) servía de letrina. El siguiente cuerpo, simétrico a la capilla, o sea, ocupando la zona del torreón suroeste, está el cuartel de caballería (L) con capacidad para un cabo, seis soldados, las caballerizas para seis caballos y el pajar (M).
Por último, y ocupando el semibaluarte del noroeste, estaba el cuartel de infantería (K), en el que estaban instalados un sargento, un cabo y doce soldados de infantería.
Todas las dependencias cuarteleras dispusieron de chimenea, y ventilaban y se iluminaban mediante ventanas al patio interior; las aspilleras al exterior también hacían esa función.
Pasillo de entrada, al fondo el patio y la rampa a la batería.

Patio del castillo, escalera a la terraza, rampa a labatería y a su derecha la letrina.

Patio del casatillo, a la derecha el pasillo de entrada.


En el cuartel de Infantería, exposición de uniformes.

La capilla.


Cuartel de Caballería, con exposición de maquetas.

El cuartel de Artillería ocupado por la exposición de armas.

La batería (A) es de planta semicircular y está, como originalmente se hizo, pavimentada, al igual que la terraza de los cuarteles, el pasillo de entrada y el patio de armas; es decir, las zonas exteriores del edificio, no así las dependencias que estaban a cubierto, aunque hoy, tras las sucesivas reformas, sí lo estén. Se accede a ella mediante la rampa o patín (C) que facilitaba el desplaza miento de las piezas de artillería, Esta rampa, centrada con la puerta del castillo, debió estar cubierta en su salida a la batería; parte del patio de armas y a sus lados se abren sendos fosos que separan la batería del resto del castillo, y al que se abren huecos en los muros de la capilla y del cuartel de caballería.
El pretil de la batería es pequeña altura, corrido —a barbeta— y cubierto su alfeizar con losas de piedras.
Foso que separa el castillo de los cuarteles.

Terraza de la batería.

Terraza de los cuarteles.

Materiales: Todo el edificio, prácticamente, está realizado con sólida mampostería y sillares esquineros. Pero también encontramos ladrillo en numerosos elementos, como la escalera de subida a la terraza, los huecos de las aspilleras o las bóvedas de todas las estancias que, aunque vistas, es muy posible que estuvieran, cuando se construyeron, enfoscadas.
Estado: Fue restaurado en 1980, y ha seguido teniendo intervenciones hasta 2003, presentando actualmente un estado inmejorable. Aunque todo puede ser superado.
Propiedad actual: Pública, Junta de Andalucía. Su uso está cedido al Ayuntamiento de El Ejido, que realiza en él actividades culturales. El cercano cuartel, también reconstruido, permanece cerrado.
Uso: Turístico y cultural. Mantiene una exposición permanente dedicada a uniformes militares y armas de los siglos XVIII y XIX. En una de las salas se presentan varias maquetas con los modelos que se diseñaron y construyeron para cumplir con lo dispuesto en el Reglamento de 1764.
En él también se realizan otras actividades de carácter cultural, como conciertos y festivales de música.
Visitas: totalmente libre cuando lo visité —julio de 2024—, exterior e interior; el acceso a las salas expositivas también.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 29 de junio de 1985.
Clasificación subjetiva: 3, es decir, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Esto último es así, entre otras razones, porque está en una magnífica ruta costera de castillos, fuertes y torres. Como ya he dicho en otras ocasiones.

Cómo llegar: desde Almería y por la A-7 en dirección a El Ejido hasta el kilómetro 834, aproximadamente, tomar la Al-4301 en dirección Matagorda y Guardias Viejas; y antes de entrar en esta última, girar a la derecha y seguir las indicaciones al castillo, que ya está cerca.
Accesos: todo por carretera, hasta llegar a un aparcamiento entre el castillo y el antiguo cuartel de la Guardia Civil.
36.7004, -2.85148


martes, 6 de agosto de 2024

Roquetas de Mar, castillo de Santa Ana

Nombre:     Castillo de Santa Ana, de Las Roquetas o La Batería.
Localidad:  Roquetas de Mar.
Municipio:  Roquetas de Mar.
Provincia:   Almería.
Tipología:   Castillo, fuerte abaluartado.
Datación:    Siglo XVI.
Fachada principal.

Situación: 
El castillo de Roquetas está en Roquetas de Mar, sobre su playa de la Bajadilla, junto al puerto. Se trata de un lugar privilegiado, junto al faro y un auditorio al aire libre, conformando un triángulo de marcado carácter cultural.
Desde sus torres se tienen unas inmejorables vistas del Mediterráneo que incluso llegan hasta el Cabo de Gata, si la luz del día lo permite.

Estado actual del patio de Armas.

Desde el baluarte, torre sur y el faro al fondo.

Puerto de Roquetas, desde el baluarte.

Datos históricos:
Situado en el lugar en que estuvo una torre almenara de origen musulmán, mandada levantar, probablemente, por Yusuf I y de la que no quedan restos.
No fue hasta el siglo XVI cuando se construye, en 1526, por iniciativa de la ciudad de Almería, una torre para vigilar esa parte de la costa de las racias de piratas turcos y del norte de África, que no sólo se dedicaban a raptar a habitantes de la costa, sino también robar cargamentos de sal; a la vez que defender el cercano embarcadero. Poco después, esta fortificación se amplió con un pequeño reducto y torreones esquineros.
En vista del gran valor estratégico que la torre tenía, y dado que era necesario reparar y ampliar el edificio, fueron llevadas a cabo obras en 1592, ejecutadas por Francisco Gutiérrez de Almarcha y por un valor de 187.500 maravedíes.
En 1658 sufriría numerosos daños debido a un terremoto, lo que, añadido a los producidos por los derivados de ataques de piratas turcos a lo largo de ese siglo, obligaba a plantearse la reedificación del castillo. Pero las dificultades económicas de la corona impedían realizar esos necesarios trabajos de reconstrucción. Es por ello que hubo que privatizar la fortaleza, siendo adjudicada en 1666 a Luis Castro Inestrosa, que reedificó la muralla y sustituyó una de las cuatro torres originales, por un baluarte para artillería. Luis de Castro también se comprometió a reconstruir las torres de Alhamilla, Cerrillos, Entinas, Guardia Vieja y Rambla Honda.
La familia Castro fue dueña del castillo hasta la primera mitad del siglo XVIII, en que fue liberada de su propiedad por Felipe V, tras el fallecimiento de Andrés Antonio de Castro y a petición de su hijo Joaquín de Castro; eso sí, a cambio del título de marqués de Campohermoso que, seguramente, le sería mucho más rentable que la propiedad de un edificio que se estaba en permanente ruina.
La corona siguió considerando relevante la posición del castillo, por lo que llevó a cabo algún proyecto de refuerzo de la artillería, y también en sus estructuras, como las llevadas a cabo por Jerónimo Amicis entre 1753/1756 y 1777/1784; esta última para reparar los destrozos que había provocado una explosión en el polvorín, originada por la caída de un rayo durante una tormenta en el verano de 1783.
El castillo quedó incluido en el Reglamento de 1764, asignándole una guarnición de 40 militares, entre artilleros e infantes.
A causa de otro terremoto, este en 1804, el castillo quedó casi arruinado, permaneciendo en pie las torres esquineras y el baluarte. Terminada la Guerra de la Independencia, ya a principios del siglo XIX, se aumentó en dos el número de cañones, pero al no llevarse a término ninguna reparación, fue poco a poco abandonado hasta quedar en pie solo la batería.
Quedó en ese estado hasta la última restauración —entiéndase reedificación— a finales del siglo pasado (entre 1998 y 2003). Se había salvado de su total demolición en 1910, cuando el Ayuntamiento, en un gesto que lo deshonra, pidió al Ministerio de la Guerra su enajenación y derribo, negándose éste a ello. Nunca estuvo ocupado por el Cuerpo de Carabineros ni por la Guardia Civil.
A principios de este siglo se convirtió en museo, tras unas obras de reconstrucción total que comenzaron en 1997 y que siguieron, con la mayor fidelidad posible, los planos originales.
Baluarte del castillo, 1960 (de torresenverde.blogspot.com)

Descripción, arquitectura y construcción:
Tras las obras llevadas a cabo por Luis de Castro Inestrosa, el edificio quedaría tal como hoy lo vemos: de planta cuadrada, con un patio central también cuadrado y dos plantas de altura, con galerías abiertas al patio. En sus esquinas tres torreones cilíndricos —el situado en la esquina suroeste es de mayor tamaño, considerándose como torre del Homenaje— y un baluarte en el vértice orientado a levante. Esta batería se armaría con cuatro cañones de pequeño calibre.
Plano fechado en 1783

Siguiendo el plano del castillo realizado por Joaquín de Villanova en 1783, vemos que a él se accede por una puerta situada en el lienzo noroeste, y que estuvo protegido por un antemuro en forma de revellín que cerraba una pequeña liza (B); el antemuro tenía una doble banqueta corrida para su defensa y rastrillo en su puerta. La puerta principal dispuso de un pequeño foso (C) y puente levadizo (D).
La puerta daba paso al patio de Armas, justo a la derecha un pozo (E) y un pilón para abrevar los caballos (F); siguen la capilla (H) y la estancia del capellán (I), un almacén y cuarto del guarda (J); al fondo las dependencias del alcaide (X) que se distribuían en dos plantas, y a la izquierda el cuerpo de guardia, el calabozo, un horno y otras habitaciones; también a la izquierda, y en planta alta, se situaban los cuarteles de Artilleros e Inválidos (R) —cuerpo éste último creado en 1717 y extinguido en 1991— a los que se accedía por una escalera (G).
Todo el perímetro de la muralla lo recorría un adarve (L) no almenado, al que se accedía por varias escaleras, una de ellas (K) llevaba al Macho (M), la torre del Homenaje, de forma troncocónica, situada en la esquina de poniente. El adarve, como dice la leyenda del plano, tenía una “banqueta que corre al rededor del castillo, y sus parapetos están atronerados para la defensa del fusil”.
En los vértices norte y sur, sendos torreones cilíndricos (P y V).
Desde el adarve, en la planta alta (S) se llega al baluarte (T), único elemento original del castillo.

Torreón sur.

Torre del Homenaje
Baluarte, en la esquina oriental.

Mi Compañía en el baluarte.

Materiales: como material principal, la mampostería.
Estado: En magnífico estado, gracias a la profunda restauración, o mejor dicho, reedificación realizada. Prácticamente el único elemento original, pero restaurado, es el baluarte.
Propiedad actual: pública, Ayuntamiento de Roquetas de Mar.
Uso: actualmente es un museo, que alberga exposiciones permanentes y temporales. Además, es lugar de conciertos, actos culturales y conferencias.
En la planta baja está el Centro de Interpretación y salas de exposiciones temporales; en el patio (actualmente cubierto por una estructura móvil) se celebran conciertos y actos institucionales.
En la primera planta, una exposición fotográfica permanente y otra de obras donadas por numerosos artistas más una colección de 82 aguafuertes de Goya sobre Los Desastres de la Guerra.
En la torre del Homenaje se presenta una exposición permanente de maquetas de barcos.
Por último, la terraza y el baluarte son paseables.
Visitas: el acceso es libre y gratuito.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
está reconocido como Bien de Interés Cultural desde 1985; Decreto: 22/04/1949.
En 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza.
Una de las salas expositivas.
Exposición en la torre del Homenaje.
Maqueta en proceso de construcción.

Clasificación subjetiva: 2, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita.
Y me atrevo a calificar tan bajo este castillo, que aparentemente se presenta magnífico, por la enemistad que siento hacia las restauraciones que van más allá de la mera recuperación y puesta en valor de las piedras viejas. Siempre he sido partidario de la consolidación y restauración, pero nunca, como es este caso, de la reedificación total, a la que se añade una profunda musealización del edificio que incluso oculta y anula el espíritu del edificio.
Otras cuestiones de interés: Muy cerca del castillo se encuentra el faro, hoy inutilizado como tal, pero habilitado como sala de exposiciones.
Fue inaugurado el 31/diciembre/1863 y tuvo una lámpara fija alimentada con aceite de oliva; su alcance era de 9 millas.
El último día que alumbró fue el 10/mayo/1945.
Y además, no olvidar que en su escudo municipal está representado el castillo (para más información pinchar aquí: escudo de Roquetas del Mar).

Cómo llegar: Desde Almería, tomar la A-7 sentido Málaga y hacia el Kmo 800 desviarse hacia la A-391, Parador de las Hortichuelas; desde allí, casi en línea recta hasta Roquetas y allí, por la avenida del mismo nombre, hasta el puerto, que es donde está el castillo.
Accesos: Se aparca el coche en las inmediaciones y se camina tranquilamente hasta el castillo.
Coordenadas: 
36.7541970780596, -2.6058816436053123