Localidad: Los Escullos.
Municipio: Níjar.
Provincia: Almería.
Tipología: Fuerte abaluartado.
Datación: siglo XVIII, ¿1771?
Situación:
El castillo de San Felipe está en Los Escullos es una pequeña población costera, de
apenas 100 habitantes, que pertenece al municipio de Níjar y, por lo tanto,
se encuentra en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar. Es un lugar de obligada
visita: el paisaje, la playa y, sobre todo para mí, su castillo, idéntico a
otros, coetáneos en el tiempo, pero tan distinto al pasearlo sobre las rocas en
que se asienta; es todo un espectáculo el roquedal que el viento y las olas han
ido dando forma a lo largo de siglos: Escullo que viene de escollera que es lo
que aparenta por aquí la costa.
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La playa de Los Escullos. En el recuadro, el castillo (de parquenatural.com) |
Poca documentación encuentro sobre este pequeño poblado, alguna referencia literaria en la enciclopedia de la red, de la mano de Juan Goytisolo: «Es un poblado mísero, asolado por los vendavales, cuyas casas crecen sin orden ni concierto, lo mismo que hongos. No hay calles, ni siquiera veredas que merezcan tal nombre. El coche encalla en un regajo y nos apeamos frente a la escuela», y poco más.
La historia nos cuenta que la vida en la comarca quedó definitivamente
estructurada a partir de principios del siglo XVII: terremotos, ataques de
piratas bereberes, plagas y pestes. Y las largas estancias de inmensos rebaños
de ovejas que, ganaderos de Granada, traían a pastar y que, según se cuenta
para mal, colaboraron con la desertización del paisaje.
Con la promulgación el 18/agosto/1764 del “Reglamento que Majestad
manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa
del Reino de Granada en 1764”, se potenció la defensa de la costa, la cual
se encontraba bastante insegura con la consiguiente desestabilización social y
económica de la región. A lo que también había ayudado la pérdida de Menorca y
Gibraltar.
La costa del Reino de Granada quedaba así asegurada, y el castillo de San Felipe en Los Escullos, junto a otros fuertes y baterías, ayudó a consolidar también una serie de núcleos de población que cambiaron el hábitat de la costa.
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El castillo y el poblado de Los Escullos (de parquenatural.com) |
Datos históricos:
Este castillo fue uno de los incluidos en el Reglamento de 1764, aunque se dice que la idea de su construcción venía de antes; ya en 1739, reinando Felipe V, el Marqués de Valdecañas realizó una visita por estas tierras, informando de la necesidad de fortificar la zona a fin de proteger a los agricultores que se habían asentado. Aconsejó entonces levantar un fuerte en el islote denominado Murato Arréz, identificado hoy con La Isleta del Moro, pero la obra, que estuvo diseñada por Felipe Crame, no se llevó a cabo.
En el informe
previo a la redacción del Reglamento de 1764, Antonio María Bucarelli y Ursúa
propuso, tras el viaje realizado con el ingeniero Miguel del Corral, la
construcción de nuevas torres y fuertes, así como la reparación y reforma de
los edificios existentes. Para Los Escullos se recomienda «una torre capaz
de artillería gruesa», pero en la redacción del Reglamento se recoge la
construcción de un fuerte, pues esa fue la sugerencia de Bucarelli que había
vuelto a visitar el lugar y cambiado de opinión.
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Fachada oeste, acceso al castillo. |
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Fachada norte. |
Fue construido
durante la década de los 70 del siglo XVIII —no hay certeza—, pues ya aparece
citado como “guardia provisional” en un plano de la costa del Reino de
Granada, de Jaime de Coca, fechado en 1779. El autor del proyecto fue el
Brigadier e ingeniero militar José Crame, o Cramer (1732-1768) —que también
diseñó el resto de las obras que se levantaron para cumplir con el Reglamento
de 1764—, siguiendo el modelo repetido de batería para 4 cañones de 24 libras.
El encargado de su construcción fue el arquitecto almeriense Francisco Ruiz
Garrido, autor también de la batería de las Escobetas en La Garrucha.
Para su ejecución
se utilizó el mismo sistema de financiación que en otros casos similares, es
decir, se buscaba un patrocinador que a cambio recibiría una serie de
prebendas, entre ellas un cargo militar. En el caso del fuerte de San Felipe,
se trató de Bernabé Gómez Corbalán que, a cambio del pago de unos 201.000
reales de vellón, recibió dos grados de capitán, uno para él y otro para su
hermano Felipe. Una vez recibida la recompensa —en 1771—, la fortaleza pasó a
propiedad Real. Se le asignó una guarnición de un sargento, dos cabos, veinte
soldados de milicias urbanas, cinco artilleros y un guarda de almacén.
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Fachada sur.
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En informes
posteriores, como el de Felipe de Paz a su Majestad Carlos IV, en 1803 nos
dicen que seguía operativo; y en 1849 es Miguel de Santillana quien informó a
la reina Isabel II sobre el estado de las fortificaciones de la costa,
incluyendo éste, en el que aún permanecían algunos torreros. Y es que,
terminada la Guerra de la Independencia, muchos de estos edificios fueron
abandonados, pero concretamente éste de San Felipe, a pesar del lamentable
estado en que lo dejaron los franceses —lo habían desartillado, llevándose los
cañones—, fue ocupado por carabineros en 1829. El fuerte siguió en uso, siendo
declarado útil para la defensa del Reino en 1869; tenía por entonces una
dotación de 12 hombres.
Ya en el siglo XX, finalizada la Guerra Civil, fue asignado a la Guardia Civil, que además disponía de un cuartel en las cercanías. Sin embargo, su deterioro fue en aumento, llegando a atener en la década de los sesenta algunos elementos en ruinas, tales como el parapeto. Deslindado el edificio y con ello su uso con respecto al cuartel vecino, se produjo su abandono y con ello un uso anómalo por parte de pastores, turistas y habitantes provisionales, que lo destrozaron aún más.
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En los años cincuenta (de torresenverde.blogspot.com) |
Descripción, arquitectura y construcción:
Da idea de la
inaccesibilidad del lugar escogido para la construcción del fuerte, que la gran
mayoría de los materiales tuvieron que ser llevados en barco desde Almería,
pues no había caminos que posibilitasen el transporte. Se levantó sobre un
pequeño montículo muy cerca de la orilla, a unos diez metros de la pleamar,
sobre una formación rocosa que forma un pequeño acantilado de unos ocho metros
de altura. A escasos metros se encuentra el poblado de Los Escullos.
Tipológicamente es idéntico al de La Duquesa en Manilva y al del Marqués en Vélez-Málaga, o sea, formado por dos cuerpos independientes pero unidos: la batería y las dependencias de los cuarteles. Todo el edificio presenta desde el exterior un volumen muy macizo, con escasez de vanos. El edificio, que tiene una altura de unos 8 metros, presenta una sola planta, con todas sus dependencias cubiertas con bóvedas de medio cañón.
Se accede por su
fachada oeste, a través de una amplia puerta adintelada, flanqueada por los dos
semibaluartes del hornabeque que conforma esa fachada. Aún se conservan a los
lados del vano las aberturas para el paso de las cadenas del portalón que servía
como puente levadizo y cerraba la puerta.
Un vestíbulo
distribuye a la derecha el calabozo y la cocina, y a la izquierda la oficina
del oficial al mando y el cuerpo de guardia.
Ya en el patio, y
de izquierda a derecha: almacenes de víveres y pertrechos y de pólvora en el
semibaluarte norte; a continuación, la dependencia del guarda de almacén y el cuartel
de artilleros —para cinco soldados—; y antes de la rampa, la capilla, que
ocupa también un pequeño baluarte curvo. Entre la capilla y la rampa se sitúa
una escalera por la que se accede al terrado.
Pasado el patín de subida a la batería se encuentran las letrinas y el cuartel de caballería —para un cabo y seis soldados—, que al igual que la capilla, y por simetría, también ocupa el otro pequeño baluarte curvo, después las caballerizas, con capacidad para seis caballos y pajar; seguidamente, y ocupando el semibaluarte que se orienta al sur, el cuartel de infantería —para un sargento, un cabo y doce soldados—.
Todas las dependencias dispusieron de chimenea, y se iluminan y ventilan desde el exterior mediante aspilleras, y con ventanas hacia el patio.
El terrado ocupa toda
la superficie del edificio, adaptándose su superficie a la planta del fuerte.
El pretil tiene la altura suficiente para proteger a un hombre, presentando a
intervalos regulares multitud de aspilleras para el tiro.
El patio es de forma rectangular, con sus lados menores al norte y sur. Está pavimentado, al igual que el vestíbulo y la batería; no ocurre lo mismo con el resto, pues originalmente no se solaron las dependencias, observándose como la roca del lugar aflora puntualmente.
La batería es un volumen macizo, de planta semicircular, y mira al mar. Se accede a ella mediante una rampa o patín que permitía el desplazamiento de las piezas de artillería, esta rampa parte del patio del primer cuerpo, y está enfrentada a la puerta del castillo. A ambos lados de la rampa se abren sendos fosos que separan la batería del resto del fuerte y hacia los que se abren los huecos de ventilación de la capilla y del cuartel de caballería. Rodea la batería un pretil corrido, a barbeta coronado con losas de piedra; todo el suelo está empedrado.
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Vestíbulo de entrada, patio y, al fondo, rampa de acceso a la batería. |
Materiales:
Estado: Aparente buen estado, fue restaurado en 1991.
Propiedad: Pública, Junta de Andalucía, dependiendo
directamente del Parque Natural.
Uso: ninguno, aunque existe la pretensión de convertirlo
en Centro de Interpretación del Medio Marino del Parque Natural Cabo de
Gata-Níjar, cosa que hasta la fecha no ha sucedido.
Visitas: totalmente libre el exterior, pero cerrado el
acceso al interior.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 de 25 de sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está catalogado como Bien de Interés Cultural desde el 22 de junio de 1993.
La Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidqad Autónoma de Andalucía en 1993.
Clasificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo.
Quizá me he pasado en la valoración, pero
al tratarse de un fuerte, no debería utilizar el mismo baremo que para los
castillos medievales. Es decir, dentro del mundo de los fuertes, no cabe duda
que sí merece esta nota. Además, está el tema del parque natural, que eso ya
hace elevar la nota.
Otras cuestiones de interés: estando como
estoy en la costa de Almería, hay que mencionar el Parque Natural y sus playas,
y cómo no, la generosa cantidad de torres, castillos y similares que puntean el
paisaje.
Cómo llegar: desde Almería, tomar
la AL-12 dirección El Alquián, y después N-344 hacia Retamar; aquí la Al-3115
hacia Rambla de Morales/Ruescas y a continuación tomar la AL-3201 hasta el
cruce con la AL-3108, aquí girar a la izquierda y continuar hasta encontrar la
AL-4200 a la izquierda, que la cogeremos y nos llevará a Los Escullos
Accesos: Al pié de la carretera hay una zona para aparcar muy cerca del castillo; un corfto paseo de unos minutos nos llevará a él
Coordenadas:
36.802259,
-2.062888
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