martes, 31 de octubre de 2023

Vélez-Málaga, Almayate, Castillo del Marqués

Sigo en la costa malagueña, en la provincia que decía tiene el mayor número de defensas de todo el litoral andaluz. Ando hoy por Vélez-Málaga, y más concretamente en su pedanía de Almayate, donde se encuentra, a pie de la carretera N-340 y de la playa de El Hornillo, el llamado Castillo del Marqués. Una parada en el camino y me dispondré a pasearlo.
Almayate, como tantos, es lugar antiguo, desde los fenicios hay restos. En las cercanías se encuentra en yacimiento de Los Toscanos, en donde también se levanta una torre almenara, la de Manganeta. Por aquí además están las canteras de las que se extrajeron, por ejemplo, las piedras necesarias para levantar la Catedral de Málaga.
Durante el dominio musulmán fue una alquería, la principal de la Axarquía durante la época nazarí. Tras la Reconquista se permitió a la población establecerse cerca de la costa, a menos de una legua —lo que se ha conocido como el Seguro de Almayate—.
El fuerte desde la carretera N-340.


EL CASTILLO:

El origen de este castillo —realmente es un fuerte abaluartado— se remonta a principios del siglo XVI, cuando los moriscos que aún permanecían en Almayate decidieron marchar a Berbería. Esta circunstancia fue aprovechada por el Iº Marqués de Mondéjar, Íñigo López de Mendoza, a la sazón Capitán General del Reino de Granada, para solicitar al rey la cesión de esas tierras; cosa a la que accedió la corona, pero no como señorío sino como usufructo, en la fecha de 28/octubre/1508. El marqués de Mondéjar repobló las tierras y se dispuso a su explotación. Curiosamente, los repobladores fueron también moriscos.
Para la protección del lugar, se levantó en la playa una torre que fue llamada del Marqués, que se vino a unir a las ya existentes del Jaral y Torre Nueva, además del castillo de Almayate —del que quedan unos pocos restos—, que se encontraba algo alejado de las tierras a explotar, y en pésimo estado, por lo que fue destinado, a partir de entonces, a almacén de los productos de las huertas.
En el siglo XVI fue ampliada la torre y sus defensas, por lo que pasó a denominarse el Castillo del Marqués.
Dos siglos después, el castillo se encontraba arruinado, no reuniendo las condiciones necesarias para responder a las necesidades para las que se construyó, ni para hacer frente a las acciones de hostigamiento por parte de corsarios de todo pelaje.
En esto que llegó el 18/agosto/1764, y con él la publicación del “Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”, o sea, el proyecto de Carlos III para reforzar toda la costa sur de la Península Ibérica.
En dicho Reglamento se opta por construir en la costa de Almayate una nueva fortificación, que se llamaría el fuerte del Marqués y que se levantaría en terrenos donados por los sucesores de López de Mendoza, junto a la playa y alejado del castillo original unos centenares de metros hacia el oeste.
El castillo tendría una dotación mixta de Caballería, Artillería e Infantería, formada por un oficial, un sargento, dos cabos y dieciséis soldados de Milicia Urbana; un cabo y ocho soldados de Caballería; y un cabo, cuatro soldados y un guarda almacén de Inválidos de Artillería, desapareciendo la figura del alcaide del castillo, y quedando todo el personal al mando del oficial de Milicia Urbana. Además, disponían de una gran extensión de huerta para su aprovisionamiento.
Siguiendo los criterios que marcaba el reglamento, tuvo financiación privada, concretamente del capitán Gaspar Álvarez de Sotomayor —su coste fue de 242.168 reales de vellón y 26 maravedíes, algo más de los 200.000 reales previstos por la corona—, que obtuvo por ello una recompensa consistente en la obtención del grado de capitán par sus hijos Miguel y Gaspar Álvarez.
La construcción del fuerte —batería para cuatro cañones de a 24 libras— siguió el proyecto de José Crame, brigadier, ingeniero y director de las obras de aquel ambicioso plan de defensa de la costa del Reino de Granada. Las obras duraron desde el otoño de 1766 a diciembre de 1767 y fueron ejecutadas por Antonio Ramos, Maestro Mayor de la Catedral de Málaga.
D. José Herrera García (1798-1865), Ingeniero y Mariscal de Campo, dijo de este fuerte que “tiene por objeto este castillo impedir la aprocsimacion de embarcaciones enemigas a la playa, que es espaciosa y propia para desembarcos, defenderla, proteger nuestros buques, e impedir el contrabando. Su posición es propia para el objeto”.
En 1830 fue entregado al Cuerpo de Carabineros de la Real Hacienda que lo convirtió en casa-cuartel, dedicándose básicamente al alojamiento de los carabineros y sus familias, y abandonando el carácter defensivo que tuvo.
Su progresivo deterioro llevó en 1913 a decidir su reforma, la cual se llevó a cabo desde 1919 a 1922. Entonces se le añadió un cuerpo superior sobre la terraza —hasta entonces tuvo una sola planta— que se destinó a mejorar las condiciones de habitabilidad de las familias de los carabineros, consistente en la creación de doce pabellones. A esta ampliación se la conoció como la Caseta de Carabineros del Puesto del Marqués. El resto del edificio sufrió innumerables reformas que distorsionaron completamente la obra original.
Durante la Guerra Civil fue cárcel del Bando Nacional, y ocupado en la década de los 40 por la Guardia Civil, una vez desaparecido el cuerpo de Carabineros, que lo convirtió nuevamente en casa-cuartel. Sin embargo, al no ser reformado dada su avanzada ruina, fue abandonado a principios de los años 50.
En 1984, el Ayuntamiento de Vélez-Málaga se hizo con su propiedad, según R.D. 1582 de 20/junio/1984, a fin de convertirlo en un centro cultural y de exposiciones.
Actualmente alberga la Escuela de Hostelería Castillo del Marqués, dependiente del I.E.S. “María Zambrano” de Torre del Mar. Para este uso fue nuevamente remodelado, aunque esta intervención no fue tan agresiva como la de la década de los 20 del siglo pasado, aunque pudiera parecer lo contrario. Es evidente que el uso que se le da actualmente a las distintas dependencias, nada tiene que ver con el que tuvieron en el pasado.
Trabajadores del castillo.


LOS DETALLES:

La descripción que sigue es la que originalmente tuvo su construcción, aunque a título anecdótico-informativo no estaría mal dejar aquí también las diversas reformas que ha vivido el edificio; la de los años 20 del siglo pasado y la de la década de los 90.
Me ayudaré en los pormenores de uno de los dibujos que nos dejó su diseñador, José Crame (Joseph Crame) —que firma en Málaga el 20 de marzo de 1765—, y seguiré la numeración de las dependencias según en ellos figura.


Básicamente, y a primera vista, el castillo es de planta cuadrangular —de unos 33 metros de lado—, aunque no lo parezca. En su cara norte se refuerza con un hornabeque, o sea, dos medios baluartes que están trabados por una doble cortina en ángulo a modo de revellín (Q), para cubrir la puerta del fuerte, que dispone de adarve y aspilleras a nivel del suelo. En la cortina de la izquierda, orientada al nordeste, está la puerta de acceso a un pequeño patio, y más adelante un pasadizo cubierto por una bóveda de medio cañón que conduce al patio. Este pasadizo estuvo precedido por un puente levadizo (P).
Puerta de acceso y semibaluarte del noreste,

Muro de la doble cortina que protege la puerta.

Desde el interior del pasadizo se accedía, a izquierda, la habitación del oficial (E), y a derecha, al calabozo (N) y la cocina y despensa (E), también del oficial del fuerte.
Desde el patio, en el que hubo un pozo y una pila de mármol (R), y que estuvo empedrado, se distribuían todas las dependencias y cuarteles.
En el semibaluarte de levante se encontraba el almacén para la pólvora (N); a continuación, un almacén para todo tipo de pertrechos (G), la habitación para el guarda del almacén (F), y la dependencia-cuartel para un cabo y cuatro artilleros (I). Por último, en esa ala, la capilla y la dependencia para el alojamiento del capellán (D).
En el semibaluarte del oeste y parte del ala de ese lado, estaba el cuartel (K) para un sargento un cabo y doce soldados de infantería. Seguidamente, la caballeriza (M) para siete caballos, comunicada con el cuartel (L) para un cabo y seis soldados de caballería. Junto a esta dependencia estaban las letrinas (O).
Fachada este: batería a la izuierda, y semicubo de la capilla.

El cuartel de caballería y la capilla era estancias simétricas, abovedadas, que sobresalían de la muralla mediante sendos semicubos aspillerados. A su vez, cada una de ellas disponía de dos ventanas enrejadas que daban al foso que separaba el fuerte de la batería semicircular. El resto de las dependencias del fuerte carecía de ventanas al exterior, sólo aspilleras; sí tenían ventanas, para iluminación y ventilación, al patio.
En la fachada sur, a la izquierda está la escalera (T) que conducía al terrado, que estuvo rodeado de un pretil aspillerado.

Fachada sur del fuerte, desde la batería. Sobre el terrado, ampliaciones del siglo XX.

En esa misma fachada sur, y separada por un estrecho foso seco de unos seis pies de ancho, se levanta la batería, de planta semicircular, a la que se accede desde el patio mediante una rampa (C) o patín, que estuvo cubierta por una caponera (B) con tejado a dos aguas. Un foso también rodeó completamente la batería.
En su construcción se utilizaron mampuestos, y sillares en las esquinas; muchos elementos, como bóvedas y aspilleras, se ejecutaron con ladrillo. Sus fachadas estuvieron revestidas con revoco y blanqueadas de cal, y también las paredes de las estancias; incluso las exteriores se decoraron con esgrafiados que simulaban sillares, que trataban de crear una ilusión óptica.
Fachada de levante.

  

RESUMIENDO:

 

Nombre: Castillo o fuerte del Marqués o del Marqués de Valle Niza.

Localidad: Almayate.

Municipio: Vélez-Málaga.

Provincia: Málaga.

 

Tipología: fuerte abaluartado.

Época de construcción: siglo XVIII, 1766/1767.

Estado: En muy buen estado, aunque muy reformado para los usos que ha tenido y tiene.

Propiedad: Público, Ayuntamiento de Vélez-Málaga.

Uso: Escuela de Hostelería, dependiente del IES “María Zambrano” de Torre del Mar.

Visitas: Cuando lo visité no me fue permitida la visita por un empleado de la Escuela de Hostelería. El exterior, por supuesto, es libre.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre Patrimonio Histórico Español.

La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza en 1993.

Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 29/junio/1985.

 

Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. Aunque al estar en una costa en la que se prodigan estas edificaciones, si se anda por allí, se visitará y se paseará.

Otras cuestiones de interés: Todas las torres, fuertes y castillos que se levantan en la costa malagueña.

Cómo llegar: se encuentra en la N-340, entre los núcleos de población de Benajarafe y Almayate, muy visible desde la carretera.


Coordenadas: 

36.720573745327194, -4.1611909584728455

 

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