martes, 30 de mayo de 2023

Zalamea de la Serena, castillo de Arribalavilla, de Zalamea o castillo palacio de los Zúñiga

Desde mi pueblo, en un corto desplazamiento hacia el sur de poco más de media hora, y atravesando paisajes adehesados y a ratos graníticos, se llega a Zalamea de la Serena, pueblo que se acomoda sobre una meseta a apenas 500 metros de altitud en la que asoma sobre el caserío la silueta de su castillo, suficiente para dominar todo el entorno.



EL CASTILLO:

Buscando información sobre la historia de este castillo, nombrado de Arribalavilla, he encontrado en la red, y en más de una ocasión, referencia al libro “Castillos y fortalezas de Extremadura” de Antonio Navareño Mateos. Así que en su honor comienzo yo también con las mismas palabras:

“La toma de Zalamea por Fernando III con ayuda de la Orden de Alcántara en 1232, hace pensar en la existencia de una fortaleza islámica en el lugar, aunque la que ahora podemos contemplar fue construida por completo con posteridad a la Reconquista...”

Sin embargo es fácil pensar que antes de la construcción de aquella fortaleza árabe, unos cristianos anteriores ya fortificaron la pequeña a finales del siglo VI, cuando la península Ibérica estaba prácticamente dominada por los visigodos. Caso de haber sido así, más fácil es aún pensar que de aquella nada quede, como tampoco apenas nos han llegado restos de lo que construyeron los musulmanes.
Y haciendo un suave esfuerzo podemos también pensar que antes, incluso, los romanos se asentaron aquí —Tito Livio localiza la Iulipia Menor, fundada hacia el 300 a.C. en este lugar por turdetanos—y nos dejaron el exclusivo y magnífico dístylo que luce en la plaza de la Constitución junto a la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros. Por lo que cabría suponer que el origen del origen del castillo se remonta a casi quinientos años.
Tras la conquista por parte del rey Fernando el Santo en 1233 y la cesión del castillo a la Orden de Alcántara, se repuebla el lugar y se reconstruye la fortificación en los términos que hoy la conocemos.
Fue, en el siglo XIV encomienda de los de Alcántara, y en alguna ocasión debió sufrir daños por ataques de Alonso de Monroy, clavero de la Orden, durante los conflictos suscitados al pretender hacerse con el Maestrazgo.
A finales del siglo XV, Juan de Zúñiga y Pimentel, Maestre de la Orden de Alcántara, construyó, adosado a su muralla oeste, el palacio de los Zúñiga donde residió un tiempo Antonio de Nebrija, por lo que se podría decir que parte de su Gramática de la Lengua Castellana la escribió entre esas paredes; el resto, en el palacio Prioral de Villanueva de la Serena.
En 1826 se decidió instalar en su interior un cementerio, siendo utilizado hasta la segunda mitad del siglo XX; los últimos restos se exhumaron en 1976. Junto a la entrada del aljibe han quedado expuestas algunas lápidas.
Interior del castillo desde la torre del Homenaje.

Interior del castillo desde la torre de la Higuera.


LOS DETALLES:

Sigo con Antonio Navareño Mateos y utilizo sus palabras para describir el estado del castillo, lo que facilitará mi trabajo en este momento. Voy con ello:

"El castillo actual, con planta cuadrangular regular de proporciones moderadas, con torres en los ángulos, en un lugar accesible no muy elevado, junto a la población, responde al modelo de fortificación del siglo XV. Creemos que entonces se aprovecharían algunos elementos del viejo castillo existente anteriormente, como parte de la cerca primitiva que todavía en el siglo XVI se cita como barbacana, pero ya vieja y arruinada, aunque todavía conservaba algunos “torrejones” o cubos.
Todavía conserva las cuatro torres angulares, pero ha perdido el lienzo del lado occidental, junto al cual a finales del siglo XV construyó su palacio el Maestre don Juan de Zúñiga.
Sin embargo, las torres mantienen aún su fisonomía y consistencia primitivas, incluso hemos podido conocer sus nombres en la documentación del siglo XVI.
La más señera es la Torre del Homenaje, la única prismática, con un interesante sistema de autodefensa al tener la puerta de acceso elevada varios metros sobre el nivel del adarve. También la Torre Oscura, situada en el ángulo suroccidental tiene un interesante sistema de seguridad al contar en su interior con un angosto pasadizo por el que es preciso circular para acceder a las dependencias de sus distintos pisos o para trasladarse de un adarve a otro.
Algo parecido, aunque más simple, sirve como seguro en la Torre de la Higuera, situada en el ángulo noroccidental, pues para comunicar los dos lienzos de ese ángulo era preciso subir por una angosta escalera hasta la terraza y luego descender por otra similar. La única que es hueca en su parte baja en la Torre Mocha, situada en el ángulo nororiental.
Como era característico en este tipo de castillo, contaba con sendos volúmenes adosados a los cuatro muros del recinto, desplegándose en torno a un patio cuadrado en el centro.
Ahora sólo queda uno de los muros maestros que configuraban la crujía de un lado, pero por la documentación sabemos su disposición original y la ocupación de estos para albergar las distintas dependencias domésticas y residenciales del castillo.
Sin embargo sí puede visitarse el aljibe que se halla en el centro del patio, aunque ha sufrido muchas modificaciones y ha perdido su primitiva función, sabemos que se construyó a mediados del siglo XVI, época en la que se acomenten muy importantes y cuantiosas obras de restauración y acondicionamiento del castillo, pero poco después comienza su abandono”.

Puerta de acceso al castillo, sobre ella un matacan.

Zaguán en la entrada,al fondo la torre de la Higuera.

Pero no me resisto a mi propia redacción. Así que comencemos por decir que su planta es rectangular, tendiendo a un inapreciable trapecio. Su base mayor se orienta a levante y la conforman un lienzo de muralla que une la Torre Mocha en su extremo norte con la del Homenaje en el sur. La base menor del trapecio, otro lienzo de muralla hoy desaparecido, pues fue demolido para construir el palacio, une la torre Oscura al sur con la de la Higuera o de las Higueras al norte. Todas sus fachadas a excepción de la del Palacio, tiene viviendas adosadas por lo que es difícil contemplarlo desde el exterior; parte de su fachada sur, la coincidente con la puerta, sí está libre de edificaciones.
Es muy probable que este castillo tuviera antemuro, pues se habla de la llamada “cerca vieja”, por lo que es de suponer que todas las edificaciones que lo rodean por tres de sus lados ocupen el espacio que tuvo la barbacana.
Tiene su acceso, como acabo de decir, por la fachada sur, mediante una puerta conformada por un arco de medio punto, de granito, roto en su clave por un detalle que lo convierte en flamígero; un corto zaguán cubierto por una bóveda rebajada, nos conduce al patio. Sobre la puerta, los restos de un matacán.
A la derecha se observa el único muro que queda en pie de las construcciones que rodeaban el patio y se adosaban a las murallas. En el centro, una escalera nos conduce a lo que probablemente fue un aljibe, construido en el siglo XVI.
Torre del Homenaje y acceso elevado.

Decía que cuatro son las torres, situadas en cada uno de los vértices del rectángulo y a las que se accede por el adarve, el cual dispuso de parapeto al interior, hoy desaparecido. Todas han perdido por completo su almenado; en las murallas aún perduran las almenas del lienzo de levante, las cuales tienen troneras.
Sobre todas ellas destaca la del Homenaje, de planta hexagonal, ejecutada en mampostería y sillares en sus esquinas. Es maciza hasta algo más del nivel del adarve, que es donde tiene su acceso, lo que ayudaba en su defensa como último reducto.
La torre del Homenaje; en el lienzo de la derecha, la puerta de entrada.

Las otras tres torres son cilíndricas, o casi.
La torre Mocha, que supongo es llamada así porque perdió su último cuerpo, es de mampostería en su totalidad, y se caracteriza por ser totalmente hueca, incluso tuvo sótano, tal vez un calabozo. Algunas aspilleras perforan su muro.

La torre Mocha; a a izquierda restos del centro el aljibe.

La torre Oscura, situada en su esquina suroccidental, es maciza hasta el adarve; se accede al interior a través de un pasillo en zigzag, y la circulación por su interior hasta la terraza es bastante complejo, o al menos así lo apunta Navareño Mateos, pero no lo he corroborado pues la puerta de acceso estaba cerraba durante mi visita.
La torre Oscura; a la izquierda la puerta de accerso; al fondo un muro del palacio.

La torre de la Higuera, ubicada en el ángulo nororiental, es la más alta de las tres cilíndricas, está hueca en su totalidad —actualmente dispone de una escalera metálica por la que se sube hasta el adarve— y se cubre con una bóveda de factura posterior a la torre. Sobre la bóveda, los restos de una pequeña espadaña. Al igual que la torre Oscura, y siguiendo con el texto de Navareño Mateos, esta torre también tenía un especial sistema de acceso.
La torre de la Higuera; abajo, entrada al aljibe.

El palacio de los Zúñiga, del que apenas quedan restos, se sitúa en el lado oeste del castillo y quedó adosado al lienzo de ese lado —hoy desaparecido—. Fue construido en el siglo XV y de él sólo se conserva su fachada con algunas ventanas, aspilleras y la puerta de acceso, de estilo gótico y arco rebajado. Sobre ella —leo en alguna web que hay dos escudos, uno cuartelado de seis medias lunas y nueve roeles, y otro con banda y la cruz de Alcántara— un escudo del que no logré identificar ningún elemento. En el interior tan solo restan unos muros sin techumbre alguna.
Los restos del palacio; a la derecha la torre Mocha.

Es de suponer que el palacio tuviera dependencias más allá de la muralla del castillo pues la fachada se prolonga hacia la izquierda. En esta prolongación vemos otra puerta, pequeña, bajo un arco de medio punto de voluminosas dovelas adornado en su desarrollo interior de pequeñas bolas; esta puerta lleva a una edificación aparentemente contemporánea.
Fachada del Palacio.

Puerta de acceso al palacio.


Puerta lateral del palacio


RESUMIENDO:

Nombre: Castillo de Arribalavilla.
Localidad: Zalamea de la Serena.
Municipio: Zalamea de la Serena.
Provincia: Badajoz
Espadaña sobre la torre de la Higuera.

Tipología: Castillo.
Época de construcción: siglo XIII, sobre restos anteriores. En el siglo XVII se amplía con la construcción del Palacio de los Zúñiga.
Estado: Como se suele decir, ruina consolidada.
Propiedad: Pública (Ayuntamiento).
Uso: turístico, y lugar para jugar a la petanca.
Visitas: sí, libre acceso.
Protección: bajo la protección de la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico Español.
Improvisada pista de petanca en el Patio de Armas.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verla. O lo que es lo mismo, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Pero si vas, hazlo en fecha de la representación popular de El Alcalde de Zalamea, y de paso visitas su casa, en la calle del mismo nombre, Pedro Crespo.
Otras cuestiones de interés: Además de la casa del alcalde, no olvidar ver el distylo, monumento sepulcral romano, y también el yacimiento de Cancho Roano (siglo VI a.C.).
Ubicación: 
38.64864380900259, -5.661691913228848
Cómo llegar:
Cómo llegar a Zalamea desde mi pueblo.




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