martes, 1 de noviembre de 2022

Castillo de La Duquesa o de Sabinillas

El castillo de La Duquesa, o fuerte, o fortín, pero siempre de La Duquesa, está en la costa del término municipal de Manilva, entre la torre de la Chullera y la de la Sal, esta última ya en Casares. Buen, también leo por ahí que se lo llama fuerte de Sabinillas, por el lugar donde se encuentra: San Luis de Sabinillas, pedanía de Manilva a orillas del Mediterráneo y al suroeste de la provincia de Málaga, colindante con la de Cádiz.

Como no podía ser de otra manera, por aquí también estuvieron los romanos y antes otros que, como todos los que han pasado por aquí a lo largo de la historia, han visto gran atractivo en el lugar. Y lo siguen viendo, sólo basta darse una vuelta por su puerto o subir hasta Manilva, muy cerca, a apenas 10 minutos, para comprobarlo.
Decía que por aquí anduvieron los romanos, a los que antecedieron fenicios que ya comerciaron con los lugareños, de los que nos quedan restos arqueológicos en el asentamiento de Castillejos de Alcorrín. Con la llegada de los de Roma, y sobre todo a lo largo del siglo II, se abandonarían las tierras más altas para asentarse la población en la costa, motivados por el auge de la pesca y las industrias de salazón, a las que tan aficionados fueron los romanos. De aquella época nos queda el yacimiento del Entorno del castillo de la Duquesa, y otros.
Ya en el siglo V, y tras las invasiones bárbaras, principalmente vándalos, aquellos asentamientos junto a la costa se abandonan dada su inseguridad.
De época musulmana apenas si se conservan vestigios ya que la población estuvo muy dispersa, sin concentrarse en ningún núcleo urbano, pero dependientes con toda probabilidad del hisn ubicado en la actual Casares, que era la fortaleza con medina más grande de la comarca. Durante más de doscientos años, el actual límite de Manilva sería la frontera del Reino Nazarí de Granada.
Hacia 1485 se conquista Casares pasando esta villa al Duque de Cádiz, Rodrigo Ponce de León, integrándose en lo que será, primero el Señorío de Casares y después Condado, todos los poblamientos del entorno, entre los que se incluiría la actual Manilva.
Los primeros datos de ese poblamiento son de 1530, y se refieren al llamado “Cortijo de Manilva”, que respondía a la necesidad de repoblar terrenos cercanos a la costa, muy despoblados por la presencia de piratas norteafricanos y la inseguridad de los caminos de la costa. Se instalaron en la llamada Loma de los Mártires unos 50 vecinos de Casares, que fueron quienes constituyeron el Cortijo, origen de la actual Manilva.
Poco antes, en 1528, el Emperador Carlos había ordenado se realizasen esos poblamientos y se construyera una torre —la del Salto de la Mora o de la Sal— como elemento defensivo de la nueva población.
En 1796, concretamente en Octubre, se concede a Manilva el Real Privilegio de Villazgo, segregándose definitivamente de la villa de Casares, y asignándosele término municipal propio.
El castillo de la Duquesa muy bien acompañado. Fachada principal.

Fachada de la batería. La Compañía paseando por ahí.

Fachada oeste del castillo; uno de los dos baluartes semicilíndricos.

EL CASTILLO:


El castillo de la Duquesa o fuerte de Sabinillas recibe su nombre por la proximidad a la playa llamada de esa manera, la Duquesa; y de Sabinillas por encontrarse dentro del poblado costero de San Luis de Sabinillas.
Fue mandado construir por Carlos III en 1767. Durante aquella época se fortificó toda la costa del Reino de Granada —en algunos casos se aprovecharon edificaciones ya existentes— construyéndose hasta 32 fortificaciones nuevas en base a cuatro modelos establecidos. El objetivo de todas estas construcciones fue la protección de las costas españolas y la mejora de sus defensas ante las incursiones de los corsarios y piratas del norte de África. Además, la cercanía a Gibraltar hacía necesaria que esas defensas se reforzaran en los fondeaderos próximos a la colonia inglesa. Se trataba, como ya sabemos, de un período de la historia en el que las relaciones con Gran Bretaña no eran muy cordiales.
Su construcción fue costeada por Francisco Paulino, vecino de Sevilla (¿?), siguiendo el proyecto del ingeniero Miguel del Castillo. El benefactor de la obra fue recompensado por el rey con la merced de una compañía de caballería y su correspondiente retribución. En un principio recibió el nombre de Batería para cuatro cañones de Manilva.
El castillo fue dotado con dotaciones de todas las armas, al mando de un oficial: un sargento, dos cabos y 25 infantes; un sargento y ocho o diez caballos; un sargento y diez artilleros; un guarda de almacén y un sacerdote.
Con la invasión francesa, a principios del siglo XIX, el castillo fue ocupado por un destacamento de unos 50 soldados. Dada su estratégica situación fue atacado en varias ocasiones, tanto desde tierra como desde el mar por la marina inglesa.
Hacia 1826 consta que aún permanecía en él un destacamento militar, pero diez años después, en 1846 ya estaba desocupado. Y es que la invasión de Argelia por parte de Francia en 1830, hizo que, prácticamente, la piratería en el Mediterráneo se extinguiera, por lo que el valor militar del fuerte fue decayendo.
En la segunda mitad del siglo XIX fue cuartel del Cuerpo de Carabineros —encargados de la vigilancia de costas y fronteras, y por extensión del contrabando—, hasta 1890 en que se construyó un cuartel para este servicio en las inmediaciones.
Durante el siglo XX, y hasta la década de los setenta, estuvo habitado por 16 familias —un total de 70 personas— que carecían de vivienda. El edificio se encontraba en buen estado, aunque necesitando reparaciones
Entrada al revellín de acceso al castillo.

 

LOS DETALLES:


Este castillo de la Duquesa es uno de los mejores ejemplos de fuertes construidos en España durante el siglo XVIII, y sin duda, el edificio militar no medieval más espectacular de la provincia de Málaga.
Es un edificio proyectado y levantado a caballo entre un castillo y una casa fuerte, siguiendo fielmente las reglas de la arquitectura militar de la época, en cuanto a su diseño y su construcción.
Básicamente, fue concebido como una batería circular para cuatro cañones de 24, orientada al mar, y cerrada por la gola con un muro aspillerado, todo ello a modo de revellín semicircular. A su espalda se levanta el edificio que contenía todas las dependencias y cuarteles, y donde está el acceso al edificio. Ambos elementos están, sorprendentemente, separados por un foso pero unidos en altura por un patín y una escalera.

—Sigo el plano-directorio que fotografié en mi visita para mejor entender la distribución del edifico. Veo en otras páginas web la misma distribución pero distinta denominación a las dependencias; prefiero quedarme con la oficial del propio castillo y dejarla aquí—.

El edificio principal presenta planta rectangular, orientándose hacia el noroeste su entrada. Ésta está precedida por un muro angular que la protege, un revellín (1) unido a la fortaleza, con fusileras, seis en uno de los lados y cuatro en el de la puerta; dispuso de adarve para acceder a esas fusileras. En un principio la puerta fue levadiza y estuvo protegida por un foso.

La fachada principal, o sea la meridional, tras el revellín, es un hornabeque —dos medios baluartes que flanquean un lienzo de muralla—; en el lado opuesto, el que mira a la batería semicircular, los baluartes son semicirculares y su muro central se abre para dar paso al patín que comunica ambos elementos.

Desde el pasillo de entrada, el acceso al patio, al fondo el patín a la batería. 

Desde el revellín hasta el patio central (3) se pasa por un pasillo (2) cubierto por una bóveda de cañón. A ambos lados de este pasillo se abren puertas que nos conducen, a la izquierda a la oficina del Comandante (11); y a la derecha al calabozo (13) y cocina (12).

Patio del castillo, a la izquierda el pasillo de la entrada (2).

Patio del castillo, al fondo izquierda, subida a la batería.




 







Del pasillo-vestíbulo se pasa al patio central (3), que mide 16’70 metros de largo por 10’80 metros de ancho, distribuye al resto de dependencias que, en sentido horario, y de derecha a izquierda son: lo que fueron almacenes (10, 16), polvorín (15), guarda de almacén (8), cuartel de artillería (7), capilla (5), cuartel de caballería (6), cuadra y pajar (9) y cuarteles de infantería (14). Tanto la cocina como la oficina del Comandante, también tienen acceso desde el patio. Los almacenes y los cuarteles, también la capilla, presenta fusileras hacia el exterior.

Desde el patio central se accede a la batería (4) mediante un patín construido en el centro. El pretil carece de almenaje —barbeta—, y dispone de fusileras entre el alfeizar y el bocel exterior. Tuvo cabida para seis cañones de 24, como más arriba dejé dicho, lo que le dio su primer nombre.

Garita en la terraza de la batería.



A la terraza del castillo se llega mediante una escalera situada a la izquierda del patín. En todo el perímetro del terrado se levanta un alto antepecho plagado de fusileras.
Toda la edificación está ejecutada con mampostería de piedra bermeja, alternándose puntualmente ladrillos. Sus esquinas están realizadas con sillares bien labrados, así como los huecos y los cercos de las troneras, alfeizares y boceles.
 



El patio desde la terraza del castillo.


RESUMIENDO:

Nombre: Castillo de la Duquesa, fuerte de la Duquesa, fortín de Sabinillas o castillo de San Luis de Sabinillas.
Localidad: San Luis de Sabinillas
Municipio: Manilva
Provincia: Málaga

Tipología: Fuerte abaluartado.
Época de construcción: siglo XVIII.
Estado: En muy buen estado de conservación, lo que no quita para entender que es mejorable en muchos puntos —la garita de la batería está de pena—, por lo que deberían gastarse algunos eurillos y tocar algo el edificio.
Propiedad: Pública, Ayuntamiento de Manilva.
Uso: En algunas de sus dependencias alberga el Museo Municipal de Arqueología, con piezas, principalmente, del yacimiento arqueológico próximo.
Visitas: Visitable, previo pago de módica cantidad.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarada Bien de Interés Cultural.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.
Una de las salas del museo.

Clasificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Quizá me he pasado en la valoración, pero al tratarse de un fuerte, no debería utilizar el mismo baremo que para los castillos medievales. Es decir, dentro del mundo de los fuertes, no cabe duda que sí merece esta nota.
Otras cuestiones de interés: muy cerca del castillo se encuentra el yacimiento arqueológico del entorno del Castillo, formado por los restos de una villa, termas, necrópolis y una factoría de salazón de pescado. Y la playa, claro.
Cómo llegar: por la carretera N-340, Autovía del Mediterráneo A-7, salir en San Luis de Sabinillas. El castillo está junto a la carretera que cruza la población, muy cerca de la playa y muy bien señalizado. Se puede aparcar en la puerta.






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