Como no podía ser de otra manera, por aquí también estuvieron los romanos y antes otros que, como todos los que han pasado por aquí a lo largo de la historia, han visto gran atractivo en el lugar. Y lo siguen viendo, sólo basta darse una vuelta por su puerto o subir hasta Manilva, muy cerca, a apenas 10 minutos, para comprobarlo.
Decía que por aquí anduvieron los romanos, a los que antecedieron fenicios que ya comerciaron con los lugareños, de los que nos quedan restos arqueológicos en el asentamiento de Castillejos de Alcorrín. Con la llegada de los de Roma, y sobre todo a lo largo del siglo II, se abandonarían las tierras más altas para asentarse la población en la costa, motivados por el auge de la pesca y las industrias de salazón, a las que tan aficionados fueron los romanos. De aquella época nos queda el yacimiento del Entorno del castillo de la Duquesa, y otros.
Ya en el siglo V, y tras las invasiones bárbaras, principalmente vándalos, aquellos asentamientos junto a la costa se abandonan dada su inseguridad.
De época musulmana apenas si se conservan vestigios ya que la población estuvo muy dispersa, sin concentrarse en ningún núcleo urbano, pero dependientes con toda probabilidad del hisn ubicado en la actual Casares, que era la fortaleza con medina más grande de la comarca. Durante más de doscientos años, el actual límite de Manilva sería la frontera del Reino Nazarí de Granada.
Hacia 1485 se conquista Casares pasando esta villa al Duque de Cádiz, Rodrigo Ponce de León, integrándose en lo que será, primero el Señorío de Casares y después Condado, todos los poblamientos del entorno, entre los que se incluiría la actual Manilva.
Los primeros datos de ese poblamiento son de 1530, y se refieren al llamado “Cortijo de Manilva”, que respondía a la necesidad de repoblar terrenos cercanos a la costa, muy despoblados por la presencia de piratas norteafricanos y la inseguridad de los caminos de la costa. Se instalaron en la llamada Loma de los Mártires unos 50 vecinos de Casares, que fueron quienes constituyeron el Cortijo, origen de la actual Manilva.
Poco antes, en 1528, el Emperador Carlos había ordenado se realizasen esos poblamientos y se construyera una torre —la del Salto de la Mora o de la Sal— como elemento defensivo de la nueva población.
En 1796, concretamente en Octubre, se concede a Manilva el Real Privilegio de Villazgo, segregándose definitivamente de la villa de Casares, y asignándosele término municipal propio.
El castillo de la Duquesa muy bien acompañado. Fachada principal. |
Fachada de la batería. La Compañía paseando por ahí. |
Fachada oeste del castillo; uno de los dos baluartes semicilíndricos. |
EL CASTILLO:
Entrada al revellín de acceso al castillo. |
LOS DETALLES:
—Sigo el plano-directorio que fotografié en mi visita para
mejor entender la distribución del edifico. Veo en otras páginas web la misma
distribución pero distinta denominación a las dependencias; prefiero quedarme
con la oficial del propio castillo y dejarla aquí—.
El edificio principal presenta planta rectangular, orientándose hacia el noroeste su entrada. Ésta está precedida por un muro angular que la protege, un revellín (1) unido a la fortaleza, con fusileras, seis en uno de los lados y cuatro en el de la puerta; dispuso de adarve para acceder a esas fusileras. En un principio la puerta fue levadiza y estuvo protegida por un foso.
Desde el pasillo de entrada, el acceso al patio, al fondo el patín a la batería. |
Desde el revellín hasta
el patio central (3) se pasa por un pasillo (2) cubierto por una bóveda de
cañón. A ambos lados de este pasillo se abren puertas que nos conducen, a la
izquierda a la oficina del Comandante
(11); y a la derecha al calabozo
(13) y cocina (12).
Patio del castillo, a la izquierda el pasillo de la entrada (2).
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Del pasillo-vestíbulo se
pasa al patio central (3), que mide
16’70 metros de largo por 10’80 metros de ancho, distribuye al resto de
dependencias que, en sentido horario, y de derecha a izquierda son: lo que
fueron almacenes (10, 16), polvorín
(15), guarda de almacén (8), cuartel de artillería (7), capilla (5), cuartel de
caballería (6), cuadra y pajar (9) y cuarteles de infantería (14). Tanto la
cocina como la oficina del Comandante, también tienen acceso desde el patio.
Los almacenes y los cuarteles, también la capilla, presenta fusileras hacia el
exterior.
Desde el patio central
se accede a la batería (4) mediante
un patín construido en el centro. El pretil carece
de almenaje —barbeta—, y dispone de
fusileras entre el alfeizar y el bocel exterior. Tuvo cabida para seis cañones
de 24, como más arriba dejé dicho, lo que le dio su primer nombre.
Garita en la terraza de la batería. |
Nombre: Castillo de la Duquesa, fuerte de la Duquesa, fortín de Sabinillas o castillo de San Luis de Sabinillas.
Localidad: San Luis de Sabinillas
Municipio: Manilva
Provincia: Málaga
Tipología: Fuerte abaluartado.
Época de construcción: siglo XVIII.
Estado: En muy buen estado de conservación, lo que no quita para entender que es mejorable en muchos puntos —la garita de la batería está de pena—, por lo que deberían gastarse algunos eurillos y tocar algo el edificio.
Propiedad: Pública, Ayuntamiento de Manilva.
Uso: En algunas de sus dependencias alberga el Museo Municipal de Arqueología, con piezas, principalmente, del yacimiento arqueológico próximo.
Visitas: Visitable, previo pago de módica cantidad.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarada Bien de Interés Cultural.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.
Una de las salas del museo. |
Clasificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Quizá me he pasado en la valoración, pero al tratarse de un fuerte, no debería utilizar el mismo baremo que para los castillos medievales. Es decir, dentro del mundo de los fuertes, no cabe duda que sí merece esta nota.
Otras cuestiones de interés: muy cerca del castillo se encuentra el yacimiento arqueológico del entorno del Castillo, formado por los restos de una villa, termas, necrópolis y una factoría de salazón de pescado. Y la playa, claro.
Cómo llegar: por la carretera N-340, Autovía del Mediterráneo A-7, salir en San Luis de Sabinillas. El castillo está junto a la carretera que cruza la población, muy cerca de la playa y muy bien señalizado. Se puede aparcar en la puerta.
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