martes, 15 de noviembre de 2022

Manilva, torre de La Chullera, La Culebra o de Punta Chullera

La torre de La Chullera está en el límite occidental del término municipal de Manilva. También conocida como de la Culebra, por la cercanía de un arroyo con ese nombre, es la más occidental de todas las almenaras de la costa de Málaga, justo en la linde entre ésta provincia y la de Cádiz: la playa de su derecha pertenece a San Roque, y la de la izquierda a Manilva. Un ojo en cada provincia, uno mirando a la torre de Guadiaro por el oeste y el otro a la de La Sal, en el término de Casares, por el este. Pero entre ambas está, c omo ya sabemos, el castillo de la Duquesa. Desde su terrado se domina la costa gaditana hasta el Peñón de Gibraltar hacia poniente, y los primeros kilómetros, hacia levante, de la costa malagueña.

Si vas circulando por la carretera N-340 en sentido a Málaga, has sobrepasado el río Guadiaro y llegas a su altura —poco antes habrás visto el cartel que anuncia que entras en esa provincia y también otros que te indicarán que llegas al paraje denominado Punta de la Chullera—, desvíate inmediatamente por la primera salida que veas y llegaras fácilmente a ella, o mejor dicho a sus inmediaciones porque hasta sus pies es imposible, la zona está vallada, supongo que es así porque se trata de una propiedad privada.

Pero da lo mismo, desde las playas aledañas o desde el curioso acantilado contiguo que casi cierra una playita muy singular llamada la Cala de la Sardina, la vista de la torre es excelente, y aunque el paseo sea en la distancia, merecerá la pena. 

La torre desde Cala Sardina


LA TORRE:


Fue construida a principios a final del siglo XV o principios del XVI, y desde entonces es conocida por el nombre de la Chullera, para formar parte del sistema de vigilancia de la costa que ya habían iniciado los árabes y continuado por los cristianos. Y más tarde, ya en la Edad Moderna, la molestia vino por parte de los turcos y moros de Berbería que dedicaban el tiempo a sus razias por la costa hispana; a lo que hay que añadir los piratas ingleses, que terminaron por quedarse con el cercano Gibraltar.

Leo que su origen es árabe —formó parte de las defensas costeras del Reino de Granada— y, por lo tanto, anterior a la data de más arriba; la torre precedente, que ya se llamaba de la misma manera, debió encontrarse en muy mal estado a causa de los destrozos que le provocó un rayo, según se desprende de una real cédula de 1516 donde se daba a entender su pésima situación y obligaba a la construcción de una nueva torre. Aunque probablemente sólo se reconstruirían las partes dañadas, en su mayor parte del tramo superior. En esa cédula se habla de la dotación de la torre que consistía en tres hombres.

En diversos documentos, a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, se habla de su buen estado. Durante el siglo XVIII era mantenida por el duque de Arcos, que sufragaba a los torreros y la munición de los dos cañones de a cuatro libras con los que se artillaba.

A finales de ese siglo, ya requería obras de reparación, las cuales correrían a cargo del duque de Arcos que también mantenía las torres de La Sal o del Salto de la Mora y la recientemente descubierta de la Duquesa.

Durante el siglo XIX siguió estando dotada de torreros, pero éstos disponían de chozas aledañas, quizás porque ya no estaba en muy buen estado.

Una valla impide acercarse a la torre.

LOS DETALLES:

Datos básicos: su planta es circular, 7’45 metros de diámetro y 23’40 de perímetro. Pero más arriba, a 10 metros de altura, el círculo se cierra hasta los 5’75 metros de diámetro en el exterior del pretil de la azotea. Conclusión, la torre es troncocónica, con una escarpa de 75 cms.

La torre se eleva sobre un plinto de escasa altura, al que le sigue un cuerpo macizo de algo más de la mitad de su altura. El segundo cuerpo, ligeramente retranque dado con el anterior, contiene la única dependencia de la torre, que se cubre con una bóveda. En esta sala hubo una chimenea, hoy tapiada. Una escalera adosada al muro conducía al terrado.

Su puerta de ingreso estaba, bueno, aún sigue ahí, a poco más de 6 metros del suelo, siendo este uno de los dos huecos que presenta. El otro, orientado al sur e igual de deteriorado como el de entrada, servía para otear el horizonte.


Los materiales utilizados en su construcción fueron pequeña y mediana mampostería de piedra caliza bermeja, puesta en hiladas horizontales y tomada con argamasa que debió ser pobre pues a lo largo del tiempo se ha disgregado dejando suelta la fábrica con el consiguiente peligro de caída.

El cuerpo más alto es el que parece reconstruido, apreciándose en él mampuestos más reducidos que el resto y alguna hilada de ladrillo. Y precisamente es este último tramo el que actualmente está más deteriorado: ha perdido la azotea, parte del pretil y los dos pequeños matacanes que se situaban sobre los huecos, permaneciendo aún las ménsulas que los soportaban. La bóveda que soportaba el terrado se conserva en parte.

La torre escondida tras actuales edificaciones.

RESUMIENDO:

Nombre: Torre de La Chullera o de la Culebra.
Localidad: Manilva
Municipio: Manilva
Provincia: Málaga

Tipología: Torre atalaya costera.
Época de construcción: siglo XVI, sobre otra anterior.
Estado: como tantas otras, ruina progresiva o consolidada, según el grado de optimismo con que se la mire. Deterioro casi total en su interior. Como no le echen una manita se terminará de desmoronar en breve.
Propiedad: Privada, se encuentra dentro de una finca vallada.
Uso: Ninguno. Está para que la miremos desde la playa y para solaz de sus propietarios.
Visitas: Supongo que será visitable si, estando los propietarios en la finca, éstos te permiten el paso.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarada Bien de Interés Cultural.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.


Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita. Pero como el entorno es privilegiado —sobre todo la cercana playa de los Toros y Cala Sardina, consideradas uno de los lugares más singulares de la costa malagueña—, merecerá detenerse y pasearla un buen rato.

Otras cuestiones de interés: de la lectura de la página web castillosdeespaña.es, en su entrada relativa a esta torre, deduzco que debió haber otra torre en las cercanías a la que nombra como Torre Vieja de Chullera, situada a unos cien metros hacia el norte; y que la actual sea la que sustituyó a aquella a principios del siglo XVI denominándose como torre de la Punta Chullera. O sea, que la torre que he descrito en esta entrada puede que sea totalmente ejecutada a principios del siglo XVI y sustituyera a la vieja en la vigilancia de la costa.
En fin, un pequeño lío que no consigo desentrañar.
Tres más son las edificaciones castrenses que permanecen en el término de Manilva: las ya mencionadas torres de La Duquesa y la Vieja de Chullera, y el castillo de la Duquesa. A todas ellas habrá que dedicar sus correspondientes entradas.

Uno de los lugares más singulares de la costa malagueña.

Cómo llegar: por la carretera N-340, Autovía del Mediterráneo A-7, a la altura del kilómetro 138, con fácil aparcamiento en sus inmediaciones. Apenas se puede ver su cara interior por culpa de las edificaciones existentes, pero la que da al mar es perfectamente visible desde las playas que la flanquean.

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