martes, 5 de marzo de 2019

El Puerto de Santa María, Muralla (yacimiento arqueológico) fenicias de Dª Blanca.


Un servidor conocía el lugar de oídas, pues nunca lo había visitado; pero mi referencia estaba en la torre de Doña Blanca. He de confesar que no sabía nada del Enclave Arqueológico del mismo nombre y, por tanto, tampoco de las murallas que rodearon ése lugar; por lo que no las tenía incluidas en mi listado, el cual pasaré a ampliar inmediatamente termine esto.
Así que el día que la casualidad me llevó hasta allí, descubrí las ruinas del que seguramente sea el asentamiento más antiguo del sur de la península Ibérica. Y mi sorpresa fue grata pues a pesar de no estar en unas óptimas condiciones para la visita y su interpretación, sí es suficiente para poder apreciar su trascendencia y significado —al fin y al cabo se trata del primer enclave habitado que fundaron los fenicios en la península Ibérica; anterior incluso a la propia Gadir—.
Me sitúo: estoy al sur de la Sierra de San Cristóbal, en el término municipal de El Puerto de Santa María. Desde aquí, mirando hacia el mediodía, se admira una inmensa llanura de salinas y marismas que el río Guadalete ha ido conformando a lo largo de siglos. Esa llanura fue parte de la bahía de Cádiz, o sea, que el mar llegaba hasta los pies del cerro en donde me encuentro —hoy, aquel se encuentra a varios kilómetros de aquí—. Sobre este cerro, una meseta a algo más de treinta metros sobre el nivel del mar y de seis hectáreas y media de superficie; y sobre la meseta, el yacimiento de Doña Blanca —la cual nada tuvo que ver con él, pero parece ser que no se ha encontrado otro nombre más apropiado—. A los pies de esa meseta estuvo el que también sería el primer puerto, de origen púnico, que tuvo la costa gaditana.
La torre de Dª Blanca y Cádiz y la bahía al fondo. 

Decía que es ésta la primera ciudad que los fenicios fundaron en la península, aunque seguramente no fuera exclusivamente fenicia, sino que estuviera compartida con pobladores indígenas.
Los restos más antiguos encontrados pertenecen a los finales de la Edad del Cobre. Desde entonces y hasta la primera mitad del siglo VIII a.C., el lugar estuvo abandonado
Fue hacia el siglo VIII a.C. cuando, nuevamente ocupado, se levantaron en este lugar las primeras edificaciones. De esta época data la primera muralla.
Permaneció habitado de manera continuada hasta finales del siglo III a.C., período durante el cual se acometieron diversas remodelaciones, además de la construcción de dos nuevas murallas.

La excavaciones junto a la torre están cubiertas, perjudicando la visión de la torre.

Excavaciones junto a la torre.

Con la llegada de los romanos, quedó definitivamente abandonado.
Durante tan largo espacio de tiempo de tiempo se sucedieron numerosas y continuas construcciones cuya superposición ha elevado el nivel del suelo unos nueve metros sobre el primer asentamiento, conformando una topografía totalmente artificial. A este tipo de colinas artificiales se les denomina tell.

En época islámica se levantó en este sitio una alquería almohade; estamos ya en el siglo XII.
Tras la Reconquista, se construyó una ermita de planta de cruz griega, de la que sólo se conserva la torre —la actual torre de Dª Blanca—.

Entre 1979 y 1995 la colina, el tell, fue excavado, hallándose las viviendas prefenicias extramuros, la necrópolis fenicia algo más alejada de la ciudad, los restos de las tres murallas y el puerto fluvial.


Vistas del yacimiento.

Pero voy a lo que realmente motiva la existencia de mi blog que, en este caso, son las murallas.
Ya dije antes que fueron tres, y se comenzaron a construir muy pronto.




En el siglo VIII a.C. se construyó la primera, y de ella se conoce una pequeña parte, aunque suficiente para afirmar que ya era potente pero rudimentaria. Carece de cimentación y sus piedras —mampuestos— son irregulares, rellenándose los huecos con piedras más pequeñas y tomadas con arcilla.
Los tramos conocidos presentan una altura de hasta tres metros
Tuvo foso, en forma de V, muy desmesurado, de casi veinte metros de ancho y una profundidad de cuatro metros.
La muralla se reforzó con pilastras de piedra más labrada y cimentación.

En el siglo V a.C. se levantó la segunda muralla sobre un trazado totalmente nuevo: un doble muro unido de manera regular por muretes trasversales a modo de casamatas. Al igual que la primera, tampoco disponía de cimentación.
De esta muralla hay certeza de que dispuso de tres torres, dos de ellas en la puerta, ejecutadas con piedras grandes y bien aparejadas.

La tercera muralla data de entre los siglos IV y III a.C., y a diferencia de la segunda, se levantó sobre trazados anteriores.
La ejecución fue igual a la segunda: Dos muros paralelos, de 1’10 metros de espesor el exterior y de 0’90 metros el interior trabados mediante otros trasversales; su fábrica es de sillares mejor labrados que en las dos anteriores y también tomados con arcilla. Pero a diferencia de las anteriores, ésta fue cimentada y reforzada con varias torres.
La torre de Dª Blanca desde el yacimiento.

Nombre: Enclave arqueológico de doña Blanca.
Municipio: El Puerto de Santa María
Provincia: Cádiz.
Tipología: Recinto amurallado.
Época de construcción: entre los siglos VIII y III a.C.
Estado: Se encuentra en un excepcional estado de conservación —a tenor de la edad que tiene—, por lo que es un magnífico centro de investigación presente y futuro sobre los asentamientos fenicios en el sur de España.

Propiedad:
Uso: Como yacimiento arqueológico, su uso principal es la investigación, sin desechar las visitas de carácter cultural y turístico.
Visitas: está abierto al público según leo en multitud de páginas de internet y en un cartel informativo en una caseta a la entrada del lugar. Pero un servidor paseó por el recinto sin que nada ni nadie me lo impidieran.  Igualmente, no encontré a persona alguna que me pudiera informar sobre el lugar.

Protección:
Clasificación subjetiva: 3, es decir, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo.

Otras cuestiones de interés:





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