martes, 20 de diciembre de 2016

Marquina-Jeméin (Markina-Xemein), Torre Barroeta

Volvíamos a casa, carretera BI-633 hacia el sur, y en mi cabeza rondaba la idea de parar en cuanto viera la próxima torre, que por aquí es fácil pues abundan. Pero a la vez me decía que otra vez no, que seguramente ella ya estaría cansada de piedras viejas, de parar en cuanto atisbo algo parecido a una torre.
Pero no lo pude resistir y en cuanto la vi allá arriba, a la izquierda, sobre un pequeño y despejado promontorio en la ladera de la montaña, me decidí por ir a verla, a pesar de saber que en el entorno hay alguna más, y en Marquina varias. Con ésta mataría el gusanillo y no nos robaría mucho tiempo, pues aún era largo el camino que quedaba hasta casa.
Puse el intermitente, giro, alguna rotonda, rodeo un campo de fútbol, leve cuesta y parar el coche. Ligerísima lluvia, la suficiente para que la compañía decidiera permanecer dentro del coche. Así que recorrí solo los escasos cien metros hasta llegar a la torre, y también a la cercana ermita —juntos los dos edificios conforman un hermoso conjunto—.
Una vez allí me salió al paso un lugareño que al ver mi interés por la torre se le animó la lengua. Entre las cosas que me contó, una muy importante, que él había nacido en ella; y que también era una pena que llevara tanto tiempo cerrada y sin uso.
Apenas sé nada de ella, bueno, no sé nada. Por lo que me limito a hacer unas fotografías, fijarme en algún detalle y poco más. Ya buscaré documentación más adelante, en casa.

Y ya en casa, busco, leo y me entero que hay referencias escritas sobre la torre desde mediados del siglo XV. Por entonces era propiedad de un tal Rodrigo Martínez de Barroeta. Los Barroeta, como todos los señores de la nobleza del entorno, vivían de la agricultura, ganadería de y de la explotación maderera. También de una herrería aledaña a la torre y, cómo no, de los diezmos aportados por los lugareños.
Estructuralmente es un edificio sencillo, construido con materiales simples, del entorno. Y es que su función no fue totalmente defensiva, sino más bien se trataba de una vivienda fortificada. En ella residía el señor que estaba al frente de la gestión y vigilancia de sus tierras, agricultura, ganadería o explotación maderera.
El 15 de octubre de 1470 fue incendiada por los Ugarte, familia rival de los Barroeta. Años más tarde, en 1496, fue reconstruida.
A finales del siglo XVII, principios del siglo XVIII, se acometieron reformas; se levantó una planta más, se abrieron algunos vanos en las fachadas y se reconstruyó una de ellas. En esa época ya concluían los enfrentamientos entre nobles locales y en esta torre, como en otras, se acometieron reformas para mejorar la vida en ellas, dotándolas de un aire levemente palaciego.
Incluso se la dotó de la ermita que aún se levanta a su lado —bajo la advocación de Santa Ana y San Joaquín— y en la que desde 1966 no se realizan cultos. Un edificio de este tipo daba prestancia y calidad a la vivienda del Señor, y los Barroeta no iban a ser menos.
Terminando el siglo XVIII, los propietarios se trasladaron a la villa de Marquina, dejando las tierras e inmuebles arrendados.
En el siglo XIX, la torre fue donada a los campesinos que trabajaban las tierras, por lo que añadieron y adosaron pequeñas edificaciones que les pudieran servir a la explotación agrícola. Así que terminaron convirtiéndola en un caserío efectuando en ella las reformas necesarias para su nuevo uso.

Si ya de lejos, dentro del paisaje, tiene un aspecto formidable, que aumenta al verla próxima. El volumen de piedra impone con la cercanía: más de 15’00 metros de altura —a los que hay que añadir el último piso que se añadió en el siglo XVII—, y 1’60 metros de grosor en sus muros de planta baja.  Todo ello bajo una cubierta de teja a cuatro aguas.
Está construida con mampostería y refuerzos de sillares en las esquinas y en algunos vanos; en su interior forjados de madera.
Incluyendo el establo, son cuatro las plantas en que está dividida. Desde afuera se accede a la primera planta, la más noble, a través de una escalera de piedra.


Tiene dos accesos, uno en planta baja para la cuadra, y otro en planta primera, ambos con arco ligeramente apuntado. Un grueso muro de piedra protege la puerta de la cuadra y la escalera que lleva hacia la entrada de la planta primera.
En su cara norte conserva un matacán y en tres de sus fachadas aun permanecen restos de los canecillos que soportaban mediante jabalcones el alero del antiguo tejado.

Se distinguen dos fases en su construcción: gótico tardío apreciado en las puertas, dos ventanas geminadas y algunas troneras diseñadas para armas de fuego; y el añadido del último piso y los vanos adintelados de la reforma ejecutada en el siglo XVII.

No olvidar la ermita. Un pequeño apunte: construida en estilo barroco, tiene planta cuadrada, muros de mampostería y sillería en la fachada, que le da un sólido aspecto. La entrada está cubierta por un pórtico de madera soportada por dos columnas toscanas. Junto a la puerta hay una pequeña pila para agua bendita. Leo que el interior se cubre con dos tramos de bóveda de crucería separados por un arco que se apoya en ménsulas.

Nombre:  Torre de Barroeta
Municipio: Marquina-Jeméin (Markina-Xemein)
         Barrio  Arretxinaga

Provincia: Vizcaya
Tipología:  Torre —torre rural bajomedieval—
Época de construcción: siglo XV.
Estado: Se encuentra en un aceptable estado de conservación, o al menos aparentemente, a pesar de encontrarse cerrada y sin uso. De seguir así, no la auguro mucho tiempo así. En breve habrá que decir que se encuentra en estado de ruina progresiva.

Propiedad: Privada
Uso: actualmente sin uso definido, se encuentra cerrada.
Visitas: sólo el exterior.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Calificación subjetiva: 2, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Otras cuestiones de interés: hasta hace poco fue casa de labranza; hoy permanece cerrada.
Leo por ahí un dato curioso: en esta torre nació el abuelo de Fabiola, que fue Reina de Bélgica.
Además, destacar que son numerosos los edificios de carácter militar que se encuentran en Marquina, como: el palacio de Solartecua o de Mugartegui, de 1666, construido sobre la muralla medieval de la villa y sede actual del Ayuntamiento; el palacio de Ansotegui; el de Murga, del siglo XVII, que en su interior conserva la torre Bidarte; la torre Antxia, adosada a la muralla medieval; la torre de Ugarte, muy afín a la de Barroeta; y el palacio Patrokua o Villa Gaytán, del siglo XVIII, edificio vinculado a la familia Barroeta.
Cómo llegar: La torre se encuentra al norte de Marquina, muy cerca de la carretera BI-633.







No hay comentarios:

Publicar un comentario