martes, 30 de enero de 2024

Alconchel, castillo de Miraflores

Nombre:     Castillo de Miraflores o de Alconchel.
Localidad: Alconchel.
Municipio: Alconchel.
Provincia: Badajoz.
Tipología:  Castillo.
Datación:   
¿siglo IX?, numerosas obras en siglos posteriores: siglos XII, XVI y XVII.

Situación:
El castillo de Alconchel domina desde el cerro de Miraflores toda la comarca de los Llanos de Olivenza, por donde ya se diluyen las eternas dehesas que llenan el sur de Extremadura. Y aún vigila, aunque ya no es preciso, la Raya que nos separaba de Portugal. Al pie del cerro, y expuesta a la solana del sur, se extiende la población que desde la lejanía ofrece esa visión perfecta del conjunto que forman pueblo, cerro y castillo: inigualable.


Datos históricos:

Alconchel tiene su más claro origen en la Edad Media, cuando los moros, en época de Abd-Al-Raman II, levantaron aquí una fortaleza, de la que ningún resto queda, para defensa del territorio ante las amenazas de los cristianos del reino de León. Anteriormente y como debe de ser, los romanos ocuparon el cerro de Miraflores y sus inmediaciones, dejando constancia de ello por las monedas encontradas, lápidas sepulcrales, e incluso un sarcófago; todo ello datado entre los siglos II y III. De los visigodos poco sabemos, apenas unas monedas y restos de unas pocas columnas que así delatan su presencia.

Con seguridad, el topónimo es árabe, aunque haya dudas: al —el—, conchel —concha—, aludiendo a irregularidades del terreno, capas a distinto nivel que recuerden escamas; que es lo que repiten numerosas webs, a saber, si es verdad. Aunque también leo que puede derivar del latín concilium —asamblea, consejo—. Pero vamos, no es esto lo importante.

Alconchel fue tomada a los musulmanes en 1166 por Geraldo Sempavor —Giraldo sin miedo— a instancia de Alfonso I de Portugal, el cual mandaría repoblar el lugar, aunque no hay constancia de que esa orden fuera llevada a cabo.

También, por entonces, los portugueses asediaron la ciudad de Badajoz. Pero fueron, a su vez, asediados y derrotados por Fernando II de León que andaba con sus planes de expansión al sur. Éste permitió que los almohades (basándose en el tratado de Sahagún, 23/05/1158) siguieran teniendo en su poder Badajoz, a cambio de otras plazas fronterizas que pasarían a los leoneses, entre ellas Alconchel. Todas estas plazas serían controladas por la Orden de Santiago.

Pero el caudillo almohade Abu-Yaacub-Yusuf, se saltó aquel acuerdo y en 1184 se hizo con toda la comarca, y también con Alconchel, que ya no volvería a manos castellanas hasta 1264. Fue Alfonso X el Sabio quien conquistó la plaza, cediéndola a la Orden del Temple, bajo cuya administración estuvo hasta la disolución de la Orden en 1312. Fue una época, durante la presencia de los templarios, de auge económico y social de la comarca, gracias a quedar incluida en la encomienda de Jerez y también en lo correspondiente al ámbito del Baylío y su fuero.

Un año antes del fin del Temple, en 1311, Dionisio I, don Dinis, se hace de Alconchel al cambiárselo a Fernando IV de Castilla por un préstamo que le hace a éste. Se trataba de 13.600 marcos de plata que el monarca castellano necesitaba para continuar sus campañas por el sur.


El castillo estará en poder de portugueses y castellanos, según acuerdos, tratos y herencias; hasta que al final de la guerra (1437-1445), que enfrentó a Juan II de Castilla y Álvaro de Luna, contra los infantes de Aragón, y tras la derrota de estos últimos en la batalla de Olmedo, todas sus posesiones, y entre ellas Alconchel, pasarían a Castilla. El castillo sería entregado al Maestre de Alcántara, don Gutiérrez de Sotomayor.

Durante los primeros meses de la Guerra de Restauración (1640-1668), los portugueses intentaron en varias ocasiones apoderarse del castillo, sin conseguirlo. Hasta que en 1643 fue tomado y convertido en centro de las operaciones bélicas al sur y al este de la frontera.

En 1661 es recuperado, definitivamente, por los españoles. Éstos se encontraron un castillo que había sido adaptado a la nueva artillería por los portugueses, lo cual no fue impedimento para que fuera ampliada y reforzada aún más la fortaleza. Se le añadió un muro exterior adaptado a los terraplenes del cerro de Miraflores, además de una entrada en recodo. Quedaba asegurada así, toda la campiña entre el Guadiana y Sierra Morena, frente a la plaza de Olivenza que aún seguía en poder portugués. En 1690 pasó a ser propiedad del marquesado de San Juan de Piedras Albas y Bélgida, hasta su enajenación en alguna de las desamortizaciones del XIX.

Durante todo el siglo XVIII, y parte del XIX, este castillo siguió siendo un punto muy estimado para la defensa de Badajoz y su entorno. Para ello se dotó a la plaza de Milicias Urbanas formadas por gentes de la comarca.

En enero de 1811, el castillo fue tomado por tropas francesas. Recuperado tres meses después, volvió a manos francesas en junio para estar en su poder hasta el final de la guerra.



Desde la torre del Homenaje, Alconchel al sur.


Descripción, arquitectura y construcción:

Varios son los recintos que conforman el conjunto; de época medieval, concretamente dos, concéntricos y adaptados a la orografía de la montaña, como no podía ser de otra manera. Exterior a estos dos existe otro en su lado oeste, tal vez un primitivo albacar, muy reformado y adaptado durante el siglo XVII y posteriores. Este recinto está compuesto por muros en talud carentes de almenado y parapeto redondeado, apto para el fuego de cañones.

Es por ahí por donde la fortaleza tiene el acceso, por lo que se podría considerar el primer recinto, aunque cronológicamente sea el tercero.  

Una vez en el interior de este primer recinto, se ascenderá por una rampa que, en recodo, nos lleva a una plaza de armas señalada en el plano de Archivos Estatales del Ministerio de Cultura (A.E.M.C.) con la letra A, Plasa Baxa. Actualmente es diáfana, pero debió tener un pequeño cuartel (B) e incluso un aljibe (C). El camino hasta la puerta original estaba obstaculizado por otras dos puertas (D), terminando en la original, un arco de estilo gótico (B en el croquis) restaurado, y que fue ampliado para poder introducir en el castillo las piezas de artillería; es probable que originalmente tuviera un matacán. Bajo este arco accederemos al segundo recinto, ya en el castillo medieval. Sobre esta puerta, que dispuso de rastrillo de madera, hubo un escudo de armas.

Ascendiendo hacia el castillo.

El castillo desde lo que fue el albacar, o plaza Baja.



La plaza Baja.


Al fondo la entrada al castillo.

Primero encontraremos un pequeño patio en el que se distribuye a izquierda una sala que pudo ser el cuerpo de guardia, y que hoy alberga la recepción; a derecha otras dos salas. Unas escaleras, una a cada lado de la puerta, nos llevan a la terraza de esas dependencias y al nivel del tercer recinto.

Aún en el segundo y siguiendo hacia la izquierda se van dejando adosadas a la muralla, pequeñas edificaciones de reciente construcción (¿futura hospedería?), situadas donde seguramente hubo otras en el pasado. Esa muralla está reforzada por tres torreones semicilíndricos, de mayor altura que los lienzos, dos al oeste y uno al norte, y perimetra todo el castillo hasta rodearlo por completo, terminando en la puerta de entrada ya descrita. Antes habremos encontrado los restos de un aljibe (H en el croquis), uno de los cinco con los que llegó a contar, y una edificación recientemente reconstruida que en el plano de A.E.M.C. figura con la letra L y que dice fue un horno. Las terrazas de todas estas edificaciones quedan a la cota del adarve.

Toda la muralla está almenada, siendo recorrida la base de sus merlones por una hilada de ladrillo, una de las pocas licencias estéticas del conjunto. Esta sencilla decoración también se repite, de manera doble, en los cubos. En numerosos puntos se abren saeteras, originadas por su adaptación al uso de la fusilería.

La entrada al castillo, intramuros.


El cuerpo de guardia a la izquierda; al frente, camino hacia el patio de Armas.

Recorriendo el adarve de la muralla del primer recinto podremos llegar al segundo recinto medieval, el tercero de todo el conjunto.  En él encontraremos la capilla (letra E tanto en el croquis como en el plano de A.E.M.C.), adosada al lado oeste de la torre del Homenaje; las mazmorras (letra K en el plano de A.E.M.C.) y el edificio de las dependencias residenciales más nobles (letra D tanto en el croquis y H, el Palacio, en el plano de A.E.M.C.). 

La capilla fue reformada en el siglo XVII, cuando se realizaron las primeras obras de ampliación en la ladera oeste.

Este último recinto queda separado de las murallas del segundo por un espacio libre, una liza, que bien pudo ser usado como patio de armas o haber sido ocupado por otras edificaciones (donde ahora se han levantado las de la futura hospedería). Hacia el este y el oeste hay una distancia de unos 10 metros, y hacia el lienzo del norte unos 20 metros.

A estas últimas dependencias se accede por una escalera bajo una corta bóveda de cañón, enmarcada en un gran arco de ladrillo que conforma un alfiz, situada en su cara este. En su fachada norte también presenta otra puerta, pero bajo un arco de menor entidad.

Estas edificaciones han sido restauradas y musealizadas, distinguiéndose con precisión los materiales utilizados y que son ajenos a los que originariamente formaron parte de la fortaleza.

Sobre la entrada, disposición de lo que fue el rastrillo.


Último recinto desde el patio de Armas.




Entrada al último recinto.




Distintas salas expositivas.

Por último, y en la cota más elevada del cerro, al nordeste del conjunto, se levanta la Torre del Homenaje, de planta cuadrada y tres plantas en su interior, que se muestran al exterior con una ligera cornisa —bocel— de piedra a la altura de cada forjado. La torre es de grandes dimensiones, destacando sobre todo el conjunto, y no sólo observándola a corta distancia, sino también desde la lejanía. Y ello es a pesar de no contar con el almenado.

Su puerta se abre en su cara norte, y en el interior, a la derecha, se inicia la escalera que sube a la siguiente planta. Todas las fachadas presentan saeteras y huecos de distintos tamaños, bien ejecutados con ladrillo o abiertos directamente en la mampostería, destacando uno mayor en su cara oeste a la altura de la segunda planta, que ilumina el arranque de la escalera de subida al terrado.


Zona norte del castillo, desde la torre del Homenaje.


Torre del Homenaje, a la izquierda la Capilla.


Capilla y torre del Homenaje.

 

Materiales:

A excepción de los detalles decorativos con ladrillos en las bases de las almenas y huecos, todo el conjunto está ejecutado con mampostería no muy elaborada y toscos sillares en las esquinas; el ladrillo se presenta en sitios puntuales: formación de huecos y algún elemento decorativo.

Estado:

En general en muy buen estado; destacar las zonas restauradas, pero hay otras que están pidiendo a gritos que se trabaje en ellas.

 

Nos está quedando muy bonito el campo: el progreso desde la torre del Homenaje.

 

Propiedad actual: Pública, Ayuntamiento de Alconchel.

Uso: por ahora, turístico. Existe la pretensión de convertirlo en un conjunto hotelero, para lo que se han levantado, en el patio de armas, algunas pequeñas edificaciones. Espero que ese deseo no se lleve a cabo y esas dependencias sean demolidas.

Algunas salas originales han sido reconstruidas y reformadas; están dedicadas a exposiciones (centro de interpretación de fortificaciones de la comarca), y actos culturales.

Visitas: abierto al público —cuando lo visité—, previo pago de una módica cantidad. La oficina de información, por cierto, muy bien atendida.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 de 25 de sobre el Patrimonio Histórico Español. 

 

Clasificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo.

Quizá me he quedado corto en la valoración, que no se ofenda nadie.

Otras cuestiones de interés: como no podía ser de otra manera, aquí también se habla de túneles y pasadizos que llegan hasta el pueblo, o hasta una ermita, o hasta vaya usted a saber dónde. Pues eso, como en tantos otros lugares.

No olvidar que en su escudo municipal luce un castillo.

 

Cómo llegar: muy bien señalizado desde el pueblo; fácil acceso en coche, y a pie, hasta la base del castillo; un aparcamiento con un denominado “mirador celeste”; después, un corto y cómodo paseo, a pesar de la pendiente.

Coordenadas:

38.5124712700, -7.0700187859



martes, 23 de enero de 2024

Zahinos, torre de Zahinos

Puestos a elegir el paisaje más hermoso de mi país, no en el mundo entero que es muy grande, me decidiría sin duda alguna por la dehesa. La que se extiende desde el norte de Huelva y parece no terminar nunca, pero termina, allá arriba donde Extremadura se eleva y se une a lo que queda del Reino de León. Y entre la multitud de parajes que ese ecosistema puede ofrecernos, me quedo con los del sur de Badajoz: dehesa que es por poco bosque, apretada, de un verde intenso y oscuro casi siempre, y luminoso tras días de lluvia.
En medio de esos campos encontré Zahinos, pueblecito que dicen es el pueblo más pobre de España, porque los números así lo cuentan. Pero que no dicen que está rodeado de bellos horizontes, se mire para donde se mire. Y eso para algunos sí cuenta.
Y en especial en mí me cuenta porque tiene una torre, único resto de lo que fue su castillo que, como no, fue templario; que en tierras del Temple ando.


EL LUGAR:

Zahinos está al sur de Badajoz, muy cerca de la frontera con Portugal y también del límite con la provincia de Huelva.
De origen templario, los caballeros de esa Orden levantaron aquí un castillo, y a su alrededor creció una pequeña población dependiente del bailío o bailiato de Jerez —de los Caballeros—.

Nota intermedia informativa: 
un bailiato era una circunscripción territorial con fuero legal propio, cuya creación es atribuida a los templarios, aunque hay autores que ven al concepto un origen germánico o portugués, territorios que, al fin y al cabo, también fueron frecuentados por la orden del Temple. La persona responsable ejercía el poder administrativo y judicial en nombre del rey o del señor que correspondiera, a la vez que recaudaba los impuestos.

El último vestigio que aún perdura de lo que fue el derecho de Bailio, está referido al régimen económico de los matrimonios, por el cual, independientemente de los bienes que cada uno de los contrayentes aportara al matrimonio, aquellos se harían comunes y gananciales; y en caso de disolución del matrimonio quedarán sujetos a partes iguales. Aún se mantiene en las poblaciones de la comarca.
Disuelto el Temple en 1312, Zahinos, junto con todos los territorios de la orden en la comarca, pasaron a la de Alcántara, en la persona de D. Gutierre de Sotomayor, maestre de esta última y I Señor de Alconchel y otros títulos. El de señorío de Alconchel pasaría a su hijo Juan, incluyendo Zahinos y sus vecinos.
En el transcurso de ese tiempo, Zahinos fue testigo de enfrentamientos entre portugueses y españoles durante la Guerra de Restauración, que por esta comarca se tradujo en quema de cultivos y saqueos de propiedades.
Y así, de unos a otros fue pasando la posesión a lo largo de los siglos, estando en manos de la Casa de Mondéjar hasta finales del siglo XVIII.
Por entonces, Zahinos era «un lugar de España en Extremadura, situado a cuatro leguas de Alconchel, fundado por don Juan de Sotomayor. Tiene buena torre y casa fuerte, su señorío, jurisdicción civil y criminal corresponde en el día al Excelentísimo Señor Marqués de Bélgida, Mondéjar y San Juan Piedras Albas». Según escribió en 1796, don Francisco Peré y Casado, oficial de la Contaduría del marquesado. De entonces para acá, se ha perdido la casa fuerte, sólo queda la torre.



LA TORRE:

La torre que hoy vemos en Zahinos es el único vestigio del castillo que, probablemente, levantaran los templarios, allá por los primeros años del siglo XIV. En algún sitio leo que, concretamente esta torre, fue levantada en la primera mitad del siglo XV, por orden de Juan de Sotomayor, II señor de Alconchel, lo que de ser cierto echa abajo su origen templario; el de la torre, no el del castillo que aquí hubo.

Lo que sí se sabe de manera cierta, es que a mediados del siglo XVIII son derribadas sus murallas por razones urbanísticas —en Zahinos ¡Dios mío!, cómo si no hubiera campo para construir y ampliar el pueblo—, y se levantaron las Casa Capitulares y se abrió la plaza. Al menos, en la zona más alta de la población, nos dejaron la torre.



LOS DETALLES:

Esta torre del castillo de Zahinos es de planta circular y de casi 13 metros de altura. Se apoya en un pódium —elemento constructivo también llamado zarpa—, de 1’5 metros de altura y diámetro ligeramente superior al de la torre, con un perímetro de 19’50 metros. Está totalmente construida en mampostería, a excepción de los huecos que quedan enmarcados con sillares.
Su acceso, bajo una puerta de arco rebajado, está muy por encima del nivel del suelo, lo que le daba autonomía en cuanto a la defensa —actualmente se accede mediante una escalera metálica de reciente instalación—. Este acceso da al piso intermedio de los tres que tiene —el inferior debió ser calabozo o almacén—, además de la terraza. Sobre la puerta de acceso, un estrecho vano con arco ojival, y sobre éste, un pequeño hueco de ladrillo para iluminar la escalera de subida al terrado que, en su salida, está cubierta.
En la fachada opuesta se instaló un reloj, el Reloj de la Villa, en el año 1808.
En la terraza se eleva una espadaña con campana; ha perdido el almenado, protegiéndose con una barandilla rematada con florones, algo ajena a la esencia del edificio
Posiblemente formó parte, como protección, de una de las puertas de la villa, que quedaría entre la iglesia y la torre. Pero dada la inexistencia de documentación, resulta difícil imaginar la configuración del antiguo castillo con la sola presencia de la torre.




RESUMIENDO:

Nombre:
Castillo de Zahinos.
Localidad:
Municipio: Zahinos
Provincia: Badajoz

Tipología: Torre fuerte.
Época de construcción: siglo XV, no hay datos más precisos.
Estado: En muy buen estado, no hay reproche, por mi parte, a la balaustrada superior ni a la nueva escalera de acceso.
Propiedad: Pública, municipal.
Uso: posible uso público, dotacional.
Visitas: totalmente libre el entorno. Cerrada, al menos en diciembre-2024 cuando la visité.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita.
Otras cuestiones de interés: Se trata de una zona en donde la producción de carbón vegetal es una industria tradicional. Recorrer las carreteras y caminos de esta comarca, rodeados de dehesas de alcornoques y encinas, de piaras de cerdo, y cercados de piedras y porteras entre los que asoman las humaredas de las carboneras, es impregnarse de un pasado que se resiste a irse, un paisaje que parece escapado de siglos pasados.
Cómo llegar:
Desde Mérida,



Desde Sevilla,


Coordenadas:
38.3307909725873, -6.9546373901014







martes, 16 de enero de 2024

Gérgal, castillo de Gérgal

Nombre:    Castillo de Gérgal.
Localidad: Gérgal.
Municipio: Gérgal.
Provincia:  Almería.
Tipología: Castillo
Datación:  Siglo XVI, sobre otro anterior del siglo XIII.

Situación:
Este castillo se encuentra en Gérgal, con acento, y tilde, en la e, fue Xergal, topónimo que tiene su origen en la palabra árabe “jerga”—leo en la web municipal que su significado es tejido grueso y áspero que se usaba para hacer colchones, de ahí tal vez el vocablo jergón—.
Pero su nombre viene de más antiguo, de la palabra latina serica —sericum, seda—, que devino en el término jerga con la invasión musulmana; después Xergal y en 1742 la Real Academia, fundada treinta años antes, decide cambiar la x inicial por j (recordemos México-Méjico).
Estamos en las estribaciones de la sierra de Los Filabres, sobre un montículo desde el que se domina la población y un amplio paisaje de vega y montaña. Desde aquí se controlaba el camino que iba desde Almería a Granada por el sur; hacia el este, una profunda pendiente de más de cien metros servía de foso natural, mientras quedaba protegido desde el norte por la propia sierra. Realmente, era un buen lugar para levantar un castillo.
El castillo desde la población.

Datos históricos:
El castillo árabe de Xergal y la aldea que protegía, fue conquistada en 1489 por tropas castellanas al mando de Iñigo López de Mendoza y de Álvaro de Bazán. los Reyes Católicos lo donaron, junto a las villas de Velefique y Bacares, a don Alonso de Cárdenas que, como maestre de la Orden de Santiago, estaba teniendo una activa participación en la conquista de Granada. El señorío recién fundado pasaría a sus descendientes, los titulares del condado de Puebla del Maestre.
Ya entrado el siglo XVI, el castillo se reconstruyó para su uso como residencia de los alcaides del señorío que nombraran los condes de la Puebla. Con esas obras, el castillo adquiere el aspecto actual, pero siguiendo una traza medieval y no la tendencia del momento que era renacentista.
A pesar de encontrarse a unos cincuenta kilómetros del mar, hasta él llegaron piratas turcos y berberiscos durante las incursiones de saqueo que efectuaron a lo largo del siglo XVI, siendo un importante bastión defensivo de la comarca. En estas razias, los piratas eran ayudados por moriscos de la comarca y por otros refugiados tras su expulsión en el norte de África.
En 1568, durante la rebelión de los moriscos, y siendo alcaide de Gérgal Francisco de Portocarrero, de ascendencia mora, asesinó a gran parte de la población cristiana de la población. Los rebeldes permanecieron en el castillo hasta la llegada del marqués de los Vélez, que los hizo huir a las montañas vecinas.
Tras las expulsiones de los moriscos en 1571 y 1620, estas tierras quedaron muy despobladas. Es por lo que apenas hay noticias del castillo durante el resto del siglo XVII y primera mitad del siguiente.
A mediados del siglo XVIII el señorío recae, por herencia, en la marquesa de la Torre de las Sirgadas, la cual se limitó a utilizar el castillo como silo del grano que recaudaba de los diezmos que le correspondían en el señorío.
Abolidos los señoríos en las Cortes de Cádiz, y con las desamortizaciones del XIX, estas propiedades pasaron a manos del Estado. Tiempos después reverterían nuevamente a sus propietarios.
Su última dueña, según la línea hereditaria, fue doña María Luisa Fernández de Córdoba y Marín que, al morir sin descendencia, legó el castillo al Ayuntamiento de Gérgal, y sus tierras al aparcero que las trabajaba. El 9 de octubre de 1968 pasó a ser propiedad del Estado que lo enajenó en pública subasta en 14 de noviembre de 1971, tasándose en 125.000 ptas. El 21 de abril de 1972 se celebró la subasta y se adjudicó por 576.000 ptas.

Vista desde el suroeste.


Fachada suroeste.

Descripción, arquitectura y construcción:
El castillo de Gérgal no sigue el diseño de su época, pues mantiene su función defensiva primando sobre la palaciega, que era la preferencia una vez concluida la Reconquista, y a tenor de las influencias europeas. No tiene patios porticados ni elementos constructivos propios del Renacimiento, sino que sigue un corte militarista y, arquitectónicamente, muy compacto, distribuyendo su interior de manera muy compartimentada. Todo ello acorde con su tamaño, dimensiones reducidas y apariencia muy sólida. Hasta tal punto sigue aquellos cánones, que incluso dispone de aspilleras en dependencias interiores. Hacia el exterior se abren también algunas aspilleras.
El castillo se articula en torno a una torre central almenada de 15’50 x 15’50 metros, cuyas esquinas se orienta a los cuatro puntos cardinales. Tiene tres plantas más la terraza, y cada una de las interiores está compartimentada en cuatro dependencias.
A la torre se le adosan en sus vértices torreones cilíndricos de 5’00 metros de diámetro, cubiertos con bóveda y tejado aparentemente cónico, pero en realidad son piramidales —es necesario, para observar este detalle, ver el castillo desde la distancia—. Interiormente están divididos en dos plantas, de la misma altura que las plantas de la torre central.
La entrada actual se encuentra en un fuerte torreón almenado, de igual altura a la de los cuatro cubos, adosado al muro noroeste. Es de planta ovalada y sobresale de la fachada a modo de barbacana, formando un recodo y protegiendo así el acceso. El torreón es obra posterior a las de nueva planta realizadas en el siglo XVI.
La entrada original es un pequeño postigo situado en la fachada noroeste —hoy en el interior del torreón anterior—. Frente a la entrada actual, y en el cubo norte, una aspillera defiende al que fue el primitivo acceso.
Para su construcción se utilizaron piedras del lugar, lajas de pizarra gruesas y sin labrar, dispuestas horizontalmente.
Todo el edificio, y parte de la parcela de terreno donde se asienta el castillo, está rodeado por un muro almenado de reciente construcción, obra del actual propietario; tiene escasa altura, unos dos metros, y sus almenas son meramente decorativas. Tanto esta cerca como el torreón ovalado de la entrada están bien integrados en el conjunto, no produciéndose fuertes distorsiones visuales, a pesar de carecer de rigor histórico.
Fachada principal, orientada al noroeste.





Entrada al castillo, a la derecha.

  

Materiales: Para su construcción se utilizaron piedras del lugar, lajas de pizarra gruesas y sin labrar, dispuestas horizontalmente.
Estado: Está en muy buen estado de conservación. Fue restaurado durante la década de los setenta del pasado siglo.

Propiedad actual: Privada.
Uso: Vivienda particular.
Visitas: no, totalmente prohibido su acceso, ya he dicho que es una vivienda particular. Sólo es visitable el exterior, y para el interior es necesario el permiso expreso del propietario.
Tengo entendido que, a pesar de ser un B.I.C., la propiedad está dispensada de la obligación de visita pública gratuita de al menos cuatro días al mes y cuatro horas cada día, por parte de la Dirección General de Bienes Culturales (¿?).
Protección: Bajo la protección de la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Está declarado bien de Interés Cultural desde el 22 de junio de 1993 con la categoría de Monumento, o desde 1985, que las dos fechas encuentro en la red.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a todos los castillos de la Comunidad Andaluza en 1993.

Clasificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. Pero es fácil no perdérselo ya que su situación, muy cerca de la A-92, y a la vista desde ella, invita al viajero a hacer una parada y visitarlo.
Otras cuestiones de interés: en el término municipal de Gérgal se produjo, el 15 de noviembre de 1945, uno de los accidentes ferroviarios más graves de nuestra historia, cuando dos trenes —uno cargado toneles de uvas y el otro con cientos pasajeros— colisionaron de madrugada. Nunca se supo cuántas víctimas hubo. El jefe de estación de Gérgal, culpable del accidente, se suicidó al conocer la magnitud de lo sucedido.
Cómo llegar: Desde Almería, por la A-92, tomar la salida 360. Lo mismo desde Granada.
Se encuentra al pie de la Autovía, o más bien sobre un cerro muy cerca de la carretera.
Accesos: Un camino asfaltado pasa por la puerta del castillo, por lo que acceder a sus inmediaciones es muy fácil y cómodo.
Coordenadas:
37°07'48.0"N 2°32'24.0"W

 


de weekey.es


de guiajoseantonio.wordpress.com