El conjunto, que ocupa una superficie de unos cinco mil metros cuadrados, presenta una planta compuesta por dos volúmenes básicos adosados: la catedral propiamente dicha y el claustro.
El primero es rectangular, orientado su eje longitudinal de este, donde se sitúan la cabecera y la girola; al oeste donde están los pies y la Puerta de los Perdones. En la girola sobresalen tres capillas, dos semicirculares —una dedicada a San Indalecio y la otra llamada de la Piedad—, y la central, dedicada al Santo Cristo de la Escucha, que tiene planta octogonal; al exterior su apariencia es la de tres torreones claramente defensivos, denominándose al central como la torre del Sol de Portocarrero. El torreón sureste ha quedado embebido por ampliaciones posteriores adosadas a la muralla del este.
La puerta principal se abre al norte, mirando a la ciudad y de espalda al mar, en el lado de mayor longitud. Esta fachada, que es un lienzo más de la muralla, está reforzada por cinco contrafuertes, entre dos de los cuales se sitúa la puerta, de estricta simetría y decoración clasicista. Se divide en tres niveles:
El superior, con el escudo imperial y un par de columnas de Hércules a cada lado abrazadas con una filacteria y la leyenda Non Plus Ultra.
El nivel central está dedicado a la Encarnación de la Virgen con el Niño, representada en una talla de escasa entidad que no consigue rellenar el hueco que ocupa: una hornacina que, aunque de poca profundidad, presenta una clara desproporción. La hornacina queda enmarcada por dos pares de columnas jónicas que sostienen el tímpano del nivel superior. Y a cada lado, dos medallones, el de la izquierda con el busto de San Pedro, y el de la derecha con el de San Pablo.
El inferior queda inscrito por dos parejas de columnas corintias que sostienen el entablamento del nivel central. Entre las columnas y sobre el tímpano roto que supera a la puerta, el escudo del Obispo Villalán, flanqueado por dos ángeles sentados y dos racimos de granadas. Las columnas se apoyan sobre plinto decorados con bajorrelieves. Los contrafuertes entre los que se enmarca la puerta están decorados, en sus bases, con figuras de ángeles en relieve.
Esta puerta se abre a la llamada Plaza de la Catedral, cuyo espacio data del siglo XVI, cuando se demolieron varias viviendas a fin de configurar este lugar.
En la fachada de los pies se encuentra la Puerta de los Perdones, igualmente diseñada por Juan de Orea, en 1569, con un esquema similar al de la Puerta Principal: también queda encajada entre dos contrafuertes con decoración en sus plintos, y está dividida en tres niveles:
El inferior, correspondiente al acceso, está dedicado al obispo, y se enmarca entre dos pares de columnas dóricas que soportan el segundo nivel. Sobre el frontón de la puerta, una variante del escudo del obispo Villalán que sobresale de un friso decorado.
El cuerpo central presenta en el centro una hornacina, ahora vacía, flanqueada por dos pares de columnillas jónicas en las que se apoya un tímpano triangular.
Por último, el nivel superior en el que se representa el escudo de Felipe II sobre un águila —Felipe II era regente en la época en que se hizo la puerta—. Tras este cuerpo se levanta, retranqueado, el cerramiento de la fachada que a esa altura tiene un rosetón que da luz a la zona del trascoro.
La Catedral tiene tres
naves de igual altura, cubiertas con bóvedas de crucería sobre pilares
conformados por columnillas adosadas de las que parten los nervios de las
bóvedas. En el transepto se levanta una linterna de escasa altura, obra de Juan
de Ores, que es el único elemento que sobresale por encima de la cubierta. Ésta
es prácticamente plana, con ligeras pendientes para evacuación de agua.
La torre del campanario fue concebida como un elemento defensivo —¿la torre del Homenaje? —, de poca altura y aspecto amazacotado, pero, cuestión importante, con doble visión, al mar y a la ciudad. Fue el único elemento del conjunto defensivo que dejó inconcluso el obispo Fernández de Villalán, que será terminado bajo el mandato de Portocarrero. Situado en la esquina más poniente, es de sección cuadrada y aire austero; está construida en sillería de buena fábrica.
En su cuerpo inferior, hasta la altura de las cubiertas del edificio principal, apenas si se abren huecos —los pocos que se ven no son para iluminación sino para defensa y vigilancia—. El cuerpo superior se corona con el campanario, y en él se abren ocho huecos, tres en cada una de sus caras norte y este, y uno en las restantes. El conjunto se remata con una espadaña barroca sobre la cara que mira a la plaza.
El segundo volumen,
adosado al muro sur de la Catedral, es el claustro, obra de Juan Antonio
de Munar, construido en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando era obispo
fray Anselmo Rodríguez probablemente sobre lo que originariamente fue el Patio
de Armas de la fortaleza. Levantado en estilo neoclásico, es de planta rectangular,
siendo los lados más cortos el que se adosa a la catedral y su paralelo en la
cara sur; este último está formado por una muralla entre dos torres
octogonales, uniéndose el de la izquierda con otro lienzo a la fachada de la
Puerta de los Perdones. Por la derecha, en su cara oriental, la muralla quedó
desaparecida por la construcción de diversas edificaciones anexadas al
conjunto, pero debió estar unida al torreón más próximo de la girola.
RESUMIENDO:
Nombre:
Iglesia
Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación
Localidad: Almería.
Municipio: Almería.
Provincia: Almería.
Tipología:
Iglesia fortificada.
Época
de construcción: siglo XVI, y obras posteriores.
Estado:
En muy buen estado.
Propiedad:
Obispado de Almería.
Uso:
Religioso y turístico
Visitas:
libre para actos religiosos; resto bajo pago,
claro.
Protección:
Inscrito como BIC, categoría MONUMENTO, 04/06/1931
La
Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la
comunidad andaluza en 1993.
Clasificación
subjetiva: 5, no sólo no hay que perdérselo bajo ningún concepto
y además hay obligación de verlo antes de morir, sino que, si no se hace, se
morirá en pecado mortal.
Otras
cuestiones de interés: Por lo que al que escribe le toca,
dejo aquí una reseña relativa a las campanas de la torre. En total, el
campanario dispone de 10 campanas, dos en la espadaña que son las encargadas de
dar cuartos y horas del reloj, y el resto en el cuerpo de campanas. La torre
dispuso de campanas fijas en cada uno de los cuatro huecos mayores —actualmente
sólo en uno, el de la cara este, el resto desaparecieron en la Guerra Civil—.
Los cuatro huecos pequeños, y aquí está mi interés, tienen campanas de volteo,
que fueron fundidas en 1940 en Villanueva de la Serena por el fundidor
Fernando Villanueva Sáenz; parece ser que son de escasa sonoridad y baja
calidad, pues tres de ellas están rajadas.
Cómo
llegar:
Coordenadas:
36.83814281838498,
-2.4672389997617037
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