martes, 6 de noviembre de 2018

Campo Maior, castillo de Campo Maior

Viajando hacia el norte de Portugal recalamos por unas horas en Campo Maior, a mitad de camino desde mi ciudad al lugar de destino, y muy cerca de la frontera con España, aunque con Portugal ya no tenemos fronteras, y que por aquí llaman La Raya.
Estamos en el distrito de Portalegre, en el Alentejo, a escasos 10 kilómetros de España y a unos 18 de la ciudad de Badajoz. Tan cerca que, dicen, se puede verla desde lo alto de la torre del Homenaje, cosa que no podremos comprobar hoy.
Hemos llegado muy temprano, y quizás sea por eso, me llama la atención dos cosas: un lejano pero preciso olor a café, y una sensación apacible en la luz, en las calles. Luego, paseando alrededor del castillo, ese efecto se incrementó; a lo que ayudó el hecho de que durante todo el paseo no viéramos a nadie. Más tarde, ya en las calles de la ciudad, sí había un deambular de paisanos, discreto pero suficiente como para no hacer pensar que se trataba de una ciudad fantasma. Y es que seguía siendo muy temprano.



EL LUGAR:

Campo Maior data desde los romanos —siempre digo que toda ciudad o pueblo que se precie de su historia debe proceder de los romanos—, o al menos eso cuenta algunas leyenda. Lo que sí está claro es que los árabes estuvieron aquí; porque es a ellos a quienes los cristianos arrebatan la ciudad. Y es que una vez conquistada la ciudad de Badajoz en 1230 por Alfonso IX —por cierto, último rey de León, que su sucesor e hijo, Fernando III, ya lo sería de Castilla y León—, envía sus huestes a Campo Maior a fin de conquistarla. Campo Maior quedó incorporada al concejo de Badajoz, recibiendo el título de villa en 1255 por parte de Alfonso X, y concediéndosele, años después, fueros propios. Los portugueses la recuperarían entre 1295 y 1296.
En 1297 y tras la firma del Tratado de Alcañices y la reordenación de la frontera entre Castilla y Portugal, pasó al reino vecino. Y así hasta hoy, excepto los días que duró la Guerra de las Naranjas —pero eso fue quinientos años después—.
A finales del siglo XV aumentó considerablemente su población debido a que fue refugio de numerosos judíos perseguidos por la Inquisición en Castilla.
La Plaza Vieja de Monte Maior. Detrás, el castillo.


Durante las guerras de Sucesión y Restauración hubo división de opiniones en la población en cuanto a las preferencias entre España y Portugal, que terminaron decantándose por lo que hoy todos sabemos.
Fue entre los siglos XVII y XVIII que sufrió algunos ataques y asedios por parte de tropas españolas que siempre se tradujeron en heroicas resistencias. Ya por entonces la ciudad se había transformado, convirtiéndose en una enorme fortificación abaluartada con una población eminentemente militar, que llegó a representar la cuarta parte de los habitantes.
Pero no sólo fue en enfrentamientos contra España en donde Capo Maior tuvo protagonismo; también en la Guerra de la Independencia y por su carácter fronterizo, se vio envuelta en más de un asedio —poco antes, en 1801, la plaza se rindió a las tropas españolas al mando de Manuel Godoy, retornando al dominio español; pero sólo durante dieciocho días: fue la Guerra de las Naranjas—.
Derrotado Napoleón y expulsado de la Península Ibérica, la frontera se pacifica y estabiliza, con lo que su importancia estratégica disminuye, reduciéndose sus guarniciones hasta la total desaparición al día de hoy. Y con ello el consiguiente deterioro de casi toda su arquitectura militar.


EL CASTILLO
El castillo se encuentra al sur de la población y en la zona más elevada, en un lugar conocido como el Outeiro de Santa Vitória, o sea, el montículo de Santa Victoria. Desde allí fue sólo él quien protegió la ciudad, hasta que las circunstancias y desavenencias con el vecino español obligaron a la construcción de un enorme entramado de murallas y baluartes que mejor pasear en este blog en otro momento.
Monte Maior y su castillo, según un dibujo de Duarte de Armas (1509).

Fue el rey Dionisio I quien, después del Tratado de Alcañices, mandó construir el castillo que hoy vemos —aunque con algún matiz— sobre lo que fue otro anterior de origen musulmán. Corría el año de 1310.
Posteriormente sería reformado y ampliado por los reyes Juan II y Manuel I, según los diseños de Duarte d’Armas.
Con la llegada de las nuevas técnicas bélicas, fue adaptado y nuevamente ampliado, con edificaciones anexas.
A ello hay que añadir el amurallamiento de toda la ciudad, obligado por las guerras de Sucesión y Restauración, que la convirtieron, junto a Elvas, en una de las ciudades fortificadas más importantes de Portugal, dada su posición estratégica. De esta manera formó parte de una línea defensiva en el centro-oeste de Portugal que protegería Lisboa y su entorno. Responsable máximo de aquellas construcciones fue el ingeniero militar Nicolau de Langres, que comenzó las obras en 1644, y al que sucedió en los trabajos Luis Serrao Pimentel.
Contrafuertes entre el castillo y las murallas.

En 1732, concretamente en la madrugada del 16 de septiembre, durante una tormenta, un rayo acertó en el lugar donde se almacenaba toda la pólvora, provocando una extraordinaria explosión con su posterior desmesurado incendio, que destruyó no sólo gran parte del castillo, sino también de la población, muriendo casi la mitad de sus habitantes.
Juan V ordenó la reconstrucción del castillo, que se inició en 1735, y de todas las instalaciones militares aunque, eso sí, manteniendo su aspecto medieval.
Durante el siglo XX ha sido intervenido en algunas ocasiones, si bien en 2010 sufrió algunos deterioros debidos a las inclemencias del tiempo.
Montemaior según de Luis de Jacob (1755)


LOS DETALLES:

Sobre la original planta, un polígono irregular de siete lados, aún se conservan, coincidiendo con ángulos de ese polígono, tres torres de la primitiva construcción:
Una de las dos torres orientadas al noroeste.

Portillo bajo la torre anterior.

Dos de ellas situadas a los lados del lienzo noroeste; ambas están almenadas como también lo está ese lienzo. El almenado continúa en otro lienzo que partiendo de la torre más al norte penetra hacia el interior del castillo. En esa torre, una ventana de estilo manuelino profusamente decorada, mira más al norte aún, y en el rincón que forma con el lienzo a su derecha, dispone de un matacán para proteger no sé el qué. A su vez, la torre gemela parece defender un portillo a su izquierda.
La segunda torre del noroeste.

Matacán junto a la torre anterior
Ventana de estilo manuelino

Más al sur está la tercera torre original, orientada al suroeste, también almenada y con uno de los accesos al castillo a sus pies: una puerta con arco ojival que ha perdido los escalones que debió tener: sobre ella el escudo de Portugal.
Estas tres torres presentan cámaras abovedadas a la altura del adarve.
La Compañía ante el acceso de la torre suroeste.



El resto de las torres, actualmente desmochadas como el resto de las murallas —se rebajó su altura para facilitar el tiro a barbeta de los cañones—, también coinciden con los ángulos de las murallas, más otra torre algo más pequeña situada en el centro del lienzo sureste. La más fuerte de las cuatro, y que también mira al norte, tiene en una de sus caras la otra puerta de acceso al castillo, que no es la original, sino de construcción bastante más tardía.
Acceso en la fachada norte.




Escudo de Portugal sobre la puerta.

En el interior, junto a la muralla este, se encuentra la iglesia el Señor de los Afligidos; también en el interior, pero al norte, está el Museo de Historia Militar.
Todo el conjunto fue edificado en mampostería, tomada con morteros de cal y con sillares en otros elementos, como en las esquinas de las torres.

Callejeando entre el castillo y la ciudad.

Nombre: Castillo de Monte Maior.
Localidad: Campo Maior.
Municipio:
Distrito: Portalegre.
Región: Alentejo —Alto Alentejo—.
País: Portugal.

Tipología: Castillo.
Época de construcción: siglo XIII. Posterior reconstrucción en el siglo XIX.
Estado: Se encuentra en buen estado conservación, ya que ha sido restaurado en varias ocasiones a lo largo del siglo XX.
Protección: Es Monumento Nacional desde 1911.

Propiedad:
Uso:
Clasificación subjetiva: 3, Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible por visitarlo. Aunque sólo sea extramuros.
Visitas: Cuando lo visité, septiembre 2018, encontré cerradas todas sus puertas y no vi ningún cartelito que me indicara calendario ni horario de apertura. Hubo que conformarse con un paseo en derredor.
Viviendas adosadas a su muralla.

Otras cuestiones de interés: junto a la Iglesia Matriz de Campo Maior está la Capela dos Ossos —Capilla de los Huesos—, construida en el siglo XVIII, que tiene revestidas las paredes y techo con cientos de huesos humanos. La tradición dice que son los restos de las víctimas del incendio de 1732.


Cómo llegar: Desde Badajoz dirigirse hacia el norte por la carretera BA-020 que al cruzar la frontera pasa a denominarse N-371. Nos llevará recto a Campo Maior, justo a la Puerta de la Villa.
La Puerta de la Villa.



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