martes, 17 de junio de 2025

Onda, castillo de Onda o de las 300 torres.

Nombre:     Castillo de Onda o de las 300 torres.
Localidad:  Onda.
Municipio: Onda.
Provincia:   Castellón.
Tipología:    Castillo-alcazaba.
Datación:     Siglo X al XIV.

Situación: Se asienta el castillo de Onda en la cima de la colina que domina la población de Onda, a 284 metros de altitud, protegiendo la ciudad y vigilando la amplia llanura de La Plana, la Sierra de Espadán y el macizo del Peñagolosa.
La historia del lugar se asienta sobre restos íberos. Los griegos lo llamaron Sepelacon y los romanos Sepelaci. Sobre un asentamiento de estos últimos levantaron los musulmanes una magnifica fortaleza que, durante los siglos XII y XIII llegó a ser el enclave más importante de la Valencia islámica.
Fue considerada una de las fortalezas más importantes al norte de Al-Andalus, tanto es así que se la renombró como la de las 300 torres (tantas como días tiene el año), que no creo que llegara a tener tantas, pero viene a expresar la fuerza que hace siglos debió de representar y la impresión que ofrecía a quienes la contemplaron. Hoy, la verdad, y sin desmerecerla, se hace necesario cargarse de un poco de imaginación para sentir el significado de la metáfora.

Fachada oeste del castillo.

Datos históricos:
La fortificación actual data del siglo X, período califal —se dice que el propio Abderramán III supervisó sus obras—, por lo que algunos textos no dudan en denominarla fortaleza califal. Fue por entonces la ciudad más importante al norte del Sarq al-Andalus, siendo el centro administrativo de una amplia zona, por lo que, dado su valor y el control que ejercía, hizo que el Cid decidiera conquistarla, cosa que hizo a finales del siglo XI, hacia el 1090, para ser recuperada por los almorávides en 1102.
En 1150, los almohades la amplían y refuerzan, construyendo la torre albarrana, conocida como Campanars dels Moros o torre del Moro, y la muralla de tapial orientada al norte, que conforma el albacar exterior. Esta debió de ser la época en la que se conoció al castillo como el de las 300 torres, dada la visión que debía de ofrecer coronando la medina.
Definitivamente, y tras haber pasado de una taifa a otra (Lérida-Tortosa, Zaragoza y Valencia), en 1238 fue conquistada por Jaime I el Conquistador tras la rendición del último rey de Valencia, Zayyán ibn Mardanish que, por cierto, había nacido en Onda. Once años después, en 1249, los musulmanes residentes en la villa fueron expulsados y se repobló con cristianos. Es entonces cuando el rey concede a la villa Carta Puebla. Entre 1249 y 1258 estuvo cedida a la Orden del Temple.
Jaime II el Justo permutó este castillo por el de Amposta a los Caballeros Hospitalarios, los cuales estuvieron administrándolo hasta 1319 en que pasó a manos de la Orden de Montesa. A estos últimos se debe el aspecto final que tuvo la fortaleza (en el palacio levantaron un claustro, entre otras obras), aunque apenas si quedan restos de todas las edificaciones interiores, más allá de las cimentaciones y arranques de muros.
A mediados del siglo XIV, y dada su posición estratégica, el castillo fue protagonista de episodios bélicos durante la llamada Guerra de los Dos Pedros (1356-1369) entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón.
Terminada la Reconquista, el castillo de Onda vivió numerosos hechos bélicos, como durante la Guerra de las Germanías (1519-1522), en la que, a tenor de unas revueltas contra Carlos I, Onda estuvo al lado del Emperador. Poco después, en 1526, el duque de Segorbe utilizará el castillo como cuartel general durante la rebelión de los moriscos; en esa época se remodeló la zona del palacio.
En 1643 se hicieron numerosas obras, se amplió el palacio y se construyeron cuarteles, arsenales y almacenes suficientes para poder albergar hasta 1.000 hombres.
La guarnición del castillo, durante la Guerra de Sucesión (1701-1713), fue fiel a la causa borbónica, estando al lado del futuro Felipe V. A partir de entonces la fortificación entró en un periodo de declive que la llevó a, prácticamente, su ruina a finales del siglo XVIII. Así y todo, fue ocupado por las tropas de Napoleón durante la de la Independencia.
En 1836, el general Cabrera conquistó la villa y su castillo, dejándolo arrasado cuando lo abandonó. Se ejecutaron significativas obras de reparación, y un siglo después volvió a vivir hechos bélicos, esta vez durante la Guerra Civil, cuando fue bombardeado en 1938 por la aviación nacional, sufriendo grandes daños. Terminada la guerra, fue abandonado.
Por último, y hasta los años cincuenta del pasado siglo, estuvo ocupado por monjes carmelitas lo utilizaron como colonia escolar a excepción del intervalo de la Guerra Civil. Los carmelitas construyeron en 1920 una iglesia y una escuela que abandonaron en 1950.
Tras un largo periodo de abandono y deterioro, el castillo ha sido sometido a un profundo trabajo de restauración y consolidación.

Camino del castillo, fachada oeste.


A la derecha, uno de los torreones de la puerta.

Mi Compañía, a punto de acceder al castillo.

Descripción, arquitectura y construcción:
En el castillo, de unos 25.500 metros cuadrados de superficie aproximada, se aprecian tres recintos, si no contamos uno exterior que sería el que encerraba la medina de la ciudad.

El primer recinto (color verde) rodeaba toda la fortificación, y el espacio entre éste y el siguiente recinto lo ocupaba el albacar exterior. De ese primer recinto se conservan algunos lienzos y torres en sus vértices en las laderas este y norte, donde predomina el tapial. En el interior del albacar se observan restos de las edificaciones que se dedicaban al cobijo temporal de las personas y animales.
De entre las torres destaca la conocida como Torre del Moro, del siglo XII, popularmente llamada “Campanar dels Moros”.

Albacar exterior, al fondo la Torre del Moro.

El segundo recinto (color azul), en cuya fachada oeste, que es la más reconocida del castillo, se encuentra la que actualmente es la entrada principal, flanqueada por dos torres cilíndricas. Justo frente a la puerta vemos el edificio que los carmelitas dedicaron a escuela y que levantaron sobre el que fue el principal aljibe de la fortaleza.
En esta parte de la fortificación, el albacar interior, se encontraban los cuarteles de la guarnición, almacenes, aljibe, etc., a la vez que funcionaba como posible segundo espacio de protección.

En el tercer y último recinto (color rojo) está la que denominan Alcazaba —aunque realmente fue un alcázar, una residencia palaciega, también llamada celoquia—, que se sitúa en la cota más alta del conjunto. Esta fue, con toda probabilidad, la ubicación fundacional del castillo de Onda, allá por el siglo XI, y en el que se encuentran similitudes con otros palacios de la época. Ésta fue la residencia del alcaide o gobernador, según épocas, y del comendador de la Orden de Montesa.
Planta del alcázar (de cartel informativo en el castillo)

Se accedía al alcázar a través de un recinto inferior, adosado a su fachada este, de forma trapezoidal, en la que se disponían diversas dependencias para la guarnición militar y de servicio, además de un pequeño aljibe. Este recinto también tuvo otro acceso situado en su esquina norte.
El edificio principal, de planta rectangular, tuvo 12 torres que reforzaban su muralla perimetral: una en cada esquina, tres en sus lados mayores y una y en los menores. El edificio mide 35 x 31 metros, o sea unos 1.085 m2 de superficie, que junto al edificio anexo suman un total de 1.200 m2.
Actualmente es fácil de apreciar, paseando por la coronación de sus muros sobre una moderna pasarela, no sólo su contorno, sino también lo que fue el interior de esa zona palaciega. Las distintas estancias, residenciales y de servicios, se organizaba alrededor de un patio jardín con una alberca, cuyo eje mayor se orienta de norte a sur; las primeras estuvieron decoradas con ricas yeserías.
En los lados norte y sur se situaban salones y alcobas a sus lados; la cocina y una letrina en el rincón sureste, y otras letrinas junto a la torre central de la fachada oeste.

Camino de acceso al alcázar, al fondo.


Actual entrada al alcázar.

Interior del alcázar desde su esquina suroeste.

Interior del alcázar desde su esquina noreste

Recinto inferior, adosado al lado este del alcázar.

Esquina exterior norte del alcázar.

Fachada norte del alcázar.

El alcázar desde la zona norte del albacar exterior.

Materiales: Muros de tapial en la muralla del primer recinto; en el resto de la fortaleza predomina el sillarejo.
Estado: Ruina consolidada que aparenta un buen estado y conservación.
De las obras de recuperación destacan las realizadas en la Alcazaba a lo largo de los años 1989 y 1993; a partir de 2008 se sacaron a la luz las estructuras del palacio. Hoy podemos ver los arranques de los muros de todas las estancias.
Al fondo, la iglesia de los carmelitas, desde la muralla norte del alcázar.

Propiedad actual:  Desde 1980 es propiedad del Ayuntamiento de Onda.
Uso:  Turístico y cultural. En su interior existen dos edificios, construidos a principios del siglo XX por los carmelitas, dedicados en la actualidad a Centro de Interpretación el que fue escuela. En la que fue la iglesia de los carmelitas encontramos una zona museística donde, entre otros elementos, se exponen yeserías del siglo XIII procedentes de una vivienda de la ciudad.
Visitas: acceso libre, dentro de un horario determinado.
Protección: Está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1967, Monumento Nacional desde 2003 y Bien de Interés Cultural. Se encuentra protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español.

Calificación subjetiva: 3, o sea, que se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo.
Otras cuestiones de interés: No se tiene ciencia cierta de que el Cid conquistara esta fortaleza. La única a referencia está en el Cantar del Mio Cid donde se nombra a este castillo tras la batalla del Pinar de Tévar, cuando después de conquistarlo dejó aquí parte de su ejército como guarnición. Posiblemente se trate de una confusión con el castillo de Ondara, en Alicante, que sí fue conquistado por el Campeador.
El escudo de la población presenta una muralla con tres torres que, es evidente, está referido al castillo.

Es posible que su sobrenombre provenga de Ramón Muntaner (1265 - 1336), escritor catalán, que en su Crónica se refirió metafóricamente al Castillo de Onda como el 'Castillo de las 300 Torres' ya que, en su época de máximo esplendor, se decía que tuvo tantas torres como días tiene el año.

Cómo llegar:
Accesos: andando o con vehículo, se llega hasta la misma puerta del castillo. El paseo por su interior es cómodo.
Coordenadas: 39.96238 N - 0.26001 O

martes, 10 de junio de 2025

Benicasim, torre de San Vicente

Nombre: Torre de San Vicente.
Localidad: Benicasim.
Municipio: Benicasim.
Provincia: Castellón.
Tipología: torre atalaya costera.
Datación: finales del siglo XVI.
Situación: La torre de San Vicente se encuentra al sur del actual paseo marítimo de Benicasim, en el tramo denominado Avenida Ferrandis Salvador.
Es una de las 18 torres que jalonaron y protegieron la costa de la provincia de Castellón, y que hoy se limita a embellecer la que tal vez sea la zona más turística de la localidad.


Datos históricos:
La existencia de piratas en las costas españolas del Mediterráneo tiene su origen, paradójicamente, en el comercio marítimo que existía entre los territorios de la Corona de Aragón de la península Ibérica y los de Italia. Apoyados por los turcos y, cómo no, por los franceses, los piratas fueron corsarios a las órdenes de esas potencias.
Defender las costas se convirtió en una necesidad de primer orden, y para ello se llevó a cabo la construcción de numerosas torres que en Benicasim fueron dos: la de San Julián y esta que hoy paseamos de San Vicente. Ambas defendían la llamada Olla de Benicasim, una zona de la costa, resguardada y adecuada para el fondeado de embarcaciones, y por tanto para el desembarco de los piratas en la costa y el posterior saqueo del territorio.
Así que en las cortes de Monzón se decidió su construcción, que se llevó a cabo entre los años 1597 y 1599. La seguridad que dio, posibilitó la repoblación de la villa, que adquirió Carta de Población en 1603. Para ello se la dotó, en principio, de dos solados de a pie y dos de a caballo.
En 1850, y tras la creación del Cuerpo de Carabineros, estos se hicieron cargo de su uso y custodia, disponiendo de un cuartel que se construyó a su lado. Terminada la Guerra Civil, ambos, cuartel y torre pasarían a la Guardia Civil. El primero sería demolido en 2011, una vez que la torre fue adquirida por el Ayuntamiento de Benicasim en 2004.
Hacia finales del siglo XIX (del Ayuntamiento de Benicasim.

El cuartel de Carabineros/Guardia Civil, junto a la torre.

Descripción, arquitectura y construcción:
Empecemos por sus medidas: planta cuadrada, 11’5 metros de lado y 13’5 metros de altura. Su volumen, de fuerte apariencia, se intensifica con un ligero ataluzado en su base.
En la fachada que se orienta a tierra se abre la puerta de acceso, situada a 1’80 metros sobre la cota del terreno. Es de pequeñas dimensiones, pero de desproporcionadas jambas y dintel de sillares bien labrados. Sobre la puerta, un retablo cerámico representa a San Vicente, y más arriba, a nivel del terrado, sobresale un pequeño matacán. Ante la puerta quedan los restos de cimentación de una edificación anexa que debía proteger la entrada.
La planta baja, que es la única, está dividida en cuatro estancias por dos muros en cruz, y comunicadas mediante pequeñas puertas; se cubre con una bóveda apoyada sobre arcos de medio punto, cuyo punto más elevado se sitúa a cinco metros de altura.
Originalmente sólo existía una sala, un espacio diáfano, pero los deterioros que sufrió la torre en el siglo XVIII a causa de un terremoto, obligaron a la construcción de esos muros en cruz que reforzaron la estructura. En una de las salas hay una chimenea que sirvió para cocinar y hacer las señales de humo pertinentes. De la misma sala parte una escalera, estrecha, que lleva al terrado.
El pretil de la terraza, de poca altura, tiene una abertura en cada una de las caras norte y sur, y en la orientada hacia el mar dos, además de una garita volada en cada una de sus esquinas.; en la cara que mira a tierra, vuela un matacán.
Anexada a su fachada norte tuvo unas caballerizas, construidas en el siglo XVI, sobre las que se levantó el cuartel de Carabineros.





Materiales: ejecutada con mampostería a base de piedra de rodeno, procedente del Desierto de Las Palmas; las esquinas y elementos singulares, como el matacán y los garitones, son de sillería de piedra calcárea.
Estado: En muy buen estado, fue restaurada entre 2017 y 2018. Entre los trabajos que se ejecutaron, estuvo la recuperación/transformación de huecos y aspilleras y la colocación de un ascensor interior para facilitar la accesibilidad a los visitantes.

Propiedad actual: Pública, ayuntamiento de Benicasim.
Uso: turístico y cultural. En su interior está su propio centro de interpretación, y donde estuvo el pequeño cuartel, hoy hay un jardín.
Visitas: dispone de horario para su visita, según temporada y días de la semana. El día que la visité, para mi desgracia, estaba fuera de ese horario.
Protección: Desde 2001 es Bien de Interés Cultural. Protegido por la Declaración genérica del Decreto de 22/abril/1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE 125, 05/mayo/1949) y por la Ley 16/1985 de 25/junio, de Patrimonio Histórico Español.
Calificación subjetiva: 2, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita.

Otras cuestiones de interés: hacia el norte encontramos a lo largo del paseo marítimo, las Villas de Benicasim, un conjunto de casas de finales del siglo XIX que, tras la construcción del ferrocarril Castellón-Tarragona, convirtieron la zona en lugar de estancia veraniega a familias de la alta sociedad valenciana.
Accesos: dispone de una rampa para llegar a la puerta, y en su interior, un ascensor facilita subir a la terraza.
Coordenadas: 40.04729 N, 0.06954 O
Cómo llegar:








martes, 3 de junio de 2025

Castillo de Chivert, Alcalá de Chivert

Nombre:     Castillo de Chivert.
Localidad:  Alcalá de Chivert.
Municipio: Alcalá de Chivert.
Provincia:  Castellón.

Tipología: Castillo.
Datación: Siglos X y XI, ampliada en el XIII.

Situación:
Encontramos el castillo de Chivert sobre la cima de una de las montañas de la Sierra de Irta, en el término municipal de Alcalá de Chivert, y a unos cinco kilómetros de esta población.
Situado a 380 metros sobre el nivel del mar, su posición es privilegiada, pues aun siendo fácil verlo desde la lejanía, es cualidad que favorecía su defensa. Mientras se transita por la autovía AP-7 / E-15 se observa cómo aún permanece atento y vigilante junto a su vecino de Pulpis más al norte, controlando la amplia llanura que se extiende al sudoeste. Los ojos del camino, de estos dos y de muchos otros en esta zona de España, aún siguen abiertos.
Actual camino de acceso al castillo, al fondo.

Datos históricos:
Ya hubo, desde la Edad del Bronce, un poblado en este lugar; numerosos restos cerámicos —urnas para enterramientos— así lo atestiguan, así como otros relativos a distintas ocupaciones que abarcan hasta la época íbera.
En este lugar se asentaron los musulmanes, construyendo una alcazaba —se cree que fue Abderramán III quien ordenó la construcción de esta fortaleza en el siglo X—, y un poblado fortificado en la cima de la montaña. Restos de la primera aún se observan entre las reformas y ampliaciones posteriores de los cristianos.
Curiosamente este castillo fue propiedad cristiana sin haber sido conquistado, pues Alfonso II de Aragón se lo cedió, junto al de Oropesa, a la Orden del Temple en 1169.
En 1225, Jaime I, nieto del anterior, se lo entregó al caballero Rodrigo Ximen de Llusia, para devolvérselo a los templarios en julio de 1233. Éstos tomarían la fortaleza el 28 de abril de 1234, tras tres meses de asedio, por miembros del Temple al mando de su maestre Hugo de Folcalquier.
Inmediatamente después, se firman capitulaciones entre los templarios y los habitantes, mediante las cuales se respetaron las vidas de los vencidos, permitiéndoles seguir viviendo en el lugar, pero en una aljama de nueva construcción, en la ladera occidental de la montaña, mientras que la orden militar ocuparía la fortaleza. Dentro de la aljama estaban no sólo las viviendas, también una mezquita y un aljibe. Llegó a tener una población de unos 300 habitantes, que siguieron manteniendo sus costumbres, cultos y lengua.
Los templarios remodelaron en profundidad el castillo árabe a fin de convertirla en una encomienda, rebajaron la cota y levantaron dos grandes torres —las torres gemelas— circulares en la cara oriental, una nueva muralla en el sector noroeste y la entrada principal, además de una iglesia y un aljibe.
Desparecida la Orden, el castillo y la aljama mora pasaron a manos de la Orden de Montesa en 1319. Al poco, la mayoría de la población abandonaría la aldea para trasladarse al valle, siguiendo activo el castillo.
Durante la guerra de las Germanías (1519/1522), en Valencia, sufrió un saqueo y posterior incendio que dañó considerablemente sus estructuras.
Pero no por ello perdió la fortaleza y su arrabal importancia. En 1580, el último maestre de la orden de Montesa, Pedro Luis Garcerán de Borja, le otorgó el título de villa.
Fue abandonado de manera definitiva en el siglo XVII, tras la expulsión de los moriscos ordenada por Felipe III a principios de ese siglo, a pesar de que toda la población morisca de Xivert estaba integrada en las costumbres de Alcalá; incluso habían adoptado la religión cristiana y abandonado el uso de su lengua.
El arrabal del castillo fue repoblado con cristianos, pero unas décadas después fue definitivamente abandonado. El deterioro, tanto de la aljama como de la fortaleza fue en aumento, y en la segunda mitad del siglo XVII ya se encontraba en ruinas. Actualmente es posible apreciar la trama urbana de la medina, dos viviendas restauradas y parte de su muralla consolidada.

Descripción, arquitectura y construcción:
Ocupan los elementos actuales del castillo unos 8.000 m2, prácticamente toda la cima de la montaña y parte de la ladera por la que se accede. Es por tanto una edificación de grandes dimensiones. Son los restos de la fortificación medieval que se levantó rebajando el terreno para crear una pequeña meseta donde asentar aquella. Es por ello que cualquier resto arqueológico anterior desapareció con la construcción de la alcazaba árabe y la pequeña medina anexa en el albacar.
Gran parte de aquellas construcciones y la ampliación que realizaron los almohades quedaron ocultas con las reformas que los cristianos hicieron en el siglo XIII. Pero aún se mantienen la torre Sur (F), la de Poniente (B), el muro Sur, el recinto del albacar y el aljibe (L).
De planta irregular, el castillo está claramente dividido en dos recintos no concéntricos.
Desde el albacar hacia el aljibe (acceso actual).

El alcázar visto desde la zona del aljibe árabe, torre Sur y una de las Gemelas.

Murallas del albacar en la zona del aljibe árabe.

El primero de los recintos, al sur, es el albacar, en donde se encontraba el aljibe árabe (L), que siguió abasteciendo de agua a la población musulmana cuando se trasladó a la aljama. La muralla que cierra este primer recinto es de época islámica, entre los siglos X y XI, y en ella estuvo la puerta de acceso (H), aunque hoy se llega a él por el camino que termina frente a las torres Gemelas (E), a través de un lienzo de muralla derruido a la derecha de las torres semicirculares (K).
La muralla del sur, que se asienta directamente en la roca, la conforman las dos torres semicirculares ya mencionadas, el muro de Alafia (J) y la torre de Levante (I).
El muro de Alafia, de 12’45 metros de longitud y casi 10 de altura. En su construcción se mezcla la mampostería irregular en cota más baja y otra más aceptable encima, junto con tapial que se decoró con imitación de sillería. En este último se aprecia una inscripción que, en árabe, viene a decir “el que concede la victoria es Dios”. Resulta curioso que los cristianos, tras su conquista, no eliminaron tal inscripción. Probablemente fuera porque los templarios también se sintieran identificados con el significado de la frase, y no tuvieron reparo en mantenerla a pesar de estar escrita en árabe.
Camino de acceso al segundo recinto, a la derecha muralla del alcázar.

Rampa de acceso al segundo recinto.

El segundo recinto es el alcázar y su construcción es netamente cristiano, aunque de origen musulmán. Casi todo lo visible es obra del Temple.
De planta ovalada, tiene una superficie aproximada de 1.000 m2. Se accede a él por su cara oeste, a través de un itinerario en recodo (A) formado por una doble rampa que aún mantiene el empedrado original. Al final de la rampa estuvo el Cuerpo de Guardia, adosado a la torre Sur (F), y a la izquierda el aljibe construido por los templarios, de unos 11 por 5 metros, aproximadamente.
Desde la rampa llegamos directamente al interior del Patio de Armas, que está hoy prácticamente vacío de edificaciones, pero bastante bien conservado casi todo su perímetro. Destacan las dos torres gemelas (E), cilíndricas, en el lienzo de Levante, y la torre Norte de planta cuadrada. Los muros que lo rodean están en buen estado, con lienzos almenados, a excepción del Oeste que está casi desaparecido. En todo su perímetro y adosados al interior de la muralla, se encontraban dependencias tales como los establos, cocina, almacenes, etc. De aquellas sólo quedan restos junto a los frentes Este y Sur.
Siguiendo el perímetro del alcázar, dejamos a la izquierda los restos de la muralla Sur, la peor conservada, que nos lleva hasta el vértice Oeste, donde está la Torre de Poniente (B), hoy restaurada, de dos plantas, la superior destinada a la guardia y la inferior fue un almacén.
A continuación, hubo otra torre hoy desaparecida, y más al norte se levanta la Torre Norte (D), también de planta cuadrada e iguales características a las dos anteriores, pero más esbelta que aquellas.
Torre de Poniente desde el aljibe cristiano.

Estado actual del patio de Armas con las torres Gemelas al fondo.

Torre Sur a la derecha y las Gemelas al fondo.

Ahí estuvo la capilla, al fondo la puerta de la sacristía.

Restos de edificaciones junto a la torre Norte. Al fondo la torre de Poniente.

Las torres gemelas, fachada este.

Orientadas a levante se alzan las torres Gemelas (E), las cuales aún conservan parte de sus escaleras y las bóvedas de sus cámaras. El lienzo que las une mantiene algunas almenas. No cabe duda que estas torres dan, desde el exterior, una imagen de fuerza a la fortaleza.
Fueron construidas en dos fases: la primera, hasta unos diez metros de altura, con sillares bien labrados, y el muro a unos cinco metros. Una vez que la encomienda se trasladó a Peñíscola, las torres se elevaron dos metros más y el muro casi cinco, pero con mampostería.
Junto a las torres Gemelas se levantaba la Capilla (G), una piedra nos indica el lugar que ocupó el altar. Hoy sólo vemos la planta, distinguiéndose el ábside semicircular; a su derecha se observa la puerta de la sacristía.
Hacia el sur, el óvalo de la planta se cierra con la torre Sur (F), que fue la de mayor tamaño y, por su situación, controlaba la entrada al alcázar. Su origen es árabe, aunque fue remodelada por los cristianos. De planta trapezoidal, tiene dos estancias en la planta baja separadas por un arco apuntado. Ha sido restaurada recientemente, renovándose la cubierta; su altura actual es de unos 8’5 metros.
El alcázar está perimetrado, en su cara norte, por un estrecho camino de ronda.
El camino de ronda perimetral en su tramo norte.
Se podría considerar un tercer recinto, la puebla musulmana, de unos 8.000 m2 de superficie, que se extiende en la ladera oeste hacia el valle. Sumado este último, la extensión total ocupa 1’13 Ha.
La aljama estaba rodeada por una muralla que, escalonada por la pendiente del terreno, partía de la cara oeste del primer recinto, y a la que se accedía por un portal situado junto a esa muralla.


Materiales:
Estado: Se encuentra en lo que se denomina ruina progresiva, pero con la esperanza de que no vaya a más. Dejémoslo pues en ruina consolidada, y deseemos que futuros trabajos mejoren su estado.

Propiedad actual: pública, Ayuntamiento de Alcalá de Chivert.
Uso: Sin definir. Al ser el acceso libre, seamos generosos y digamos que está dedicado al turismo cultural.
Visitas: acceso libre.
Protección: Protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
Calificación subjetiva: 3, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo. 

Otras cuestiones de interés: En el escudo del municipio figura un castillo y, como en otras ocasiones dejo aquí enlace para saber algo más del mismo.
Cómo llegar: En la carretera N-340, a las afueras de Alcalá de Chivert, tomaremos el camino que lleva a la ermita del Calvari, dejamos la ermita a la izquierda y continuaremos el camino transitando despacio, con precaución, que está en muy mal estado. Son, aproximadamente, unos 4 kms., que nos llevarán directamente al castillo.
También existe la posibilidad de acceder, desde la población, por un sendero que sube hasta el castillo.
Accesos: Por el camino descrito es fácil llegar en coche hasta un espacio habilitado como aparcamiento. Desde aquí se irá caminando apenas 500 metros.
Una vez en el castillo, es necesario tomar precauciones durante la visita dado su estado, a pesar de las medidas de seguridad.
Coordenadas:
40.30823 N , 0.25495 O
























Las torres gemelas y la del Homenaje, torre Sur, desde el albacar (sureste).