martes, 30 de abril de 2024

El Barco de Ávila, muralla urbana.

Nombre:      Muralla de El Barco de Ávila.
Localidad:  El Barco de Ávila.
Municipio: El Barco de Ávila.
Provincia:  Ávila.

Tipología:   Muralla urbana.
Datación:    Siglos XII - XVI.
Situación:   La muralla de El Barco de Ávila se encuentra en la población del mismo nombre, envolviendo el casco histórico de la villa.

Datos históricos:
Su trazado está datado, al igual que el castillo en el siglo XII, siendo su constructor, también, don Raimundo de Borgoña. En siglos posteriores, finales del XIII y principios del XIV, sufrió reformas, así como la apertura de algunas puertas y postigos.
Durante la Guerra de Sucesión sufrió grandes daños por parte de las tropas partidarias de los Habsburgo, ya que el duque de Alba, señor de la villa, fue partidario de los pretendientes borbones en la persona del que sería Felipe V.
Esos acontecimientos marcaron el inicio de su deterioro, que se vio agravado durante la guerra de la Independencia por parte de las tropas napoleónicas. A finales del siglo XIX ya está casi arruinada, pues se han derribado puertas, postigos y lienzos, habiéndose empleado sus materiales en edificaciones civiles.

Mapa de El Barco de Ávila, 1864, de Francisco Coello.

Puerta del Ahorcado, postal de 1940.
Descripción, arquitectura y construcción:
Es significativo el que la cerca de la villa partieran del castillo, sin quedar éste totalmente en su interior, formando unas de sus fachadas parte de la propia muralla urbana, concretamente la orientada al oeste mira al río.
Su perímetro describía una planta irregular, aparentemente pentagonal, de la que quedan algunos lienzos y una de sus puertas, la denominada del Ahorcado o de Piedrahita —en el plano de Francisco Coello de 1864, a esta puerta se la llama de Ávila—, en el ángulo que forman los lienzos este y sur. Su nombre, como solía ser habitual en muchas puertas de villas amuralladas, indicaba que de ahí partía el camino hacía Ávila. Fue construida, como la muralla, en el siglo XII, pero reconstruida en el XVI. Nuevamente lo fue en el pasado siglo, presentando actualmente un arco de medio punto flanqueada por dos cubos cilíndricos avanzados; algunos de sus elementos introducidos podrían ser catalogados como de dudoso gusto, basta mirar las almenas o las dos troneras sobre el arco.
Junto a aquella, se dotó a la muralla de otra puerta más, la del Campillo o de la Horcajada, hoy desaparecida, situada al norte y de la que partía el camino a Vallehondo, ambas de aquel período románico.
Además de esas dos, la muralla tuvo otras dos puertas, todas ellas documentadas en el siglo XIX: una frente al puente medieval, la puerta del Puente —puente que fue construido sobre los restos de otro romano entre los siglos XII y XIII—. De esta puerta, de estilo románico, sólo se conservan unos sillares de una de las jambas y cuatro dovelas del arco, además de restos del escudo de los Álvarez de Toledo, señores de Valdecorneja, destruido durante la I República. La puerta estuvo alineada con la muralla, sin torreones que la flanquearan.
Y por último una cuarta puerta que se situaba en el lienzo del sur, y se llamó de la Villa, de la Ribera o de la Regadera. Esta puerta de la Villa un pequeño arco de herradura.
Además de las cuatro puertas, la muralla tuvo tres postigos, o al menos eso leo en varias webs. aunque me produce cierto equívoco algún que otro dato. Por ejemplo, se habla del postigo de la Regadera, lo que puede hacer creer que se trata de la propia puerta de la Villa o de la Regadera. Otro de los postigos se situaba al final de la actual calle del Río, en el lienzo oeste que es el orientado hacia el Tormes, y era conocido como el del Río. El tercer postigo, el de la Gallereta, estuvo, es de suponer, en la esquina suroeste de la cerca, al final de la calle que hoy lleva ese mismo nombre.
Puerta del Ahorcado en la actualidad.

Al fondo los restos del postigo de la Gallereta.


La muralla arrancando desde el castillo.
Materiales: ejecutada en su totalidad con mampuestos de piedra, igualando la fábrica mediante ripios; en algunos de sus tramos llegó a tener un espesor de 1'70 metros. Las puertas tuvieron sillares bien labrados en arcos y jambas.
Estado: Desaparecida en gran parte, conserva apenas unos lienzos a los que se podría calificar como de ruina consolidada. Destaca uno de ellos, de casi 300 metros de longitud, que parte de la puerta del Ahorcado y recorre el Paseo del Concejil hasta la calle de la Regadera. En un quiebro de este tramo de la muralla se puede ver uno de los numerosos cubos que tenía la muralla.
Propiedad actual: Pública, Ayuntamiento de El Barco de Ávila.
Uso:  ninguno, delimita espacios urbanos. También está ahí para mirarla.
Visitas: totalmente libre.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Calificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo; es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. Pero habrá que subirle algo la puntuación, pues tanto el castillo como el centro histórico de la villa, obligan a ello.
Otras cuestiones de interés: Hacia el siglo XVI, la puerta de Ávila comenzó a ser conocida popularmente como del Ahorcado, pues allí, cuenta la leyenda, fue ajusticiado un alcalde de la localidad por orden del duque de Alba. Éste, mientras pasaba una temporada de descanso en su palacio de Piedrahita, recibió las quejas de tres vecinos de la localidad que le hablaron de numerosas fechorías, entre ellas abusivos cobros de impuestos, y agravios de los que eran víctimas los vecinos de El Barco. El Duque mandó investigar el asunto, anunciando que si era verdad mandaría ahorcar al alcalde; en caso contrario, los ahorcados serían los tres barcenses. Realizadas las indagaciones pertinentes e informado el duque de Alba, se dictó sentencia, declarando culpable al alcalde y ahorcado en la puerta de la Villa.

Cómo llegar:

Coordenadas:
40.3593 N - 5.5251 O

martes, 23 de abril de 2024

Frías, castillo de los Duques de Frías.

Nombre:     Castillo de Frías o de los Duques de Frías.
Localidad: Frías.
Municipio: Frías.
Provincia:  Burgos.

Tipología: Castillo.
Datación:  Siglo XI y numerosas ampliaciones y reformas durante los siglos XIII, XV y XVI.
Situación:
Frías se sitúa en el nordeste de la provincia de Burgos, entre las comarcas de la Bureba y las Merindades, apretada entre la sierra de Oña y los Montes Obarenses al sur, y las hoces del río Ebro al norte. En uno de los peñascos erosionados por los siglos, llamado como tantos otros en la Península, de la Muela, vemos desde la lejanía el caserío coronado por el castillo que controla la única entrada a la ciudad, vigilante atento del río Ebro y del vasto valle de Tobalina.
Paseamos hoy uno de los castillos roqueros más significativos de España y, por supuesto, de los más deseados por mi parte. Seguramente sea uno de los más reconocible de todos los que enseñorean los paisajes peninsulares.
Se encuentra en un lugar al que por fuerza hay que ir, y no sólo por su belleza, sino porque Frías no está camino de ningún sitio, ya es lugar de poco paso. Pero no siempre fue así, pues en la Edad Media era paso casi obligado entre la meseta castellana y las tierras del norte, y por ello construyeron su puente fortificado, en punto que ya desde los romanos se utilizaba para vadear el río. Es por ello que, dada la posición del lugar, fue un reconocido enclave desde entonces, para aumentar su importancia en la época medieval, primero con los musulmanes y más tarde con los cristianos, alcanzando una reconocida prosperidad.
Las primeras referencias ciertas de este lugar se remontan al año 867 —cuando era conocida como Fredas, pues así aparece en el Cartulario de Oña—, siendo citada en un documento de donación que se efectuó al monasterio de Orbañanos.
Es en el siglo XI, cuando el conde Sancho García “el de los buenos fueros”, obtiene la propiedad del lugar, pasando, a su muerte, al reino de Navarra bajo Sancho Garcés III; corría el año de 1017.
A principios del siglo XIII, Alfonso VIII la recupera para Castilla y le otorga un exclusivo fuero en el año 1202. Las propiedades de Frías llegaron a abarcar todo el valle de Tobalina, aumentando considerablemente su población, tanto cristiana como judía. De entonces data la construcción del actual puente —que fue el único autorizado para el paso de gentes y ganado en la zona—, al que se le añadiría una torre central en el siglo XIV a fin de cobrar con más eficacia el pontazgo.
En 1435, el rey Juan II, que fuera padre de Isabel la Católica, concedió a Frías el título de ciudad para así poder cambiarla por la de Peñafiel a quien era su señor, Pedro Fernández de Velasco, II conde de Haro y condestable de Castilla. La permuta se realizó en agosto de 1449, pero la población de Frías se negó a ello, por lo que el conde asedió la plaza que tras un largo sitio se rindió. Se dice que entró al castillo por el portillo existente junto a la torre norte.
Durante el reinado de los Reyes Católicos alcanza su mayor esplendor coincidiendo con la creación del ducado de Frías que se concedió a la familia Velasco. Siguió teniendo fueros propios y gracias a la ganadería y agricultura creció hasta atener más de 2000 habitantes.
Sin embargo, tras el Antiguo Régimen, cuando se constituyó en Ayuntamiento constitucional incluido en el partido de Briviesca, apenas si contaba con 800.
Actualmente, Frías no tiene fueros propios ni privilegios tributarios, pero sí un trazo y encanto medieval que le ha valido ser considerado Conjunto Pintoresco y Conjunto Histórico, además de ser declarado Pueblo de cuento por la revista norteamericana Condé Nast Traveler.

Datos históricos:
La construcción de esta fortaleza se remonta al siglo X —¿posible origen musulmán? —, y se irá reformando y ampliando durante los siglos posteriores.
Alfonso VIII, a principios del siglo XIII, lo refuerza construyendo una muralla alrededor de la torre (¿?) existente, a fin de dotarle de funciones de control del territorio que hasta entonces tenía el castillo de Petralata, que habían construido los navarros hacia el año 1040 para controlar el paso entre la comarca de La Bureba y Castilla. De esa época son los ventanales y los capiteles románicos de lo que fue la zona palaciega.
Las defensas del cerro de La Muela adquirirán su fisonomía actual a finales del siglo XV cuando el I duque de Frías, Pedro Fernández de Velasco, realice obras que garantizarán y mostrarán su dominio sobre la población.
Adaptado poco tiempo después al uso de la artillería, siguió teniendo funciones militares hasta el final de la Guerra de Independencia, cuando perdió todo interés militar.
En 1920 la fortaleza pasó a manos del municipio, cuyas autoridades intentaron subastarla, lo cual no se llevó a cabo, prefiriendo que se convirtiera en lugar de esparcimiento de la población.

Descripción, arquitectura y construcción:
El castillo de Frías es uno de los castillos roqueros más llamativos de Castilla, lo que lo hace extensivo a toda la Península Ibérica; así es considerado a pesar de ser sólo su torre del Homenaje el elemento que podría calificarse de tal manera.
Pero para empezar, nadie mejor que Edward Cooper para describirlo:
«Quien busque un hito, andando por las llanuras de La Horadada, bañadas por el ya crecido Ebro, se fijará en la aguja del peñasco de Frías. Su valor estratégico es su proximidad al puente fortificado que cruza el río. El castillo es un recinto rectangular con cubos y ajimeces, levantado sobre su elevado podio pétreo. Parece ser obra del siglo XIV. En un extremo se yergue una extraordinaria formación de roca, enriscada y retorcida, como si estuviera viva, tanto que los constructores de la torre del homenaje que la corona, no se atrevieron a rematarla con una atorre cuadrada, sino incómodamente trapezoidal. La contribución del siglo XV, tal vez no muy extensa, pero sí inmejorablemente adecuada, fueron unas llamativas garitas».
Situado sobre una pequeña meseta, en la cota más alta del cerro, que se eleva aún más en el peñasco separado del conjunto donde se levantan los restos de la torre del Homenaje. Esta torre tuvo un tamaño mayor al que hoy disfrutamos, pues al día de hoy se conocen tres desprendimientos rocosos que han alterado significativamente la estructura del castillo y de esa torre en particular. El último de ellos ocurrió en 1830, produciendo numerosas víctimas entre la población.
Tiene el castillo planta con forma de trapecio rectángulo, correspondiente su lado inclinado a la fachada sur, que es la del llamativo peñasco donde se alza la torre del Homenaje.
La fachada principal, a la que precede un foso, mira al noreste y a la gran explanada en cuyo extremo oriental se encuentra la iglesia de San Vicente; un puente levadizo salvaba el foso excavado en la roca. El resto de las fachadas del castillo se levantan sobre el borde de la montaña, por lo que no necesitaron ninguna otra defensa complementaria.
Dos son los recintos en los que se divide el castillo:
el primero lo forma el antemuro, que mira al este, la liza y la muralla que la separa del gran espacio, vacío en la actualidad, que es el patio de Armas.
Y el segundo conformado por la torre del Homenaje y una edificación a sus pies, a nivel del patio, a través de la cual se accedía a la torre.
Fachada oriental del castillo, la única accesible.
Foso, puente y entrada junto a la torre norte.



Fachada oriental, en el centro la torre puerta, a la izquierda la torre del Reloj.

Interior de la liza, antemuro a la izquierda y paso bajo la torre puerta.

La torre del Reloj desde la liza.
En el primer recinto vemos la fachada orientada a levante, la única susceptible de ser atacada directamente, que está compuesta por una barbacana con puerta en arco apuntado y un antemuro que discurre paralelo a la muralla del castillo. El antemuro termina en sus extremos en sendas torres cilíndricas de reducido diámetro. En esas torres también remata la muralla. Entre el antemuro y el lienzo, una estrecha liza que en la antigüedad estuvo cubierta.
En el centro de la muralla una torre puerta cuadrada y abierta en su planta superior hacia el interior —bestorre—, que contiene la segunda puerta que da acceso al interior del castillo. Esta puerta dispuso de rastrillo como principal elemento de defensa, más las troneras abiertas en las torres cilíndricas que la flanquean para batir el espacio de la liza.
Con las últimas reformas, en el antemuro y en esas tres torres se abrieron numerosas troneras, con lo que la defensa, por esta zona, quedaba garantizada.
La torre Norte, al fondo el puente fortificado.
La torre Norte, situada en ese extremo de la muralla, es maciza hasta una cota superior al adarve —se accede desde éste por una escalera exterior—, disponiendo de una sola planta cubierta más el terrado.
En el otro extremo del lienzo se levanta la llamada torre del Reloj, porque allí se instaló uno con campana del que no se tiene dato cierto sobre su colocación —siglo XVI o XVII—, pero que no es el actual; el antiguo fue sustituido por el actual que es eléctrico. Esta torre está emplazada prácticamente sobre el núcleo urbano. La torre es hueca, accediéndose a la planta baja desde lo que fue una de las salas nobles, y a la planta más alta mediante una escalera desde el adarve como su opuesta.
Muralla oriental del castillo, izquierda la torre Norte, en el centro la torre puerta.

Al fondo la torre del Reloj, a la derecha los ventanales de las salas palaciegas.
El patio de Armas desde la terraza de la torre del Homenaje.

El patio de Armas fue de planta rectangular, con edificaciones en sus lados más largos. En el lado oeste se disponían las estancias de servicio, granero, bodega, caballerizas, etc. Y en el opuesto, el orientado a la población, se encontraban las salas nobles, de las que sólo quedan tres ventanas geminadas, datadas a finales del siglo XII o principios del XIII, con curiosos y recargados capiteles románicos: arpías de complicado plumaje, una hembra de centauro amamantando a su cría, jinetes armados, serpientes y grifos. Todas las ventanas están complementadas con cortejadores.
A la derecha de lo que fueron esas edificaciones, permanece la escalera que lleva al camino de ronda, y que perimetra el castillo en tres de sus lados, llegando hasta lo que fue la torre suroeste, ya dentro del segundo recinto. Aún conserva todas sus almenas, muchas de las cuales están perforadas con saeteras.
En el centro del patio se abre el hueco de un aljibe que se remata con brocal.
Mi Compañía.
El segundo recinto en la parte sur del castillo, y en el que sobresale de manera desmedida el peñasco sobre el que se agarra como una rapaz la torre del Homenaje, es un elemento totalmente independiente del resto. Su tamaño, el de la torre, fue considerablemente mayor al que hoy vemos, pues desprendimientos de rocas en tiempos pasados, hasta tres han sido documentados, han hecho desaparecer gran parte de la torre.
Este recinto quedaba separado del resto de castillo mediante una muralla a nivel del patio, que incluía una torre cuadrada en su esquina suroeste, la cual aún se conserva, pero con alguna planta menos.
En la planta baja de esta torre vemos una puerta que bien pudo ser la poterna por la que se cuenta que accedió el II conde Haro tras la permuta de Peñafiel por Frías.
Desde esa torre se accedía directamente a la Torre del Homenaje, último reducto del castillo, que ocupaba toda la cima de la roca.
Su construcción data del siglo XV siendo la planta actual un polígono irregular, ejecutada toda ella de mampostería, con sillares en vanos, almenas y garitones sustentados en modillones.
Consta de dos plantas, con estancias cubiertas con bóvedas ligeramente apuntadas, una terraza al nivel de la primera planta y otra que cubre la totalidad de la torre. Ambas tienen sus parapetos almenados.
Horadado en la roca, un aljibe aseguraba el agua a los residentes en la torre en caso de asedio.
Actualmente la torre queda unida al castillo mediante una estrecha escalera que discurre adosada al peñasco. Ha desaparecido la muralla que independizaba el recinto.
Torre del segundo recinto.
En el interior de la torre, se aprecia la poterna de salida,
Materiales: Predomina el uso de la mampostería de piedra de toba, y sillares en esquinas, vanos y otros elementos
Estado: muy bien conservado, a pesar de estar prácticamente vacío su interior, tras acertadas restauraciones.

Propiedad actual: pública, Ayuntamiento de Frías.
Uso: principalmente turístico y también escenario de eventos culturales y deportivos.
Visitas: abierto al público en determinado horario y por un módico precio.
Protección: Bajo la declaración genérica del Decreto de 22/abril/1949 sobre protección de los castillos españoles, y por la ley 16/1985 de 25 de junio, sobre Patrimonio Histórico Español.
Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 22/abril/1949, y Monumento Nacional.
Calificación subjetiva: 4, no perdérselo bajo ningún concepto, o lo que es lo mismo, hay que verlo antes de morir.
Otras cuestiones de interés: junto al castillo se encuentra la iglesia de San Vicente, conformando ambos la silueta de la ciudad.
Recordar la llamada Fiesta del Capitán, que se celebra los 23 de junio —San Juan—, en recuerdo al levantamiento de la población en 1450 frente a Pedro Fernández de Velasco que faltó al cumplimiento de los privilegios que el fuero concedía a la ciudad. Los amotinados se hicieron fuertes en el castillo, durante meses, al mando de un capitán elegido por el pueblo. Pero esta rebelión quedó sofocada merced a la numerosa tropa del conde y al hambre y sed de los asediados.
Tras la victoria, el conde de Haro se autoproclamó duque de Frías, título que sin embargo sí fue concedido por los Reyes Católicos, a su hijo Bernardino. Desde 1520, el ducado tiene Grandeza de España.
Cómo llegar:


Accesos: llegar andando hasta el patio de Armas del castillo, desde el núcleo urbano, es fácil y cómodo. Subir a la torre del Homenaje ya es otro cantar.
Coordenadas:
42.76233 N - 3.29504 O

martes, 9 de abril de 2024

Burgos, castillo de Burgos

Nombre:    Castillo de Burgos
Localidad: Burgos.
Municipio: Burgos.
Provincia:  Burgos.
Tipología:  Castillo medieval.
Datación:   siglos IX-XV.

Situación:
El castillo de Burgos se sitúa en el Cerro de San Miguel, a unos 75 metros sobre el nivel de la ciudad, y a 860 sobre el nivel del mar; en el interior de un parque-bosque que hasta mediados del siglo pasado carecía de cobertura vegetal, al tratarse de terrenos militares.
Desde este enclave, se ofrecen unas inmejorables vistas de la ciudad.

Datos históricos:
En el año 884 se levantó una pequeña fortaleza en el conocido hoy como cerro del Castillo o de San Miguel, por orden del conde Diego Rodríguez Porcelos, a quien había enviado el monarca Alfonso III —rey de Asturias, llamado el Magno, 852-910, y que es considerado como el último rey asturiano y el primero leonés—, para intentar detener el avance musulmán. Con el tiempo, aquella pequeña fortificación levantada en la margen derecha del río Arlanzón, aumentaría en importancia y se convertiría en alcázar real. A los pies del cerro iría creciendo una población que sería capital de Castilla.
Sería en tiempos de Alfonso VIII de Castilla —11/noviembre/1155-05/octubre/1214—, cuando el castillo adquiere sus primeros cambios, para terminar ya con Enrique IV —05/enero/1425-11/diciembre/1474—, hermano de la reina Isabel, convertido en un auténtico palacio. El llamado palacio de Alfonso X (¿?) fue realizado por los dos predecesores de Enrique IV: su padre Juan II y su abuelo Enrique III.
En agosto de 1474 fue asediado por Fernando el Católico durante la guerra contra Juana la Beltraneja, durando el cerco hasta enero de 1476. El castillo, y su alcaide, estuvieron apoyando a la Beltraneja, mientras que la ciudad de Burgos lo hacía a Isabel. Se cuenta que los combates fueron muy violentos, incluyéndose zapas que buscaban volar muros y torres y, sobre todo, el pozo que abastecía de agua a los sitiados. Una vez en poder de los Reyes Católicos, estos lo remodelaron adaptándolo al fuego artillero. Durante el siglo XVI fue sede de la primera escuela para formación de artilleros que ha habido en España.
Su escasa adaptación a las nuevas técnicas de la guerra, así como por la lejanía de los conflictos bélicos, le restaron importancia a lo largo de la Edad Moderna., y se llegaron a fabricar pólvora y municiones.
En 1736, bajo el reinado de Felipe V, sufrió un gran incendio que casi lo destruye por completo. Por esa época ya había perdido toda su importancia militar.
Durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por el ejército francés que, por orden de Napoleón, lo reconstruyeron parcialmente, construyendo un hornabeque, suponiendo las obras una gran transformación del recinto.
Asedio del castillo por parte del Duque de Wellington.

Como no podía ser de otra manera, fue parcialmente volado por los franceses cuando estos lo abandonaron en 1813, después de haber sufrido un asedio por parte del Duque de Wellington; aquella explosión fue tan fuerte, que su onda expansiva llegó a destruir las vidrieras de la catedral, y fallecieron más de doscientos soldados franceses. Pero antes, al ocuparlo, fue reconstruido por orden de Napoleón.
También fue testigo ocasional de algún enfrentamiento durante las Guerras Carlistas en el siglo XIX, y ya en el XX, en la Guerra Civil, se instaló una defensa antiaérea en su recinto.
Este castillo fue cárcel real, entre sus muros estuvieron presos García de Galicia y Alfonso VI de León, este último tras ser derrotado por su hermano Sancho II, con la ayuda de Rodrigo Díaz, en la batalla de Golpejera (1072); y en 1277 fue aquí ejecutado el infante D. Fadrique de Castilla, hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el Sabio, según consta en los Anales del reinado de Alfonso X.
Recreación del castillo (de burgosnoticias.com)

Descripción, arquitectura y construcción:
El castillo de Burgos lo conforma un doble recinto concéntrico, de planta poligonal irregular, formado por un antemuro apenas reforzado por torres; sólo dos pequeños cubos sobresalen de la muralla en su lado oriental y una barbacana, con puerta flanqueada por dos pequeñas torres semicirculares, en su esquina sureste, de reciente excavación. Esta puerta, construida en época de Enrique IV, comunicaba más directamente con la ciudad, por lo que era muy usada por gente a pie. Quedó destruida tras la explosión de 1813.
El recinto interior está configurado por una fuerte muralla de hasta 2’30 metros de ancho que, al igual que la barrera, dispone de pocos cubos —han desparecido los de sus lados norte y oeste—, uno en el sur y tres en la fachada este; estas son las zonas del castillo aparentemente más fuertes, siendo el resto de las murallas en la actualidad continuas, sin refuerzos en sus esquinas; el resto de su perímetro tuvo un foso y puente levadizo. Todas sus murallas han perdido su almenado.
Esquina noroeste, a la derecha la puerta.


Murallas en la zona norte.

Puerta de acceso en su fachada oeste.
La puerta principal se abre bajo un arco escarzano en la fachada oeste del antemuro y se enfrenta a la que hubo en la muralla, de la que no queda nada, sólo el sitio donde se supone que estuvo.
Una vez en el interior del castillo, a derecha e izquierda, se aprecian los arranques de las edificaciones que tuvo, destacando en el lado sur los restos de los que fue el llamado Palacio de Alfonso X.
El palacio de Alfonso X tuvo tres plantas y de él sobresalía una torre a la que se tiene por qué considerar como torre del Homenaje, pues se cree que este castillo no la tuvo. Estuvo abierto al Patio de Armas por una fachada porticada. Fue residencia real y su interior estuvo muy decorado con elementos mudéjares. Parte de su decoración se puede contemplar hoy en el Arco de Santa María, puerta principal de la muralla urbana de la ciudad.
Interior del Pozo (de guiasturisticosburgos.com)
El castillo posee, frente al nuevo edificio del museo, un pozo conocido como la Cueva del Moro, construido entre los siglos XII y XIII. Es una obra realizada con una sillería muy cuidada, de más de 60 metros de profundidad y 1’80 metros de diámetro, que dispone de seis cilindros verticales de 1’40 metros de diámetro interior que lo circundan, y que hacen la función de accesos al interior del pozo para su limpieza y mantenimiento; tienen escaleras de caracol y están comunicados entre ellos. Esta enorme obra fue ejecutada para garantizar el abastecimiento de agua en largos asedios.
Además del pozo, en el castillo existe una red de pasadizos subterráneos, de más de 300 metros de longitud, que fueron construidos durante el asedio de Fernando el Católico en 1475. Estas galerías están a una profundidad de entre 6 y 10 metros y sirvieron para la colocación de minas que forzaran el fin del sitio.
Desde el pozo parte una contramina que llega hasta la liza del castillo y cuya función, se cree, era la defensa del propio pozo, ante la posibilidad del envenenamiento de sus aguas por parte del enemigo.
Una duda: leo en diversos textos de páginas web, que existe una torre albarrana en este castillo; sin embargo, no la vi cuando lo visité, ni la identifico en ninguna de las fotografías que hice desde el exterior, ni de las que veo en la red. ¿Existe o no dicha torre albarrana? La duda queda resuelta al contemplar la maqueta que del castillo encuentro y en la que se ve una torre de planta cuadrada, ligeramente separada de la muralla, junto a puerta. ¿Sería esa la torre albarrana?

Materiales:
Predomina la piedra, sillería y sillarejos.
Estado:
En 2003 finalizaron importantes obras de reconstrucción y restauración que incluyeron un centro de interpretación y el Museo Arqueológico, permitiendo de esa manera que pueda ser visitado. El resultado de aquellas es lo que hoy podemos contemplar, por lo que podemos decir que de la obra original nos ha llegado muy poco, lo que no invalida todo el trabajo realizado recientemente.
En la actualidad está nuevamente sometido a obras de consolidación, lo que determinará que se lo considere como una ruina consolidada.
Vista de la muralla oriental (de guiasturisticosburgos.com)

Interior del castillo, restos del palacio (de guiasturisticosburgos.com)

Propiedad actual: 
Uso: Actualmente ninguno, si acaso, es protagonista de las obras a las que está sometido.
Su uso posterior será el turístico, el cual ya tuvo.
Visitas: Cuando lo visité se encontraba cerrado, con obras de reconstrucción y rehabilitación.
Protección: está declarado Bien de Interés Cultural desde 1949.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Clasificación subjetiva: 3, Se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo.
Otras cuestiones de interés:
Fuera del recinto del castillo y frente a la puerta principal se levantaba el templo de Nuestra Señora la Blanca, que fue mandado construir por el conde Diego Rodríguez Porcelos, en el lugar donde apareció una imagen de Nuestra Señora. Aquella imagen fue encontrada por su hija, de nombre Blanca, de la que sin duda viene la advocación; terminó siendo la patrona Burgos. Durante la Edad Media fue una de las parroquias más importantes de la ciudad, permaneciendo hasta la Guerra de la Independencia, cuando, a causa de los diferentes asedios que sufrió la fortaleza y sobre todo por la voladura del castillo que afectó de manera definitiva al templo, quedando totalmente destruido.
En el castillo de Burgos se instaló una de las numerosas torres, concretamente la nº 27 de la línea que comunicaba Madrid con Irún —la línea de Castilla— que se construyeron para comunicar, mediante telégrafo óptico, el centro de la península con el norte. Fue en el siglo XIX cuando se implantó este sistema, y del quedan aún restos de muchas de aquellas torres a lo largo de nuestro país.
El escudo de la ciudad de Burgos está plagado de castillos pero, curiosamente ninguno de ellos está referido al de la ciudad; para más información sobre el  tema, pinchar aquí:
Cómo llegar: Situado en el centro de la ciudad, aunque aislado en el cerro, es fácil de llegar hasta la puerta, bien andando o en automóvil. Está muy bien señalizado.
Accesos:
Coordenadas: 42.34271, -3.70826

martes, 2 de abril de 2024

Mombeltrán, castillo de Mombeltrán o de los Duques de Alburquerque

Nombre:     Castillo de Mombeltrán o de los Duques de Alburquerque.
Localidad:  Mombeltrán.
Municipio: Mombeltrán.
Provincia:  Ávila.
Tipología:   Castillo.
Datación:    Siglo XV, entre 1462 y 1474.
El castillo desde el camino de acceso.

Situación:
El castillo de los Duques de Alburquerque se levanta a las afueras de la villa de Mombeltrán, en su extremo sur, sobre la cima de una colina que domina la población y es a su vez casi la última elevación aterrazada de la sierra de Gredos en su orientación sur. Su posición es estratégica pues controlaba el denominado Barranco de las Cinco Villas, imponiendo una sensación de poder en todo el territorio.
Estamos en el Valle del Tiétar, en una de las zonas más bonitas de la provincia de Ávila, rodeados de un paisaje de singular belleza, con altitudes que oscilan entre los casi 1500 metros de las montañas del noroeste y los apenas 400 del río Tiétar al sur, la que tributa el río Ramacastañas, también conocido como Prado Latorre, que rodea al pueblo por el este.
Mombeltrán tiene su origen en la Edad Media, cuando fue conocida como El Colmenar allá por 1250; y más tarde Colmenar de Pascual Peláez durante el siglo XIV, Colmenar de las Ferrerías —por las minas de hierro que en la antigüedad se explotaron— y Colmenar de Arenas en la primera mitad del XV. El topónimo Colmenar viene de las numerosas colmenas que por estas tierras siempre hubo. Hacia 1464 pasaría a llamarse definitivamente Mombeltrán, nombre concedido por Enrique IV en honor a su favorito Beltrán de la Cueva —favorito, hay que ver por donde le salió el favorito—, que había adquirido gran parte de las tierras de la comarca, tras la segregación de la villa de Mombeltrán, por entonces aún Colmenar, del señorío de Arenas.
Alfonso X le concedió fueros propios, que renovó con monarcas sucesivos. En 1393 le fue concedido el título de villa por Enrique III, siendo señorío del condestable Ruy López Dávalos hasta 1422 que pasó al infante don Juan —futuro rey de Aragón y Navarra— que sería padre de Fernando el Católico.
Don Juan cedería, seis años después, el señorío a Luis de Guzmán, marqués de Calatrava, y este a su vez haría lo propio con Álvaro de Luna en 1430 que lo tendría hasta su ejecución en 1453. Heredado por su viuda, Juana de Pimentel, la triste Condesa, lo poseería hasta 1463, cuando le fue confiscado por el rey a causa de la oposición de aquella al monarca.
Es entonces cuando la jurisdicción pasa a Beltrán de la Cueva, que lo tendría hasta que la Constitución de 1812 abolió los señoríos. No fue hasta 1838 cuando los duques de Alburquerque perdieron sus derechos sobre la villa, pero mantuvieron la propiedad del castillo, y de algunas tierras del término, hasta la actualidad.
Fachada orientada al este, a la derecha la Torre del Homenaje.

Datos históricos:
Se cree que en el lugar que hoy ocupa el castillo ya hubo otro, seguramente una torre, aunque no hay documentación que así lo afirme, y que bien pudo ser levantado por el condestable Ruy López Dávalos.
El actual fue mandado construir por Beltrán de la Cueva, primer duque de Alburquerque, llevándose a cabo la obra entre 1462 y 1474, por lo que también es conocido por el nombre de aquel su primer propietario. Durante toda su historia y hasta el día de hoy, la propiedad siempre ha estado en manos del ducado de Alburquerque.
Por su semejanza con los castillos de Belmonte y Manzanares el Real, se atribuye su ejecución al arquitecto de los dos anteriores, Juan Guas.
No fue ocupado hasta 1480 y desde entonces ha permanecido bajo su propiedad. A lo largo del tiempo ha estado ocupado por sus propietarios de manera ocasional, sin haber sido nunca residencia habitual de los duques de Alburquerque, a quienes siempre ha estado vinculado.

Se dice que Juana I de Castilla pasó en este castillo parte de los cincuenta años de encierro a los que estuvo sometida. Pero es sólo un decir.
Esquina sureste, a la derecha, la Torre del Homenaje.

Fachada norte.

Descripción, arquitectura y construcción:
El castillo de Mombeltrán, que fue construido con la finalidad de ser habitado, tiene un marcado estilo gótico y pone de manifiesto, sin duda, lo que la familia de la Cueva tuvo que representar en aquel tiempo.
Tuvo foso, que debió eliminarse cuando el segundo duque, Francisco Fernández de la Cueva y Mendoza, realizó profundas reformas a principios del siglo XVI para adaptarlo como residencia palaciega, perdiendo toda función defensiva. Se eliminaría también el puente levadizo y, con toda seguridad, se construyó la portada renacentista por la que se accede al primer recinto y las galerías porticadas del patio de Armas.
Los restos actuales del castillo son los de aquellas reformas que, a pesar de las cuales, no perdería los rasgos arquitectónicos medievales.
Puerta de la barrera, al norte.
El castillo es un conjunto formado por tres espacios:
El primero, que es por el que se accede a la fortaleza, se sitúa en la zona norte de la colina. Es una barrera de planta semicircular y en ella se dispone la puerta, orientada al norte, hacia la población, bajo una portada de estilo renacentista sobre la que destaca el escudo de Mencía Enríquez de Toledo, segunda mujer de Beltrán de la Cueva. Este espacio, que seguramente ocupa parte del foso que fue rellenado, tiene muros de poca altura hacia el interior; su apariencia es más funcional que defensiva, pues quizás se trataba de un pequeño albacar.
Interior del foso.
A continuación, encontramos la barbacana o antemuro, en cuya cara norte se abre la segunda puerta, que está flanqueada por dos torreones cilíndricos de pequeño tamaño. En esta puerta debió de estar el puente levadizo.
Sobre esta puerta vemos dos escudos, el de Beltrán de la Cueva y el de Mencía de Mendoza y Luna, su primera esposa.
Nota al margen: en más de una página web leo que por estos escudos, Edward Cooper data el desarrollo de las obras entre 1462 y 1474. Sin embargo no encuentro incluido este castillo en su obra Castillos Señoriales en la Corona de Castilla.
Esta barbacana es un muro que perimetra con precisión el volumen interior del castillo y que, al igual que el del primer recinto, tiene poca altura hacia el interior, pero mayor alzada en el exterior. Es hacia allí adonde presenta unos potentes taludes formados por alambores en las bases de los muros, sobre todo en las esquinas. Estos taludes están recorridos en su interior por una galería que no accesible dado su mal estado.
Todos los lienzos conservan su almenado, de merlones cuadrados y perforados en muchos de ellos por troneras. El espacio entre los muros de la barbacana y el castillo, o sea, la liza, se recorre en toda su extensión circunvalando la edificación.
Puerta de entrada a la Torre del Homenaje.

Última planta de la Torre del Homenaje, a la izquierda el pilar central que sustenta los forjados.
Enfrentada a la puerta de la barbacana está la del tercer recinto, que da paso directamente al patio de Armas. Este tercer recinto, el castillo propiamente dicho, es concéntrico al anterior, de planta casi cuadrada de dimensiones 40 metros por 32, con fuertes cubos cilíndricos en sus vértices, huecos, de más de ocho metros de diámetro y 20 de altura. El de la esquina del noreste es de mayor altura y diámetro, 22 y 18 metros respectivamente, por lo que podemos considerarla del Homenaje. Esta torre aparenta haber sido de mayor altura, e incluso pudiera pensarse que no fue concluida.
Las estancias de las torres están abovedadas, comunicándose sus plantas mediante escaleras de caracol. En la del Homenaje se dispone, en una planta superior, un acceso de madera desmontable como elemento de seguridad.
Los muros de este recinto son gruesos, de tres metros de espesor y su altura llega a los 18 metros.
Casi todo el cuerpo central conserva sus almenas, a excepción del cubo sureste y la torre del Homenaje, y algunos tramos sobre sus lienzos. El almenado se apoya sobre una cornisa corrida formada por pequeñas ménsulas de arquillos, meramente decorativas, que en el caso de las torres es doble.


El patio de Armas, que estuvo porticado, se encuentra bastante deteriorado, quedando sólo una de las arcadas —de ladrillo sobre columnas toscanas— en torno a las cuales, y en planta baja, estuvieron ubicadas la capilla y las dependencias de la servidumbre. En la planta alta se distribuían las estancias palaciegas. Desde el patio, una puerta en su lado oriental comunica con la barbacana.

Materiales: todo el conjunto está construido con granito procedente de la sierra vecina.
Estado: aparente buen estado desde el exterior; su interior es una ruina consolidada, lo que no resta en absoluto interés, que se encuentra en proceso de restauración.
Vista aérea, de IMD.GURU

Propiedad actual: Privada, ducado de Alburquerque. También son propietarios del de Cuéllar, Segovia.
Uso: ninguno, está en restauración. Sin embargo, también es el turístico una de sus funciones, aunque con precauciones dado su estado, no estando permitido, en general, el acceso a algunas zonas, ni el de niños a las partes más altas del edificio.
Visitas: es visitable, basta estar en la puerta esperando el próximo turno de visitas, pagar una módica cantidad y, hale, para adentro. También se puede contactar la visita mediante llamada telefónica y estar allí a la hora concertada.
Protección: está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Al fondo, en la puerta el vigilante, portero y guía. Todo en uno.

Clasificación subjetiva: 3, o sea, se incluirá obligatoriamente en ruta de viaje, o lo que es lo mismo, se hará todo lo posible en esta vida por visitarlo: 
Otras cuestiones de interés:
Como curiosidad, veo que esta población tiene dos escudos municipales. Bueno, no es así exactamente: desde el 27 de enero de 2023 su escudo oficial es el que sobre un monte de sinople se apoya un castillo con el escudo original de Beltrán de la Cueva, y una hebilla que abraza la torre central del castillo. 


Pero antes tuvo otro, no oficial, del que apenas encuentro datos que llevarme al teclado. Lo dejo también aquí.

Para más información sobre el escudo, pinchar aquí: recurrenciascastellologicas.blogspot.com/mombeltran

Cómo llegar:
Mombeltrán está en la carretera N-502, que une Ávila con Talavera de la Reina. Desde Ávila, unos 75 kms.; y desde Talavera de la Reina, 52. Mirar el mapa.
Accesos: Fácil aparcamiento en las proximidades del castillo, y corto y cómodo paseo hasta la puerta.
Coordenadas:
40.2574, -5.0179