En el Aljarafe, esa pequeña comarca sevillana lindante con la capital de Andalucía, sólo separada por el río Guadalquivir, se encuentra una pequeña localidad de apenas 4.500 habitantes que responde al sonoro y arábigo topónimo de Aznalcázar.
Se sitúa en una cota más alta que
poblaciones vecinas, y en lo más alto tuvo una pequeña fortaleza de la que
apenas quedan restos en un espacio reconvertido en parque público.
Esa fortaleza fue árabe, pero bien pudo
estar cimentada sobre restos romanos e
incluso anteriores —la Lontigi u Olontigi celtíbera—. Algunos, incluso se
aventuran a situar aquí Tartessos, pero bueno, allá cada uno.
Los árabes la llamaron Hisn al Qasar, o sea, la fortaleza del alcázar, y fue centro administrativo
y jurídico de diversas poblaciones aljarafeñas pertenecientes a la cora de
Isbilya.
Azanalcázar fue reconquistado por los
cristianos en 1252, junto con el resto de las poblaciones del Aljarafe y una
vez controlada la ciudad de Sevilla. En el repartimento que se hizo de las
nuevas conquistas, la población fue adjudicada a Sevilla, por lo que compartió
con ella fueros y derechos.
![]() |
El Arco de Pescadería, extramuros. |
![]() |
El arco, antes de su restauración. |
![]() |
Lo que queda de la muralla. |
LA MURALLA:
Junto
con un pequeñísimo resto de un lienzo de la muralla que se conserva en la calle
Miguel de Cervantes esquina con Ramón y Cajal, lo único visible de lo que fue
la muralla de Aznalcázar es el llamado Arco de Pescadería, o el Arquillo, que
fue puerta de acceso a la villa.
Sus
sucesivas reformas y adaptaciones para otros usos, han borrado totalmente su
origen, que fue almohade y está datado, al igual que la muralla que rodeó la
población, a mediados del siglo XII. Por lo que hemos de suponer que fue una
puerta en recodo y seguramente bajo una torre, con acceso de doble quiebro. En su
interior se conservan los arcos de herradura que conformaban el quiebro del
acceso.
El
aspecto actual, con entrada y salida directa, se debe a la reforma que supuso
la construcción del pósito municipal, hacia el siglo XVIII, sobre la puerta.
A
finales del siglo XIX, principios del XX, se acondicionó como puesto de la Guardia
Civil, anexando otras edificaciones.
Actualmente la puerta está totalmente recuperada como pequeño espacio cultural y expositivo, habiéndose recuperado las fábricas de ladrillo de sus muros y los arcos de herradura almohades.
![]() |
Mi Compañía bajo el arco. |
No olvidar que aquella muralla queda representada en el escudo municipal de la villa, que sostiene una torre de oro.