jueves, 20 de junio de 2019

Elementos y partes de un castillo

ADARVE, camino de ronda, paseo de ronda:
Pasadizo o pasillo que permite el paso de los defensores de la fortificación para su vigilancia y defensa. Se sitúa en lo alto de un muro sobre el que se levanta al exterior el parapeto con o sin almenas.
Adarve del castillo de Alcalá de Guadaira, Sevilla.

Camino de ronda del castillo de Silves, Portugal.


ALAMBOR, escarpa, escarpe, talud:
Refuerzo macizo de tierra con que se rellena un hueco exterior de fuerte inclinación, situado a lo largo de la parte baja de las murallas y torres, para darle mayor consistencia contra la zapa y mina en los bajos de la muralla.
También servía para mantener a distancia a las máquinas asaltantes y hacer que los proyectiles lanzados verticalmente por los defensores reboten hacia el enemigo.
Cuando su perfil es en línea quebrada se llama resalte.



ALAMUD:
Barra de hierro o viga de madera, de sección cuadrada o rectangular, que servía para asegurar y atrancar puertas y ventanas, para lo que se cruzaba y encastraba en la cara interior de la puerta o ventana, aumentando así su resistencia a ser forzada.


ALBACAR, albacara:
La palabra albacar procede del árabe "báb-albaqqara" que significa la puerta de los boyeros, o sea, los cuidadores de bueyes.
Es el recinto amurallado, más bajo que el recinto principal del castillo, en al que se acogen, en caso de peligro o amenaza del enemigo, ganados, población del entorno y tropas en tránsito, utilizándose también como patio de armas aunque éste existiera independientemente.
Suele estar contiguo a una fortificación de mayor entidad y con accesos a ella mediante puerta fortificada, por lo que a veces se daba el nombre de albacar a la puerta de paso al recinto principal.
Castillo de Molina de Aragón, en primer plano su inmenso albacar.


ALJIBE, cisterna:
Construcción abovedada de muros impermeables, que tenía por finalidad recoger y conservar el agua de lluvia o la canalizada desde un río o manantial, para suministro y abastecimiento de las necesidades del castillo y para reserva en situaciones de asedio prolongado.
En definitiva, se trata de una cisterna o depósito cuyas paredes eran recubiertas de cal hidráulica muy grasa (mitad cal y mitad arena) y almagra.
La construcción del aljibe conllevaba disponer en todo el recinto de canalizaciones que vertían el agua de lluvia en el interior del mismo. Así, el agua que recogían las azoteas de las torres y los adarves se aprovechaba hasta la última gota. En función del tipo de suelo y del espacio disponible se hacía subterráneo o a nivel del suelo.
Algunos se hicieron excavados en la roca o con sillares de granito que, en su día estaría enlucido con mortero de cal y arena y pintado con varias capas de almagra para minimizar en lo posible las filtraciones y, con ello, la pérdida de agua. En otros casos el aljibe subterráneo se construía labrado con ladrillo, formado por dos naves, separadas entre sí por arcos apuntados, enlucidos de mortero que recubre sus paredes.
La capacidad de la cisterna iba en función del número de hombres que iba a guarnecer la fortificación, por lo que en castillos pequeños veremos aljibes acordes a su tamaño, y en alcazabas, cisternas de enormes proporciones.
A la derecha, el aljibe del castillo de Magacela, Badajoz.
Cisterna del castillo de San Miguel, Almuñécar.


ALMENA, merlón:
Tramo macizo del antepecho o parapeto que sobresale de éste para la protección de los defensores de la fortaleza; es decir, cada uno de los prismas, generalmente rectangulares, que coronan los muros de las fortalezas.
Tenían un carácter evidentemente defensivo, ya que actuaban de parapeto, al tiempo que por los vanos intermedios se descubre la visión amplia del campo y sirven para tirar armas o proyectiles contra los enemigos. Estos vanos intermedios solían tener el tamaño del cuerpo de un hombre.
Antes de que se me olvide: también viene un poco del árabe, esta vez de “al-” y otro poco del latín “minae”.
Existen muchos tipos de almenas, y aunque la más común es la rectangular, también podemos encontrarlas escalonadas y con remate piramidal, con vierteaguas a dos o cuatro aguas, sobre todo en castillos árabes.
En ocasiones los huecos contaban con parapetos de madera abatibles.
La almena puede tener en su centro una saetera.
Es el elemento arquitectónico más típico de la arquitectura militar medieval y por sí solo puede llegar a representarla.
De vez en cuando leo que el término almena está referido al hueco entre los elementos macizos, y que estos últimos son los merlones. Pero yo no lo asumo, no quiero.

Tipos de almenas.


ALMENAJE, merlonado, merlonadura, merlatura:
Coronamiento del parapeto de la muralla formada por al sucesión de macizos y vanos que protege a los defensores del castillo, facilitándoles el tiro. Es decir, es el conjunto de almenas que coronan el muro de una construcción fortificada.
Ver también crestería, que aunque no significa lo mismo, se le parece mucho.
Castillo de Miraflores, Alconchel, Badajoz.


ANTEPUERTA:
Es un muro bajo, a modo de camisa, entroncando con el muro principal, que ciñe y protege una puerta exterior; aunque la RAE la define como “puerta interior o segunda que cierra la entrada de una fortaleza”.
Parecen cosas distintas. Para este glosario, me quedo con la primera definición.
Antepuerta del castillo de Castro Marím , Algarve, Portugal.


BALLESTERA, arquera, aspillera, lancera, saetera, tronera:
Se denomina así a la abertura vertical efectuada en los muros de murallas y torres, estrecha y profunda, que permitía disparar flechas con arcos o con ballestas.
Estas aberturas también se practicaban en las almenas.
Existen diversas denominaciones, en función de las armas utilizadas.
Ballestera a ras del suelo en Viana do Alentejo, Portugal.


BANQUETA:
En las fortificaciones abaluartadas, se trata de una obra de tierra o mampostería, a modo de banco corrido, situado tras un parapeto y con una amplitud suficiente para que desde él puedan disparar varias filas de soldados.
En el castillo de San Sebastián, Castro Marim, Algarve, Portugal.


BARBACANA:
Palabra derivada del árabe, aunque no empiece por a, “báb-albaqqára”, puerta de las vacas, y se trata de una fortificación avanzada en forma de muralla baja, cerca del foso que está delante del muro, realizada en un punto flaco de la fortificación, para proteger una puerta, cabezas de puente o cualquier parte débil de una fortificación, controlando así su acceso.
Puede formar un pequeño recinto junto a la muralla principal, a modo de primera defensa, denominada también barrera, pero en general está aislada. No confundir este elemento con camisa.
En las grandes fortalezas del siglo XV, la barbacana tiende a convertirse en una segunda muralla, situada por delante de la principal, por lo que a los antemuros se les puede denominar también así. Es el caso de la muralla de la Macarena en Sevilla, donde a dicho antemuro se le llama barbacana.
Barbacana de la muralla de la Macarena, Sevilla.


BARBETA, antepecho, parapeto, pretil:
El parapeto destinado a que la artillería dispare al descubierto, por lo que en ese lugar los artilleros también estarán descubiertos. Normalmente estas zonas se ubicaban en los ángulos de los bastiones.
Este muro es recto y no almenado como en las edificaciones medievales, para facilitar el uso de las piezas artilleras.
Como sinónimo de las demás, también se trata de un murete, pero de poca altura.
Antepecho de la muralla del castillo de Alcoutim, Algarve, Portugal; hoy sigue protegiendo pero con baranda de metal.

En el castillo de San Sebastián, Castro Marim, Algarve, Portugal.



BARRERA, acitara, antemuro, contramuro, contramuralla, falsabraga:
Muro o recinto exterior bajo, que se levanta delante del muro principal de una población o fortaleza, rodeándola y protegiéndola, quedando dominado por esta y separado por un espacio de terreno denominado liza, y ya definido en acitara.
Barrera de la muralla de la Macarena, Sevilla.
En el castillo de Montalbán, Toledo.


BUHARDA, ladronera, matacán, cadalso, cadahalso:
Elemento defensivo que se proyecta exteriormente del antepecho de un muro o torre, a modo de balcón,  apoyado sobre ménsulas o modillones, con parapeto y suelo aspillerado para el ataque y control vertical de una puerta o cualquier otro punto vulnerable situado a su pie. 
Esta disposición tenía la finalidad de cubrir la defensa de puntos situados en su vertical, tales como puertas o esquinas.
Hasta principios del siglo XIII fueron construidos de madera —llamados cadalsos—, que tenían un carácter provisional, pues se colocaban sólo en caso de asedios siendo a menudo incendiados por los sitiadores, por lo que fue sustituida la madera por la piedra, dando paso al matacán.
A partir de finales del siglo XV se ejecutaron sin huecos en el suelo, pues ya fueron sólo elementos decorativos.
Buaharda en una preciosa torre señorial navarra.

Ladronera del castillo de Argüeso, Cantabria.


BUHEDERA, buhera:
Es una abertura para la defensa vertical mediante hueco practicado en la bóveda de los accesos, zaguán de una puerta, delante o detrás de los portones (combinada con los rastrillos), así como en pasadizos interiores.
Ver también tronera y sus sinónimos, por el parecido que tienen estos elementos. 
La puerta califal de Gormaz contiene una buhedera.


BUZÓN:
Este es un tipo de tronera, que en función de su tamaño se destinaba al tiro de piezas de artillería o de arcabuces.
Eran de forma rectangular y, prácticamente siempre, tenían el abocinamiento muy amplio y hacia el exterior, que permitía disponer de más ángulo de visión y así batir zonas por debajo de la boca de fuego. La mayoría de ellos se ubicaban en los fosos y casi a ras de suelo para así batir la zona en caso de ser invadida.
Troneras de buzón en el castillo de Grajal de Campos, León.
 

CABALLERIZA:
Es el sitio o lugar cubierto destinado para estancia de los caballos y bestias de carga.
Caballerizas del castillo de Mora de Rubielos, Teruel.


CADALSO, cadahalso:
Plataforma y cobertizo temporales de madera, generalmente cubiertos, con aspilleras en el suelo y también en el frente, que se instalaban sobre vigas ménsulas, canes o modillones, salediza en el exterior o en la parte alta de las murallas y torres, para facilitar el tiro vertical y aumentar la defensa.
Aún cuando se podían cubrir con algún material ligero incombustible, eran muy vulnerables al fuego, por lo que pronto dieron paso al matacán del que fue precursor.
Cadalso en el castillo de Argüeso, Santander.


CÁMARA DE TIRO:
Habitáculo concebido especialmente para disparar desde él contra el enemigo. Aquellas que contenían armas de fuego y poca ventilación podían tener en el techo una abertura a modo de chimenea para evacuar los gases procedentes de la combustión de la pólvora.
Cámara de tiro de la torre de Belem, Lisboa.


CAMINO CUBIERTO:
En las antiguas obras de fortificación permanente, terraplén de tránsito y vigilancia que rodeaba y defendía el foso y tenía a lo largo una banqueta, desde la cual, en una primera defensa de la fortificación, podía hacer fuego la guarnición por encima del glacis, que le servía de parapeto.



CAMISA:
Refuerzo o muro que rodea la parte inferior de una torre, generalmente la del homenaje u otro edificio de una fortificación, a modo de peculiar falsagraba, dejando muy poco espacio entre uno y otro.
Camisa rodeando el polvorín del castillo de Castro Marim, Portugal.


CAÑONERA, tronera:
Abertura en un muro para disparar con armas de fuego de mediano o gran calibre. Su inmediato precedente es la tronera en sus diferentes formas, de la que no deja de ser una evolución. Presenta un abocinamiento hacia el exterior y generalmente un arco escarzano muy rebajado cuando están cubiertas. Empiezan a construirse a comienzos del siglo XVI.
                                                     En el castillo de Alcalá de Guadaira.


CAPILLA:
Edificio contiguo a una iglesia, o parte integrante de ella, con altar y una advocación particular.
Este tipo de edificación se prodigó en el interior de los castillos, en principio para uso exclusivo de los habitantes del mismo. Con el tiempo los servicios religiosos se ampliaron a la población.
En muchos castillos se observa la existencia de ventanas o espacios privados desde donde los señores seguían los actos litúrgicos sin mezclarse con sus vasallos.
Recreación de una capilla en el castillo de Cortegana, Huelva.


CAPONERA:
La RAE, en su cuarta y quinta acepción nos dice:
"Obra de fortificación que primitivamente consistió en una estacada con aspilleras y troneras para defender el foso".
"galería o casamata colocada en sitios diversos para el flanqueo de un foso o varios, del cuerpo de la plaza".
Caponera en el fuerte de Guadalupe, Guipúzcoa.


CASAMATA:
Elemento de fortificación aislado que sirve como refugio de una posición defensiva y permite defender el foso con fuego de flanco.
Durante los siglos XII y XIII este término designaba una especie de caseta que sobre rodillos, permitía el acercamiento a una fortaleza permaneciendo a cubierto el atacante.
Derivando derivando, lo que viene a ser un búnquer.


CERCA, muralla urbana:
Es el muro de piedra, ladrillo o tapial que rodea una población defendiéndola externamente. Su altura ha de ser tal que impida la escalada fácil de los hostigadores.
Una de las murallas urbanas más famosas de España es la de la fotografía que acompaño, pero por la razón que desconozco, tiene el género cambiado.
Es un sinónimo antiguo del término muralla urbana.
Cerco de Artajona, Navarra.


CONTRAESCARPA:
Cara externa de un foso, normalmente en forma de talud, pero ejecutadas tan vertical como fuera posible para que así resultara eficaz, encargada de contener las tierras del lado opuesto a la fortificación.
Ver también escarpa y alambor para entenderlo bien.


CONTRAFUERTE, borje, botarel, espolón, estribo, machón:
Dice el DRAE que es el refuerzo vertical en el paramento de un muro para aumentar su estabilidad, y que generalmente se encuentra adosado a las esquinas o al lienzo de la muralla principal.
Este elemento se coloca normalmente hacia el exterior del muro y resisten los empujes de éste —y de los arcos y las bóvedas— trasmitiéndolos a la cimentación. Nace en la base del muro al que defiende y fortalece, ascendiendo hasta el parapeto al que sobrepasa en ocasiones.
Los cubos y torres en lienzos largos de murallas tienen, además de la defensiva, una función estabilizadora y actúan como enormes contrafuertes.
En otras construcciones se trata de un refuerzo saliente en el muro, pilares o arcos adosados, preparado para soportar cargas perpendiculares al mismo, con lo que lo reforzaban y contrarrestaban su empuje hacia fuera.
Y por último, en aquellos casos en que sobre los muros no sólo se ejercen fuerzas en sentido vertical hacia abajo sino que también actúan cargas laterales producidas por el empuje de bóvedas, arcos, acumulación de tierras o aguas, apuntalamiento por fallo de cimentación, colapso del muro, etc.
Cuando el contrafuerte era cilíndrico se le denominaba borje.
Iglesia de San Pedro, Monesterio, Badajoz.


CORTEJADOR, festejador:
Conjunto constructivo ubicado en los huecos de las ventanas compuestos por un mirador con antepecho y dos bancos de obra enfrentados, adosados a cada una de las jambas del hueco en el muro.
En la Casa de Pilatos, Sevilla.
Abajo, en la torre de Belem, Lisboa.


CUBO, torre, torreón:
Torre de planta semicircular o cuadrada, adosada a la muralla, que sobresale de ella para flanquear y favorecer su defensa; o incluso hacer las veces de contrafuerte.
En el caso de cubos en las esquinas la planta, obviamente es de tres cuartos del círculo.
Pueden ser, al igual que las torres de planta cuadrada, macizos o huecos y en este último caso abiertos o cerrados al interior.
Generalmente no estaba acondicionada para vivienda, aunque sí podían existir almacenes en su planta baja.
Cubos del castillo de Cortegana, Huelva.


CUEVA FORTIFICADA:
Fortificación realizada al amparo de una cueva aprovechando su interior como dependencias y el hecho de necesitar muy poca obra para cerrar y fortificar el único frente que presenta al enemigo.
Son escasísimos los ejemplares que han llegado hasta nuestros días y posiblemente no fueron nunca muy abundantes.
Castillo cueva de la Encarnación, Caravaca de la Cruz, Murcia.


DONJON:
Término francés que se utiliza para referirse a la torre mayor de las construcciones residenciales medievales, o sea a nuestra Torre del Homenaje, pero careciendo de la sobriedad militar que caracterizó a estas últimas.
Se trata de la torre más poderosa de una fortaleza, por lo que está dotada de elementos defensivos. 
Cuando una torre se independiza y alcanza dimensiones notables se convierte en un donjón.
Típico donjon francés, éste en Pons.


EMPALIZADA, estacada:
Defensa exterior en forma de valla realizada a base de picas de madera hundidas en tierra, construida normalmente sobre un terraplén y apuntaladas por el interior
Se colocaban juntas entre sí y con la punta tallada para provocar mayor resistencia y dificultades de acceso.



ESPÉCULA:
Torrecilla que se situaba sobre otra torre —normalmente sobre la del Homenaje— con el fin de ganar altura y con ello visibilidad. Solían tener reducida dimensión en planta pues su función se cumplía sólo con la presencia de un soldado.
Y también, pequeña torre hueca, cubierta y aspirellada que se colocaba en esquinas de la muralla y torres de mayor tamaño, o cerca de la entrada de la fortaleza. Lo que vino a ser el garitón.
Con el tiempo el término ha designado cualquier aposento donde sólo cabe una persona.
Torrecilla espécula sobre la torre del Homenaje del castillo de Las Aguzaderas, El Coronil, Sevilla.


ESPERONTE:
El refuerzo triangular o prismático sobre las almenas de un castillo con la finalidad de reforzar las defensas.
Esperontes de las almenas de la torre de Los Guzmanes, La Algaba, Sevilla.


FOSO, cava:
Hueco o zanja que precede a la muralla de un castillo y que lo rodea —al menos por uno de sus flancos— para dificultar los ataques y evitar la aproximación de armas de asedio, así como las labores de minado. Podían estar inundados de agua para entorpecer más las hostilidades, aunque en España solían ser secos.
La construcción del foso implicaba el incremento de la altura relativa de las murallas del castillo. En ocasiones se empleaba dentro de un mismo castillo para aislar una parte del mismo, caso que el resto fuese tomado.
La vertiente del foso que se dirige a la muralla se llama escarpa. La exterior se llama contraescarpa.
El foso ha sido un elemento constante en todos los tiempos en las fortificaciones. La cava del foso suponía la extracción de una gran cantidad de tierra, mucha de la cual servía de relleno para la construcción del mismo castillo.
A partir del siglo XV, con la aparición de la artillería, se usa para hundir el castillo en el terreno y así no ser blanco fácil.
Foso del castillo de La Mota, Medina del Campo, Valladolid.


GARITA, cubillo, garitón, escaragüita, torrecilla, guaita:
Pequeña torre externa, cilíndrica o prismática, y generalmente cubierta para resguardo del centinela, que protege la parte alta de un muro sobrepasando en altura al adarve.
Se solían construir de reducidas dimensiones, para un solo ocupante y se colocaba en los puntos salientes y estratégicos de las fortificaciones, desde los que se tenía un gran dominio visual del terreno circundante
Con el tiempo adquirió predominantemente un valor decorativo asociado a la construcción de casas palaciegas.
Fue un elemento arquitectónico muy utilizado en la fortificación abaluartada.
La garita también es una casilla, exenta o adosada a edificación, pequeña para abrigo y comodidad de los centinelas.
Cubillo o garita en el fuerte de San Juan da Barra, Cabanas de Tavira, Portugal.

La torre de D. Juan, coronada de escaragüitas, del Alcázar de Segovia.


GARITÓN:
Pequeña torre cilíndrica o prismática, habitualmente maciza, proyectada sobre ménsulas o canecillos desde el parapeto de torres o adarves —en los frentes y los ángulos—, al que suele sobrepasar en altura.
Este elemento terminó teniendo sólo motivo ornamental.
Garitones en la torre del Homenaje del castillo de los Sotomayor, Belalcázar, Córdoba.


GLACÍS, explanada:
En las fortificaciones permanentes, es el terreno en declive que, desde el borde de la contraescarpa, y en suave pendiente, llega a la altura del suelo circundante. Esa pendiente era tal, que resultase la prolongación del parapeto a fin de que quedase rasado por el fuego que provenía de la fortaleza.


GOLA:
Elemento que une el baluarte a la fortaleza. Es la retaguardia de cualquier obra salediza de una fortificación, torre, cubo, baluarte, revellín, etc., por donde, generalmente, se encuentra el acceso a la misma.
En arquitectura, el elemento de coronación de una cornisa, que consiste en una moldura que forma una S. También se denomina cimacio, pero me parece demasiado culto.


HORNABEQUE:
Fortificación exterior que se compone de dos medios baluartes trabados con una cortina. Sirve para lo mismo que las tenazas, pero es más fuerte, por defender los flancos mutuamente, sus caras y la cortina.
El hornabeque de lo que fue el castillo de Ayamonte.

de glosarioarquitectonico.com


IGLESIA FORTIFICADA:
Iglesia a la que se ha dotado de elementos defensivos y que, sin llegar a ser castillo, puede servir en caso de emergencia como lugar de defensa.
Iglesia de San Pedro en Monesterio, Badajoz.


LETRINA:
Genéricamente retrete, el lugar destinado a expeler los excrementos, y por ello, lugar sucio y repugnante.
En las fortificaciones, solía ser un habitáculo similar a una ladronera por el que se evacuaban las heces al exterior de la fortaleza, siempre en alguna zona poco transitada. No suele ser muy frecuente.
Letrina en el castillo de Cabanas de Tavira, Portugal.

Letrina en el castillo de La Calahorra, Granada.


LIENZO, cortina, paño:
Porción recta de una línea de muralla que unía dos elementos defensivos: dos baluartes, dos torres, o entre torre y esquina, y solía estar provisto de almenas y de camino de ronda.
Ver cortina, que viene a ser lo mismo, y también paño.
Lienzo en el castillo de Alconchel, Badajoz.


LIZA:
Espacio o intervalo, normalmente estrecho, entre la falsabraga y la muralla, que facilita los movimientos de la guarnición y puede alojar algunos servicios, además de aumentar la profundidad de la defensa.
Originalmente, esta palabra se aplicaba a cualquier espacio limitado por barreras o empalizadas usado para ejercicio de armas, lidiar combates caballerescos, etc.
Liza de la muralla sevillana de la Macarena.


MATACÁN, buharda, ladronera:
Parapeto voladizo construido en el adarve de un muro o en una torre, apoyado sobre ménsulas y con el suelo abierto. Esta disposición tenía la finalidad de cubrir la defensa de puntos situados en su vertical, tales como puertas o esquinas.
Hasta principios del siglo XIII fueron construidos de madera —llamados cadalsos—, que tenían un carácter provisional, pues se colocaban sólo en caso de asedios siendo a menudo incendiados por los sitiadores, por lo que fue sustituida la madera por la piedra.
A partir de finales del siglo XV se ejecutaron sin huecos en el suelo, pues ya fueron sólo elementos decorativos.
Matacán en la Puerta de la Santa, muralla de Ávila.


MAZMORRA, calabozo, celda:
Palabra derivada del latín calafodium, que a su vez procede de calare —herir— y de fodere —cavar—. La RAE opina que viene del árabe hispánico matmurah —silo— y la define como prisión subterránea.
O sea, lugar seguro, normalmente en castillos y fortalezas, que servía para encerrar a los presos.
Interior de una mazmorra en la alcazaba de la Alhambra.


MODILLÓN, can, ménsula:
Se denomina así a las piezas largas de piedra labrada con molduras que, insertas perpendicularmente en el muro, sobresalen en uno de los paramentos para sujetar aleros, matacanes, vigas, etc. Solían esculpirse con molduras.



MONASTERIO FORTIFICADO:
Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes, a los que se les dotó de elementos constructivos de carácter defensivo, por lo que en las relaciones de castillos y fortalezas suelen aparecer con esa denominación.
Monasterio fortificado de Tentudía, Calera de León, Badajoz.


MURALLA CORACHA:
Muralla que surge de la muralla principal, normalmente perpendicular a ella y se dirige a un sitio que quiere visitarse con seguridad (procurar el abastecimiento de agua, controlar un punto particularmente peligroso, atisbar al enemigo, etc.). Suele acabar en torre, por lo que a esta última se la puede considerar una torre albarrana hipertrofiada.
Es muy vulnerable por el hecho de poder ser atacada por ambas caras, por lo que su adarve tendrá doble antepecho para su mayor protección.
Normalmente la coracha queda más destruida al paso del tiempo que otras partes mejor defendidas.
Algunas veces se la confunde con cualquier resto de muro.
Es un elemento arquitectónico típicamente español, no habiéndose construido en fortalezas europeas.
Junto al puente de San Martín, Toledo.


MURALLA DE CREMALLERA:
Muralla compuesta de dos o más lienzos retranqueados entre sí, unidos por otro lienzo de menor longitud. En su adarve existe poca capacidad de maniobra de los defensores.
En cierto modo la ejecución de cremalleras puede sustituir a los cubos de muralla en lo que se refiere a los ángulos conseguidos para batir eficazmente los muros.
Es un tipo de muralla muy antiguo, también denominada en dientes de sierra o en zig-zag.
Muralla cremallera del recinto amurallado de Uclés, Cuenca.


PALACIO FORTIFICADO:
El palacio al que se le han incluido elementos constructivos de carácter defensivo.
Palacio de los Golfines de Abajo, Cáceres.


PARADÓS:
Es el pequeño pretil del adarve, situado hacia intramuros, que evitaba la caída de los defensores hacia el interior, y servía de defensa, si el castillo era tomado.
Los que aún se conservan son de escasa altura, lo que se interpreta como que se trata de la base para instalar una barandilla de madera que, obviamente, nunca ha llegado a nosotros por ser la madera un material perecedero.
Paradós, a la izquierda del adarve, en el castillo de Castro Marim, Algarve, Portugal.


PATÍN:
Escalera o rampa de obra, exenta o adosada al muro, para acceder a una zona elevada.
Patín, a la izquierda, que comunica el patio de armas con la batería en el castillo de la Duquesa, Manilva, Málaga.


PATIO DE ARMAS, plaza de armas:
Espacio descubierto, amplio y despejado de una fortaleza que suele formar el centro de una fortificación. Las dependencias principales y las comunes, viviendas, almacenes, fragua, cuadras, cuerpo de guardia, etc., se concentran a su alrededor y por ese motivo era el lugar donde se reunían los pobladores del castillo. A veces se adorna con columnatas y galerías suntuarias.
A un nivel inferior del patio de armas podía existir la albacara que también ejercía esa función.
Así está ahora el patio de Armas del castillo de Frías, Burgos.


PAZO:
Casa fuerte y señorial, pero en Galicia, y especialmente en el campo.
Pazo de Castrelos, Vigo.


PORTILLO:
Cualquiera de las puertas no principales de una ciudad, villa o fortaleza, generalmente de dimensiones reducidas. En Sevilla a este tipo de puertas se las denominó postigos.
Puerta estrecha para el ingreso de personas o caballerías, que solía estar junto a la puerta fortificada para mantener ésta cerrada.

Portillo de la Estrella, muralla de Antequera, Málaga.


POSTIGO:
Puerta pequeña, generalmente inscrita en otra mayor, para el acceso de personas.
En Sevilla se denominó con este término a los portillos.
Postigo del Aceite, muralla de la ciudad de Sevilla.


POTERNA, puerta falsa, puerta secreta:
Puerta pequeña y secreta para salir al exterior del castillo sin ser visto, es decir, puertas de escape, situada generalmente en lugar oculto o disimulada, a veces elevada sobre el suelo, por lo que también se la denominaba puerta falsa.
Solía tener difícil acceso, disponiendo a veces de una galería que la alejaba de la fortificación
Pero también podían tener otros usos, como por ejemplo acceder al foso, a la liza, a una muralla coracha o como puerta menor de una cerca urbana, lo que facilitaba la entrada o salida a la villa sin desplazarse a una puerta principal que estuviera alejada.
En ese último caso no era necesario disimularlas, pero en sucesos de asedio se solían tapiar, eliminando el riesgo de entrada de enemigos y el tener que dedicar soldados a su vigilancia.
En el castillo de Mértola, Alentejo, Portugal.


PUENTE FORTIFICADO:
El que está provisto de defensas destinadas a cortar o controlar el paso.
A este tipo de puentes se les dotaba de una o varias torres con diversos elementos defensivos para controlar o impedir el tránsito por él.
Y ello era debido a que en la Edad Media el puente tenía una finalidad claramente estratégica, y como tal se le consideraba, a diferencia de hoy en día en que los puentes son elementos de utilidad pública.
Por lo tanto es obvio que se fortificaran, aunque no han llegado mucho a nuestros días, pues por la dificultad que representaban los elementos defensivos para el tránsito de vehículos, “obligó” a su sistemática demolición.
A pesar de que no son fortificaciones en el estricto sentido de la palabra, sus particulares características hacen que se les considere en un apartado especial dentro de la arquitectura militar.
Puente fortificado de Frías, Burgos.


PUENTE LEVADIZO:
Es el acceso clásico a las fortalezas, y consistía básicamente en una pasarela abatible de madera, de indudable fortaleza pues debía soportar el peso de carruajes, que se usaba para salvar el foso, tendiéndose sobre él frente a la puerta, y pudiéndose retirar a voluntad de los defensores, eliminando fácilmente el acceso al castillo, y neutralizando el paso hacia el interior.
Si el foso era muy ancho, es decir, si la puerta estaba muy alejada de la contraescarpa, se construía un puente de madera o de obra que a cierta distancia de la puerta se interrumpe bruscamente.
El puente levadizo giraba sobre unos goznes y se alzaba mediante un sistema mecánico complejo: gruesas cadenas que se recogían a través de poleas. Su elevación llegaba hasta colocarlo en vertical con el doble fin de impedir la entrada de los hostigadores a la vez que protegía la puerta reforzándola.


PUERTA FORTIFICADA:
Aquella que para su mejor defensa era provista de todo tipo de defensas activas y pasivas.
Las puertas, al ser puntos débiles de la muralla, se solía reforzar con dos torres que la franquearan o por una sola, en la que se abre la puerta de frente o costado.
Este tipo de puertas solían tener un carácter monumental.
Puerta del Alcázar, muralla de Ávila.


PUERTA EN RECODO:
La que a poco de penetrar en la fortificación efectúa un giro de 90º, impidiendo la entrada del enemigo en tropel. Este sistema dificulta el asalto a la fortaleza, aún cuando se haya podido derribar la puerta exterior.
En ocasiones, el sistema de puerta en codo consta de dos puertas contiguas, de tal modo que al derribar una, el enemigo se encuentra dentro de un recinto muy reducido, con otra puerta cerrada y con unos defensores que desde cotas más altas, o desde el techo por medio de aberturas preparadas al efecto, les hostigan de forma contundente.
Puerta en recodo del castillo de Magacela, Badajoz.


RASTRILLO, órgano, peine:
Elemento defensivo colocado en las puertas, formado por una pesada reja o puerta de hierro o de madera móvil, que terminaban en puntas y que se deslizaba por ranuras laterales, para defender e impedir la entrada de la fortaleza.
Alojado en la parte superior de la puerta, en un habitáculo preparado al efecto, se subía o bajaba por medio de cadenas o cuerdas, y de forma instantánea podría interrumpir el acceso a la fortaleza al caer repentinamente, guiado por las acanaladuras en las jambas.
Algunas veces existía más de un rastrillo.


REDIENTE DEFLACTOR:
Pieza en el muro que evita que tiradores apostados en aspilleras enfrentadas, puedan dispararse entre ellos.

En el castillo de La Calahorra, Granada.


REVELLÍN:
Es la obra de fortificación situada en el exterior del recinto amurallado que protege una entrada o una cortina.
La parte que se ofrece al enemigo es la arista de dos lienzos que se juntan en forma de flecha, mientras que la parte que da a la fortaleza puede variar en sus formas.
El revellín es exclusivo de la fortificación abaluartada y puede considerarse como una evolución de las barbacanas medievales.

Revellines en el fuerte de Santa María de Gracia, Elvas, Portugal.


ROQUERO:
No es un término musical, sino que está referido al castillo que se edifica sobre una roca o peña desde la que se domina el territorio circundante.
Generalmente las murallas y defensas de los castillos roqueros tenían su base directamente en la misma roca de la montaña, con lo que aumentaba así su inexpugnabilidad.
Es sinónima de esta palabra roca, que viene a ser a su vez sinónimo genérico de castillo o de torre refugio de las primeras épocas y en ciertas zonas, ya que se trata de un castillo edificado sobre un promontorio pétreo; en este sentido se contrapone al concepto de mota.
Castillo de Almorchón, Badajoz. Típico castillo roquero.


TENAZA:
Se denomina así a un tipo de obra de una fortificación, normalmente situada entre dos baluartes, que está compuesta de una cortina y dos medio baluartes. El ángulo de la tenaza es el formado por la prolongación de las caras interiores de los baluartes.
En el D.R.A.E.: Obra exterior con uno o dos ángulos retirados, sin flancos, situada delante de la cortina.



TORRE ALBARRANA:
Torre exenta y exterior al recinto fortificado al que pertenece y que deja un paso entre su base y la muralla. Se une al adarve mediante un arco o pasarela, que puede ser destruido fácilmente en caso de que la torre o el castillo cayese en manos del enemigo. Estas torres solían ser elementos muy fuertes.
También se denominaban así a las torres, también exentas y exteriores, pero que estaban muy separadas de la fortificación y que servían como defensa y atalaya.
Torre del Homenaje, albarrana, del castillo de Paderne, Algarve, Portugal.


TORRE ALMENARA, vigía:
Así se llamaba al fuego que se hacía en las torres atalayas, no sólo en la costa del mar sino en tierra adentro, para dar aviso de alguna cosa, como acercarse embarcaciones o tropas enemigas.
Las torres almenaras formaban un sistema a lo largo de la frontera o de la costa.
La comunicación entre ellas se hacía mediante hogueras o sonidos de caracolas.
Este término calificó a ese tipo de torres como torres almenaras.
Es palabra derivada del árabe “al-manára”, el lugar de la luz, algo así como un faro.
Y si estas torres se llamaron almenaras, qué mejor que ilustrar el término con una que lo fue y que hoy sigue iluminando como faro.
Torre de la Punta de la Mona en Almuñécar, Granada


TORRE DE APROCHE:
Denominadas así las torres construidas en padrastos cercanos a una fortaleza para evitar el acoso desde los mismos.
Las torres más significativas de este tipo son las que rodean la población de Alarcón en Cuenca (torre del Campo, Alarconcillo y la torre de Cañavate).
Torre de aproche, torre de Alarconcillo, Alarcón, Cuenca.



TORRE ATALAYA, vigía:
Es la torre, de vigilancia y transmisión de señales, situada en un emplazamiento topográficamente adecuado y con acceso normalmente elevado.
Se trata de una construcción de origen árabe.
En principio, atalaya era la persona que ocupaba la torre y servía de avisador.
Atalaya, torre de Uclés, Priego de Córdoba.


TORRE BESTORRE:
Torre abierta por la gola, de carácter defensivo, que apenas sobresale en el exterior.
En el DRAE no viene, así que no buscarla ahí.
Bestorres en el castillo de Loarre, Huesca.


TORRE BURCHE:
Del árabe bury, torre; pero aplicado a una torre concreta, de carácter defensivo, cuadrada y fuerte, de grandes dimensiones y habitable. A diferencia de la atalaya que solía ser circular y pequeña.
Como tantas que encontramos en España.
Torre de los Guzmanes, Caleruega, Burgos.


TORRE CABALLERA:
Es la que se situaba en la zona superior de una torre, destacando sobre esa torre
Suele ser, evidentemente, de menor tamaño que el cuerpo principal de la torre sobre la que se asienta.
Torre caballera del castillo de Arguijuelas de Abajo, Cáceres.


TORRE CALAHORRA:
Término árabe que designa a una torre o fortaleza amurallada que destaca de las demás por sus grandes proporciones.
También voz genérica para designar a los castillos o fortalezas.
Torre de la Calahorra en Córdoba.


TORRE FLANQUEANTE:
Torre, generalmente de planta cuadrada, que sobresale de la muralla para favorecer su defensa.
Torres flanqueantes en el castillo de Uclés, Cuenca.


TORRE DEL HOMENAJE:
Este término da nombre a la torre mayor y principal de una fortificación, la cual simboliza la jurisdicción del señor.
Y también es un pacto en el sistema feudal, mediante el cual un hombre se declaraba vasallo de un señor, prometiéndole obediencia, a la vez que el señor le prometía protección.
La torre del Homenaje del castillo de Belalcázar es la mas alta de España.


TORRE TAJAMAR, pentagonal o en proa:
Aquella que tiene planta de cinco lados, no necesariamente regular, con dos de ellos prolongándose hacia el exterior y formando un ángulo muy agudo es decir, construida en base a un rectángulo en planta al que en uno de sus lados, generalmente uno de los dos más cortos, se ha efectuado un saliente triangular en toda su anchura a modo de proa de un barco.
Además de poseer un alto poder de disuasión, suprime el ángulo muerto característico del frente de las torres de flanqueo cuadrangulares, y es más eficaz ante la maquinaria de guerra. De todas formas no está clara, en absoluto, la ventaja defensiva de la obra.
En las pocas ocasiones que se dan estas torres, suelen ser edificios principales dentro de un castillo, defensivamente hablando, e incluso suele ser la torre del homenaje. 
No parece estar clara la procedencia de su forma, aunque parece ser que se trata de un oscuro atavismo que en cualquier caso nada tiene que ver con un supuesto proto abaluartamiento.
Torre tajamar en el castillo de Monfragüe, Cáceres.


TORRE PUERTA:
Normalmente en la edad Media existía la puerta flanqueada por dos torres enlazadas por adarves.
Se completaba la defensa con otros obstáculos, como puentes, buhederas, rastrillos, tablachos tapiadores y accesos en recodo.
Concretamente, las torres puerta daban cobijo al ingreso en una fortaleza, y el pasaje, recto o acodado, la atravesaba.
Torre puerta de la cerca del Monasterio de Piedra, Zaragoza.


VILLA AMURALLADA:
Población dotada de obras defensivas, en especial murallas.
Villa amurallada de Artajona, Navarra.


ZUDA, alcázar:
Denominación de origen musulmán, que designa cualquier castillo o palacio fortificado, en el interior de una alcazaba, donde resida el rey o alguna personalidad importante —el gobernador de la ciudad o de una demarcación más extensa—. Por ello se suele equiparar zuda con alcázar
En algunos casos, esta palabra ha dado nombre propio a más de un castillo.
La Zuda de Tortosa.