En Mijas, y también muy cerca de la carretera N-340 —aunque con cierta complicación para llegar a ella— está la torre de Calaburras, en la llamada Punta de Calaburras, si bien también aparece en algún texto como Punta Fuengirola.
Esta punta es la más saliente y rocosa del litoral
malagueño, por lo que fue punto estratégico para la defensa de la costa —de ahí
la construcción de la torre—, a la vez que referente topográfico como apoyo a
la navegación —de ahí la construcción del faro—.
Es la última de las torres mijeñas si caminamos de
poniente hacia levante. Lo próximo es el castillo de Sohail, ya en la población
de Fuengirola. Desde esta torre de Calaburras, conexión visual con la de Penta
Pesetos o de la Cala del Moral hacia el oeste; entre ambas, la torre batería en
la Cala del Moral, en la playa de la Cala de Mijas; mismo nombre, no se
confundan, que son torres distintas.
Leo por ahí que también fue conocida como torre de
Burras; se ve que anteponiendo la palabra cala
de prefijo, se suavizó el nombre. Desde luego suena mejor.
Ya en 1571,
Antonio de Berrio y Luis Machuca la refieren como situada en la Cala y Estancia de las Burras, por lo
que antes de la construcción de la actual, ya queda datada la existencia de una
torre, o al menos un pequeño asentamiento militar en el mismo sitio. Aunque hay
autores, como Juan Temboury, que datan a la actual en 1515.
Y tres años después, al igual que sucedió en la de
Calahonda, el Capitán General del Reino de Granada, Francisco de Córdoba,
entregó el 9 de noviembre de 1574, y
al mismo albañil, Bartolomé Pérez, la cantidad de 75.000 maravedíes a cuenta de
la construcción de una torre en la Cala de Burras, en el por entonces término
de Málaga.
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Fotografía sin fechar (de malaga.es) |
Tal y como he hecho con la torre de Calahonda, tiro
de documentación de la red,
concretamente de lo escrito por Antonio Gil Albarracín en Documentos sobre la defensa de la costa del Reino de Granada
(1497-1857), y dejo, cronológicamente, los datos que de esta torre se
conocen y que quedaron escritos en multitud de documentos. Lo dicho, aunque
suene y parezca repetido a lo de entradas anteriores, pero es que da gusto
encontrar tantos datos:
1575, había
concluido la construcción de la torre, que había costado 550 ducados.
1634, aparece
incluida en la “Descripción de España y
de las costas y puertos de sus reinos”, de Pedro de Texeira.
1726, Bartolomé
Amphoux informa que la torre necesitaba cuatro caponeras y arreglar el
parapeto.
1739, el Marqués de
Valdecañas visita la torre y no informa nada sobre ella, por lo que debemos
pensar que las caponeras se hicieron y el parapeto se arregló.
1762, Bucarelli
informa sobre la posibilidad de armar la torre con dos cañones de a 4 libras.
1763, por aquel
año, la torre disponía de dos torreros y 6 fanegas de tierra de secano para su
uso. Un año después, 1764, la
dotación ya era de un cabo y tres torreros.
1765, Esteban
Americk informó de algunos reparos que era necesario solventar, como la
construcción de sobrebóveda, y la colocación de una puerta con cerradura. Todo ello por el módico precio de 1720 reales
de vellón.
Nota informativa: Vellón es el nombre
que recibe la aleación de cobre y plata con la que antiguamente se fabricaban
algunas monedas.
1767, en el Plan
General de Obras, de José Crame, se informa sobre la necesidad de su refuerzo
para poder admitir dos cañones de a 4 libras y otras reparaciones.
1774, Francisco
Gozar informa que la torre está dotada con dos cañones de a 4 libras, por lo
que se ha de suponer que las obras anteriores —las prescritas en 1767— se habían realizado.
La torre siguió en uso y en buen
estado algunos años más, con algunas pequeñas reparaciones, como en 1783, cuando fue necesario colocar una
nueva cerradura que costó 30 reales de vellón.
1830, la torre
seguía teniendo, como en 1763, una dotación de un cabo y tres torreros, según
describió Mauricio Rodríguez Berlanga.
1840, Miguel de
Santillana informó que los torreros de Cala Burra disfrutaban de 14 fanegas de
tierra, 8 más que en 1763, y además disponían de dos casas anexas. En varias
ocasiones se amonestó a los torreros por abandonar sus deberes de vigilancia en
favor de los trabajos agrícolas que, por lo que se ve, les reportarían más
beneficios.
1849, fue incluida
la torre de Cala Burra dentro del Plan de estaciones telegráficas proyectado
por José Herrera García. Desconozco si finalmente formó parte de aquel Plan.
1873, en el
Derrotero de esa fecha ya se indica que junto a la torre de estaba edificado el
faro de la Punta de Cala Burra. El cual había sido proyectado por el ingeniero
Antonio Molina en 1861, y comenzó a
funcionar en agosto de 1863, —ojo,
este faro es otro, anterior al que hoy existe, que lo es desde 1928 y dispone de iluminación
aeromarítima—.
En el Derrotero de 1991, y como no podía ser de otro modo,
sigue anotado el faro, adosado a una casa
y próximo a varias y a una torre.
LOS
DETALLES:
Lo primero las medidas, que no
difieren mucho de sus vecinas de costa, aunque algo mayor que la de Calahonda.
Altura, 13’40 metros; diámetro en
la base, 7’90 metros; diámetro en la terraza, 5’75 metros. Por lo que su
éntasis es de casi 1’10 metros.
Originalmente la puerta, que mira
al norte, la tuvo a 8’50 metros de altura, pero la modificaron para colocarla a
los 6’70 que tiene ahora. Dicha modificación se efectuó mediante un escalonado
que queda embebido en el grueso del muro.
Obsérvense los escalones que modificaron la entrada. |
Está dividida en dos cuerpos,
siendo macizo el primero. En el segundo, que
ocupa la estancia abovedada, se abren dos huecos: la entrada y otro orientado
hacia el sur para vigilancia, iluminación y ventilación.
El terrado tiene el pretil continuo,
sin almenas para artillería. Quedan los huecos de dos ladroneras, una por cada
hueco de la primera planta, y sus ménsulas de apoyo. Curiosamente, el matacán de la cara sur, la orientada al mar, parece estar descentrado con respecto a la ventana. En el proceso de restauración no se recrecido el tramo de pretil que faltaba (y que sigue faltando, evidentemente).
Toda ella fue construida en
mampostería y algunos ladrillos en los huecos. Estuvo enfoscada, conservándose
algunos restos.
Antes y después de su restauración. |
No parece haber habido mucho esmero en la restauración. |
Fachada al mar. |
RESUMIENDO:
Nombre: Torre de Calaburras
Localidad: Cala de Mijas
Municipio: Mijas
Provincia: Málaga
Tipología: Torre costera.
Época de construcción: siglo XVI, en 1575; aunque y al igual que la de Calahonda, hay datos que la sitúan muchos años antes.
Estado: Ex-ruina, consolidada tras su reciente restauración. Ya no tiene los elementos de instalaciones ajenas que tanto la afearon en el pasado, aunque sí alguna chapucilla.
Propiedad: Se encuentra dentro de una propiedad privada, pero perfectamente visible desde la calle.
Uso: aparentemente, ninguno; y ni se le espera.
Visitas: totalmente libre el entorno. Acceder a ella es complicado.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985.
Clasificación subjetiva: 2, o sea, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje pero no pasa nada si luego no se visita.
Cómo llegar: de manera complicada, usen el GPS, y así y todo sin garantías. Al faro no fui capaz, cansado de callejear me marché, que se estaba haciendo de noche. Desde la carretera es perfectamente visible, y muy cerca de ella es fácil aparcar el coche, descender, mirar el mar y mirar la torre.