Una breve escapada en una mañana de fin de semana, un corto paseo a poco más de cincuenta kilómetros de mi casa, me lleva hasta Paterna del Campo; y desde allí, sin solución de continuidad, de un salto y por algunos caminos secos y polvorientos, llego a Alpízar. Es final de verano y el sol y el agostado campo animan poco al paseo. Así que preveo que la visita va a ser rápida. Además, Alpízar es una finca privada y lo que menos me gusta es molestar y, sobre todo, llamadas de atención ajenas: dar una vuelta por los alrededores, algunas fotos y ya está. Bueno, ya veremos.
De los árabes tenemos pocas noticias de por aquí: que tuvo mezquita, y que fue el Alfonso X quien la conquistó, junto con la vecina Tejada.
Es
con Sancho IV de Castilla cuando se hace el repartimento del territorio, concediendo
a Paterna el título de villa y asignándosela Juan Mathé de Luna, a quien además
le nombra Armero Mayor del Rey y responsable de la defensa de las tierras que
van desde el Algarve a Gibraltar.
Con el tiempo va pasando a diversos propietarios, hasta que en 1516 la adquiere, junto con la villa de La Palma, Diego Colón.
EL CASTILLO:
El
actual castillo de Alpízar, de factura almohade, fue construido en la primera
mitad del siglo XIV, fruto de las reformas efectuadas sobre otra pequeña
fortaleza árabe, de carácter señorial, no defensivo, levantado hacia el siglo
XI sobre lo que seguramente fue una villa romana.
Situado sobre una leve loma, es visible, en los días claros, desde Paterna y Tujena. Desde él se domina esta parte de la campiña onubense, destacando en sus proximidades el acebuchal de Alpízar y algunos arroyos que alteran la monotonía del paisaje.
Fue conquistado por el rey Alfonso X, el Sabio, y fue conquista importante pues le acercaba un poco más a Niebla, debilitando así las defensas de la taifa.
El castillo es una edificación relativamente pequeña, de planta trapezoidal, patio central y un torreón almenado en cada esquina, a los que se accede a través del camino de ronda perimetral, a excepción del lienzo oeste, que carece de él. Cada uno de los torreones es de distinto tamaño. Las almenas, que son escalonadas, no parecen, dado su escaso tamaño, ser las originales.
Su fachada principal se orienta hacia el sur, y en ella se abre una portada almohade, probablemente la original, del siglo XI: arco de herradura apuntado, del que sobresalen, de manera alterna trece dovelas. Sobre esta puerta aún permanecen algunas almenas de igual factura a las de las torres. A través de ella se accede directamente al que fue patio de armas del castillo.
En su fachada este se abre otro acceso, también en arco de herradura apuntado, pero más pequeño y tosco que el anterior.
No
encuentro datos fiables, ni dispongo de conocimientos necesarios para discernir
cuál de las dos pueda ser la original, y cuál fue abierta más tarde,
seguramente por necesidades domésticas del edificio; pero si hubiera que
decidirse en este instante por alguna, diría que ésta última es posterior.
En
la página web del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, se dice que la
puerta principal es de 1863, sin aclarar cuál de las dos es.
Todos sus muros exteriores son de tapial y actualmente, como no podía ser de otra manera pues es un cortijo, están encalados.
En
su entorno más inmediato quedan vestigios de lo que debió ser una barrera.
Edificaciones abandonadas en el entorno del castillo.

