martes, 13 de diciembre de 2022

Estepona, castillo de Estepona o de San Luis

Estepona es población de la provincia de Málaga, situada en la costa y con un largo litoral en su término municipal: 23 kilómetros. Y toda su historia y los acontecimientos que ha vivido, han estado relacionados con el mar. En lo que a este blog le toca, que son los castillos, torres y similares, Estepona da buena cuenta de ello, pues además de éste que hoy paseo, luce también en su costa siete torres almenaras que aún hoy otean el horizonte. Además del castillo que llaman del Nicio —siglo X, aproximadamente—, situado en la sierra, a unos ocho kilómetros tierra adentro.

Ya fue habitada por los romanos —éstos estuvieron en todas partes, por lo que parece— que se asentaron por aquí después de echar a los cartaginenses. Y como no, también por aquí se dedicaron a la pesca del atún, a su salazón y a la extracción del garum. En las inmediaciones de la torre de Guadalmansa se han encontrado restos de unas termas y otros restos que se identifican con la población romana de Saldaba.

De los árabes proviene su nombre, Estebunna o Al-extebunna, aun que suena mejor y más exótico hablar de la posible procedencia de Epona, diosa celta de la fertilidad y la naturaleza; topónimo que los romanos antepondrían est, y ya está: Estepona.

En tiempos de los musulmanes hubo aquí dos fortalezas, y en 1342 hubo una batalla. Una fortaleza, el castillo del Nicio,  algo más al norte; y la otra en el centro de la actual población. En la batalla referida se enfrentaron moros contra cristianos, benimerines —tribus bereberes del norte de África— contra la Corona de Aragón, ayudados por el corsario genovés Gil Boccanegra.

El resultado de la batalla hizo que Estepona se convirtiera en la frontera cristiana con el Reino Nazarí de Granada, hasta que en 1456 Enrique IV de Castilla toma el lugar donándoselo al Marqués de Villena, Juan Pacheco. Conquistada Marbella, pasó a estar bajo su jurisdicción; situación que duró hasta 1729 que es cuando Felipe V le concede la independencia.

Para entonces ya se habían construido el castillo de San Luis y las torres almenaras que hoy embellecen su litoral y que en aquellos tiempos intentaban evitar invasiones de piratas berberiscos.

Esquina oeste del conjunto.

EL CASTILLO:

El castillo de Estepona, conocido como de San Luis, está en el centro de la población, algo oculto, entre las calles Villa y Castillo, por lo que llegar a él es algo más que sencillo. Verlo, ya es otra cosa.

Hasta hace apenas diez años fue un perfecto desconocido pues ha permanecido oculto durante cerca de un siglo. Y es que las construcciones de viviendas en su entorno han hecho que durante mucho tiempo haya estado escondido a los ojos del mundo. Lo que no quita que se supiera de su existencia, aunque no por eso, y durante muchísimo tiempo, hubiera ánimo en redescubrirlo.

Ya hubo en ese lugar una fortaleza árabe que, al poco de ser conquistada por Enrique IV, fue destruida, pues a pesar de los intentos no se consiguió repoblarla ni aun ofreciendo privilegios a los futuros pobladores. Y ya de paso se evitaba que volviera a ser ocupada por los musulmanes.

Los actuales moradores del castillo.

Fueron los Reyes Católicos quienes ordenaron, a principios del siglo XVI, se construyera sobre las ruinas de aquella, una nueva fortificación que ofreciera a los escasos habitantes del lugar protección y seguridad. Y es que se consideró que aquel era un buen fondeadero para los barcos y, por consiguiente, un lugar estratégico digno de ser protegido.

Pero su diseño nace obsoleto y la obra ejecutada no ofrece seguridad ante las nuevas técnicas de la guerra, lo que unido a su deficiente dotación hace que hacia 1571 se la dé “...del todo por perdida y desde ella no se puede ofender al enemigo”. Por lo que se decide reconstruir el castillo dotándole de una cerca y seis torres, según veo en el plano de Juan Ambrosio Malgrá, de 1575, inserto en el estudio El castillo de San Luis (Estepona, Málaga): Origen y evolución de una fortificación abaluartada, Siglos XVI-XXI, de Ildefonso Navarro Luengo, Adrián Suárez Bedmar y Pedro Martín Parrado —del que, prácticamente he tomado toda la información, pues hace una pormenorizada relación de los hechos acontecidos en el castillo; una joya, n o lo duden—.

Según ese plano, fue un castillo de planta trapezoidal, con una torre en cada vértice y otra en el centro de cada uno de los lados este y oeste. El castillo fue terminado en 1588.

Se propuso la ampliación del castillo hacia el norte, hacia abajo en el plano, con dos baluartes en las esquinas que envolverían las nuevas viviendas de la villa, pero tal obra no llegó a realizarse. Tampoco se ejecutó la ampliación hacia el sur —hacia arriba en el plano—, la más necesaria, dada la precariedad de la muralla meridional.

El castillo siguió sin dar garantías de seguridad, tanto por su diseño y construcción como por la escasísima dotación, tanto de hombres como de artillería, que disponía. El problema compensa con la construcción de cinco torres almenaras en sus inmediaciones.

Pero la pésima situación del castillo se alarga durante todo el siglo XVII, calificándola en 1693 como de ruina, en parte atribuida al terremoto que se dejó sentir en 1680.

De 1731 data un plano de Nicolás Garrido —copia de 1805— en el que la planta del castillo corresponde a la zona más meridional de la antigua edificación. En él se define una plaza porticada rodeada de cuarteles y dos baluartes en los extremos, unidos por una muralla en ángulo de 120º. En su vértice un espacio al que denomina Plaza de Armas. Una sección de la muralla complementa la información del plano.

El plano más arriba descrito.

Pero, como no, el castillo sigue arrastrando los problemas que dificultan una eficaz defensa; no deja de ser un revellín flanqueado por dos pequeños baluartes, con multitud de carencias tanto humanas como dotacionales. Tanto era, que el 24 de septiembre de 1745 no pudo resistir el ataque de cuatro navíos ingleses.

Por fin, en 1751 se le dotó de la adecuada artillería, nada menos que doce cañones, y se hicieron obras para dotarle de una batería cañonera en el interior del castillo.

Y en esto que llegó el terremoto de Lisboa que afectó gravemente al castillo arruinando lienzos y la batería recién construida: De las murallas del Castillo cayó parte de su lienzo, y otras muchas partes de dicha fortaleza, se han reconocido algunas señales de sentimiento.”

Tras las reparaciones, el castillo siguió en uso, estando a finales del siglo XVIII totalmente operativo.

Muro oriental del baluarte.

En 1812, coincidiendo con la huida del el ejército francés, fue parcialmente destruido con barrenos que los franceses  “echaron en sus cuatro ángulos que le dejaron imposibilitados de reedificarse”; uno de los baluartes orientados al mar quedó totalmente destruido. Este hecho marcó el inicio de su decadencia a pesar de los esfuerzos que se hicieron por mantenerlo en los años siguientes.

Tal situación llevó al Ayuntamiento, en 1822,  a plantear al Gobierno su demolición para edificar viviendas en su lugar, cosa que no se llevó a cabo. Nuevamente se planteó su reconstrucción, al menos en la fachada al mar, pero sin éxito y otra vez el Ayuntamiento quiso darle otro uso, en este caso como cuartel de la Guardia Civil.

La última descripción escrita del castillo data de 1857 y en ella se le describe “de forma irregular cuadrilátera, el frente del mar es de 24 varas de longitud, formado por dos torreones rectangulares en los extremos y una cortina con ángulo saliente bastante obtuso en el medio, que hace agudos los ángulos del flanco”.

La diputación de Málaga, durante la segunda mitad del siglo XIX, intentó varios proyectos de reaprovechamiento de la fortificación, entre ellos la construcción de una cárcel y un depósito municipal, que no llegaron a ejecutarse.

Plaza, en recuerdo a la Casa Cañada, junto al castillo.

Cedida su propiedad al Ayuntamiento de Estepona, éste inició un expediente de demolición en 1882, procediéndose a la misma entre 1900 y 1907. Los solares resultantes fueron subastados. De aquel desastre sólo se salvó la batería que quedó agregada a una vivienda que se construyó junto al lienzo oeste del castillo. Esa vivienda, conocida como Casa Cañada, fue abandonada en 1984 y demolida en 1994, abriéndose una plaza en el lugar que ocupó. El resto del castillo quedó abandonado

En 2013 se descubrió la muralla que hoy podemos contemplar, eliminándose el muro que impedía conectar dos calles y con ello dejar libre uno de los lienzos, a la vez que se remodeló todo el entorno.

El castillo desde el cielo (de earth.google).


LOS DETALLES:

A pesar de lo que se ha descubierto, podemos decir que, lamentablemente, apenas si nos ha llegado un 15 por ciento de lo que fue el castillo de San Luis, el cual, ahora y felizmente, está siendo restaurado.

Los restos del castillo original son mínimos, por no decir inexistentes. Y de las sucesivas construcciones, más de lo mismo. Apenas si podemos adivinar uno de los tres baluartes y parte del lienzo suroeste. Eso es lo que conservamos de los elementos construidos durante los siglos XVI y XVII; los demás han ido desapareciendo tras un continuo y lento expolio de sus materiales.

El baluarte conservado es el que se llamó del Mediodía; tiene planta pentagonal, y unos muros de mampostería lo compartimentan en cuatro partes. En su muro norte se aprecia lo que fue una escalera que llevaba, desde el patio de armas, a un cuerpo de guardia y al paseo de ronda.

El otro elemento que se conserva, ya hemos dicho, es un lienzo de muralla que unía el anterior baluarte de Mediodía con otro desaparecido, el de Poniente. Este muro aún mantiene parte de su adarve original y su parapeto, sin almenas, pues fue acondicionado para el uso de artillería, o sea, a barbeta.

Muro orientado al sur.

En el interior se observan las coronaciones de siete pilares y un machón encastrado en el muro que sujetaban arcos de ladrillo, y que hoy permanecen ocultos por el relleno de la explanada de la batería a mediados del siglo XVIII. Como también lo están el resto de dependencias que quedaron también soterradas con la ejecución de la explanada.

Los muros conservados fueron ejecutados con una irregular mampostería de piedra caliza y arenisca, y multitud de ripios y fragmentos de ladrillos y otros elementos cerámicos, todo ello tomado con una pobre argamasa.  En la unión de los muros del ángulo sur, existen algunos sillares de arenisca, así como en los restos del bocel perimetral. El exterior, posiblemente, estuvo enfoscado.

Mi Compañía ante la ruina castillera.

  

RESUMIENDO:


Nombre: castillo de Estepona o de San Luis.
Localidad: Estepona.
Municipio: Estepona.
Provincia: Málaga.

Tipología: Castillo, fuerte abaluartado.
Época de construcción: finales del siglo XVI, en 1588.
Estado: ruina progresiva o consolidada, según el grado de optimismo con que se la mire, y deterioro total en su interior. Pero al menos se puede contemplar su decrépita muralla. Algo es algo, porque hasta hace poco, ni siquiera eso.
Propiedad: Pública, del Ayuntamiento de Estepona.
Uso: Ninguno. Se pretende su adaptación como centro cultural (¿?), para lo que se están haciendo trabajos de desescombrado y vaciado, a fin de, al menos, recuperar el pequeño espacio de unos 100 metros cuadrados, aproximadamente, que es lo que queda del castillo.
Visitas: Cerrado al público, no hay nada que ver en su interior.
Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español.
La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.

Clasificación subjetiva: 1, Si se puede evitar se evita, o lo que es lo mismo, sólo si el camino que recorro me lleva o me hace pasar por allí.
Otras cuestiones de interés:
Las torres almenaras del término municipal, a saber:
Torre de Arroyo Vaquero.
Torre de Salada Vieja.
Torre del Padrón.
Torre del Velerín.
Torre de Guadalmansa.
Torre del Saladillo.
Torre de Baños o de Casasola.
Cómo llegar: está en el centro de la población por lo que se puede llegar a él, a pie, desde el paseo marítimo, por ejemplo.


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