Muy cerca de mi ciudad,
a escasos veinte minutos en mi moto, está el pueblo-ciudad de Dos Hermanas, en
la que se denomina depresión del río Guadalquivir, y formando parte de la
“comarca” del Área Metropolitana de Sevilla. Y además en Dos Hermanas existen varias torres que,
diría yo, son desconocidas incluso para los propios nazarenos (gentilicio de
los lugareños): La de Quintos, la de La Corchuela y la, tal vez, más importante
de todas, la de Los Herberos, que es la que hoy voy a pasear.
De Dos Hermanas llama la
atención, en primer lugar, su gentilicio; y después su escudo. Ahora lo aclaro
con un poco de historia:
La ciudad de Sevilla fue reconquistada a los moros por el Rey
Fernando III el Santo en noviembre de 1248. Cuando se repartieron las tierras
conquistadas, las correspondientes a lo que hoy es Dos Hermanas, más o menos,
le fueron otorgadas a un tal Gonzalo Nazareno, caballero castellano, natural de
Villavicencio de los Caballeros. Y aquí me pierdo un poco porque siempre creí
que lo de Dos Hermanas venía por sus dos hijas, Elvira y Estefanía, o sea dos hermanas apellidadas Nazareno. Pero también leo que estas
dos muchachas no eran hijas del caballero, aunque sí estaban emparentados. Sea
como fuere, el caso es que de ahí viene el topónimo del pueblo, el gentilicio y
el escudo, que es partido en horizontal: arriba de plata, dos figuras femeninas
(las hermanas Nazareno) con mantos de azur y sinople y las manos enlazadas;
abajo, de gules, una torre de plata (la de Los Herberos, lo que denota la
importancia histórica de esta torre); al timbre, corona real.
Pero antes de la reconquista de Sevilla, ya hubo por aquí
asentamientos humanos: primero seguramente los turdetanos este lugar fue Orippo
y a continuación anduvieron por ahí los romanos. De entonces nos queda la torre
de Los Herberos y algunos restos más. Pero lo de Orippo quizás sea motivo de
otro artículo.
De los árabes apenas nada, algunas alquerías sobre las que
modernamente se levantaron cortijos. Después vino el caballero Nazareno y el
repoblamiento de estas tierras. En el siglo XVII pasa a ser propiedad de la
Casa de Arcos, a pesar de los intentos de compra por parte del conde duque de
Olivares; y al poco pasó al Señorío de la familia Pedrosa, que a finales del
siglo XVII se convirtió en el Marquesado de Dos Hermanas.
A finales del siglo XIX la economía del pueblo se revitaliza
gracias a su industrialización: fábricas de hilados de yute y aderezo de
aceitunas, que lo convertirían en lo que hoy es: la segunda población de la provincia
en lo que habitantes se refiere.
Pero vamos a lo que hoy
nos interesa, que es la Torre de Los Herberos. Para llegar a ella, desde
Sevilla, por la SE-30 y salida hacia Cádiz por la A-4, Autovía de Andalucía;
enseguida a la derecha, carretera SE-3206 hacia el polígono de Isla Menor,
hasta el final. Otra vez a la derecha, calle Hornos hasta la rotonda y parar,
que desde ahí ya se ve la torre.
Sobre una ligera
elevación del terreno, casi a orillas del río Guadaira y en el entorno de la
zona arqueológica (que a saber dónde estará ahora con tanta nave y tanto
polígono) de lo que fue la turdetana Orippo, está la torre de los Herberos que
seguramente formó parte de las infraestructuras militares de aquella ciudad.
Construida por los romanos fue, además de atalaya militar, un
faro para orientar a los barcos en el río Guadalquivir que, aunque actualmente
su cauce está algo alejado, por entonces pasaba por aquí al lado (el meandro de
la Merlina), y así lo fue hasta finales del siglo XVIII en que se efectuó una
corta que cambió el curso del río.
Su nombre, Herberos (también se la conoció como de los Cerberos
y del Caño), tiene relación con el antiguo oficio relativo al cuidado de los
caballos, aunque la RAE no tiene para esta palabra ninguna acepción que pueda
relacionarse con un edificio militar (herbero: del latín herbarius, esófago o tragadero del animal rumiante).
En las inmediaciones de esta torre acamparon las tropas de
Fernando III antes del asedio a Sevilla, esperando allí a la escuadra del
almirante Bonifaz que remontaba el río Guadalquivir para unirse al rey. Después
establecieron el campamento en los terrenos de la actual Tablada.
Poco después, en el siglo XIV se reconstruyó completamente para
que siguiera ejerciendo su misión. Se puede decir pues que lo que hoy vemos es
cristiano a excepción de los sillares. A partir del siglo XV dejó de tener
utilidad militar convirtiéndose en
refugio de pastores.
Hasta el siglo XVI perteneció al término de Coria del Rio en que
pasó al de Dos Hermanas. Sin embargo, dada su estratégica situación respecto al
puerto de Sevilla, fue propiedad del Cabildo sevillano hasta el siglo XVIII.
Su descripción
morfológica será breve, que breves son los restos que vemos, voy a ello:
La torre es de planta cuadrangular, de 7’30 metros de lado, de paredes de ladrillo y tapial. Sus ángulos están perfecta y curiosamente orientados a los cuatro puntos cardinales
Probablemente, en su origen, fue
construida con materiales procedentes de la cercana Orippo, sobre todo sillares
de piedra. La incorporación del ladrillo en paredes, bóvedas y escalera puede
tener su origen en las reparaciones almohades.
Era maciza hasta la cota de 2’50 metros
sobre el suelo donde estaba su puerta de entrada (de 1’70 metros de altura), lo
que hace suponer que el acceso era mediante escalera de madera que se retiraría
hacia el interior, cosa normal en estas edificaciones. En planta baja disponía
de una cámara con bóveda, y adosada a su pared norte estaba la escalera que subía
a plantas superiores y a la azotea. En la terraza se observan restos del
parapeto, pero no de almenas; y poco más que decir, si acaso repetir que su
estado es lamentable.
Pese a que su estado actual es ruinoso y prácticamente ha perdido dos de
sus lados y amenazando desplomarse los otros dos, bien merece un poco de
atención. Que no digo yo que se reconstruya, con parar la progresión de su
ruina y consolidar los restos que ahora vemos, creo que sería suficiente.
No olvidar que esta torre es uno de los muebles que luce el escudo de Dos Hermanas, y que gran parte de los nazarenos —gentiliceo del lugar— desconocen. Dejo aquí el enlace a una entrada de mi blog recurrenciascastellológicas.blogspot.com.
—Monumento de interés histórico artístico bajo la
Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre
el Patrimonio Histórico Español.
—Bien de Interés Cultural desde 1993.
—Desde 1993 está incluido en el reconocimiento especial a los castillos de
la comunidad por parte de la Junta de Andalucía.
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